Así como la ropa se puede rehabilitar, darle un segundo uso y a veces transformarse en algo distinto, una persona puede restaurar su vida de la misma manera. Esa convicción llevó a Marcos Juárez a rehacer su camino después de dos internamientos en el reclusorio, unirse a la marca Rehab, y ahora crear diseños propios y participar en pasarelas.
Como la mayoría de las personas que han sido privadas de su libertad, recuerda con precisión los periodos en los que permaneció encerrado y cuando fue liberado hace apenas un año: la primera vez fueron 5 años 8 meses 7 días, y la segunda 3 años 15 días.
“El motivo por el que yo me clavé más en esto fue lo sentimental, que ligué mucho la ropa con mi vida personal y las oportunidades que se pueden brindar a cada cosa”, relata Marcos en el estudio que hoy comparte con su hermano Luis Antonio.
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El lugar se encuentra en San Bartolo Atepehuacan, y es donde reusan textiles, crean diseños y siempre le encuentran una nueva utilidad a cualquier pedacito de tela.
Los retazos de la vida de Marcos se han ido uniendo igual que en sus propios diseños: a veces en una composición caótica, otras como una costura casi invisible.
Recuerda haber andado, entre los 7 y los 10 años, en la colonia, con amigos de su entorno. Así comenzó a querer aparentar lo que no era, confiesa.
Nació en Iztapalapa y más tarde se fue a vivir con su familia a La Pastora, Gustavo A. Madero, donde sigue hasta ahora. Su forma de vivir entonces, y su posterior depresión y adicción, lo llevaron a involucrarse cada vez en más problemas.
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A los 17 años, cuando vendía dulces en los camiones, empezó una etapa de independencia económica, que finalmente lo llevó a vivir con su pareja y a conocer gente de otras colonias que hacía “cosas que no eran buenas”.
Su primer internamiento fue por el delito de robo a transporte público.
Durante esa primera etapa en reclusión, en realidad no tenía intención de cambiar, simplemente de transitar su estancia, admite.
“Te das cuenta demasiado tarde, cuando ya empiezas a tener más problemas estando allá adentro, que si no te aplicas desde un principio, no te va a llevar a nada bueno”, relata ahora a sus 29 años.
Después de cuatro años de internamiento, Marcos fue trasladado al centro penitenciario de Santa Martha Acatitla.
A pesar de que estaba en un dormitorio problemático, al lado del castigo, fue donde más inspiración encontró para comenzar a juntar los retazos que lo llevaron a rehabilitar prendas tanto como su propia vida.
Ahí tuvo diferentes trabajos y cuando le faltaban cerca de tres años de prisión, obtuvo una libertad anticipada por buen comportamiento.
Cuando salió, pensó que vendría en automático una mejor etapa. Ahora cree que era cuestión de constancia. Casi un año después vino un periodo de depresión. El cambio había sido momentáneo, dice, e ingresó de nuevo a prisión.
Su familia decidió retirarle su apoyo, y creyó que ya no iba a salir.
“Fueron esas cosas que se me fueron dificultando las que hicieron que yo intentara tener un mejor trabajo, un mejor desempeño y buscar mejores opciones cada vez”, cuenta. A los dos años, empezaron sus proyectos como serigrafista y diseñador gráfico.
Obtuvo un diploma, llegaron más beneficios y la posibilidad, otra vez, de una libertad anticipada.
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Cuando salió, sin embargo, se le dificultó conseguir trabajo por “esos estigmas que se crean, que estuviste en prisión, y lo primero que te dicen es que a veces ni siquiera tienen la confianza: si les vas a robar, si vas a causar problemas en el trabajo, un sinfín de cosas por las que te juzgan”, dice Marcos.
Allá adentro hay demasiados trabajos, añade, de jardinería, costura, joyería y otros, pero para él, también hay que tener la intención de buscarlos. A los primerizos, asegura, se les abren muy rápido esas puertas, pero “adentro es muy fácil no hacer nada, quedarte esperando a que llegue tu familia”.
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“Cuando en realidad no tienes ya quién te esté yendo a ver, cuando tu familia ya se cansó, cuando es demasiado cansado para ellos, es también parte de uno querer ese cambio, y es una necesidad propia”, remarca.
