El 1 de octubre de 2024, Claudia Sheinbaum hizo historia al convertirse en la primera mujer en asumir la Presidencia de México. Este hito representa un paso importante en la política nacional, al mismo tiempo que da continuidad al proyecto de transformación iniciado por el gobierno anterior. Sin embargo, ¿qué significa este cambio para la política nacional de drogas? ¿Cuáles son los desafíos y qué podemos esperar?
Frases como “Terminar la guerra contra las drogas” y “No habrá guerra contra el narco” han sido parte del discurso del gobierno actual y del anterior. Estos enunciados reconocen el fracaso de la política de prohibición y de guerra contra las drogas, pero aún queda el reto de concretar un verdadero cambio institucional.
La principal deuda del gobierno es reparar los daños causados por la política de guerra y avanzar hacia una nueva centrada en la atención integral del consumo de sustancias psicoactivas. Es momento de ir más allá de la retórica y dar pasos concretos para lograr un giro centrado en la protección de la salud pública y los derechos humanos.
A pesar de ello, existen factores que pueden afectar esta posibilidad, entre ellas las diferencias internas y el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos; quien promete reforzar el enfoque de mano dura en las políticas bilaterales.
En los “100 pasos para la transformación”, uno de los objetivos es fortalecer la prevención y atención al consumo de sustancias psicoactivas. Pero, ¿cómo formularán estas estrategias y por qué es tan importante abrir la conversación sobre este tema?
En los últimos años, el gobierno trazó un marco normativo que da garantía a los derechos humanos en las políticas de atención a la salud mental y el uso de sustancias psicoactivas. A través de estos avances, se ha comenzado a implementar acciones que fomentan un abordaje integral en las instituciones de salud pública.
En artículos previos, hemos señalado tanto logros como pendientes. Aunque se han dado pasos necesarios, siguen existiendo brechas significativas en cuanto al acceso y la oferta de servicios especializados para cubrir con necesidades específicas de atención de la población usuaria de sustancias psicoactivas.
A mediados del octubre, el Mtro. Francisco Gutiérrez Rodríguez fue nombrado titular de la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones (CONASAMA), y poco después, Amaya Ordorika Imaz asumió la dirección del Instituto para la Atención y Prevención de las Adicciones (IAPA) en la Ciudad de México. Estos nombramientos sugieren un interés por parte de las autoridades en ofrecer una respuesta institucional temprana en las políticas de salud en la materia.
Los nuevos titulares tienen la oportunidad de incluir a diversos actores en la definición de estrategias y políticas públicas. Es fundamental que se dé continuidad a los avances logrados hasta ahora para consolidar el enfoque de reducción de riesgos y daños, mientras que también se atienden otros temas prioritarios desde el gobierno federal para construir una política de drogas más humana y efectiva. Durante los últimos seis años, hemos tenido la oportunidad de crear modelos de atención, generar diagnósticos, colaborar en comités interinstitucionales y alertas tempranas con las dos instancias de gobierno a nivel federal y local.
Desde el Instituto RIA, buscaremos fortalecer la colaboración interinstitucional y apoyar la implementación de políticas eficaces en atención al consumo de sustancias psicoactivas en todos los niveles. Así mismo, recordamos que es urgente reactivar el proceso de regulación de cannabis con justicia social y despenalizar la posesión simple como acciones esenciales y complementarias, además de mantener un enfoque de salud comunitaria en nuestras acciones en materia de consumo de sustancias psicoactivas.
*Monserrat Angulo es egresada de Sociología de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, UNAM. Actualmente es responsable de incidencia del Instituto RIA.
La ciudad está invirtiendo millones de dólares en medidas de sostenibilidad en áreas que van desde la conservación del agua hasta la ampliación de la red de energía solar.
Las Vegas es famosa por sus luces brillantes, los excesos y el hedonismo. Pero el patio de recreo de Estados Unidos (o, para usar su apodo más conocido, la ciudad del pecado) se está volviendo verde. La ciudad ha invertido millones en impulsar iniciativas de sostenibilidad, que van desde medidas de conservación del agua y de gestión de residuos hasta la energía solar.
“El esfuerzo comenzó en serio en 2005”, dice Marco Velotta, quien trabaja como funcionario de sostenibilidad de la ciudad, “y se aceleró con la ley de recuperación en 2009”. La ley federal estableció objetivos para la energía renovable, la conservación del agua, el reciclaje y los edificios ecológicos.
“Con la ley de recuperación y la dirección del ayuntamiento, la ciudad pudo realizar una inversión inicial de US$75 millones en proyectos de sostenibilidad”, dice Velotta.
Mira: ‘Ejército de árboles’: únete a la campaña de Los Supercívicos para defender el arbolado de la CDMX
A pesar de registrar un aumento dramático de su población, el consumo de agua en Las Vegas ha disminuido “significativamente”, dice.
Para 2030, se espera que el 50% de toda la electricidad de Nevada se genere a partir de recursos renovables.
En particular, la franja de Las Vegas ha redoblado sus esfuerzos para adoptar energías renovables. La mayoría de los complejos hoteleros han desarrollado iniciativas de sostenibilidad gracias a un programa de promoción que ofrecía la ciudad, con el cual se reducía en un 50% el impuesto sobre la propiedad durante diez años (el programa ya no está vigente).
