Las empresas vinculadas a Xóchitl Gálvez obtuvieron 49 contratos en 18 años, la mayoría por adjudicación directa, un esquema de contratación criticado por la candidata durante su campaña presidencial, aunque ante las acusaciones de Morena por su participación en esos negocios ella niega conflicto de interés o alguna otra irregularidad.
Una revisión del Sabueso de Animal Político encontró que la mayoría de los contratos que firmaron las empresas con el gobierno se dieron mientras ella fue funcionaria pública, durante su paso por el gobierno de Vicente Fox, luego como alcaldesa de Miguel Hidalgo y senadora, entre 2005 y 2023.
Justo en 2015 Gálvez dejó de tener cargos en High Tech Services, según datos en el Registro Público de Comercio. Antes, en 2010, había hecho lo mismo respecto a OMEI. Sin embargo, en ambos casos su hija quedó legalmente como administradora de los negocios.
A detalle, los datos de Compranet y Transparencia muestran que entre 2005 y 2023 High Tech Services obtuvo 18 contratos que suman 19 millones 618 mil pesos; mientras que la empresa OMEI registró 31 contratos que alcanzaron más de 40 millones 300 mil pesos.
Es decir, más de 59 millones de pesos en conjunto.
Para entender mejor: Empresas relacionadas con Xóchitl simularon competencia al obtener contratos de gobierno
El pasado 16 de abril, Víctor Hugo Romo, exalcalde de Miguel Hidalgo en CDMX y hoy candidato a diputado de Morena, acusó a Xóchitl Gálvez de haber omitido su participación en la empresa OMEI y de haber obtenido con ella 36 contratos de dependencias de gobierno entre 2015 y 2023, por una suma de 400 millones de pesos.
Sin embargo, la revisión de El Sabueso de Animal Político ubicó que en ese periodo OMEI recibió 28 contratos que suman más de 29 millones 700 mil pesos y no 400 millones, como señaló el morenista en la conferencia de prensa.
A continuación te presentamos la cronología de contratos obtenidos por las empresas ligadas a Xóchitl Gálvez, con el detalle de los cargos públicos que tenía al momento de la firma, montos y el esquema de contratación:
Durante el sexenio de Vicente Fox Quesada (2000-2006) ella tuvo los cargos de titular de la Oficina de Presidencia para la Atención de Pueblos Indígenas (2000-2003) y la Comisión Nacional para el Desarrollo de Pueblos Indígenas (2003-2006).
En 2005 se detectaron en Compranet tres contratos de High Tech Services con la Comisión Nacional del Agua, los tres por adjudicación directa y por un monto de 733 mil pesos.
En 2009, ya con Xóchitl sin puesto público, se observaron tres contratos, uno de ellos por adjudicación directa con la Presidencia de la República, por 265 mil pesos. Y otro resultado de un proceso de invitación a tres empresas, por 1 millón 26 mil pesos.
Luego en 2011 también se registraron contratos, ya en el sexenio de Felipe Calderón. En aquel año Xóchitl Gálvez seguía sin ser funcionaría pública, buscaba convertirse en gobernadora de Hidalgo, de acuerdo con el Sistema de Información Legislativa.
High Tech Services, donde fungía como representante, obtuvo tres contratos: uno con la Comisión Federal de Electricidad (CFE) por 1 millón 190 mil pesos; el segundo con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) por 2 millones 450 mil pesos; y el último con el Fondo de Cultura Económica (FCE) por cerca de 300 mil pesos.
OMEI, por otro lado, obtuvo un contrato con CFE ese año por 1 millón 790 mil pesos.
Xóchitl Gálvez seguía sin tener un cargo público. Obtuvo una candidatura para ser senadora, pero no logró el escaño. En ese año ella fue nombrada administradora única de High Tech Services en el RPC y se quedó con la mayor parte de las acciones de esa empresa.
Con ese rol de Xóchitl, High Tec Services obtuvo un contrato con el entonces Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales -hoy INAI-, por 110 mil pesos.
