Home
>
Sabueso
>
Te Explico
>
En seis años, autoridades en México detectaron más de 2,000 laboratorios para producir drogas, incluyendo 26 de fentanilo
En seis años, autoridades en México detectaron más de 2,000 laboratorios para producir drogas, incluyendo 26 de fentanilo
4 minutos de lectura

En seis años, autoridades en México detectaron más de 2,000 laboratorios para producir drogas, incluyendo 26 de fentanilo

El gobierno de México insistió en rechazar el reportaje del diario NYT sobre producción de dosis de fentanilo en el país.
03 de enero, 2025
Por: Arturo Daen
@ 

Fuerzas de seguridad mexicanas detectaron desde 2019 más de 2 mil laboratorios clandestinos para producir dosis de drogas en distintos estados, de ellos, al menos 26 enfocados en elaborar pastillas de fentanilo, según datos oficiales de las propias dependencias.

En el sexto informe de gobierno, último del presidente Andrés Manuel López Obrador, se indicó que del 1 de diciembre de 2018 al 30 de junio de 2024 Ejército, Marina, Guardia Nacional y Secretaría de Seguridad identificaron y destruyeron 2,527 laboratorios clandestinos de metanfetamina.

En específico la Secretaría de la Defensa Nacional indicó en una respuesta vía la Plataforma Nacional de Transparencia que de 2019 a julio de 2024 había ubicado 2,185 laboratorios clandestinos para producción de drogas, de ellos, 1,932 en Sinaloa.

En dicha respuesta, con folio 330026424002249, la Sedena solo identificó metanfetaminas, heroína y cocaína. Sin embargo, cuestionada en específico sobre fentanilo, en la respuesta con registro 330026424002985 refirió que de abril de 2019 a octubre de 2024 había detectado 26 “centros de manufactura” para pastillas de esa droga.

De ellos, 22 ubicados en Culiacán, Sinaloa; tres en Tijuana, Baja California, y uno en Guadalupe y Calvo, Chihuahua. 

En los 26 centros o laboratorios, la Sedena aseguró 40 “máquinas tableteadoras” de dosis de fentanilo, 816 kilos de fentanilo y 4 millones 206 mil 178 pastillas.

Solo del 1 de septiembre de 2023 al 31 de julio de 2024, la Sedena reportó haber decomisado 698 kilos de fentanilo, y 3 millones 215 mil pastillas, lo que muestra que los aseguramientos sobre esa droga se acentuaron en los dos últimos años. De hecho el 3 de diciembre pasado, el gobierno informó sobre un decomiso histórico, de más de una tonelada de pastillas.

En sus redes sociales, la Sedena ha descrito el hallazgo de distintos laboratorios clandestinos. El 14 de febrero de 2023, militares aseguraron “un centro de manufactura de pastillas de fentanilo y el laboratorio con mayor capacidad de producción de metanfetamina en el municipio de Culiacán, Sinaloa”.

A detalle, ahí decomisaron aproximadamente 128.03 kilos de posible fentanilo granulado, y 629,138 pastillas de probable fentanilo, con un peso aproximado de 68.576 kilogramos.

El 21 de octubre de 2020, ubicó en Culiacán otro laboratorio en el que presuntamente se elaboraban pastillas de fentanilo, y publicó fotografías:

En seis años, autoridades en México detectaron más de 2,000 laboratorios para producir drogas, incluyendo 26 de fentanilo.

Del mismo modo la Guardia Nacional, al asegurar un laboratorio para elaborar drogas sintéticas en Tamazula, Durango, el 29 de noviembre de 2023, y más de 2 mil 700 litros de precursores químicos.

En seis años, autoridades en México detectaron más de 2,000 laboratorios para producir drogas, incluyendo 26 de fentanilo.

