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¿Qué es Hamás y qué ocurre entre ellos e Israel?: Puntos clave para entender el conflicto
¿Qué es Hamás y qué ocurre entre ellos e Israel?: Puntos clave para entender el conflicto
7 minutos de lectura

¿Qué es Hamás y qué ocurre entre ellos e Israel?: Puntos clave para entender el conflicto

El conflicto actual no es entre la Autoridad Nacional Palestina e Israel, sino con el ala militar de un grupo palestino llamado Hamás.
11 de octubre, 2023
Por: Regina López Puerta
@admanimal 

El movimiento político-militar Hamás, que figura en las listas de grupos terroristas de Estados Unidos desde 1997, de Canadá desde 2002 y de la Unión Europea desde 2003, lanzó un ataque contra Israel el 7 de octubre que luego respondió el Estado judío.

La cifra de afectados va en 765 personas muertas y 4,000 heridos en la franja de Gaza, y  900 personas muertas y 2,900 heridos en Israel.  

Además el gobierno israelí anunció que recuperó 1,500 cadáveres de combatientes de Hamás en su territorio, y la ONU refirió el 9 de octubre que también había el registro de más de cien israelíes, civiles y militares que “han sido capturados por grupos armados, entre ellos mujeres, niños y ancianos, que permanecen secuestrados en zonas de Israel y en la Franja de Gaza”.

Pero este conflicto no se trata de algo nuevo. En realidad lleva décadas y en este momento podemos ver los efectos de años de tensión en este territorio. 

A continuación, con la ayuda de un especialista, te respondemos preguntas clave para entender lo que está ocurriendo:

¿Quiénes son los actores clave en este conflicto?

El Sabueso consultó a Miguel Elias Lases, director de la Escuela de Ciencias Sociales del Tecnológico de Monterrey y especialista en temas del Medio Oriente, quién explicó para empezar que no se trata de una guerra entre dos estados.

Lo que hay que entender primero, según refirió el especialista, es que el conflicto actual no significa una guerra activa entre Israel y Palestina. Los hechos del 7 de octubre ocurrieron entre Israel y el grupo fundamentalista islámico terrorista Hamás. 

“Palestina es un territorio con ciudadanos que la integran. Y el conflicto no es con Palestina, con el territorio palestino. Más bien es con el grupo fundamentalista islámico y terrorista Hamás. Hamás sólo representa una parte de la política de la Autoridad Nacional Palestina”.

Ante la autoridad internacional de las Naciones Unidas, Palestina no es un país, a diferencia de Israel, sino que son territorios dentro de Israel que se gobiernan de manera autónoma por la Autoridad Nacional Palestina. La membresía de palestina en este órgano se mantiene como “estado observador”, es decir que no participa activamente pues no cuenta con el suficiente reconocimiento de otros países como estado para tener una membresía completa.

Este es un gobierno de facto que abarca la franja de Gaza y los territorios de Cisjordania, y las Naciones Unidas los reconocen como el líder de esta área. Los gobiernos de facto son aquellos que se establecen de manera temporal después de un conflicto o un golpe de estado, mientras se forma el gobierno permanente que es posteriormente reconocido por la comunidad internacional.

Países como Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Italia, y Alemania, e incluso México, no reconocen hasta ahora el estatus de Palestina como país independiente y soberano. A pesar de que no lo reconoce como estado, en 2013 México votó a favor de la admisión de Palestina en las Naciones Unidas como estado observador, y reafirmó el derecho de los pueblos palestinos a su libre determinación.

Elías Lases explicó que dentro de los partidos políticos de la Autoridad Palestina se encuentra Hamás, que representa al ala militarizada y radical islámica. Es este grupo quien ha recurrido a la actividad terrorista, ya que su objetivo es instaurar la ley Sharia y convertir al estado en un territorio islámico. 

En 2007, Hamás asumió el control de la franja de Gaza, por lo que Israel impuso un bloqueo, cerrando completamente el acceso a productos y servicios, así como el libre tránsito dentro y fuera del territorio.

¿Cómo surgió este conflicto?

El territorio de Israel históricamente ha estado ligado de manera religiosa a distintos pueblos. Después de la disolución del Imperio Otomano, pasó a estar bajo la administración del Reino Unido, y en 1947 la comunidad internacional decidió partir el territorio y otorgar una parte a Palestina y otra a Israel. 

