¿Sabías que puedes animarte a adoptar un ajolote en la UNAM? Esto es gracias a su campaña #AdoptAxolotl, que existe desde hace un año.
Esta nació para preservar al ajolote mexicano (Ambystoma mexicanum) y su hábitat en Xochimilco. Y el año pasado lograron recaudar 400 mil pesos destinados a la conservación de la especie y su hábitat.
Este año, regresa #AdoptAxolotl para duplicar la cifra y con nuevas noticias, como el nuevo hogar de esta especie ¡que también está en la UNAM!
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Durante la campaña #AdoptAxolotl 2022, el Laboratorio de Restauración Ecológica del Instituto de Biología de la UNAM logró 457 adopciones de axolotes y chinampas-refugio, gracias a la recaudación de $456,551.97 pesos que se llevó a cabo de noviembre de 2022 a septiembre de 2023.
Este año, la meta es alcanzar un millón de pesos para continuar con la conservación del ajolote, pero también para dar mantenimiento a las chinampas-refugio que hacen propicia la permanencia de esta especie.
Diana Laura Vázquez Mendoza, coordinadora de la campaña #AdoptAxolotl celebró que los 498 donativos que recibieron durante el 2022 se lograron gracias al apoyo de escuelas, empresas, sociedad civil, universidades y la embajada británica.
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Vamos por partes: NO te llevas un ajolote a tu casa. Más bien es una aportación que ayuda en distintos aspectos a los ajolotes (y además puedes deducir de tus impuestos).
La donación va dirigida al monitoreo de los 120 ajolotes que viven en la colonia experimental que está dentro del Laboratorio de Restauración Ecológica en el Instituto de Biología.
Ahí, expertos como el médico veterinario Horacio Mena y un equipo multidisciplinario de especialistas se encargan todos los días de sus cuidados.
Eso incluye proporcionarles alimento, medicamento y variables hidrológicas que les permitirán tener, en un futuro, individuos listos para reintroducirlos en las chinampas refugio de Xochimilco, fundamental para la recuperación de su ecosistema.
Esos gastos del mantenimiento de esta colonia de ajolotes son fundamentales para continuar con los estudios e investigación de la especie.
Hasta hace dos décadas no se sabía cómo se encontraba la población del Ambystoma mexicanum en México. Fue gracias a que la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) pidió al doctor Luis Zambrano un estudio para conocer la situación del ajolote mexicano en el país.
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“Llevamos 20 años en el Laboratorio de Restauración Ecológica del Instituto de Biología de la UNAM trabajando por el rescate de Xochimilco y el rescate del ajolote. En el 2000, a principios de este siglo, no sabíamos cuántos ajolotes había en Xochimilco, si estaban en peligro de extinción o no. A partir de los datos obtenidos nos dimos cuenta que el ajolote estaba en peligro de extinción”, detalló Zambrano.
¿Te interesa ser parte de #AdoptAxolotl? Ingresa a este enlace y encontrarás distintas formas de adoptar un ajolote.
Por ejemplo, con un donativo de $200 puedes invitar a cenar a un ajolote. O por uno de $600, adopta un ajolote por un mes.
Hay más paquetes de donación y cada uno incluye desde certificados y postales, gasta visitas guiadas con un especialista para que conozcas en persona a la colonia de ajolotes.
Próximamente, el nuevo hogar del ajolote mexicano estará en el Pabellón Nacional de la Biodiversidad del Instituto de Biología de la UNAM.
Esta iniciativa permitirá al público conocer de cerca el trabajo que durante 20 años el Laboratorio ha realizado por la conservación de esta especie.
De acuerdo con especialistas del Laboratorio, rehabilitar cada chinampa-refugio cuesta 250 mil pesos, aproximadamente; mientras que, para su mantenimiento se destinan 105 mil pesos anuales sin pausar.
El Dr. Luis Zambrano, biólogo y especialista en el estudio del ajolote mexicano, señaló que la organización Conservación Internacional México y el Laboratorio de Restauración Ecológica concretan una nueva alianza con ocho chinampas refugio nuevas.
En los humedales de Xochimilco, en la Ciudad de México, se encuentran 18 personas productoras dedicadas a las actividades del proyecto chinampa-refugio.
Pedro Méndez, Marco del Valle, Dionisio Eslava, Azael Meléndez, Víctor López, Felipe Barrera, Claudia Medina, Leonel Efraín, Agustín Galicia, Eleazar García, Cassandra Garduño, Cutberto Bermúdez, José de la Cruz, Crescencio Hernández, Julio Mora, Basilio Rodríguez, Pedro Capultitla y Ernesto Reyes son las personas productoras que trabajan en el proyecto de chinampa refugio.
El Dr. Zambrano señaló que la relación con chinampa-refugio está enfocada en recuperar la tradición de la práctica de la chinampería pero con técnicas actuales.
“Ya logramos 40 chinampas rehabilitadas, 26 refugios, 71 biofiltros y 5.5 kilómetros de líneas de canales en donde los ajolotes pueden sobrevivir”, destacó el especialista.
Además de la campaña #AdoptAxolotl, otra forma de apoyar al ajolote mexicano es a través de Tienda UNAM con la compra de productos en línea como playeras, gorras y tazas con diseños de esta especie.
Las ganancias por la venta de estos productos van dirigidos al Instituto de Biología para apoyar en la conservación del ajolote mexicano y su refugio.