Y otro en Culiacán, el 25 de junio de 2023:

En seis años, autoridades en México detectaron más de 2,000 laboratorios para producir drogas, incluyendo 26 de fentanilo

La organización Elementa también recordó que en correos de la Sedena filtrados por el colectivo Guacamaya se reconocía al menos desde 2020 la problemática del fentanilo como generador de violencia, siendo el cártel Jalisco y el de Sinaloa quienes tenían el control del mercado. El Centro Regional de Fusión de Inteligencia del Sureste reportó presuntamente que solo un laboratorio clandestino en Sinaloa producía en promedio cada semana unas 20 mil dosis de fentanilo en polvo o pastillas, ante la demanda creciente de esa droga de parte de Estados Unidos.

El tema del fentanilo volvió a colocarse con fuerza como tema de discusión pública luego de que el próximo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazara con designar a los cárteles del narcotráfico mexicano como organizaciones terroristas, y el diario estadounidense New York Times publicara un reportaje llamado “Así es un laboratorio fentanilo del cártel de Sinaloa”.

Este jueves 2 de enero se dedicó la primera parte de la conferencia matutina de la presidenta Claudia Sheinbaum a desacreditar dicho reportaje, mencionando que no era posible producir dosis de fentanilo en la forma en que lo mostró el diario, aunque dicha publicación ha defendido sus fuentes y el trabajo de sus reporteras.

“Cuando una persona se expone a un opioide sintético potente por inhalación o por contacto en las mucosas, incluso en una cantidad tan pequeña como 4 o 5 pequeños granitos de sal, puede producir un grado de toxicidad que comprometa la vida del operador”, dijo el doctor Alejandro Svarch, director general del IMSS-Bienestar.

“No existe tampoco, descrito científicamente, ningún fenómeno fisiológico conocido como ‘tolerancia letal a la toxicidad’. Esto explica que inexorablemente se necesite un laboratorio donde se puedan controlar las condiciones de exposición, donde existan equipos especializados para realizar la síntesis química y con sistemas de ventilación profesionales; no una cocina doméstica, como muestra el reportaje. No es posible hacer fentanilo como lo referido en la nota”, agregó.

La presidenta Sheinbaum dijo que sí “se han desmantelado muchísimos laboratorios en nuestro país relacionados con la producción de metanfetaminas”, pero no mencionó los que producen dosis de fentanilo. 

“Nosotros vamos a colaborar con Estados Unidos, como se está colaborando ahora, por razones humanitarias. Son más de 100 mil o cerca de 100 mil jóvenes o personas que fallecen por sobredosis de fentanilo en Estados Unidos, cosa que no ocurre en México”, dijo Sheinbaum.

“En México no aceptamos injerencismo, y colaboramos, pero no nos subordinamos, y así va a ser. Entonces, se colabora, se trabaja en información conjunta, pero en México, nos hacemos cargo las y los mexicanos”.

Lo que hacemos en Animal Político requiere de periodistas profesionales, trabajo en equipo, mantener diálogo con los lectores y algo muy importante: independencia
Tú puedes ayudarnos a seguir.
Sé parte del equipo
Suscríbete a Animal Político, recibe beneficios y apoya el periodismo libre.
Etiquetas:
Drogas
narcotráfico
Iniciar sesión

Registrate
Suscribete para comentar...
Imagen BBC
“Te damos el apapacho que tanto falta”: la familia de médicos que atiende a migrantes en una clínica particular de CDMX
6 minutos de lectura

En un país con crisis en la salud y con cientos de migrantes a la deriva, clínicas particulares y residenciales dan algo más que un tratamiento médico.

21 de julio, 2025
Por: BBC News Mundo
0

La Unidad Médica Bassuary, al oriente de Ciudad de México, en el inmenso municipio de Nezahualcóyotl, no es una clínica usual: está en una casa residencial, tiene altares en cada rinconcito y en el consultorio de la doctora jefe, Sarahí Hernández, más que diplomas hay fotos: de ella cuando joven, de Pedro Infante, de sus pacientes.