“Cuando las Naciones Unidas, en pleno, deciden realizar la partición del territorio, otorgándole el 45% del territorio a Palestina, para palestinos, y el 55% del territorio a los judíos para crear el Estado de Israel. En ese momento inicia el conflicto”, mencionó el académico.

Palestina se negó a aceptar la partición del territorio, y en 1967  tras una guerra Israel ocupó la franja de Gaza y Cisjordania: los territorios que ahora se encuentran bajo el gobierno de la Autoridad Nacional Palestina.

Hoy, Israel es un estado autónomo y tiene administración de los servicios públicos de los territorios palestinos. Además se encargan de la protección y seguridad nacional de todo el territorio. En Cisjordania coexisten las poblaciones de israelíes y palestinos, sin embargo en Gaza el territorio se encuentra bajo el control de Hamás en su totalidad.

Hamás nació en la década de los 80, y han estado en una lucha constante para tomar el mando de todo el territorio de Israel e imponer una ley totalitaria, para establecer un estado islámico. 

“Algo similar a lo que en Afganistán con los Talibanes”, explicó el especialista, “Están apegados a esta ley estricta del Islam, pero interpretada por sus líderes, donde las mujeres tienen que actuar de cierta manera, y los hombres de otra”.

Sobre los hechos recientes, el Secretario General de la ONU, António Guterres, aseguró que la ola de violencia “no surge de la nada”, sino “que nace de un conflicto de larga duración, con 56 años de ocupación y sin un final político a la vista”. 

Llamó a “poner fin a este círculo vicioso de derramamiento de sangre, odio y polarización”, logrando que Israel vea materializadas sus legítimas necesidades de seguridad, y los palestinos tengan una perspectiva clara para el establecimiento de su propio Estado.

Guterres reconoció “los legítimos agravios del pueblo palestino”, sin embargo, también dijo que “nada puede justificar estos actos de terror y el asesinato, mutilación y secuestro de civiles. Reitero mi llamamiento al cese inmediato de estos ataques y a la liberación de todos los rehenes”. 

Por otro lado, reconoció legítimas preocupaciones de Israel en materia de seguridad, sin embargo le recordó “que las operaciones militares deben llevarse a cabo respetando estrictamente el derecho internacional humanitario”.

La ONU registró que Israel había lanzado misiles que alcanzaron instalaciones sanitarias dentro de Gaza, así como torres residenciales de varios pisos y una mezquita.  

Amnistía Internacional, en tanto, manifestó su alarma “por el creciente número de muertes de civiles en Gaza, Israel y Cisjordania ocupada”, y pidió “urgentemente a todas las partes en conflicto que respeten el derecho internacional y hagan todo esfuerzo posible por evitar más derramamiento de sangre entre la población civil”.

Es urgente abordar las causas estructurales de estos repetidos ciclos de violencia, refirió la organización.

“Para ello es necesario respetar el derecho internacional y poner fin a los 16 años de bloqueo ilegal de Israel sobre Gaza y a todos los demás aspectos del sistema de apartheid impuesto por Israel a todas las personas palestinas. El gobierno israelí debe abstenerse de incitar a la violencia y a las tensiones en la Cisjordania ocupada, incluida Jerusalén Oriental, especialmente en torno a lugares religiosos”, señaló.

Y por otro lado, mencionó que “los grupos armados palestinos de Gaza deben abstenerse de atacar a civiles y utilizar armas de efectos indiscriminados, como han hecho en el pasado y con mayor intensidad en este caso, actos que equivalen a crímenes de guerra”.

¿Cómo afecta este tipo de sucesos a México y a la comunidad internacional?

Desde un punto de vista económico, opina Elías Lases, “todos estamos interconectados. Entonces, la economía obviamente se va a ver impactada. Sí, pudiéramos creer que no estamos cerquita del conflicto pero los mercados van a sufrir un golpe”.

Especialmente considerando el área geográfica en la que está este territorio, un factor muy importante es el precio del petróleo. El especialista explicó que hay probabilidades de que el precio del petróleo suba, especialmente ante el posible ingreso de Arabia Saudita en el conflicto.

