En los comicios de 2024 se renovará la Cámara de Diputados, pero ¿hay tipos de diputados?, ¿cómo votamos por ellos? Te contamos al respecto.
La Cámara de Diputados está integrada por 300 diputados uninominales y 200 diputados plurinominales o también conocidos como ‘pluris’. A grandes rasgos, la diferencia entre los dos tipos de diputaciones tiene que ver con la forma en la que son seleccionados.
Los diputados representan a la ciudadanía y su misión es presentar reformas, crear leyes, proponer eliminación de leyes que ya no son funcionales, aprobar el presupuesto, vigilar el gasto público y votar para designar funcionarios públicos.
Para elegir a los diputados uninominales el sistema electoral divide en 300 distritos federales al país, de manera que cada distrito federal tenga un representante. El diputado de cada distrito federal tendrá mayor comunicación con los ciudadanos de su distrito y buscará promover leyes solicitadas en su distrito.
Los diputados uninominales son seleccionados con base en un voto directo y gana el candidato que obtenga más votos. A esta forma de selección se le llama mayoría relativa. Cuando se acude a la urna electoral, se otorga una boleta para elegir al diputado del distrito federal donde vives, y aparece el nombre de los candidatos al cargo y cuál es el partido político que los abandera.
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Para elegir a los ‘pluris’, el sistema electoral divide al país en cinco circunscripciones: noroeste, noreste, centro, sureste y suroeste. En cada circunscripción electoral se eligen a 40 diputados ‘pluris’ para que exista una representación proporcional. En total suman 200 curules.
A diferencia de los uninominales, los diputados ‘pluris’ no aparecen en una boleta.
Los partidos políticos arman un listado de 40 candidatos ‘pluris’ por cada una de las cinco circunscripciones. Es importante el orden de su listado. Por ejemplo, si recibieron ocho curules, los primeros ocho nombres de su listado serán quienes quedan designados como diputados plurinominales.
El trabajo de los ‘pluris’ se centra en acudir constantemente a la Cámara de Diputados a realizar votación y analizar reformas. Son quienes dedican más tiempo a debatir, analizar e investigar sobre las posibles reformas.
La selección de los ‘pluris’ depende totalmente del número de votos que recibieron los diputados uninominales, también conocidos como de mayoría relativa.
“El ciudadano que vota (por un diputado de distrito), por ejemplo en Guadalajara, vota en un distrito, pero al mismo tiempo su voto forma parte de una circunscripción…. Se suman los votos de todos los distritos que están dentro de esta circunscripción. Así se calcula el porcentaje de cada partido y se asignan los 40 (curules) de esa circunscripción en proporción a los votos obtenidos por partido”, explica Andrea Bussoletti, profesor investigador del Departamento de Estudios Políticos de la Universidad de Guadalajara.
Cuando un candidato uninominal es parte de una coalición te puedes dar cuenta porque en la boleta electoral aparecerá su nombre varias veces y debajo el partido al que representa. Por ejemplo, quienes representan a la alianza opositora PRI, PAN y PRD aparecerán en la boleta tres veces.
Para elegir a ese candidato se puede seleccionar sólo una casilla con su nombre, dos casillas con su nombre o la totalidad de casillas con su nombre.
¿Hace alguna diferencia si marco una casilla o varias?
La respuesta es sí. Cuando marcas solo una casilla significa que estás votando únicamente por uno de los partidos que conforman la alianza, explica Pamela SanMartín, ex consejera del Instituto Nacional Electoral (INE).
“Si marcas por solo un partido, el voto cuenta para ese partido en concreto para efectos de la repartición de pluris”, detalla.
Cuando se seleccionan dos o la totalidad de casillas que conforman la alianza, “lo que pasa es que la totalidad de votos que reciban los tres partidos de coalición o los dos partidos de coalición se distribuyen en su totalidad”, agrega la ex consejera electoral.
