
El Poder Judicial de la Federación (PJF), la Secretaría de Salud y la entonces Procuraduría General de la República (PGR) fueron las beneficiarias, en partes iguales, de los 205 millones 564 mil 763 dólares decomisados el 15 de marzo de 2007 en la Ciudad de México (CDMX), al ciudadano Zhenli Ye Gon, según los datos oficiales que proporcionó la PGR en su informe de labores 2007.
Este jueves 18 de julio, el presidente Andrés Manuel López Obrador, declaró que su gobierno investigaría el paradero de los 205.5 millones de dólares decomisados hace 12 años al empresario.
“Yo acabo de mandar, ordené que me hicieran una investigación hasta donde se pueda para saber dónde quedó el dinero porque imagínense que el presidente de México no sepa dónde quedó el dinero. Yo acabo de mandar ordenar esa investigación”, dijo.
Tras la declaración de López Obrador, el expresidente Felipe Calderón (2006-2012), dijo desde su cuenta de Twitter que el dinero decomisado a Ye Gon se destinó a la construcción de 335 Centros “Nueva Vida” de Prevención y Tratamiento de Adicciones en el país.
Sr. Presidente @lopezobrador_: El dinero decomisado al Sr. Ye Gon se destinó a la construcción de 335 Centros *Nueva Vida” de Prevención y Tratamiento de Adicciones en el país. Entiendo que dijo que nunca se había hecho nada al respecto pero, afortunadamente, hay otros datos.
— Felipe Calderón (@FelipeCalderon) July 18, 2019
El informe anual de la PGR de 2007, en ese entonces encabezada por el actual ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) Eduardo Medina Mora, enumera las acciones emprendidas contra Ye Gon y señala que, a raíz de la decisión tomada el 9 de julio de ese año por el Ministerio Público de la Federación que investigaba a Ye Gon, se estableció que “el total del dinero incautado (y los bienes asegurados) causó abandono a favor del fisco federal”, por lo que los 205.5 millones se asignaron a favor de las tres instancias señaladas.
La decisión del Ministerio Público fue publicada el 18 de julio de 2007 en el Diario Oficial de la Federación (DOF).
De acuerdo con la PGR, cada dependencia recibió 68 millones 521 mil 587.7 dólares, unos 736.6 millones de pesos de la época (con un tipo de cambio de 10.75 pesos por dólar).
En el caso del resto de bienes incautados —siete automóviles, una casa en la Ciudad de México, obras de arte y joyas—, fueron puestos a disposición del Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE), dependiente de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público que finalmente los subastó el 30 de septiembre de 2011.
La repartición de los 205.5 millones de dólares al PJF, la SSA y la PGR generó, en su momento, una serie de críticas por parte de los legisladores de oposición al PAN, quienes cuestionaron la rapidez con la que actuaron las autoridades para decomisar el dinero del ciudadano chino nacionalizado mexicano.
El jueves 26 de julio de 2017, el entonces senador del PRI, Carlos Lozano, dijo que la premura con la que actuaron las autoridades de la PGR crea “suspicacias”, porque fue muy apresurada la acción cuando todavía ni siquiera empezaba el juicio en su contra.
La entonces diputada del PRD Marisela Contreras declaró por su parte que el traslado de los dólares a un banco extranjero ponía bajo sospecha al gobierno federal, a quien acusó de que querer borrar evidencias aun cuando las investigaciones contra Ye Gon no habían concluido.
Tras la polémica por la repartición de los recursos el entonces secretario de salud, José Ángel Córdova Villalobos, explicó en su momento que en el caso de los recursos destinados a la dependencia en su cargo serían utilizados en el programa de Prevención y Tratamiento de las Adicciones en México.
“El dinero viene a aliviar en mucho las necesidades que se tienen para construir por parte del gobierno federal 300 unidades o centros de prevención en todo el país, de los cuales 70 estarán terminados este año…El recurso ya estaba siendo transferido para que en esto días se pueda contar con él. El compromiso es que el dinero va a ser depositado en la cuenta que corresponde a la secretaría”, dijo el exsecretario.
En el caso del PJF y la PGR, las dependencias no dieron mayores detalles sobre el destino específico del recurso. Solo la SSA informó lo que hizo con el dinero.

“El camino de ida puede ser largo, pero está lleno de esperanza. Sin embargo, el regreso es más difícil”, cuenta Sasha.
Sasha viaja en un tren nocturno que se adentra en una zona de guerra. La joven de 22 años va en el llamado “tren del amor”, que parte desde la capital ucraniana, Kyiv, para encontrarse con el hombre que ama en Kramatorsk, una ciudad en la región de Donetsk, en el este del país. El reencuentro será muy esperado, pero también breve.
Mientras toma su café de la mañana, Sasha le dice a BBC News: “No me preocupo por mí misma, sino por mi esposo. En este momento, él está saliendo de su posición”.
El viaje es agotador y muy peligroso, pero para Sasha, vale la pena el esfuerzo. “El camino de ida puede ser largo, pero está lleno de esperanza. Sin embargo, el regreso es más difícil”, comenta.
Desde el 5 de noviembre de 2025, Ferrocarriles Ucranianos ha suspendido los servicios de tren en Donetsk debido a la intensificación de los ataques contra la infraestructura ferroviaria. Ahora, el tren no se detiene en la propia Kramatorsk, sino en un pequeño pueblo que se encuentra a dos horas en autobús de la ciudad.
