Para entender mejor
El Senado aprobó una reforma a la Ley de Obras Públicas y Servicios que eliminará CompraNet y creará una nueva Plataforma Digital de Contrataciones. Al respecto, especialistas advierten sobre riesgos en la implementación de esta herramienta: como la falta de certeza sobre cómo se preservará el archivo histórico de contratos del gobierno, las excepciones respecto a incluir o no ciertos contratos, y la falta de detalle sobre los cambios en la operación del sistema.
En entrevista con El Sabueso, Natalia Campos, coordinadora de Gobierno del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), subrayó la necesidad de que las autoridades cuenten con la capacidad tecnológica y recursos para mantener un funcionamiento adecuado de la nueva plataforma, y garantizar la máxima transparencia.
“Es necesario que toda la información que hay de años anteriores en CompraNet se traslade a la nueva plataforma. Se necesitan varias cosas para la implementación de la plataforma… Se requiere mucho trabajo y un análisis muy detenido”, refirió Campos.
“No existe mayor información sobre de qué manera se respaldará o se trasladará la información del sistema CompraNet a la Plataforma. Esto genera incertidumbre sobre el respaldo de la información, la continuidad de los procesos de contratación, el acceso a la información pública y la adecuada fiscalización de los recursos”, apuntó la organización Artículo 19 en un comunicado.
Sobre los contratos que se celebren, la nueva plataforma conservará la información electrónica que reciba por, mínimo, cinco años contados desde la fecha en que la reciba, sin detallar qué ocurrirá después de este periodo. Además, no es un hecho que todas las contrataciones queden asentadas ahí.
“En casos excepcionales y justificados, la Secretaría podrá autorizar que se lleven a cabo los procedimientos de contratación sin utilizar la Plataforma, conforme a las disposiciones que se establezcan en el Reglamento de esta ley”, menciona el artículo 74 en referencia a la Secretaría Anticorrupción, sin detallar esas excepciones.
El dictamen que reforma la Ley de Obras Públicas y Servicios Relacionados con las Mismas, fue aprobado por el Senado de la República y señala que CompraNet seguirá funcionando mientras entra en operación la nueva plataforma.
Con la aprobación del Senado, la presidenta Claudia Sheinbaum deberá publicar está reforma en el DOF y, con ello, la Plataforma Digital de Contrataciones Públicas deberá iniciar operaciones en su totalidad en un plazo máximo de 2 años y medio, a partir de la fecha de entrada en vigor de la presente Ley.
La secretaria Anticorrupción, Raquel Buenrostro, mencionó que el nuevo sistema es una evolución de Compranet, un sistema que “ya estaba muy viejo”, con la ventaja de ser más económico, “y además, lo podemos tener permanentemente en cambio”.
De acuerdo con la reforma a la Ley de Obras Públicas y Servicios, se creará la Plataforma Digital de Contrataciones Públicas en sustitución de CompraNet. Esta nueva plataforma contendrá la documentación de los contratos realizados por las dependencias federales.
Y permitirá la suscripción de contratos de forma digital y estandarizará los procesos de contratación, lo que incluye desde la planeación, presupuestación, contratación y administración de contratos. También, se interconectará con sistemas electrónicos relacionados con las contrataciones públicas.
La Plataforma contendrá la siguiente información: contrataciones públicas; programas anuales en la materia de las dependencias y entidades; el registro electrónico de personas físicas y morales; el registro de proveedores sancionados; las convocatorias a la licitación.
También las invitaciones a cuando menos tres personas; las actas de las juntas de aclaraciones, del acto de presentación y apertura de proposiciones y de fallo; los informes de los testigos sociales en las contrataciones públicas.
Así como la información sobre contratos, acuerdos marco y los convenios modificatorios; las órdenes de suministro y de servicio, las adjudicaciones directas, y las resoluciones de la instancia de inconformidad.
“La meta es que sea el único punto de interacción entre las necesidades de las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal y las ofertas de los proveedores, lo cual, a diferencia del Sistema CompraNet, no sólo será un repositorio donde se almacenen documentos e información, ni se enfocará solamente en funcionalidades aisladas, sino que permitirá una transformación digital que involucre todos los procesos que componen el ciclo de la contratación pública, logrando una trazabilidad completa de la gestión del gasto público”, se lee en la iniciativa.
Para la organización Artículo 19, la legislación no explica cómo esta nueva plataforma mejora los procesos que eran ineficientes desde Compranet, ni establece mecanismos de transparencia o auditorías independientes en caso de que esta herramienta falle.