Gálvez seguía sin ser funcionaria pública, buscaba convertirse en alcaldesa capitalina. Ese año, el entonces IFAI contrató los servicios de OMEI, con montos de 1 millón 220 mil pesos y 7 millones 613 mil pesos, según Compranet, y la ahora candidata fue nombrada apoderada de esta empresa, según consta en el RPC.
Xóchitl Gálvez se convirtió en alcaldesa de Miguel Hidalgo, Ciudad de México, el 1 de octubre del 2015, y el día 14 de ese mes renunció formalmente como administradora única de High Tech Services, quedando como sustituta su hija, Diana Gálvez Vega. Mismo cargo que para ese momento ya tenía en OMEI, según el RPC.
También el 14 de octubre OMEI revocó a la panista como apoderada. El nombre de Xóchitl Gálvez dejó de aparecer en los documentos del RPC de ambos negocios.
Tras haber firmado 7 contratos con dependencias gubernamentales en años anteriores, durante su cargo como alcaldesa, High Tech Services y OMEI obtuvieron más del 42% de las contrataciones registradas entre 2011 y 2023.
En total consiguieron 18 contratos entre 2015 y 2018, de los que 12 fueron por adjudicación directa, 5 por invitación a cuando menos tres personas y uno por licitación pública.
En específico, OMEI recibió 13 contratos de dependencias gubernamentales por 16 millones 507 mil pesos. Mientras que High Tech Services obtuvo 5 contratos en ese mismo periodo con un acumulado de 10 millones 115 mil pesos, según datos de Compranet y la Plataforma Nacional de Transparencia.
En 2016, OMEI recibió un contrato de Senasica y otro del INEE por montos de 454 mil 440 y 2 millones 413 mil pesos.
Un año más tarde, consiguió seis contratos. Cuatro de Mejoredu que suman más de 551 mil 708 pesos, uno de INAI por 3 millones 500 mil y uno más de Senasica por 1 millón 118 mil pesos.
Por su parte, High Tech Services obtuvo en 2017 contrataciones con Mejoredu por 1 millón 566 mil, 34 mil 628 y 371 mil 200 pesos. Aunque también recibió otro de INEE por 1 millón 350 mil pesos.
Para 2018, OMEI fue contratada nuevamente por Mejoredu con 3 contratos de 30 mil 693, 497 mil 292 y más de 1 millón 802 mil pesos. Además de uno del INAI por 4 millones 250 mil pesos y otro del Senasica de 1 millón 890 mil. High Tech Services obtuvo en ese año un sólo contrato con Mejoredu por 7 millones 193 mil pesos
El siguiente cargo de Xóchitl Gálvez fue como senadora a partir de 2018 y ocupó ese puesto hasta convertirse en candidata presidencial de “Fuerza y Corazón por México”, de la mano del PAN, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Entre 2019 y 2023, las dos empresas a las que está vinculada recibieron 17 contratos. OMEI recibió 15 de ellos y High Tech Services sólo dos. De ellos, 13 fueron por adjudicación directa, dos por invitación a cuando menos tres personas y dos por licitación pública.
En 2019 el INAI firmó dos contratos con OMEI. Uno por 750 mil y otro 3 millones 700 mil pesos, mismos que fueron confirmados por la dependencia el pasado 8 de abril de 2024. Ese mismo año, Senasica y Mejoredu contrataron a esta empresa por 1 millón 301 mil y 399 mil 999 pesos, respectivamente.
Los últimos contratos de High Tech Services se registraron en 2019, cuando Mejoredu pagó 127 mil 500 y 305 mil 370 pesos por sus servicios.
Un año más tarde, y en adelante, Banobras se convertiría en uno de los clientes más frecuentes de OMEI, pues de los 17 contratos que obtuvo mientras Gálvez fue senadora, 10 fueron con esta dependencia.
Ese 2020 la empresa obtuvo dos contratos con esta dependencia por 2 millones 700 mil y 160 mil 145 pesos mexicanos. En 2021 le otorgó otros dos de 406 mil pesos cada uno, además de que la SSa también la contrató por 50 mil 804 pesos.
OMEI firmaría cuatro contratos más con Banobras en 2022 con montos de 254 mil 898, 638 mil, 825 mil 440 y 277 mil 240 pesos. Mientras en 2023 firmó las últimas dos contrataciones registradas en esos años por 672 mil 800 y 694 mil 260 pesos.