Además, es importante recordar que dentro de la comunidad mexicana hay empresarios judíos importantes.

“De una manera u otra, apoyarán a su madre patria. Entonces, nos veremos involucrados en la parte económica y obviamente en la parte social.”

Por otro lado, el despliegue de fuerzas internacionales se verá dividido entre el conflicto de Rusia y Ucrania que sigue activo, y el apoyo en el conflicto en Israel y los Territorios Palestinos. 

El especialista aclaró que, en su opinión, Estados Unidos está prestando mayor atención y recursos a Israel, ya que es su mayor aliado en la región, pero por el momento los países Europeos estarán prestando mayor atención a Ucrania en vista de la fuga de apoyos estadounidenses.

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Imagen BBC
“Es mucho peor que cruzar el Darién”: las peligrosas rutas marítimas desde Panamá a Colombia que usan los migrantes venezolanos
9 minutos de lectura

Cientos de venezolanos regresan a su país tras desistir de llegar a EU. El trayecto más difícil y más costoso en su camino es el que hay entre Panamá y Colombia.

06 de marzo, 2025
Por: BBC News Mundo
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“Si pudiera devolver el tiempo, jamás pasaría por eso”, dice Carlos*, un migrante venezolano, refiriéndose a la ruta que hizo en lancha desde Panamá hasta Colombia.

Él es uno de los cientos de migrantes que decidieron regresar a su país a raíz de que Donald Trump eliminara las opciones que tenían para cruzar la frontera de Estados Unidos legalmente como solicitantes de asilo.

La lancha en la que iba este lunes con su esposa y sus hijos de 8 y 12 años desde Puerto Obaldía, Panamá, hasta Capurganá, Colombia, se quedó varada en mar abierto.

“Le entró agua al motor y quedamos flotando a mar abierto”, relata Carlos para BBC Mundo. “Llamaron a un lanchero para que nos fuera a rescatar, pero cuando llegó, chocó con nuestra lancha, se montó encima de nosotros y casi nos volteamos”.

El choque le abrió un hueco a la lancha, por el que se empezó a entrar el agua. Afortunadamente, otra embarcación los rescató y los llevó de vuelta a Puerto Obaldía.

Más tarde, y tras algunas reparaciones, Carlos y su familia volvieron a zarpar en la misma lancha y lograron llegar a Capurganá.

El trayecto entre Panamá y Colombia es el más complicado del viaje entre Norteamérica y Suramérica porque no hay carreteras que unan a los dos países.

La gran mayoría de los migrantes atravesaron de ida la peligrosa selva del Darién, una travesía en la cual murieron 84 personas en 2023 y 55 en 2024, según cifras del gobierno de Panamá.

Ahora, para evitar hacerlo de nuevo y por las fuertes restricciones que ha implementado Panamá al tránsito por el Darién, están cruzando por mar.

Para Carlos, lo que vivió en la lancha fue mucho peor que vivió hace seis meses en la selva. La define como una experiencia “traumática”.

“La lancha en mar abierto brinca más de un metro y cae como si estuvieran tirándote de golpe al piso. Sientes como si te estuvieran dando un golpe con un palo en la espalda, en las piernas”.

El choque no fue el único incidente que vivió en la ruta. En un momento, se quedaron sin combustible. Y en otro, el patrón perdió el control del volante y la lancha se ladeó tanto que Carlos quedó parcialmente sumergido en el agua.

Su prioridad cuando iba en la lancha, sin embargo, era mantener agarrados a sus hijos y distraerlos del miedo que sentían.

“Yo lo pienso ahorita y digo: ¿cómo pudimos exponer nuestras vidas así?”.

Mapa de las rutas del flujo inverso
BBC

Según el presidente de Panamá, José Raúl Mulino, más de 2.200 migrantes llegaron a ese país durante febrero en su camino de regreso hacia Venezuela.

No se sabe cuántos de ellos han salido en lanchas hacia Colombia, pero estas se han convertido en el principal medio de transporte para los migrantes que regresan.

El sábado 22 de febrero una lancha que zarpó de Cartí, en la comarca indígena Guna Yala, naufragó con 21 pasajeros —19 de ellos migrantes— en medio de la noche.

El Servicio Nacional de Fronteras de Panamá confirmó que logró rescatar a 20 de ellos, pero una niña venezolana de 8 años falleció.