Su hijo –de 11 años, y a quien solo ha tenido un año y medio– es también una motivación para reordenar su vida.
Con los conocimientos de serigrafía que ya tenía, y la confección a mano a la que también se había dedicado como una forma de trabajo dentro del reclusorio –donde cobraba por meter el tiro, hacer confecciones sencillas o renovar prendas en desuso–, comenzó a trabajar en la marca de su hermano, Rehab, que hoy comparten.
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“Es cuando se empiezan a abrir otros proyectos, me empiezan a invitar a hacer pasarelas, me invitan a hacer diseño. Me costó un poco de trabajo porque no es tan fácil creer que en algún momento tu proyecto pueda tomar ese impulso, que en realidad pueda pegar ante la sociedad, más que nada porque juzgan demasiado”, asegura.
Originalmente artesano, la pasarela –que finalmente sucedió en Los Pinos– ni siquiera la tenía contemplada en un principio, pero su camino en la costura, la confección y el diseño ya había empezado.
Le pidieron fotos de su trabajo, gustó y lo empezaron a invitar a otras, como una llamada La original, basada en moda wikarika y de otros estados.
Hoy, después de coser un rato, muestra sus diseños originales: eclécticos, atrevidos, contemporáneos o creados a partir de una fusión de indumentarias tradicionales.
Con el tiempo, ha empezado a tener más reconocimiento entre la gente, contactos de diseñadores o personas que le piden un outfit específico para su evento.
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Para la siguiente pasarela, sus prendas ya no fueron solo parte de un evento de reinserción: se visibilizó a otra empresa que se dedica a restaurar, después se hizo una muestra de prendas de personas privadas de la libertad y liberadas, y la suya aparte, ya con la marca Rehab. “Fue algo que me ha estado agradando, y se me han abierto demasiadas puertas”, relata.
Ahora tiene como proyectos a futuro dar cursos, capacitar a quienes están saliendo de prisión o incluso dentro de los centros penitenciarios, además de encargos personales, hasta de quienes prevén estrenarlos en una alfombra roja.
Así, la confección y la creatividad han juntado las piezas para hacer crecer tanto al diseñador como a la marca.
En un principio Rehab, originalmente idea de Luis Antonio, solo se enfocaba a restauraciones o composturas. Ahora, en cambio, los hermanos están mucho más interesados en reutilizar y reciclar telas de mejor calidad que las comerciales. Marcos cuenta que se empeña tanto en ello porque se trata de telas y piezas únicas.
Luis Antonio explica que aún conservan una línea ready to wear –lista para vestir– y Rehab, más personalizada y de diseño, para eventos, bazares o conceptos específicos.
En él, la idea de la sustentabilidad surgió desde que en la universidad tuvo que desarrollar un proyecto de poco impacto ecológico. Desde entonces sabe que hay material de mejor calidad y vida que la ropa fast fashion.
La industria de la moda es de las que más contaminan, dice, y no se cuestiona de dónde viene el consumo y el daño que puede hacer porque el vestir es una necesidad básica primaria.
Ahora, está en boga esa conciencia ambiental, que incluso ha normalizado la compra de ropa usada o de paca, así como la economía circular y la reutilización.
Marcos y Luis Antonio siempre están trabajando en sus propios proyectos para el stock, aunque no haya pedidos específicos.
Otras veces, llegan personas que no quieren deshacerse de prendas totalmente rotas pero con un valor sentimental, y entonces reutilizan los retazos que aún tienen vida para hacer nuevos diseños. Ambos están influenciados por el streetwear –moda callejera–, y estéticas del skate, el hip hop y el break dance.
Luis Antonio, de 36 años, comenzó trabajando el proyecto con María Carrillo, quien después lo dejó.
Cuando su hermano salió de prisión, supo de la precariedad de sus condiciones laborales. De ahí surgió la idea de trabajar juntos al tiempo que aprendía más. “Fue un proceso, porque él tuvo dos egresos… creo que ahorita ya me ha rebasado”, admite.
“Cuando él sale y se integra al equipo, desde el nombre de Rehab lo ve como la traslación del significado, de que no solo las prendas se rehabilitan, sino también las personas, y no creo que solo las personas que hayan estado en prisión… Todos tenemos monstruos y prisiones mentales contra las que tenemos que luchar. Incluso estando afuera uno es prisionero de sus ideas, de sus hábitos; uno siempre puede reivindicarse”, añade.