El acta constitutiva de OMEI señala que se creó en 1998 con la candidata como accionista mayoritaria. Luego en su perfil curricular se describe como fundadora y directora General de High Tech Services entre 1992 y el 2000, aunque como ya mencionamos, documentos del Registro Público del Comercio (RPC) siguieron nombrándola en varios puestos de la empresa más allá de esos años, hasta el 2015.
El Sabueso buscó las declaraciones patrimoniales de Gálvez tanto en Declaranet como en la Plataforma Nacional de Transparencia, y se localizaron únicamente ocho de 2003 a 2007.
De ellas solo dos contenían datos patrimoniales públicos, aunque sin el detalle de ingresos de ninguna de las empresas, ni tampoco datos de su cónyuge o dependientes.
En la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública, artículo 70, se señala que esos datos sobre bienes se dan a conocer públicamente sólo cuando los servidores públicos “así lo determinen”.
La candidata opositora compartió a Animal Político declaraciones de 2016, 2018 y 2024, en las que sí se leen algunos aspectos sobre las empresas, y de ahí se tomaron datos para esta nota.
De los vínculos con estas empresas, Víctor Romo también señaló que la candidata opositora “no declara su participación accionaria en la empresa de su esposo (Rubén Sánchez Manzo) que es director general y dueño de OMEI… (y) resulta que en el Registro Público de la Propiedad Xóchitl tiene el 70% de acciones”.
Sobre ello, Gálvez ha señalado que dejó de ser administradora única de la empresa en el 2010, como señala un documento en el RPC publicado en 2024.
El archivo que cita Romo es el acta de 1998 donde se constituye Operación y Mantenimiento a Edificios Inteligentes (OMEI).
Sobre si la candidata informó sobre OMEI en sus declaraciones patrimoniales, las únicas dos en Declaranet con datos públicos, de 2002 y 2003, no muestran ingresos de ninguna de las empresas.
Sin embargo, entre las declaraciones de Xóchitl Gálvez que fueron compartidas con El Sabueso se encontró que en la de 2016, cuando era alcaldesa de Miguel Hidalgo, sí mencionó ingresos de ambas empresas, aunque el archivo no muestra si pertenecen a ella, su cónyuge o dependientes.
Y en la de 2018 informó sobre la participación de su esposo e hija en OMEI con el 70 y 30% de las acciones, respectivamente, y que ella tenía el 80% de las acciones de High Tech Services. Esto en una Constancia de Recepción de Situación Patrimonial Inicial, con un sello a nombre de la Contraloría Interna del Senado de la República.
Con estos documentos la candidata opositora niega los señalamientos de Romo, de que no reportó su involucramiento con las empresas.
Sin embargo, el 24 de abril, tanto Víctor Romo como Mario Delgado, dirigente Nacional de Morena, anunciaron que pedirán al Instituto Nacional Electoral (INE) que investigue a Xóchitl Gálvez.
“Nosotros estamos asegurando que hubo falsedad en declaración, que hubo remuneraciones ilícitas, que hubo enriquecimiento ilícito y tráfico de influencias”, dijo Romo en conferencia de prensa.
Nota del Editor: En una primera versión de esta nota solo se habían contabilizado 42 contratos desde 2011, pero luego de los dichos en el segundo debate presidencial se revisó Compranet y también se encontraron contratos entre 2005 y 2010
El caricaturista viajó por el mundo en búsqueda de hechos extraños y maravillosos, y creó un imperio compartiéndolos por todos los medios.
¿Cuál fue la carta más corta jamás enviada?
La misiva de un solo carácter que le mandó el escritor francés Victor Hugo a sus editores, preguntando por su manuscrito de Los miserables.
Solamente tenía el carácter: “?“… aunque, para ser precisos, la respuesta fue igual de breve: “!“.
Esta es una de la avalancha de pequeñas historias curiosas que el caricaturista, empresario y antropólogo aficionado estadounidense Robert Ripley recopiló e ilustró para el deleite de su público.
