
En menos de cinco meses de este 2025, ya en la nueva administración de Claudia Sheinbaum, más de mil adolescentes y jóvenes mexicanos de entre 15 y 19 años están desaparecidos.
Este dato supone hasta un 75 % más de casos activos que en el mismo periodo del año pasado que, de por sí, ya había batido el récord como el año con más adolescentes y jóvenes desaparecidos desde que en 2020, en el segundo año de López Obrador, se presentó la versión pública del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas de la Segob.
De acuerdo con las estadísticas oficiales de ese registro, hasta el 20 de mayo de este año sumaban 2 mil 785 denuncias de desaparición de adolescentes y jóvenes de entre 15 y 19 años, de las cuales 1 mil 068 continúan activas. Es decir, a día de hoy, hay más de un millar de jóvenes en México que permanecen en paradero desconocido.
Este dato casi duplica al de 2024, y es un 215 % superior al de 2023, cuando para ese mismo periodo había 339 casos activos.

También supone un alza del 191 % respecto al mismo periodo de 2020, el año de la pandemia (366 casos), y de un 252 % respecto a 2019 (303 casos). De hecho, los más de mil jóvenes desaparecidos de estos apenas cinco meses de 2025 ya superan, por ejemplo, a todos los registrados en 2022 (879).
De continuar así la tendencia durante el presente año, se batirá el récord de 2024, que en 12 meses registró 1 mil 717 casos activos de adolescentes y jóvenes desaparecidos; 634 más que en 2023, un 60 %; y 838 más que en 2022, un 96 %.
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Además de reflejar un aumento notable de jóvenes desaparecidos, las estadísticas del Registro Nacional también apuntan otra realidad: en el pasado sexenio de López Obrador fueron encontrados muertos 656 adolescentes y jóvenes de entre 15 y 19 años, con un promedio de 109 casos al año. En el arranque de este nuevo sexenio de Claudia Sheinbaum suman 28 jóvenes localizados sin vida.
Por entidades federativas, un análisis realizado por Animal Político revela que tanto en lo que va de este 2025, así como en 2024 y 2023, la Ciudad de México y el vecino Estado de México se han intercalado los dos primeros lugares con más casos de hombres y mujeres jóvenes desaparecidos.
Por ejemplo, en lo que va del año, suman 190 jóvenes que siguen desaparecidos en la capital mexicana, que ocupa hasta el momento el lugar número uno. De ese total, son más las mujeres jóvenes desaparecidas (118) que los hombres (72).
El Estado de México ocupa el segundo lugar, con 178 casos vigentes (107 mujeres, 71 hombres); y Puebla, el tercero con 124 casos mayoritariamente de mujeres (82 frente a 42 hombres). En este caso, cabe destacar que en todo 2024, Puebla registró 78 casos vigentes, por lo que el aumento en menos de cinco meses de 2025 fue de casi un 60 %.
Sinaloa, que desde el verano pasado vive inmersa en una cruenta batalla al interior del cártel de Sinaloa, ocupa el cuarto lugar con 42 casos activos, de los cuales casi todos son de hombres (36 frente a 6); y Sonora, otro estado afectado por la violencia criminal de los cárteles y las desapariciones, está en el lugar cinco con 39 adolescentes y jóvenes desaparecidos (29 frente a 10).
En 2024, que hasta ahora es el año con más casos activos de adolescentes y jóvenes desaparecidos, el Estado de México lideró la lista con 350 casos (141 hombres y 209 mujeres); en segundo lugar, la Ciudad de México con 224 (82 hombres, 142 mujeres); en tercer lugar, Baja California con 117; en cuarto, Michoacán con 100; y en quinto lugar, Nuevo León con 82.
El top 10 en 2024 lo cerraron Zacatecas con 80 casos; Sonora, 77; Sinaloa, 68; Guanajuato, 63; y Chiapas, 54. Cabe señalar que todos estos estados se encuentran en un contexto marcado por la violencia desatada por los cárteles de la droga.
Por ejemplo, en octubre del año pasado, Animal Político publicó que en tan solo dos meses de ‘guerra’ interna en el cártel de Sinaloa, tras la detención de Ismael ‘El Mayo’ Zambada en Estados Unidos que desató un enfrentamiento entre las facciones de ‘los chapitos’ y ‘la mayiza’, sumaban más de 100 jóvenes desaparecidos. Mientras que en noviembre de ese mismo año, este medio también reveló que en 2024 se habían duplicado las desapariciones de adolescentes y jóvenes en Chiapas, con 208 casos activos.
En 2023, de nuevo el Estado de México (221 casos) y la Ciudad de México (137) fueron las entidades con más adolescentes y jóvenes desaparecidos, seguido de Nuevo León (87), Zacatecas (77) y Michoacán (66).
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En cuanto a las edades y el sexo de los desaparecidos, otro análisis realizado por Animal Político apunta que el grupo más afectado por las desapariciones en el país es entre los 15 y 17 años, con 777 casos que continúan vigentes, el 72 % del total registrado en 2025.