En las elecciones de 2021, el partido de Morena obtuvo 77 curules de diputaciones plurinominales. Le siguió el PAN con 40, el PRI con 30, el Partido Verde con 28, el Partido del Trabajo con 26, Movimiento Ciudadano con 10, el PRD con 5 y otros dos diputados se desmarcaron de sus respectivos partidos políticos y ahora son independientes.
¿Por qué hubo una diferencia significativa entre los curules asignados a Morena y a sus aliados?
En palabras del profesor Andrea Bussoletti esto se debió a que “fue el partido más votado y con una ventaja muy considerable comparado con el PRI y con el PAN”, y la gente seleccionó ese partido y dejó en blanco la casilla de sus aliados.
Varias academias de béisbol se han creado en Perú a raíz de la llegada de miles de migrantes venezolanos para ayudarlos a integrase en su nuevo país.
“¡Out!”
Miguel está envuelto por la nube de polvo que acaba de levantar tras correr con todas sus fuerzas para alcanzar la tercera base.
A pocos metros está Franklin Lopez. Él es el coordinador de una academia de béisbol conocida como Los Astros, conformada por unos 20 niños y jóvenes venezolanos que comparten un solo sueño: jugar en la Grandes Ligas de Estados Unidos.
Pero la Academia Los Astros no funciona en Caracas, sino en Lima, la capital peruana, donde el béisbol, a diferencia de lo que pasa en Venezuela, no es un deporte muy popular.
“Uno de los primeros problemas que encontramos cuando llegamos a Lima es que no había canchas para jugar al béisbol. Acá todo es fútbol”, le cuenta López a BBC Mundo.
Desde 2017, debido a la fuerte crisis económica y política en la que se fue sumiendo Venezuela, millones de sus habitantes huyeron hacia distintos países de América Latina.
Al menos 1,5 millones de ellos terminaron viviendo en Perú. De hecho, más de 500.000 pidieron refugio de manera oficial. Y muchos de ellos se encuentran entre los 10 millones de habitantes de Lima.
La capital peruana es una ciudad diferente a Caracas, donde los diamantes de béisbol abundan en los barrios y los parques. En Lima las canchas deportivas suelen tener forma rectangular y arcos para meter goles.
Sin embargo, en medio del paisaje desértico de la costa limeña y su cielo gris, muchos de los nuevos residentes se dieron cuenta que, más allá de su experiencia de desarraigo, lo que no querían era que sus hijos perdieran sus raíces venezolanas, incluidas las deportivas.
“He aprendido muchas cosas del béisbol, pero sobre todo he aprendido a estar acá, cómo vivir acá”, explica Miguel José Rivas, quien tiene apenas 7 años, pero es uno de los niños que más entusiasmo le pone al entrenamiento.
Y tanto ha sido el éxito de los clubes de béisbol en la comunidad, que Los Astros contó en sus inicios con el apoyo de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados, Acnur.
“Nos dimos cuenta que era un proyecto que servía para algo fundamental: usa el poder del deporte para ayudar en la integración de la migración venezolana en Perú. Y creo que ha logrado su objetivo”, le dice a BBC Mundo Laura Almirall, representante de Acnur en el país sudamericano.
En Venezuela el béisbol es casi una religión: a pesar de la crisis, la famosa liga profesional de este deporte cuenta con ocho equipos y los torneos siguen atrayendo a multitudes.
Además, de acuerdo a la Federación Venezolana de Béisbol, al menos 50.000 niños están inscritos en las escuelas de formación.
Cuando huyó de Venezuela en 2017, porque con su sueldo no podía comprarse “ni lo mínimo para sobrevivir”, Ramón Olmedo llegó a Lima con la idea de no olvidarse de su país.
“Ramón escuchó a muchos otros venezolanos quejarse de que sus hijos no tenían donde jugar béisbol. Entonces decidió hacer algo”, cuenta López, quien se siente responsable de la historia de Los Astros. Ahora se encarga de la coordinación, después de que Olmedo regresara a Venezuela el año pasado.