Y ese público era multitudinario.
Sus caricaturas aparecieron en más de 300 periódicos de todo el mundo, en docenas de idiomas, y fueron leídas por muchos millones de personas.
Sus libros, programas de radio y televisión, charlas y museos eran igual de populares.
La receta de su éxito era, aunque laboriosa, sencilla: compartir hechos extraños de todo el mundo.
Pero, ¿cómo llegó Ripley, quien no terminó la escuela secundaria y aprendió a dibujar por sí mismo, a ser globalmente famoso y multimillonario?
Todo comenzó con un problema un día de diciembre de 1918.
Trabajaba como periodista deportivo en el diario New York Globe y no sabía con qué llenar el espacio que tenía asignado.
“La temporada de béisbol había terminado, no había noticias de fútbol americano, o de hockey ni de básquetbol”, le contó a BBC Witness History John Corcoran, director de exhibiciones de Ripley Entertainment.
Para salir de apuros, recurrió a un concepto con el que había experimentado en el invierno de 1916.
Improvisó una caricatura con nueve pequeños bocetos de hombres realizando hazañas deportivas únicas, como la de un hombre que había permanecido bajo el agua durante 6,5 minutos y otro que había cruzado norteamérica caminado hacia atrás.
Tituló la caricatura Champs and Chumps (Campeones y tontos), y la publicaron.
“Fue bien recibida, el editor recibió muy buenos comentarios y le dijeron: ‘Oye, ¿por qué no sigues haciendo formatos así?'”.
Lo hizo. Siguió recopilando curiosidades y un año después creó una caricatura similar, pero esta vez con otro título: Believe It or Not (Créalo o no, literalmente; titulado en español: ¡Aunque usted no lo crea!). Una tercera caricatura le siguió en 1920.
Al tiempo, fue desarrollando una gran pasión por los viajes que, tras el primero que hizo alrededor del mundo, quedó plasmada en una serie de ensayos y dibujos.
Año tras año, su creación siguió entreteniendo, aunque también provocando, a sus cada vez más seguidores.
En 1926, cuando sus caricaturas iban a empezar a publicarse en el Evening Post, Robert Ripley le escribió a sus nuevos lectores, prometiendo que sus Believe It or Not eran “todos ciertos”.
“La verdad, ya saben, es realmente más extraña que la ficción”, afirmó.
“He viajado por todo el mundo buscando cosas extrañas e increíbles. He visto hombres negros blancos, hombres blancos purpúreos, y conozco a un hombre que fue ahorcado pero aún vive.
“Créanme cuando les hablo del hombre que murió de viejo antes de cumplir seis años; del río en África que fluye al revés; de las ostras que crecen en los árboles; de las flores que comen ratones; de los peces que caminan y de las serpientes que vuelan”.
En general, le creían. Solo que a veces…
En 1927, Charles Lindbergh emprendió su peligroso viaje en solitario a través del Atlántico, volando sin escalas en su avión monomotor Spirit of St. Louis desde Nueva York hasta París, como recuerda Neal Thompson en su libro Un Curioso Hombre: La Vida Extraña y Brillante de Robert ‘Aunque Usted No lo Crea’ Ripley.
Se convirtió en un héroe instantáneo por lograr una hazaña que se creía imposible: cruzar un océano en un día y medio, viajando a 60 millas por hora durante más de 3.000 millas, volando solo durante la noche, en medio de tormentas, sin dormir.
Meses después, Robert Ripley lo representó en su popular caricatura pero, en lugar de colmar de elogios al aviador, declaró que Lindbergh no era el primero, sino el 67.º hombre en realizar un vuelo sin escalas a través del Atlántico.
Cuenta Thompson que miles de lectores furiosos enviaron cartas y telegramas incrédulos, reprendiendo a Ripley por insultar a un icono estadounidense, llamándolo mentiroso (y otras cosas).
La verdad era que…
Efectivamente, 66 personas habían cruzado el Atlántico sin escalas antes de Lindbergh, lo que no le restaba mérito al héroe, pero sí precisaba, instruía y entretenía.