Y dentro de este bloque de edad, destaca que son mayoría los casos de mujeres desaparecidas. Por ejemplo, de los 281 casos de 15 años, 175, el 62 %, son mujeres; y de 16 años, 177, el 61 %, también son mujeres.
En cambio, de los 151 casos de 18 años, el 63% son hombres; y de los 139 de 19 años, casi un 70 % también son hombres.
Juan Martín Pérez García es el coordinador de Tejiendo Redes Infancia en América Latina y el Caribe, y uno de los expertos más reconocidos en el tema del reclutamiento de adolescentes y jóvenes por parte del crimen organizado. En entrevista, cuando se le plantea algunos de los datos oficiales sobre el aumento de adolescentes y jóvenes desaparecidos en el país, Pérez García plantea que, si bien no hay datos acerca de cuántos jóvenes son reclutados por el crimen organizado, una posible explicación de ese aumento en las desapariciones tendría que ver con eso, con el reclutamiento, y con la “agudización” de la llamada ‘guerra contra el narco’ y la expansión de los grupos criminales.
“En esa guerra hay armas que se trajeron de Estados Unidos y que se tienen que disparar, y hay territorios por controlar y mantener bajo dominio, y para eso los grupos delictivos necesitan jóvenes que, tristemente, asumen un doble rol en este tema: son víctimas y victimarios”, señala el activista, que explica que en ese reclutamiento puede haber varias modalidades.
“No todo reclutamiento es para sicariato”, subraya. “También hay explotación laboral, por ejemplo. O sea, tienen a los jóvenes como esclavos o los utilizan para servidumbre”.
Otra de las ‘tareas’ más recurrentes para los que reclutan a adolescentes y jóvenes, agrega Juan Martín, es para labores de vigilancia, para el clásico ‘halconeo’.
“Estos grupos necesitan tener vigilancia de los territorios controlados, y tienen además una enorme economía informal que también requiere de vigilancia. Y para esas labores utilizan a los adolescentes y jóvenes reclutados, a los que también utilizan, por ejemplo, para el cobro de las extorsiones, o para traslados entre un punto y otro de la ciudad”.
En cuanto a las mujeres, el experto apunta que buena parte de las desapariciones se explican por dos temas: la explotación sexual y los feminicidios.
“La producción de material de explotación sexual digital de niñas, jóvenes y mujeres está generándose desde vías criminales y hasta cotidianas”, apunta Juan Martín.

“Además –agrega–, recordemos que nuestro país ha sido señalado insistentemente en la última década como uno de los mayores productores de material de explotación sexual digital de niñas y adolescentes, y obviamente para eso se necesitan víctimas que, lamentablemente, son esclavas sexuales”.
Por último, el coordinador de Tejiendo Redes Infancia puso sobre la mesa que, ya desde el pasado gobierno de la hoy presidenta Claudia Sheinbaum al frente de la capital mexicana, le expusieron la preocupación por el aumento de la desaparición de jóvenes, a pesar de lo cual no hubo respuesta que se tradujera en alguna política pública para abatir este fenómeno.
“El tema del reclutamiento se ha querido invisibilizar. Y lamentablemente, continuará creciendo en tanto no se asuma que el reclutamiento de adolescentes y jóvenes ya es un tema de seguridad nacional”, recalca Juan Martín.

Según cifras del gobierno, 14,2 millones de personas viven bajo el nivel de pobreza en Reino Unido. Algunas familias dependen de bancos de alimentos para cubrir todas sus necesidades.
El esposo de Nicole, una madre de cinco hijos que vive en el Gran Manchester, en el noroeste de Inglaterra, trabaja a tiempo completo, pero el dinero no le da para llegar a fin de mes.
Y aunque asegura que a sus pequeños no les falta lo esencial, la familia ha tenido que recurrir a bancos de alimentos para atender todas sus necesidades.
Esto pese a la presión social generada por las personas que ven con recelo las prestaciones sociales para los más necesitados en Reino Unido.
“Me avergonzaba usar los bancos de alimentos, especialmente con mi esposo empleado. Pero algunas personas no se dan cuenta de los problemas [económicos] que pueden enfrentar las familias aun cuando trabajan”, sostuvo Nicole el pasado noviembre en una entrevista con la BBC sobre un posible aumento de ayudas sociales para los hogares con más de dos niños.
“Ellos no se dan cuenta de que las circunstancias de todos no son iguales. Y son los niños los que están sufriendo por ello, ¿cómo puede la gente ignorar eso?”, agregó.
La familia de Nicole no está sola en esta problemática.
El gobierno estima que 14.2 millones de personas están bajo el nivel de pobreza luego de pagar los costos relacionados con la vivienda.
Mientras que el número de niños en situación de pobreza en Reino Unido alcanzó su nivel más alto desde que comenzaron los registros comparativos en 2002.
