En México sólo se han dictado 373 condenas por desaparición forzada y cometida por particulares entre 2017 y enero de 2025, de acuerdo con información de los poderes judiciales estatales y federal, entregada vía Transparencia. En tanto, con cifras revisadas al 21 de marzo de 2025, el Registro de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RPDNL) sumó en ese lapso los casos de 66 mil 389 personas desaparecidas. La cantidad de sentencias equivale al 0.56% de ese total.
Cifras que, a decir de especialistas y organizaciones, muestran cómo prevalece la impunidad ante la crisis de desapariciones y hechos como el del presunto campo de adiestramiento de asesinatos en el Rancho Izaguirre, en Teuchitlán, Jalisco, con fiscalías que hacen investigaciones deficientes, corrupción de autoridades y falta de apoyo a las familias buscadoras.
El Consejo de la Judicatura Federal contabilizó 14 condenas de jueces federales por casos de desaparición en los últimos 9 años, aunque también dio datos de años previos, registrando en total desde 2006 sólo 40 condenas y 62 absoluciones, sin especificar cuántos casos fueron por desaparición forzada, es decir, con la intervención de autoridades, y cuántos cometidos por particulares.
Del total de 471 sentencias en los estados, entre 2017 y enero de este año, 359 fueron condenatorias y 90 absolutorias, mientras que en 22 sentencias no se especificó el sentido de las mismas.
Fueron 68 sentencias por desaparición forzada, donde estuvieron involucradas autoridades; 201 por desapariciones cometidas por particulares, y en 202 casos no se especificó el delito.
Guanajuato encabezó el conteo estatal, con 90 sentencias; seguido de Sonora, con 52, y Jalisco con 42, algunos de los estados más afectados por la crisis de violencia y desapariciones.
Para entender mejor: Buscadoras reclaman a Alfaro inacción para buscar a desaparecidos en Jalisco; cifras se triplicaron en su sexenio
Por otro lado, los estados que reportaron menos sentencias por desaparición de personas fueron Aguascalientes, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán, con una sentencia cada uno.
La Ley General en Materia de Desaparición Forzada de Personas, Desaparición Cometida por Particulares y del Sistema Nacional de Búsqueda de Personas se aprobó en noviembre de 2017 y, posteriormente, diversos estados homologaron los tipos penales con la ley general.
“No había una homologación respecto a qué entender, qué significa o cómo se considera cuáles son los elementos del delito de desaparición forzada, y de la desaparición cometida por particulares. En la mayoría de los casos que se han litigado a nivel región, tienen este componente de que es realizado por agentes del estado, fuerzas de seguridad en su mayoría, militares, y casos que cuentan con la permisividad de las autoridades”, explicó Claudia Morales, coordinadora de Proyectos de Impunidad Cero.
Los años de 2022, 2023 y 2024, en el periodo analizado, son los que registraron la cifra más alta de sentencias.
Para la especialistas de Impunidad Cero, en esto interviene que los estados y sus jueces han contado con más herramientas metodológicas y jurídicas, para encarar los casos, aunque como ya mencionamos, ante la cantidad de desapariciones la cantidad de sentencias muestra que aún prevalece la impunidad.
Guanajuato, por ejemplo, fue el estado que contabilizó más condenas contra culpables, con 62 entre 2017 y enero de 2025, pero en el mismo periodo se sumaron al registro 2 mil 439 casos de personas desaparecidas.
En Jalisco se reportaron 8 mil 890 personas desaparecidas y las condenas por delitos de desaparición fueron 27, equivalentes al 0.30% de los casos.
Tamaulipas contabilizó 4 mil 628 personas desaparecidas, mientras que las sentencias condenatorias por los delitos de desaparición de personas sólo sumaron 6.
Por su parte, Quintana Roo no reportó ninguna sentencia y contó con 1 mil 133 reportes de personas desaparecidas.