Marcos ahora está convencido de que es importante darle oportunidad a la gente liberada o en reclusión, porque a veces se les limita demasiado.
“Si no se nos brinda la oportunidad, a veces nos bloqueamos, es algo muy sentimental… Todo ha sido gracias al esfuerzo, y ahorita ya sé que es con constancia; no todo se va a dar de un día para otro, no siempre se te van a abrir las puertas cuando tú lo decides o cuando tú lo quieres”.
El gabinete de gobierno de Israel votó el martes a favor de un acuerdo de intercambio de rehenes con Hamás tras más de seis semanas de intensos combates en Gaza.
En un comunicado, la oficina del primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, anunció que 50 rehenes -todos ellos mujeres y niños- serán liberados por Hamás en el transcurso de 4 días.
Durante este tiempo habrá una tregua en las acciones militares israelíes en Gaza, añadió el comunicado.
Por su parte, Hamás también lanzó un comunicado diciendo que los 50 rehenes serán liberados a cambio de 150 mujeres y niños palestinos que se encuentran detenidos en cárceles israelíes.
El acuerdo también permitirá la entrada a Gaza de cientos de camiones con ayuda humanitaria, suministros médicos y combustible.
Te contamos qué se sabe de los detalles del acuerdo.
El alto el fuego comenzará a las 10:00 del jueves (8:00 GMT), según anunciaron autoridades de Hamás en la Franja.
Una fuente de seguridad egipcia declaró a la agencia Reuters que los mediadores propusieron ese horario y Hamás necesitaba disponer de “unas pocas horas” desde el comienzo de la tregua para comenzar a liberar a los rehenes.
Israel, por su parte, no ha confirmado de momento la hora de inicio a la espera de una decisión de su Corte Suprema sobre una impugnación al acuerdo. No se contempla, en todo caso, que un fallo judicial bloquee la tregua.
Hamás ofreció una serie de detalles sobre lo que ocurriría durante los 4 días del cese al fuego en Gaza.
En primer lugar, se detendría el tráfico aéreo de drones y aviones israelíes en el sur de la Franja durante el período completo de la tregua.
En el norte, sin embargo, esto solo ocurriría entre las 10:00 y las 16:00 hora local (08:00-14:00 GMT) cada uno de los días.
Se espera que las tropas y tanques israelíes permanezcan en sus posiciones dentro del territorio gazatí mientras dure el alto el fuego, pero sin atacar ni arrestar a nadie, según la declaración de Hamás.
Además, se permitiría el libre movimiento de personas por Salah al Din, la carretera principal por la que muchos palestinos huyen al sur de Gaza desde el norte.
El acuerdo también autoriza la entrada de 200 camiones con ayuda humanitaria, cuatro camiones cisterna de combustible y cuatro de gas en Gaza a través del cruce egipcio de Rafah en cada uno de los cuatro días.
El acuerdo exige a Hamás liberar a 50 mujeres y niños de entre los 240 rehenes que mantiene capturados a cambio de la pausa de cuatro días en los combates.
La liberación tendría lugar en varias tandas a lo largo de los cuatro días, probablemente de unas 12 personas cada vez.
Además, se ha diseñado para abrir la puerta a nuevas liberaciones con el incentivo de alargar el alto el fuego: “por cada 10 rehenes adicionales que se liberen habrá un día adicional de tregua”, recoge la declaración del gobierno israelí.
Es una parte importante del acuerdo para los familiares de los rehenes, algunos de los cuales habían manifestado su rechazo a un acuerdo parcial.
También se espera que los 50 rehenes liberados sean de nacionalidad israelí o doble nacionalidad, entre ellos tres israelíes-estadounidenses.
“El gobierno de Israel, las FDI (fuerzas de defensa israelíes) y los servicios de seguridad continuarán la guerra para regresar a casa a todos los rehenes, completar la eliminación de Hamás y garantizar que no habrá ninguna nueva amenaza al Estado de Israel por parte de Gaza”, concluye el comunicado de la oficina de Netanyahu.
