
Los comicios son el 2 de junio y la impresión de las boletas para la elección presidencial ya terminó. La papeleta muestra primero a Xóchitl Gálvez, aspirante de la coalición Fuerza y Corazón por México (PAN, PRI y PRD), entre las opciones a elegir. Pero, ¿cuál es la razón del orden de los candidatos?
La papeleta para elegir el cargo a la Presidencia de la República contiene ocho recuadros, de los cuales en siete aparecen los candidatos registrados. En este caso, Xóchitl Gálvez está en tres; Claudia Sheinbaum, de Sigamos Haciendo Historia (Morena, PT y PVEM), en otros tres, y Jorge Álvarez Máynez, de Movimiento Ciudadano (MC), en uno.
El motivo por el cual el candidato de MC está únicamente una vez en la boleta es porque el partido político determinó ir solo en la contienda por la Presidencia, es decir, sin alianzas.

El acomodo corresponde a lo estipulado en el Artículo 266, apartado 5, de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales (Legipe), el cual señala que los emblemas a color de los partidos políticos aparecerán conforme a la fecha de su registro.
El PAN, fundado en 1939, obtuvo su registro en 1946 tras la promulgación de la Ley Federal Electoral, razón por la cual aparece en primer lugar en la boleta para las elecciones presidenciales; mientras que Morena, en 2014, se encuentra en el séptimo recuadro de la misma.
Aunque el origen del PRI data de 1929 bajo la denominación Partido Nacional Revolucionario (PNR), se considera la fecha de 1946 como referencia, ya que en ese año cambió de nombre y concluyó su registro, tal como lo conocemos en la actualidad.
Fechas de registro de los partidos políticos, conforme al Instituto Nacional Electoral (INE):

Por otra parte, si dos o más partidos políticos fueron registrados en la misma fecha, los emblemas se presentarán en la boleta electoral en orden descendente basado en el porcentaje de votos obtenido en la última elección de diputados federales.
En esta ocasión hay cuatro partidos que tienen la misma fecha de registro (1946 y 1993). El porcentaje de sufragios, de acuerdo al INE, de la última elección de diputados federales en 2021 fue: PAN (7.8328%), PRI (5.5553%), PVEM (2.0303%) y PT (1.1024%), debido a esto así es la jerarquización en la papeleta.
Por convenio del INE y Talleres Gráficos de México (TGM), se producirán 317 millones 324 mil 493 boletas destinadas a las elecciones federales, así como para las diversas modalidades como el sufragio anticipado, en el extranjero y en prisión preventiva.

De la cantidad mencionada, 105 millones 774 mil 831 papeletas están asignadas para la elección a la Presidencia de la República; el mismo número para senaduría y, de igual forma, para diputaciones federales, según Maribel Aguilera, directora general de TGM.
Respecto a la producción, la consejera presidenta del INE, Guadalupe Taddei, informó que, el 21 de marzo, TGM concluyó la impresión de boletas para la elección presidencial y comenzará el traslado a la bodega del Instituto.
Las elecciones en México se desarrollarán el próximo 2 de junio y se elegirán más de 20 mil cargos, entre ellos la Presidencia, 500 diputaciones, 128 senadurías, así como diferentes puestos en congresos locales, presidencias municipales, sindicaturas y regidurías.