No fue la única vez que, a pesar de la garantía de certeza ofrecida por Ripley, muchos se negaban a creerle, y se lo hacían saber escribiéndole cartas, a veces miles cada día.
Eso le daba la oportunidad de hacer algo que le encantaba: demostrar la veracidad de afirmaciones impactantes.
Para hacerlo, Robert Ripley dependía en gran medida de un socio silencioso, Norbert Pearlroth, un exbanquero y consumado lingüista con una memoria casi fotográfica, al que había contratado en 1923.
Para 1929, Ripley ya era una celebridad, pero su popularidad estaba a punto de estallar.
Cuando el magnate de la prensa y los medios estadounidenses William Randolph Hearst leyó su recién publicado libro Believe It or Not, le envió un telegrama a uno de sus editores en Nueva York.
Contenía dos palabras: “Hire Ripley” (“Contrata a Ripley”)
De la noche a la mañana apareció en cientos y cientos de periódicos, y entró en las grandes ligas.
“Fue interesante porque ciertamente era una persona muy tímida”, comentó Corcoran.
“No era especialmente guapo, tenía los dientes salidos y era regordete. Pero realmente se sumergió en la vida social: le encantaba pasar el rato con las celebridades y organizar fiestas”.
En el apogeo de su popularidad en la década de 1930, su columna sindicada le reportaba U$7.000 a la semana y era leída por más de 60 millones de personas al día.
Su salario anual rivalizaba con el de las estrellas de Hollywood James Cagney y Gary Cooper.
Es más: los ingresos por su columna, sus libros y sus conferencias alcanzaron el medio millón de dólares, todo esto en medio de la Gran Depresión.
Además de un apartamento lujoso con vistas al Central Park de Manhattan y una hacienda en Florida, compró una pequeña isla que llamó BIOM, que es un acrónimo de Believe It or Not.
Ahí tenía una mansión repleta de curiosidades coleccionadas de todo el mundo, con un ejército de sirvientes y un puñado de novias que lo adoraban.
Además era un trotamundos
A pesar de que le tenía miedo a volar, fue una de las personas que más viajó en su época, visitando 201 de los 235 países reconocidos en su momento.
Por ello, por su afición por recolectar historias de maravillas (y por idea de los publicistas de Hearst), se le comparaba con el explorador del siglo XIII Marco Polo.
Y expandió su imperio a la radio con programas en varios formatos en NBC, CBS y MBS.
“A Ripley se le ocurrían estas ideas locas, como transmitir debajo del agua o desde un paracaídas. Pero contaba con un productor de radio llamado Doug Storer, que era un verdadero emprendedor”, señaló Corcoran.
Una de las hazañas fue transmitir en 1934 un programa de radio en vivo para “todo el mundo”.
Para lograrlo, reunió a 10 traductores en los estudios WINS de Nueva York para traducir su programa a varios idiomas. Las diferentes traducciones se conectaron simultáneamente a redes y transmisores de todo el mundo.
Su popularidad se vio reflejada en unas encuestas realizadas en EE.UU. en 1936 en la que le preguntaron a los niños quiénes querían ser cuando grandes.
Ripley obtuvo la mayoría de votos, superando al presidente Franklin Roosevelt, al boxeador Jack Dempsey y al magnate del automóvil Henry Ford.
En 1949, incursionó en el único medio de comunicación que aún no había conquistado: la televisión.
El programa, basado en su caricatura, fue un éxito inmediato.
Pero solo logró hacer 12 episodios.
El 24 de mayo, Robert Ripley estaba en el estudio para grabar el decimotercero y, en medio del programa, se desplomó sobre su escritorio, inconsciente.
Murió a los pocos días.
Su legado sigue vivo hoy en día en forma de museos en varios lugares del mundo y un libro con historias e imágenes inusuales publicado anualmente.
“Creo que a todos nos gusta saber lo que es posible o lo que es imposible. Algunas cosas parecen tan inverosímiles que te preguntas: ¿podría suceder eso realmente? Y esa fue la base de Believe it or not”, opina Corcoran.
“Aunque todo es real, no hay absolutamente nada falso, Robert Ripley se acercó tanto los límites de lo factible que te costaba creer que fuera real“.
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