“A mí me gusta ver a la gente a la cara, tocarlos, darles el apapacho que tanto nos hace falta”, dice la doctora, de 58 años. “Me ha llegado gente con el pie podrido, literalmente, oliendo feo, y yo no puedo hacer otra cosa que conmoverme, tratarlos y ayudarles. Porque imagínate tú si los doctores solo atendiéramos a la gente guapa”.

La Bassuary -cuyo nombre es una reunión de las iniciales de su padre, madre y hermano; todos médicos- es, en sus términos, una “clínica particular”. Y familiar.

No está en un edificio construido para ser hospital, pero presta muchos de sus servicios: urgencias, cirugía, consulta.

En México se les suele llamar “clínicas patito”, un término peyorativo que connota informalidad, ilegalidad, mala praxis médica. Pero la Bassuary, así como muchas de estas clínicas particulares, no solo cumplen con la regulación, sino que a veces dan un servicio que los hospitales tradicionales quizá no.

Servicios como el apapacho: palabra náhuatl para el cariño, el consuelo, el abrazo, la palmadita.

Y sobre todo a quienes más lo necesitan: por ejemplo, la población migrante, que por estos días, dice Hernández, “parecen haberse ido, pero ahí están, ya van a volver, porque su situación es muy difícil y acá estamos para ayudarlos”.

Hoy los migrantes son el 10% de los pacientes de Hernández, pero hace unos meses eran más de la mitad.

Nezahualcóyotl
Getty Images
Nezahualcóyotl, mejor conocido como Neza, es una ciudad en sí misma pegada a la capital mexicana. Y es donde llegan muchos de los migrantes.

Tras la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, el flujo migrante en México parece haberse reducido o cambiado de rumbo, con lo que espacios de atención como este, o los albergues, están medio vacíos.

Igual, dice la doctora, “tenemos más de 300 pacientes, porque necesidad es lo que hay y hospitales es lo que casi no hay”, asegura con ironía.

Solución para un sistema colapsado

En prácticamente todos los estados mexicanos es común, sobre todo en las periferias de las ciudades, que la demanda por salud sea parcialmente abastecida por espacios como este.

Algunos son exclusivos para adultos mayores, otros para tratamientos ambulatorios: el portafolio de especialidades y niveles de cobertura es grande.

La Bassuary presta un poco de todo, pero su existencia, admite Hernández, tiene mucho que ver con las falencias del sistema de salud pública.

“Neza tiene solo dos hospitales y muy pocas camas censables; sin nuestro apoyo es imposible dar abasto”, asegura.

El sistema de salud público mexicano está en crisis hace décadas: hay desigualdad en el acceso, desabastecimiento de medicamentos, escándalos de corrupción, entre otros factores.

Clinica Bassuary
BBC
La clínica Bassuary tiene 13 trabajadores entre médicos y enfermeros y dos decenas de especialistas que van cuando tienen citas.

“Solo en pandemia -señala Hernández- yo atendí 14 mil pacientes, por teléfono, por chat, en persona. Un hospital tiene 70 camas, el otro 300. Y quedaron colapsados”.

A la crisis del sector se añade que la población mexicana sufre altas tasas de obesidad, hipertensión, diabetes e infecciones gastrointestinales.

Pero para la población migrante la situación es incluso más difícil, porque vienen de un viaje tortuoso por varios países y se enfrentan a la complejidad bacteriana y alimenticia de México.

“Para casi todos (los migrantes), el primer problema es intestinal. No solo porque acá la comida es irritante y grasosa, sino porque el agua tiene otras bacterias”, señala Hernández.

Pero otros casos son aún más graves. Ella recuerda a una migrante que llegó con fractura de clavícula porque los coyotes la habían lanzado de un puente.

Vanessa Alejo y su hija, migrantes venezolanas en México.
Archivo particular
Vanessa Alejo y su hija, migrantes venezolanas en México.

Una migrante que visitó la clínica es Vanessa Alejo, una venezolana de 29 años que conoció a Sarahí hace unos meses cuando su hija, de 7 años, sufrió una infección.