Hay alrededor de 240 rehenes cautivos en Gaza, incluidos ciudadanos extranjeros de 26 países, según cifras del ejército israelí. Fueron secuestrados por militantes de Hamás durante su ataque a Israel el pasado 7 de octubre, en el que hubo unos 1.200 muertos.
El Comité Internacional de la Cruz Roja trabajará en Gaza para facilitar la liberación de los rehenes, que serían retornados a través de Egipto, según anunció Qatar, uno de los mediadores.
En los últimos días aumentó la tensión entre el gobierno israelí y los familiares de los rehenes, algunos de los cuales acusaron a las autoridades de no estar haciendo lo suficiente para que Hamás libere a los suyos y de instrumentalizar los secuestros para justificar su campaña militar en Gaza.
Esto ha demorado el inicio del intercambio.
Según el pacto, Israel liberará a 150 palestinos que están encerrados en sus cárceles tras el acuerdo alcanzado con Hamás.
Los elegidos serán la mitad de un total de 300 prisioneros que figuran en un listado divulgado por el gobierno de Netanyahu.
De ellos 277 (el 89%) son hombres, 121 (40%) menores de 18 años y 203 (68%) fueron arrestados entre el 1 de enero y el 5 de octubre de este año.
La mayoría son personas de Cisjordania y Jerusalén arrestadas por lanzar piedras a soldados israelíes, intentos de apuñalamiento, fabricación de explosivos, daños a propiedades y contactos con organizaciones hostiles, entre otros cargos.
Muchos de ellos fueron recluidos bajo detención administrativa -sin juicio- y ninguno está condenado por asesinato.
Israel publicó la lista porque su legislación exige que, antes de cualquier liberación de prisioneros, la ciudadanía sea informada con un plazo de 24 horas por si quiere apelar a la Corte Suprema de Israel.
Tras la liberación, los prisioneros serían transportados en autobuses a la sede presidencial de la Autoridad Palestina, como en ocasiones anteriores, pese a que su líder Mahmoud Abbas no participó en las negociaciones de la tregua, declaró un funcionario palestino a la agencia Reuters.
Israel mantiene en sus cárceles a unos 7.200 reos palestinos, entre ellos 88 mujeres y 250 niños de 17 años o menos, según datos divulgados este miércoles por la Sociedad de Prisioneros Palestinos.
Los ataques aéreos y terrestres de Israel en Gaza en las últimas semanas han dejado más de 14.000 fallecidos, aunque el Ministerio de Salud del territorio palestino indicó el martes que hace días perdió la habilidad de contabilizar a los muertos por la destrucción de la infraestructura necesaria para ello.
Entre las víctimas se contabilizan más de 5.000 niños.
El presidente de EE.UU., Joe Biden, celebró el acuerdo el martes diciendo que se sentía “extraordinariamente complacido” de que algunos de los rehenes que han tenido que soportar “semanas de cautiverio y un calvario indescriptible” vayan a poder reunirse con sus familias.
Barbara Plett, corresponsal de la BBC para el Departamento de Estado de Estados Unidos, explica que ese país ha estado involucrado intensamente para lograr el acuerdo, que también tiene la mediación de Qatar y Egipto.
El propio Netanyahu atribuyó a Biden el mérito de haber mejorado los términos del acuerdo, para que tuviera “más rehenes y menos costos”.
Por su parte, el primer ministro y ministro de Exteriores catarí, Mohamed bin Abdulrahman Al Thani, aseguró que espera que el trato establezca “un acuerdo integral y sostenible” que ponga fin “al derramamiento de sangre”, y que este dé paso a “conversaciones de paz serias para un proceso de paz integral y justo.”
Un alto funcionario estadounidense confirmó que esperan que al menos tres ciudadanos de su país, incluida una niña de 3 años, se encuentren entre los rehenes liberados en los próximos días.
En declaraciones a los periodistas, agregó que la niña, llamada Abigail, cumplirá cuatro años el viernes y que sus padres murieron en los ataques del 7 de octubre perpetrados por Hamás.
Según el funcionario, Washington prevé que el número de rehenes que serán liberados “sea superior a 50, pero no quiero dar una cifra”.
“La forma en que está estructurado el acuerdo incentiva en gran medida la liberación de todos”, agregó.
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