“No todas las fiscalías cuentan con análisis de contexto. La responsabilidad de la fiscalía es mucho mayor a la del poder judicial. El poder judicial tiene que tomar decisiones a partir de ciertas reglas que ellos tienen, respetar la legalidad, la constitucionalidad y la convencionalidad de lo que le están presentando”, mencionó Morales, de Impunidad Cero.
“Si le presentan una investigación deficiente, carente de muchas cosas, pues es obvio que no van a poder resolver de la forma en la que podríamos llegar a obtener reparaciones, sanciones a responsables, verdad y justicia”, agregó.
Los datos entregados por el Consejo de la Judicatura Federal muestran que el tiempo de solución de un expediente, entre la apertura y la sentencia, oscila entre 2 y 8 años.
Por ejemplo, el expediente 257/2012 en el Juzgado Quinto de Distrito en Chihuahua tuvo una sentencia absolutoria hasta 2015. Y el expediente 88/2014 en Chihuahua finalizó con sentencia condenatoria hasta 2021.
Según el folio FGR/UETAG/003381/2024, entre 2015 y 2023 se abrieron 2 mil 019 carpetas de investigación por desaparición de personas por parte de la Fiscalía General de la República (FGR), mientras que en el mismo periodo se reportaron 80 sentencias, de las cuales 30 fueron condenatorias.
“La baja cantidad de sentencias condenatorias, en relación con el gran número de casos de desaparición registrados, llevan a niveles de impunidad casi absolutos”, señaló al respecto la organización Cero Impunidad.
Otra organización, el Centro de Derechos Humanos Agustín Pro destacó en el contexto del caso Teuchitlán, Jalisco, la falta de eficacia de las fiscalías, para buscar que se haga justicia en los casos de desaparecidos.
“La Crisis de Desapariciones de México necesita otra justicia. Aunque se nos distraiga con la errónea reforma judicial, la justicia no mejorará con estas decadentes fiscalías”, señaló.
“La impunidad y la falta de respuesta efectiva por parte de las autoridades han convertido esta crisis en una tragedia humanitaria que necesita de acciones urgentes. El hallazgo del Rancho Izaguirre es sólo un reflejo de las distintas fallas estructurales en el país que posibilitan estas atrocidades” refirió en tanto México Unido contra la Delincuencia (MUCD).
“En los hechos, la inacción de las autoridades encargadas de la seguridad y la justicia, como las fiscalías y otros actores gubernamentales, propicia que los grupos criminales lleven a cabo un sin fin de actividades ilícitas”, agregaron.
En este Día Mundial del Agua te contamos los factores que influyen en la coloración de los ríos, lagos y mares.
Probablemente te emocionaría más nadar en algunas de estas aguas que en otras. Y las que parecen más limpias probablemente sean las más atractivas.
Aunque no te des cuenta, estás aplicando conceptos de física, biología y química para decidir si debes darte un chapuzón.
El color del agua ofrece información sobre su contenido. Como ingeniero que estudia los recursos hídricos, pienso en cómo puedo usar el color del agua para ayudar a la gente a comprender cuán contaminados están los lagos y las playas, y si son seguros para nadar y pescar.
El agua potable normalmente parece clara, pero los estanques, ríos y océanos están llenos de partículas flotantes. Pueden ser pequeños fragmentos de tierra, de roca, de material vegetal u otras sustancias.
Estas partículas suelen ser arrastradas al agua durante las tormentas. Toda la lluvia que cae al suelo y no penetra en él se convierte en escorrentía, fluyendo ladera abajo hasta llegar a una masa de agua abierta, recogiendo los materiales sueltos que encuentra en su camino.
Las partículas del agua interactúan con la radiación solar que incide sobre la superficie. Las partículas pueden absorber esta radiación o reflejarla en una dirección diferente, un proceso conocido como dispersión.
Lo que vemos con nuestros ojos es la fracción de radiación que se dispersa fuera de la superficie del agua. Esto afecta considerablemente la percepción que tenemos del agua, incluyendo su color.
Dependiendo de las propiedades de las partículas en nuestra muestra de agua, estas absorberán y dispersarán la radiación en diferentes longitudes de onda. La longitud de onda de la luz determina el color que percibimos.