“Fuimos al hospital y no sirvieron los tratamientos y cada vez que íbamos era muy difícil porque, si bien yo tengo permiso de residencia, piensan que uno está acá de paso y que está indocumentado”, asegura Alejo, que trabaja en una jarcería y en un restaurante.

Entonces le recomendaron a Hernández. “Ella me dio el mismo tratamiento, pero con una gran diferencia, me dio su número de teléfono, entonces yo pude darle cada detalle de su estado, ella nos mandó más exámenes y encontramos que tenía tifoidea”.

Y concluye: “La doctora me levantó a mi hija, si no hubiese sido por ella, esa bacteria me la mata”.

“Vemos cuerpo y alma”

Nezahualcóyotl es un enorme municipio pegado a Ciudad de México en el que viven casi 2 millones de personas. Está construido, de manera informal, sobre lo que fue un lago. Ha sido durante décadas un destino para quienes migran a la zona en busca de un trabajo en la capital.

La clínica Bussary está, hace 15 años, en una casa de dos pisos de fachada verde viche en una calle residencial del municipio.

Al frente, en una casa rosada, hace dos años Sarahí empezó a ver que a la azotea se subían personas con un perfil muy distinto al que se frecuenta por acá: afrodescendientes.

Con el francés que aprendió en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde se graduó y da clases hace 30 años, Hernández entabló una relación con un grupo de 22 haitianos que iban camino a Estados Unidos huyendo de la violencia y la pobreza que azota a su país.

Sarahí Hernandez
BBC

“Nos volvimos amigos, los niños de la clínica empezaron a jugar con sus niños en la calle, les dábamos comida, no les gustaba el arroz a la mexicana, ni la tortilla, solo los panes y los plátanos”, recuera la doctora.

Con el tiempo se corrió la voz de que acá prestaban, a veces gratis, a veces por el costo habitual de 200 pesos (unos US$10), servicios médicos sin necesidad de ser parte del sistema oficial.

“Empezaron a llegar brasileños, venezolanos, colombianos, cubanos, todos muy afectados y sin dinero porque la ruta migrante es muy dura”, explica Hernández. “En todos lados había abusos y sigue habiendo”.

Fanática de Patch Adams, el doctor estadunidense que revolucionó la medicina con tratamientos entretenidos, Hernández alguna vez quiso ser actriz. Pero, al ver a sus padres ejercer, entendió que la humanidad que le fascinaba del arte se podía traducir en medicina.

“Te puedo quitar un tumor, pero me importa más poderte acompañar en el proceso”, asegura.

A diferencia de la “medicina tradicional”, dice, “nosotros te vemos como iguales, sin soberbia”.

“No solo te quitamos el dolor físico, sino el emocional; no solo vemos el cuerpo, sino también el espíritu, la mente y el alma”.

La sala de cirugía de la clinica Bassuary.
BBC
La sala de cirugía de la clinica Bassuary.
Linea gris
BBC

Haz clic aquí para leer más historias de BBC News Mundo.

Suscríbete aquí a nuestro nuevo newsletter para recibir cada viernes una selección del mejor contenido de la semana.

También puedes seguirnos en YouTube, Instagram, TikTok, X, Facebook y en nuestro canal de WhatsApp.

Y recuerda que puedes recibir notificaciones en nuestra app. Descarga la última versión y actívalas.

Lo que hacemos en Animal Político requiere de periodistas profesionales, trabajo en equipo, mantener diálogo con los lectores y algo muy importante: independencia
Tú puedes ayudarnos a seguir.
Sé parte del equipo
Suscríbete a Animal Político, recibe beneficios y apoya el periodismo libre.
Etiquetas:
Drogas
narcotráfico
Iniciar sesión

Registrate
Suscribete para comentar...

Utilizamos cookies propias y de terceros para personalizar y mejorar el uso y la experiencia de nuestros usuarios en nuestro sitio web.