Los complejos hoteleros también deben cumplir con el estándar estatal de obtener energía de fuentes renovables en un 40%. “La mayoría ha superado el 40%”, afirma Velotta.
“Las Vegas ha avanzado mucho en poco tiempo”. Al principio, los turistas también se sorprendieron por los esfuerzos de sostenibilidad de la ciudad. Sin embargo, desde que Las Vegas se ha convertido en líder en este ámbito, la sostenibilidad se ha convertido en parte de la historia general de la ciudad”.
Y aunque el progreso logrado por la calle principal de Las Vegas —conocida como The Strip-—pudiera parecer impresionante (el sector comercial de Las Vegas representa un tercio del consumo total de energía de Nevada), el área partió desde un “punto inicial relativamente bajo”, señala Steffen Lehmann, profesor de arquitectura y urbanismo en la Universidad de Las Vegas.
Añade, sin embargo, que “en particular, la zona está dando pasos adelante, con un esfuerzo concertado para mejorar la eficiencia energética de los hoteles del complejo turístico mediante la integración de la energía solar y el aumento de la luz natural”.
Las Vegas es la segunda ciudad de Estados Unidos en cuanto a capacidad solar per cápita, mientras que Honolulu, en Hawái, es la primera. “La ciudad del pecado podría llamarse la ciudad solar”, dice Lehmann. Y los resorts han estado aprovechando los 320 días de sol que recibe la ciudad cada año.
La empresa hotelera MGM Resorts International desarrolló su propio sistema solar de 100 megavatios, que proporciona energía a 11 de sus propiedades en Las Vegas, el equivalente necesario para abastecer a 27 mil hogares.
Pero ni siquiera esta cifra, más la cantidad de energía adicional que le compra a un proveedor solar, es suficiente para abastecer las 11 propiedades durante las 24 horas del día. La empresa tiene el objetivo de obtener toda su energía de fuentes renovables para 2030.
Las Vegas se encuentra en el desierto de Mojave, donde escasea el agua, lo que hace que la conservación del agua sea “primordial” en los esfuerzos de la cadena hotelera por hacer que sus operaciones sean sostenibles, dice Michael Gulich, vicepresidente de sostenibilidad ambiental de MGM Resorts International.
Lehmann afirma que, desde 2007, las propiedades hoteleras de MGM en Las Vegas han conservado 16 mil millones de galones de agua, gracias a políticas hídricas “agresivas”.
Estas incluyeron reemplazar el césped por plantas locales, instalar grifos que ahorran agua en todas las propiedades y reutilizar el agua de los acuarios y en la fuente del famoso hotel Bellagio.
“El uso general de agua per cápita [en Las Vegas] sigue siendo demasiado alto”, advierte Lehmann. “Había un desperdicio excesivo antes de que [los complejos hoteleros] comenzaran a conservar agua en 2007”.
En 2023, Resorts World Hotel anunció que había alcanzado un hito: funcionar completamente con fuentes de energía renovable, dos años después de su apertura. NV Energy suministra al complejo de 3.500 habitaciones energía renovable, derivada de plantas solares, geotérmicas y eólicas en Nevada.
Te interesa: Conoce a las mujeres que lideran la pesca sostenible en Baja California para proteger los océanos
El director de sostenibilidad del hotel, Brandon Morrison, dice que durante la construcción, se rescataron 13.000 toneladas de acero de la estructura de un desarrollo que fue abandonado durante la crisis económica de 2008. La empresa invirtió más de US$1.000 millones en mejoras de eficiencia energética, añade.
“Aunque Resorts World presenta cifras de sostenibilidad impresionantes, se trata de una anomalía entre los hoteles de Las Vegas, muchos de los cuales tienen un rendimiento deficiente en términos de responsabilidad medioambiental”, afirma Lehmann.
Las importantes iniciativas de energía solar y ahorro de agua que están utilizando muchos complejos turísticos de Las Vegas son “pasos necesarios para una ciudad desértica en rápido crecimiento”, añade. “El Strip se ha convertido en un notable caso de estudio en el uso eficaz de la energía solar renovable y la conservación del agua”.
Esta ciudad, con su gran consumo de energía, tiene grandes retos por delante.
“Las principales fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero en la ciudad son dos: el transporte, en particular los automóviles y camiones, y el uso excesivo del aire acondicionado”, afirma Lehmann. “Como ciudad joven en el desierto (con tan solo 119 años), Las Vegas debe trabajar con diligencia para ser ingeniosa y sostenible”.
Cada vez más complejos turísticos están desarrollando sus propios sistemas de energía solar, que incluyen sistemas de respaldo con baterías para que la energía solar pueda almacenarse y utilizarse cuando se ponga el sol.
Más del 97% del agua que se utiliza en Las Vegas se recicla, añade Lehmann, algo vital teniendo en cuenta el rápido agotamiento del río Colorado, del que la ciudad depende para obtener agua dulce.
“Es gratificante para nosotros observar que en un momento Las Vegas se consideraba una ciudad de desperdicios y excesos”, afirma Velotta. “Sin embargo, gracias a nuestros amplios esfuerzos en materia de sostenibilidad, ahora somos reconocidos como un líder mundial en sostenibilidad y compromiso medioambiental”.
Este artículo apareció en BBC Future. Puedes leer la versión original en inglés aquí.