Las aguas con gran cantidad de sedimentos, como el río Misuri (Estados Unidos), apodado el “Gran Lodo”, retrodispersan la luz en el rango del amarillo al rojo. Esto hace que el agua se vea anaranjada y turbia.
El agua más limpia y pura retrodispersa la luz en el rango del azul, lo que le da un aspecto de ese color.
Un ejemplo famoso es el lago del Cráter en Oregón (EE.UU.), que se encuentra en un cráter volcánico y se alimenta de la lluvia y la nieve, sin arroyos que arrastren sedimentos.
Las aguas profundas como las del lago del Cráter se ven de color azul oscuro, pero las aguas poco profundas y muy claras, como las que rodean muchas islas del Caribe, pueden verse de color azul claro o turquesa. Esto se debe a que la luz se refleja en el fondo blanco y arenoso.
Cuando el agua contiene mucha materia vegetal, la clorofila (un pigmento que las plantas producen en sus hojas) absorbe la luz azul y retrodispersa la luz verde.
Esto suele ocurrir en masas de agua que reciben mucha escorrentía de zonas altamente desarrolladas, como el lago Okeechobee en Florida. La escorrentía contiene fertilizantes de granjas y jardines, compuestos por nutrientes que impulsan el crecimiento de las plantas en el agua.
Por último, algunas aguas contienen una gran cantidad de materia orgánica disuelta en color, a menudo procedente de organismos y plantas en descomposición, y también de desechos humanos o animales. Esto puede ocurrir en zonas boscosas con abundante vida animal o en zonas densamente pobladas que vierten aguas residuales a arroyos y ríos.
Este material absorbe principalmente la radiación y retrodispersa muy poca luz en todo el espectro, por lo que hace que el agua se vea muy oscura.
Los científicos esperan que el agua en la naturaleza contenga sedimentos, clorofila y materia orgánica. Estas sustancias ayudan a sustentar a todos los organismos vivos en el agua, desde pequeños microbios hasta los peces que comemos. Pero un exceso de algo bueno puede convertirse en un problema.
Por ejemplo, cuando el agua contiene muchos nutrientes y se calienta en días soleados, el crecimiento de las plantas puede descontrolarse.
En ocasiones, esto causa floraciones de algas nocivas: columnas de algas tóxicas que pueden enfermar gravemente a las personas si nadan en el agua o comen pescado proveniente de ella.
Cuando los cuerpos de agua se contaminan tanto que amenazan a los peces y las plantas, o a los humanos que beben el agua, las leyes estatales y federales exigen que los gobiernos las limpien. El color del agua puede ayudar a guiar estos esfuerzos.
Mis alumnos y yo recolectamos muestras de agua en el lago High Rock, un lugar popular para nadar, navegar y pescar en el centro del estado estadounidense de Carolina del Norte.
Debido a los altos niveles de clorofila, las floraciones de algas son cada vez más frecuentes. Los residentes y visitantes temen que estas floraciones se vuelvan perjudiciales.
Utilizando fotos satelitales del lago y nuestros datos de muestreo, podemos generar mapas de la calidad del agua.
Las autoridades estatales utilizan los mapas para rastrear los niveles de clorofila y observar cómo varían en el espacio y el tiempo. Esta información puede ayudarles a advertir al público sobre floraciones de algas y a desarrollar nuevas normas para que el agua sea más limpia.
*Courtney Di Vittorio es profesora asistente de Ingeniería en la Universidad de Wake Forest (EE.UU.)
Este artículo fue publicado en The Conversation y es reproducido bajo la licencia Creative Commons. Haz clic aquí para leer la versión original.
Haz clic aquí para leer más historias de BBC News Mundo.
Suscríbete aquí a nuestro nuevo newsletter para recibir cada viernes una selección de nuestro mejor contenido de la semana.
Y recuerda que puedes recibir notificaciones en nuestra app. Descarga la última versión y actívalas.