Para entender mejor
Cinco incendios forestales activos devastan el condado de Los Ángeles en Estados Unidos, sin que hayan sido controlados hasta la tarde del 10 de enero. La policía ha informado sobre diez muertes confirmadas, pero hay por lo menos 180 mil personas desplazadas, que han tenido que evacuar por su seguridad.
Según el informe del departamento de bomberos del estado de California, los incendios Palisades, Eaton y Hurst comenzaron el 7 de enero de 2025, y los primeros dos tienen 3% y 8% de contención, mientras que del incendio Hurst han logrado contener el 37%. El 8 de enero, comenzaron otros dos incendios, Lidia y Kenneth. Lidia con un 75% de contención y Kenneth con 35%.
La combinación de estos incendios ha afectado más de 117 km2 y además del peligro del fuego, los habitantes de Los Ángeles corren riesgo debido a los altos niveles de contaminación en el aire y el agua.
La presidenta Claudia Sheinbaum se solidarizó con las víctimas, especialmente señalando a la gran comunidad de mexicanos que habitan en este estado.
“A todos nuestros connacionales que están en la zona de Los Ángeles y a todos los habitantes de esta zona que están viviendo momentos muy difíciles por los incendios, nuestra solidaridad, nuestro apoyo, el canciller está en contacto con el consulado para todo lo que se requiera para las y los mexicanos y le he pedido también que se ponga en contacto con el gobierno de California por cualquier cosa que necesite por parte de nuestro país”, dijo desde Palacio Nacional.
El área más afectada es entre Malibú y Santa Mónica, donde el incendio Palisades abarca 70 km2. Esta zona es conocida por estar habitada por actores y profesionales del cine. Leighton Meester, quien interpretó a Blair Waldorf en la serie Gossip Girl; Jeff Bridges quién hizo de Obadiah Stane en Iron Man; Anna Faris de Hombre al Agua con Eugenio Derbez, y Paris Hilton, se encuentran entre los nombres destacados de celebridades que han perdido sus hogares por completo. A ellos se les suman miles de familias, ya que el departamento de bomberos local reporta más de 10 mil estructuras destruidas.
En respuesta, el presidente Joe Biden ha enviado más de 400 elementos del cuerpo de bomberos federal y 30 helicópteros de apoyo para intentar contener el fuego. Aseguró que el gobierno federal cubrirá el 100% de los gastos de la emergencia.
“Le dije al gobernador y a los oficiales locales que no escatimen en los gastos”, declaró el jueves 8 de enero.
Además de la tristeza y las condolencias, usuarios en redes sociales han manifestado su indignación ante dos decisiones de impacto que magnificaron los daños en este desastre. La primera se trata de un recorte al presupuesto del departamento de bomberos de Los Ángeles, que ocurrió en diciembre de 2024 con la aprobación del paquete económico estatal para 2025.
La jefe de bomberos de Los Ángeles, Kristin Crowley, declaró en un memorando el mes pasado que el recorte al presupuesto de 17 millones de dólares los obligó a recortar 58 miembros del personal, así como reducciones en la compra de equipo.
De acuerdo con sus palabras en el memorando, con fecha del 4 de diciembre de 2024, este reajuste “limita severamente la capacidad del Departamento para prepararse, capacitarse y responder a emergencias a gran escala”.
Por otro lado y en segundo lugar, desde inicios de 2024 al menos 12 compañías aseguradoras en el estado de California cancelaron pólizas de seguros de vivienda de manera masiva debido a la alta probabilidad de incendios devastadores en el estado.
Entre ellas, la compañía State Farm canceló alrededor de 72 mil pólizas, incluyendo 30 mil para casas y 42 mil de departamentos. Entre las afectadas, 1,600 propiedades se encontraban en el área de Pacific Palisades, el lugar que actualmente ocupa el incendio forestal más grande.
Otras compañías como Travelers decidieron incrementar los costos de sus pólizas por un 15%, y limitar el número de pólizas en el área, sin aceptar nuevos clientes en las áreas del estado con alto riesgo de incendios.
Este texto fue actualizado el 10 de enero de 2025 a las 13:00
Con la subida de la temperatura global en el planeta, el gráfico que refleja la evolución del frío al calor tendrá el rojo más oscuro hasta la fecha.
Aunque parezca simple, este diseño de rayas de colores que ves arriba revolucionó la forma en que visualizamos y comunicamos el cambio climático.
Es un modelo en el que las rayas oscilan de tonos azules a tonos más rojos para ilustrar cómo el planeta se ha calentado a medida que los humanos han emitido más gases de efecto invernadero a la atmósfera.
Durante un tiempo parecía que las llamadas “rayas del calentamiento” estaban en todos lados.
La imagen fue adoptada por activistas alrededor del mundo e incluso sirvió como portada para el libro The Climate Book, de Greta Thunberg, así como para ilustrar las portadas de ediciones impresas de varios medios internacionales.
A pesar de que el gráfico logró extender la conciencia social acerca del cambio climático, la temperatura global ha seguido aumentando.
Y a principios de 2024, las franjas climáticas se tuvieron que actualizar con un color adicional en ambos extremos: un azul más oscuro y un rojo más oscuro.
La razón fue que en 2023 hizo tanto calor que el equipo detrás de las rayas decidió cambiar la escala.
Y esta situación continúa.
Los expertos han confirmado que 2024 rompió récords y fue el año más caliente registrado a nivel mundial.
Esto significa que el gráfico tendrá el rojo aún más oscuro en la escala actualizada.