Según un experto consultado por BBC Mundo, la ruta que siguen las lanchas que transportan migrantes no es particularmente difícil.

Sin embargo, los vientos alisios, que son más intensos entre enero y abril, sí provocan mareas altas que pueden ser amenazantes para las lanchas abiertas, como aquellas en las que se trasladan los migrantes. No son embarcaciones diseñadas para trayectos tan largos.

A pesar de los riesgos, en TikTok y grupos de WhatsApp, cientos de migrantes venezolanos se alientan mutuamente a realizar el viaje y se felicitan cuando logran llegar al otro lado.

“Es una tranquilidad que no tiene precio llegar a Necoclí (Colombia)”, escribe uno de ellos. “Ni aunque me pagaran $5.000 (unos US$245) semanales, me quedaba un día más en México”, escribe otro.

Las rutas

Las rutas marítimas improvisadas que han usado cientos de migrantes en las últimas semanas para llegar a Colombia arrancan desde dos puntos: uno en la comarca de Guna Yala y otro en la provincia de Colón, en Panamá.

Guna Yala es una comarca indígena en el noreste del país que se extiende a lo largo de la costa Caribe desde la frontera con Colombia. Es, por ende, el lugar más cercano desde donde llegar por mar a Necoclí.

Desde que ocurrió el naufragio del 21 de febrero, sin embargo, dejaron de zarpar lanchas desde Guna Yala y se trasladó todo el transporte de migrantes a la provincia de Colón, según informan fuentes en el terreno.

Mapa Colombia y Panamá
BBC

Las autoridades indígenas de Guna Yala le dijeron a BBC Mundo que, desde antes del naufragio, habían advertido de que a su territorio estaban llegando decenas de migrantes en carros particulares, taxis y a pie para embarcarse en las lanchas.

“Lamentablemente, Gunayala no está en condiciones de recibir y atender a esos seres humanos en condiciones adecuadas, y nos sorprende que ni las Naciones Unidas ni el gobierno de Panamá hayan puesto recursos para un albergue, botes, carros o alimentación para atender estas personas”, decía un comunicado del Congreso General Gunayala.

Las embarcaciones desde Guna Yala zarpaban en Cartí y llegaban hasta Puerto Obaldía, un corregimiento muy cerca de la frontera con Colombia. Ese trayecto toma al menos 7 horas.

A pesar de que la instrucción expresa de las autoridades de Guna Yala es no navegar después de las 5:00 pm, la lancha que naufragó el 22 de febrero viajaba en medio de la noche.

Lancha con migrantes en el muelle de Puerto Cartí, Panamá
Getty Images
La embarcación en las lanchas en Puerto Cartí el 21 de febrero al parecer fue vigilada por miembros de la fuerza pública panameña.

BBC Mundo contactó con las autoridades panameñas para saber cuál ha sido su papel en el transporte de los migrantes que van de norte a sur, pero no obtuvo respuesta.

Sin embargo, fotos que tomó la agencia de noticias AFP en Puerto Cartí el 21 de febrero mostraban a miembros de la fuerza pública panameña vigilando el muelle mientras los migrantes embarcaban.

Ese mismo día y de ese mismo lugar zarpó la embarcación que naufragó.

US$300 hasta Necoclí

La otra ruta, que es por la que avanzan hacia su destino casi todos los migrantes desde que ocurrió el naufragio, arranca en Miramar, un corregimiento en la provincia de Colón.

Ahí, los migrantes abordan una primera lancha que para en Gaigirgordub, una isla en la comarca de Guna Yala, y llega hasta Puerto Obaldía. Es un viaje que toma aproximadamente unas 9 horas.

“Realmente hay que vivirlo para poder entenderlo”, le contó a BBC Mundo Rafael*, otro migrante que realizó la travesía.

“Tu vida depende depende de otra persona, a a la que no le importan tus miedos o los golpes que estás sufriendo. Ellos solo quieren llegar”.

“Había un conductor de una lancha que iba a toda mecha y tomando licor”, agregó.

Según los testimonios que recogió BBC Mundo, en Puerto Obaldía los migrantes se quedan una noche. Ahí, hay un puesto de control de las autoridades panameñas donde les revisan los documentos.