Este último había jugado béisbol de forma regular en su país natal y sentía que tenía la confianza para enseñárselo a los niños venezolanos que se habían instalado en Lima con sus familias.
Lo primero fue encontrar un lugar. Eligieron un espacio abierto en el populoso sector de San Juan de Lurigancho, en el este de la capital. No hizo falta hacer una convocatoria ya que los niños comenzaron a aparecer por decenas.
En 2020, cuando se fundó Los Astros, llegaron a entrenar a 50 niños.
“Eran tantos que tuvimos que clasificarlos en categorías por edades y buscar personas para que nos ayudaran con la formación”, recuerda López.
Pronto el juego de la pelota caliente llamó la atención de los vecinos, curiosos por ese juego de bates, corridas y bases que se practicaba en el barrio todos los martes y jueves.
Pero también pronto comenzaron algunos ataques que en Los Astros consideran discriminatorios.
Tras varios meses en San Juan de Lurigancho, un día se encontraron con que la cancha era un campo de lodo en el que era imposible realizar la práctica.
El boicot continuó durante varios días.
Entonces Olmedo tomó una decisión drástica: se mudó al barrio de Lomas, en el norte de la ciudad. Temió que por la distancia fuera a perder a varios de sus pupilos, pero todos aparecieron en la primera práctica en la nueva cancha.
Y no solo eso: poco a poco niños y jóvenes limeños se fueron sumando a las clases.
Es el mismo lugar donde transcurre la práctica de este sábado. El sol aparece sobre un inusual cielo despejado y celeste en la capital peruana.
Los niños entran en calor dando varias vueltas a la cancha. La idea de López es darles conceptos básicos y técnicos sobre el béisbol, pero también sobre todo lo que trae consigo el juego: el compañerismo, el trabajo en equipo y la amistad.
Pero sobretodo, quiere usar el deporte para la integración.
“Llegar a un país tan distinto donde hay culturas y comportamientos muy diferentes a los de tu país es muy difícil. Esta es una forma de ayudarles en ese proceso de adaptación”, afirma López.
“¡Out!”
Otra nube de polvo. Esta vez es Ignacio Garcés, que desde que había bateado sabía que iba quedar eliminado apenas llegara a primera base. Pero igual corrió, igual se arrastró por el piso.
Tiene 10 años. Y también quiere llegar a las Grandes Ligas.
“Acá fue muy difícil encontrar un lugar para practicar béisbol. Pero me ha ayudado mucho porque aprendí a atajar, a lanzar, a batear”, dice con entusiasmo.
En una carpa improvisada un grupo de padres observa la práctica. Ellos han estado desde el inicio de Los Astros. Si hay que atravesar la ciudad para una práctica de dos horas, se hace.
“Lo primero que hicimos cuando llegamos a Lima en 2018 fue buscar lugares para que mis hijos jugaran al béisbol. Pero no fue fácil. Nos tomó más de un año”, le cuenta a BBC Mundo Joana Marín, madre de uno de los jóvenes que forma parte del club.
Para ella, el ingreso de su hijo en las prácticas de béisbol le ha ayudado a mucho más que a integrarse en la nueva ciudad.
“Mi hijo era tímido. Tenía problemas para relacionarse con los demás cuando llegó acá. Además de a hacer deporte, en este tiempo en Los Astros le ha ayudado a ser más extrovertido, más sociable. De verdad ha sido una bendición”, agrega.
En los últimos dos años, muchos venezolanos que residían en Lima han regresado a Venezuela, y el impacto de esos regresos se hace sentir en la alineación del equipo. Los responsables del club confirman que ha disminuido el número de jóvenes que juegan en Los Astros, aunque no el interés.
“Con los muchachos seguimos trabajando. Seguiremos ayudándolos a integrarse mejor a esta nueva sociedad, pero también a conseguir su sueño de llegar a las Grandes Ligas”, concluye López.
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