Para abril de 2024, 4.5 millones de menores eran parte de un hogar con ingresos relativamente bajos, según la medida oficial del gobierno para definir la pobreza.
La cifra, publicada por el Departamento de Trabajo y Pensiones, supone un aumento de 100 mil niños respecto al año anterior, y equivale al 31% de los niños del país.
El número aumentó drásticamente desde 2021, y Child Poverty Action Group (CPAG), una ONG que investiga sobre la pobreza infantil en Reino Unido, predice que 4.8 millones de niños estarán en situación de pobreza para el final de término del actual gobierno laborista (2029-30).
Adam Corlett, un economista del think thank Resolution Foundation, le dijo a la BBC en marzo que “los datos más recientes son un recordatorio contundente de la magnitud de la privación entre las familias, con casi un tercio de los niños en Gran Bretaña viviendo ahora en la pobreza”.
Danielle, una madre de cuatro niños, tuvo una relación de 15 años con el padre de sus hijos que terminó en enero.
Ahora está sola y sin empleo; dejó su trabajo para cuidar a uno de sus pequeños que tiene una discapacidad.
En una entrevista con la BBC también en noviembre, comentó que tuvo que advertirle a sus niños sobre la posibilidad de no poder regalarles “mucho” por Navidad.
“Ahora estoy sola y es difícil”, sostuvo.
Cuando Danielle se separó de su pareja, ella y sus hijos, de entre dos y 13 años, recibieron apoyo de la organización benéfica para personas sin hogar The Wallich.
La familia fue trasladada a un alojamiento temporal, pero la mudanza significó que “perdió parte de su red de apoyo”, comentó, por su parte, Jamie-Lee Cole, quien trabaja en la ONG.
“Y ahora estoy en esta situación en la que no puedo ir a trabajar, pero espero que algún día pueda volver a hacerlo”, añadió Danielle, de 32 años.
La mujer afirmó que sus hijos carecen de “muchas cosas” y que está preocupada por la temporada festiva.
“Hoy en día nada es barato”, indicó.
“Les dije que pueden tener lo que yo pueda permitirme, y si no lo tienen, no hay nada que pueda hacer”.
Danielle y Nicole, ambas en entrevistas realizadas en fechas separadas, afirmaron que una nueva política impulsada por el gobierno Laborista del primer ministro Keir Starmer podría ser de gran ayuda para sus familias.
La iniciativa, sin embargo, no entrará en vigor hasta 2026.
Desde 2017, por una política aprobada durante el gobierno del conservador David Cameron, en Reino Unido las familias de bajos ingresos están impedidas de reclamar ayuda social para más de dos hijos.
Datos publicados por BBC News en noviembre señalan que esto hizo que 1.6 millones de niños que pertenecen a familias numerosas no pueden solicitar ayudas.
Este límite se eliminará a partir de abril de 2026, según anunció la actual ministra de Hacienda, Rachel Reeves, en la presentación del nuevo presupuesto.
La organización benéfica Trussell Trust, que dirige una red de bancos de alimentos, dijo que el límite de dos hijos es “el principal factor que impulsa la pobreza infantil” y eliminarlo sería “lo correcto”.
La organización afirmó que la limitación empujó a millones de familias a una mayor precariedad e impide que los niños tengan un “buen comienzo en su vida”.
“Cada semana, los bancos de alimentos en la red de Trussell apoyan a padres que han hecho todo lo posible para proteger a sus hijos del hambre”, dijo Helen Barnard, directora de políticas en Trussell.
“Se saltan comidas durante semanas para que los niños tengan suficiente para comer, convirtiendo en juegos el envolverse en mantas para evitar encender la calefacción, intentando fingir que todo está bien, pero no lo está”, agregó.
El gobierno laborista recibió críticas de la oposición en el Parlamento, que alega que ha perdido el control del sistema de bienestar, y que el coste de su medida caerá sobre los contribuyentes.
Revees insiste en que está “totalmente financiado”, porque su administración atendió los problemas de fraude y los errores en el sistema de bienestar, y tomó medidas contra la evasión fiscal y reformó los impuestos sobre las apuestas de juego.
Nicole afirma que hay un “concepto errado” sobre las familias que reciben ayudas del gobierno.
Y que esa idea hace que sus problemas sean peores.
“He trabajado desde que tengo 13 años, siempre le he pagado al sistema y ahora, cuando lo necesito, siento que no está ahí para nosotros”, comentó.
De acuerdo con el Departamento del Trabajo y Pensiones, 59% de los hogares que se vieron afectados por la restricción de dos hijos tienen personas que trabajan.
Desde que tuvo su hijo más joven, dice que el costo de vida ha incrementado. Ahora está constantemente preocupada por el dinero.
Y siento que ha sido “castigada” por tener más de dos hijos.
“Nuestros hijos siempre tienen lo necesario, nos aseguramos de ello, pero es una preocupación constante. Comida, libros, uniforme escolar”, señaló.
“Llevo 12 años usando la misma ropa”, dijo la mujer de 30 años”.