Y recuerda, tu donativo no solo dará esperanza a proteger a este espacio sino también a mejorar la calidad del agua de Xochimilco para mitigar la crisis climática que vive la Ciudad de México.
Attenborough afirma que el estado de los océanos casi le ha hecho perder la esperanza en el futuro de la vida en el planeta. Pero lo que lo ha alejado de la desesperación es que el océano puede “recuperarse más rápido de lo que jamás habíamos imaginado”.
El célebre naturalista y divulgador científico británico David Attenborough presenta este martes una de las películas más importantes de su carrera, en vísperas de cumplir 99 años.
Su nuevo largometraje, Océano, puede ser decisivo para salvar la biodiversidad y proteger al planeta del cambio climático, dice, asegurando que aún estamos a tiempo de hacerlo.
“Después de casi 100 años en el planeta, ahora entiendo que el lugar más importante del planeta no está en la tierra, sino en el mar“, señaló.
El océano es el sistema de apoyo del planeta y el mayor aliado de la humanidad contra la catástrofe climática, argumenta la película, que muestra cómo los océanos del mundo se encuentran en una encrucijada.
El estreno del filme tendrá lugar en el Royal Festival Hall, en Londres, y contará con una alfombra azul (y no roja).
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Toby Nowlan, productor de Océano, afirma que esta nueva producción no es la típica película de Attenborough: “No se trata de ver nuevos comportamientos en la historia natural. Es el mensaje más importante que ha comunicado”.
La película documenta cómo el estado de los océanos del mundo y nuestra comprensión de su funcionamiento ha cambiado a lo largo de la vida del naturalista, que cumple los 99 años este 8 de mayo.
David Attenborough recuerda su primera inmersión en la Gran Barrera de Coral en 1957: “Me quedé tan sorprendido por el espectáculo que tenía ante mí que momentáneamente olvidé respirar”.
Desde entonces, se ha producido un declive catastrófico en la vida en los océanos del mundo. “Casi no nos queda tiempo”, advierte.
Océano contiene algunas de las imágenes más gráficas jamás vistas del daño que la pesca de arrastre de fondo —una práctica pesquera habitual en todo el mundo— puede causar en el lecho marino.
Según el naturalista, es un claro ejemplo de cómo la pesca industrial puede acabar con la vida de los océanos del mundo.
Las nuevas imágenes muestran cómo la cadena que estos barcos arrastran tras de sí socava el lecho marino, obligando a las criaturas que perturba a introducirse en la red que queda detrás.
Con frecuencia buscan una sola especie, de manera que más de tres cuartas partes de lo que capturan puede ser desechado.
“Es difícil imaginar una forma más derrochadora de capturar peces”, comenta Attenborough.
El proceso también libera grandes cantidades de dióxido de carbono que contribuyen al calentamiento de nuestro planeta.
No obstante, la pesca de arrastre de fondo no solo es legal, sino que muchos gobiernos la fomentan activamente.
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Attenborough afirma que el estado de los océanos casi le ha hecho perder la esperanza en el futuro de la vida en el planeta. Pero, lo que lo ha alejado de la desesperación es lo que él llama “el descubrimiento más extraordinario de todos”: que el océano puede “recuperarse más rápido de lo que jamás habíamos imaginado”.
El naturalista dice también que la historia de las ballenas del mundo ha sido para él una fuente de enorme optimismo.
Se calcula que la industria ballenera mató 2,9 millones de ballenas solo en el siglo XX. Los científicos afirman que se trata de la mayor matanza de animales de la historia en términos de biomasa total. Esto llevó a casi todas las especies de ballenas al borde de la extinción.
Solo quedó un 1% de ballenas azules, dice David Attenborough: “Recuerdo que pensé que eso era todo. No había vuelta atrás. Habíamos perdido las grandes ballenas”.
Pero en 1986 los legisladores cedieron a la presión pública y prohibieron la caza comercial de ballenas en todo el mundo. Desde entonces, la población de ballenas se ha recuperado rápidamente.
Uno de los directores de la película, Keith Scholey, trabajó con el naturalista durante 44 años. “Cuando conocí a David, yo iba en pantalón corto”, bromea. Fue en 1981, dos años después de que dimitiera como director de programas de la BBC, uno de los puestos más altos de la corporación. “Había hecho una carrera y se iba a la siguiente”.
A pesar de estar a punto de cumplir 99 años, Attenborough sigue mostrándose extraordinariamente enérgico, comenta Scholey. “Cada vez que trabajas con David, aprendes algo nuevo”, dice. “Es muy divertido. Pero además, David te mantiene alerta, porque él está muy alerta y, ya sabes, siempre es un proceso muy creativo”.
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El mensaje de David Attenborough en la película es que no todo está perdido.
Los países prometieron proteger un tercio de los océanos del mundo y él espera que su nueva película anime a los líderes a actuar con firmeza para cumplir esta promesa en una conferencia de la ONU el mes próximo.
Él cree que eso podría ser transformador.
“El océano puede volver a la vida”, dice. “Si se lo deja en paz puede no solo recuperarse, sino prosperar más allá de lo que nadie vivo haya visto jamás”.
Un ecosistema oceánico más sano también podría atrapar más dióxido de carbono, y ayudar así a proteger al mundo del cambio climático, según los científicos.
“Tenemos ante nosotros la oportunidad de proteger nuestro clima, nuestros alimentos, nuestro hogar”, concluye Attenborough, quien, a sus casi 99 años, continúa luchando por proteger el mundo natural del que a lo largo de su vida nos ha mostrado en todo su esplendor.
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