En 2017, Ellie Highwood, entonces profesora de física climática en la Universidad de Reading, Reino Unido, publicó una fotografía en Twitter (ahora X) de una “manta del calentamiento global” que había tejido a ganchillo como regalo para un bebé.
Highwood usó datos sobre el cambio promedio de la temperatura global anual para determinar el patrón de colores.
No tenía idea de que una versión gráfica creada posteriormente por un colega se convertiría en un símbolo reconocido del cambio climático.
A diferencia de las visualizaciones de datos tradicionales, la cobija sólo presentaba colores y se parecía más a un código de barras que a un gráfico normal con título, texto, números, etc.
“Algunas personas se desconectan apenas ven un gráfico, ¿verdad?”, dice Highwood.
En su blog, compartió instrucciones para que otros pudieran replicar la manta usando hilo u otros materiales.
“La versión artesanal hace algo diferente. Si estás reproduciendo físicamente el patrón, estás internalizando los datos y hay más posibilidades de que sientas que es real”.
Cuando Ed Hawkins, científico climático y profesor de la misma universidad, vio la cobija y las reacciones positivas de la gente en la red social, pensó que sería una buena manera de visualizar los datos del cambio climático digitalmente.
Redujo la gama de colores a tonos azules y rojos, generalmente asociados en los mapas meteorológicos con la temperatura, y compartió el gráfico con el público.
Años después, la imagen se hizo viral.
Parte del éxito de las franjas está en su simplicidad, lo llamativo que son sus colores y lo fácil que es sacar una conclusión al verlas: la temperatura está aumentando conforme pasa el tiempo.
Para Amanda Makulec, directora ejecutiva de la Sociedad de Visualización de Datos (DVS en inglés), lo que hace especiales a estas rayas es que han cobrado vida propia; cualquiera puede tejer, imprimir o reproducir el patrón de formas creativas, lo que ayuda a conectar con el mensaje.
“Puede hacer que los datos parezcan menos técnicos y nos permite mirar el panorama general y reflexionar”, expone Makulec.
Sin embargo, indica Hawkins, el gráfico también ha enfrentado algunas reacciones negativas, principalmente dentro de la comunidad científica, por ser demasiado sencillo.
“Ciertamente he recibido críticas porque no se pueden ver los detalles, los números. Creo que eso es justo”, admite el profesor de la Universidad de Reading.
“No hay una manera única de presentar esto de una forma que sea fácilmente comprensible y que brinde a todos todo lo que desean de un gráfico. Es sólo un recurso entre una amplia gama al que podemos recurrir para hablar con diferentes audiencias sobre el mismo tema”.
En cualquier caso, este estilo de comunicar datos se hizo tan popular que otras personas reinventaron las franjas climáticas para ayudar a ilustrar otras crisis que enfrenta el planeta, como las “franjas de la calidad del aire” con tonos de celeste a negro o las “franjas de la biodiversidad”, que van de verde a gris.
A Miles Richardson, quien dirige el grupo de investigación sobre conectividad con la naturaleza en la Universidad de Derby, en Reino Unido, le preocupaba que la pérdida de biodiversidad reciba menos cobertura que otros problemas globales.
Richardson conocía bien las franjas climáticas y pensó que sería efectivo crear una versión para la biodiversidad ya que nadie las había hecho.
“Hay una batalla por la atención todos los días, especialmente si vives en un entorno urbano. Pero el formato de rayas parece abrirse paso y captar la atención de la gente”, afirma.
Las rayas climáticas se han usado en todo tipo de eventos y por todo tipo de personas, desde políticos y deportistas hasta modelos de pasarela.
El presidente de Chile, Gabriel Boric, las usó como mascarilla durante el debate final cuando era candidato en las elecciones de 2021.
También fueron exhibidas en obras de infraestructura pública y en medios de transporte en Europa.
Y han decorado edificios en Nueva York e incluso monumentos naturales como los Acantilados Blancos de Dover en Inglaterra.
Hace dos años, las mostraron en pantalla en un festival de música de tres días en la Ciudad de México.
Cycling 4 Climate, una fundación que ha organizado eventos de ciclismo en seis países en Europa para concienciar sobre el cambio climático, eligió el patrón de rayas como su uniforme por el fuerte mensaje que transmite.
“Con frecuencia me preguntan sobre la camiseta porque a la gente le gusta el diseño. Eso da pie a iniciar una conversación sobre el tema, y las personas siempre se sorprenden cuando entienden lo que representan las rayas”, le dice a la BBC Joost Brinkman, cofundador de Cycling 4 Climate afincado en los Países Bajos.
A finales del año pasado un equipo de científicos, activistas ambientales y aventureros imprimieron las rayas en el velero en el que emprendieron un viaje de unos 15.810 km desde Noruega hasta Alaska.
Atravesaron el pasaje del noroeste del Ártico con el fin de hacer un llamado de atención a la velocidad en que se está derritiendo el hielo de la zona.
Y es que esta vía marítima entre los océanos Atlántico y Pacífico, que alguna vez fue imposible de cruzar, se está volviendo más accesible a medida que el hielo marino del Ártico desaparece, acelerado por el calentamiento del planeta.
Las franjas climáticas no son en sí mismas la solución al calentamiento global, pero tal vez representen un primer paso para reconocer el problema.
“El cambio climático ha sido un desafío muy político, y si las rayas han abierto puertas para iniciar esas conversaciones, no puedo pensar en un mejor impacto”, concluye Amanda Makulec.
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