Los astrónomos han detectado señales de que nacen cada vez menos estrellas. Podría ser parte de un declive gradual del Universo y de todo lo que contiene. Pero ¿por qué? ¿Y cuánto deberíamos preocuparnos?
En las últimas dos décadas los astrónomos han ido notando pistas de que el cosmos tal vez ha pasado su mejor momento.
Una de esas señales es que menos estrellas han ido naciendo.
Ahora, eso no significa que el universo se está quedando sin estrellas. Hay estimaciones de que hay por lo menos un septimillón de ellas -eso es un número seguido de 24 ceros.
Pero los astrónomos creen que la producción de nuevas estrellas se está reduciendo.
El consenso científico actual es que el universo tiene una edad de 13.800 millones de años.
Las primeras estrellas se formaron poco después de que el Big Bang apareciera.
De hecho, el año anterior, el telescopio espacial James Webb halló un trío de estrellas en nuestra galaxia, la Vía Láctea, que se cree tienen una edad cercana a los 13.000 millones de años.
Las estrellas son esencialmente bolas gigantes de gas caliente que comenzaron su vida de la misma forma.
Ellas se forman en nubes enormes de polvo cósmico conocidas como nebulosas. La gravedad junta los gases, que eventualmente se calienta y se convierte en una estrella bebé, o como se le conoce, protoestrella.
A medida que el corazón de la estrella se calienta a millones de grados centígrados, los átomos de hidrógeno que están contenidos allí comienzan a agitarse para formar helio a través de un proceso llamado fusión nuclear. Esta reacción emite luz y calor y la estrella ahora está en una fase estable de “secuencia principal”.
Los astrónomos estiman que las estrellas en secuencia principal, incluido nuestro propio Sol, son aproximadamente el 90% de todas las estrellas del universo. El rango varía entre una décima parte hasta 200 veces la masa de nuestro Sol.
Eventualmente esas estrellas consumen su combustible y pueden tomar diferentes caminos en su manera de morir.
Estrellas con masas pequeñas como nuestro Sol entran en un proceso de desvanecimiento que puede durar miles de millones de años.
Para estrellas “hermanas” más grandes, con al menos ocho veces el tamaño del Sol, su final es más dramático: ellas se destruyen en una gran explosión conocida como supernova.
En 2013, un equipo internacional de astrónomos dedicados a estudiar las tendencias en la formación de estrellas afirmó que de todas las estrellas que iban a nacer en la historia del Universo, el 95% ya lo había hecho.
“Vivimos en un universo dominado por estrellas viejas”, dijo en ese momento el autor del estudio, David Sobral, en un artículo publicado en la revista Subaru Telescope.
En la línea del tiempo del universo, parece que su momento de mayor producción de estrellas ocurrió hace unos 10.000 millones de años, en un período conocido como el “Mediodía Cósmico”.
“Las galaxias convierten el gas en estrellas y lo están haciendo a una tasa decreciente”, explica el profesor Douglas Scott, cosmólogo de la Universidad de British Columbia en Canadá.
Scott es el coautor de un informe, que aún no se ha publicado, en el que se analiza información de los telescopios de la Agencia Espacial Europea, Euclides y Herschel.
Él y su equipo de investigadores espaciales fueron capaces de estudiar de forma simultánea cerca de 2,6 millones de galaxias, lo que fue posible gracias al mapa 3D del universo creado por la misión Euclides.
Los astrónomos estaban particularmente iuteresados en el calor que emiten las estrellas. Las galaxias con mayor tasa de formación de estrellas tienden a tener un polvo cósmico más caliente a medida que contienen estrellas más grandes y calientes.
El equipo halló que las temperaturas de las galaxias han ido disminuyendo en los últimos mil millones de años.
“Ya se nos pasó el momento de mayor formación de estrellas, y habrá cada vez menos formación de nuevas estrellas en el universo”, agrega Scott.
Es verdad que la muerte de las viejas estrellas puede llevar a la formación de nuevas usando el mismo material, pero no es tan simple.
Asumamos que tenemos una pila de materiales de construcción y la usamos para hacer una casa. Si queremos construir uno nuevo, podemos reciclar cosas de una casa vieja, pero no todo será útil.
“Eso significa que solo podemos hacer una casa más pequeña. Cada vez que hagamos una demolición, habrá menos materiales que sean útiles hasta que no se pueda construir nada”, señala Scott.
Eso es lo que pasa con las estrellas.
“Cada generación de estrellas tienen menos combustible para gastar y eventualmente no habrá suficiente combustible para hacer una estrella”, añade.
Y concluye: “Ya sabemos que las estrellas menos masivas son más comunes que las estrellas masivas en el universo”.
Los científicos han teorizado durante mucho tiempo que el universo llegará a su fin algún día. Simplemente no pueden estar seguros de cómo ni cuándo.
Una de las teorías más aceptadas actualmente es la muerte térmica.
También conocida como la “Gran Helada”, predice que a medida que el universo continúa expandiéndose, la energía se dispersará hasta que finalmente se enfríe demasiado para sustentar la vida. Las estrellas se alejan cada vez más, se quedan sin combustible y no se forman nuevas.
“La cantidad de energía disponible en el universo es finita”, explica Scott.
Pero antes de que mires con melancolía el cielo, la desaparición de las estrellas tomaría una cantidad astronómica de tiempo.
Scott estima que seguirán apareciendo nuevas estrellas durante los próximos 10 a 100 mil millones de años, mucho después de que nuestro Sol probablemente haya desaparecido.
En cuanto a la “Gran Helada”, podría tardar aún más: a principios de este año, astrónomos de la Universidad Radboud de los Países Bajos estimaron que el final llegaría en aproximadamente un quinvigintillón de años, es decir, un uno seguido de 78 ceros.
Hay tiempo de sobra, entonces, para apreciar las estrellas la próxima vez que haya una noche despejada.
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