“Y durante ese transbordo, cualquier cosa puede pasar”, dice Sasha. “Pero es bueno que los trenes sigan funcionando, porque eso da esperanza”, añade.
Sasha se casó en agosto de 2025.
“Dmytro me lo dijo de inmediato: serás mi esposa. No le creí. No tenía planeado casarme antes de los 25 años”, dice ella con una sonrisa.
Su esposo es militar de carrera. Siete de sus 26 años de vida los ha pasado en las fuerzas armadas de Ucrania. Sasha también tiene vínculos con el ejército. “Todos los hombres de mi familia sirven. Mi padre es policía, pero después de jubilarse también se unió a las fuerzas armadas. Mi hermano mayor también está en el ejército”, explica.
Sasha viaja a Kramatorsk casi todos los meses. Desearía poder hacerlo con más frecuencia, pero para Dmytro es difícil conseguir permisos.
Después de la boda, Sasha llegó a considerar mudarse a Kramatorsk. “Hablamos de ello a principios de septiembre. Y hace un mes, volvimos a hablarlo. Y hace una semana. Hablamos de eso todo el tiempo, pero obviamente ahora no es posible porque Kramatorsk es peligrosa”, explica.
Dmytro elige zonas relativamente tranquilas y seguras para sus breves reencuentros, pero aún así, la ciudad sigue siendo “muy ruidosa” y hay “muchos ataques”. “Cuando él duerme a mi lado, no tengo miedo a nada”, añade Sasha.
El tren que toma desde Kyiv es de alta velocidad. Pero ese día, tiene un retraso de al menos dos horas.
“Va rápido hasta Poltava, pero una vez que llegamos a la región de Járkiv, tenemos que dar rodeos debido a los bombardeos a la infraestructura. Nunca se puede estar seguro de cuándo llegaremos. La gente se va enterando sobre la marcha”, explica el inspector del tren.
A veces el viaje se complica aún más después de que el tren llega al final del trayecto en la ciudad de Barvinkove. En una ocasión, el autobús estaba estacionado lejos de la estación y, finalmente, se marchó sin ella.
“Vi a una taxista”, recuerda Sasha. “Simplemente la convencí para que me llevara a Kramatorsk. Condujimos a través de la niebla durante unas tres horas. La carretera estaba llena de baches”.
“Lo único que me ayuda a seguir adelante es el sentido común: que todavía estamos vivos, hay comunicación, transporte y podemos vernos”, dice Sasha con una sonrisa.
Y después de cada encuentro, comienza a prepararse para el siguiente.
En el andén de Barvinkove, la gente desembarca con cautela. La niebla del atardecer añade atmósfera y, para algunos, una sensación de calma. “Cuando hay niebla, vuelan menos drones”, se susurran las abuelas entre sí.
En la oscuridad, quienes bajan del tren no están muy seguros de hacia dónde ir. La única opción es seguir a la multitud, compuesta en su mayoría por personas vestidas de camuflaje.
Un hombre con barba abraza suavemente a una chica con una chaqueta blanca. Me acerco a la pareja para charlar.
“Tomé valeriana para no llorar. La última vez lloré todo el tiempo y no pudimos despedirnos adecuadamente”, dice Polina, quien conoció a Andriy en un autobús hace cuatro meses. Él se dirigía a alistarse en el ejército. Ella regresaba a casa desde la costa.
Polina tiene 24 años y esta es su primera visita a Kramatorsk. Antes Andriy solía viajar a Kyiv los fines de semana.
“No llevamos mucho tiempo juntos y realmente ansiamos este tiempo a solas. En un momento dado, le dije a Andriy que ya no me importaba: vendría aunque fuera por medio día, solo para tomar un café juntos”, comenta ella.
Finalmente, a Andriy le dieron un pase de fin de semana, y Polina compró un billete de tren.
“Las relaciones a larga distancia son difíciles”, admite Polina. “Cuando Andriy no responde, empiezo a preocuparme de inmediato… pero puede que simplemente se esté duchando o algo así. Además, cada vez que nos vemos, siento que tenemos que volver a acostumbrarnos a la presencia física del otro, porque no nos conocemos desde hace tanto tiempo”.
El peligro es constante. Temprano por la mañana, cuando el tren de Polina llegó de vuelta a Kyiv, escuchó explosiones en el andén. Esa noche, la capital había soportado una de sus alertas de ataque aéreo más largas: más de 10 horas. Más tarde se confirmó que hubo decenas de heridos y dos muertos.
Mientras tanto, los trenes que llevan a las parejas a las ciudades de primera línea también alejan a las familias de ellas. Las autoridades locales instan regularmente a la población a marcharse por seguridad. El frente de batalla está a solo 20 km de las ciudades de Kramatorsk y Sloviansk. Ambas están bajo constantes bombardeos y también al alcance de los drones.
Cada día, unas 200 personas llegan al centro de evacuación en el límite de las regiones de Járkiv y Donetsk en busca de seguridad.
Algunos viajan en sus propios vehículos con un plan claro para su vida futura. Otros esperan el tren de evacuación de los Ferrocarriles Ucranianos, aunque con retraso debido a los constantes ataques rusos acabará por llegar.
“Ya estoy deseando que llegue el próximo encuentro”, dice Sasha con nostalgia. “Simplemente no hay tiempo para las lágrimas ni para la desesperación”.
Con reportería adicional del equipo de periodismo global de la BBC.
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