Los transportistas les dicen que la comida y el hospedaje de esa noche están incluidos en el precio que pagan, pero eso no es así, según Rafael.

“No te dan agua, ni siquiera agua dulce para que te puedas bañar”, le dijo a BBC Mundo.

Al día siguiente, otra lancha los lleva desde allí hasta Capurganá, un trayecto que toma unos 25 minutos.

En Capurganá, cambian nuevamente de lancha a otra más grande para ir hacia Necoclí o Turbo, dos municipios colombianos relativamente bien conectados desde donde los migrantes pueden continuar su camino por tierra.

Según Carlos, la lancha que lo llevó de Capurganá a Necoclí tenía capacidad para 63 personas, pero en ella iban 68.

En grupos de Whatsapp, algunos migrantes afirman que los patrones de las lanchas les habían vendido un paquete que supuestamente los llevaría hasta Necoclí pero terminaron dejándolos en Puerto Obaldía, a mitad de camino.

Migrantes venezolanos en una lancha en Puerto Carti
Getty Images
Según el gobierno panameño, son más de 2.900 los migrantes que han llegado a Panamá en el “flujo inverso” desde México.

El paso entre Panamá y Colombia es lo más caro de todo el viaje desde México hasta Venezuela.

Las lanchas cobran aproximadamente unos US$300 por persona por llevar a los migrantes desde el Caribe panameño hasta Necoclí.

A eso se suman otros US$200 que les cuesta más o menos a cada uno llegar desde Tapachula, México, hasta Panamá, un trayecto que hacen en autobús y toma más o menos cinco días.

Reunir ese dinero en México, sobre todo para las familias con niños, es muy difícil, según los testimonios que recogió BBC Mundo.

Por ende, muchos que no tienen cómo pagar el precio de las lanchas han quedado varados en albergues en la provincia del Darién.

Es el caso de Adrianyela, una migrante que logró llegar con su hija de dos años hasta Panamá con el dinero que ganó vendiendo dulces, pidiendo en la calle y limpiando vidrios en el camino.

Como no tiene la cantidad necesaria para seguir, lleva dos semanas en la Estación Temporal de Recepción de Migrantes de Lajas Blancas, de donde no tiene como salir y donde la infraestructura es muy precaria.

El presidente Mulino ha dicho en varias ocasiones que está trabajando para llegar a un acuerdo con Colombia que permita que los migrantes venezolanos que se encuentran en albergues panameños, como Adrianyela, sean trasladados en vuelos humanitarios hasta Cúcuta.

Sin embargo, por el momento no se conoce ningún acuerdo binacional para que Colombia reciba a migrantes provenientes de Panamá.

BBC Mundo consultó a Migración Colombia y a la Cancillería colombiana en qué punto se encuentra esa negociación y qué medidas se están tomando ante la llegada de migrantes de regreso, pero no recibió respuesta.

Lancha con migrantes
Getty Images
Los migrantes venezolanos han zarpado desde muelles en la provincia de Colón y la comarca Guna Yala.

A muchos de los migrantes, la alternativa que les queda es pedirles a sus familiares y amigos que les envíen dinero dinero para poder continuar su camino.

“Los familiares por nosotros hasta se endeudan con tal de vernos a nosotros bien”, decía uno de los migrantes en un grupo de Whatsapp.

“Cuando uno anda loco por irse, no le importa el costo ni de los pasajes de bus ni de las lanchas. Lo importante es llegar bien, abrazar a la familia y a los hijos”, escribía otro.

Con todo y los riesgos, subirse a una de esas lanchas es el mayor deseo de muchos migrantes en la medida en que los acercan a la posibilidad de rehacer su vida luego de meses viajando, sin poder llegar a su destino final, EE.UU.

A pesar de que la situación económica y política en Venezuela por la que decidieron migrar sigue igual, volver para muchos de los migrantes es la manera de dejar atrás meses en los que se han enfrentado a xenofobia, robos, estafas e incluso secuestros.

“Por todo lo que viví, estoy superemocionado de llegar a Venezuela”, dice Carlos.

“Los migrantes solo queremos regresar a casa y dejar atrás tantas penurias y frustraciones”, concluye Rafael.

*Los nombres fueron cambiados por petición de los migrantes.

Línea gris
BBC

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