Aunque, “si esta plataforma se diseña e implementa adecuadamente, el gobierno tendría mejor información para comprar, controlar riesgos y transparentar sus transacciones”, mencionó Mariana Campos, directora de México Evalúa.
La nueva plataforma también incluirá un módulo para la “Tienda Digital del Gobierno Federal”, la cual permitirá adquisiciones de bienes o servicios a través de órdenes de suministro o servicio. Este apartado estará dirigido a la contratación de bienes y servicios de uso común, como agua o artículos de oficina, y será regulado por la Secretaría Anticorrupción.
La organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) mencionó que la propuesta que elimina a CompraNet es parecida al esquema de transparencia implementado en el gobierno de Sheinbaum en el gobierno de la Ciudad de México, llamado Tianguis Digital.
Esa plataforma no ha transparentado contratos de los gobiernos capitalinos de 2018 a 2025. En realidad, Tianguis Digital consiste en módulos sobre los procesos de contratación pública, las convocatorias o el padrón de proveedores, pero los contratos con cuánto dinero se pagó o quién recibió los recursos por bienes o servicios no pueden ser descargados ni en los datos abiertos.
De hecho, el sitio invita a consultar las páginas individuales de transparencia de cada institución, aunque el objetivo era que Tianguis Digital las transparentara.
Para el IMCO, la implementación de la nueva plataforma requería el aumento de capacidades tecnológicas por parte de la Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno, para garantizar la operatividad y transparencia de la plataforma. Un ejemplo de ello sería el uso de un software que se aloje en los servidores de la Secretaría, para evitar que dependa de un proveedor como CompraNet, y diseñar una estrategia para que las instituciones puedan cargar la información de forma exitosa.
“La iniciativa establece que dicha Secretaría regulará y estandariza los procedimientos de contratación pública, pero no especifica los tiempos ni las garantías para la implementación de estos lineamientos. Además, le otorga responsabilidades adicionales sin contemplar capacitación ni fortalecimiento del personal, lo que podría derivar en deficiencias operativas y mayores riesgos de discrecionalidad”, apuntó Artículo 19.
La reforma incluye dos métodos nuevos de contratación: el Diálogo competitivo y la Adjudicación directa con estrategia de negociación. Ambos métodos podrán ser utilizados por las instituciones públicas con la aprobación de la Secretaría Anticorrupción.
El Diálogo Competitivo es un procedimiento en donde la institución entabla un diálogo con los postulantes (proveedores) para dar a conocer información sobre los bienes o servicios que se busquen adquirir. La negociación continuará hasta alcanzar un acuerdo benéfico para la institución.
Según el IMCO, este método se ocuparía para bienes o servicios especializados para generar un proceso de contratación colaborativo, sin embargo, subrayó la necesidad de realizar un monitoreo constante, debido a que los diálogos entre funcionarios y empresas incrementa el espacio de contacto y el riesgo de corrupción.
Mientras que la Adjudicación directa como estrategia de negociación es un mecanismo en el que se negocia con un proveedor seleccionado por la institución, sin la necesidad de un concurso abierto. La reforma plantea el uso de este mecanismo en casos de urgencia, y asegura que con ella el gobierno podrá contar con bienes y servicios de forma rápida, generando “certeza jurídica del éxito de los procesos”.
“Se va a seguir viendo un escenario donde se va a poder hacer mucha adjudicación directa, y el reto va a estar en que se garantice que las justificaciones son correctas. Y de nuevo ese es un trabajo que va a tener que hacer la Secretaría de Anticorrupción. Entonces es muy difícil ser juez de tantas cosas”, dijo Campos.
Para su entrada en vigor, la reforma será enviada a la presidenta.
El Lago Chapala recibe hace más siete décadas migrantes de Estados Unidos. Una “migración a la inversa” que ahora, con la llegada de Trump y su retórica antinmigrantes, permite entender mucho de lo que hay detrás de esta coyuntura histórica. Crónica de BBC Mundo.
En febrero el agua del Lago Chapala parece un espejo, y en él se reflejan lanchas, aves y los domos volcánicos que rodean al embalse natural más grande de México.
En el norte del lago hay una decena de pequeños pueblos, conocidos como la Ribera de Chapala, donde se vive en modo oasis: la calma y el silencio emanados del lago se difunden, y la violencia que da de qué hablar en otras regiones del estado Jalisco, por acá no se siente.
Uno de estos pueblos es Ajijic, que en el idioma ancestral mexicano, el náhuatl, quiere decir “lugar donde brota el agua”. Y en efecto: aquí el agua hace que la brisa llegue fresca, menos seca, y que las temperaturas, incluso en el verano, no sobrepasen los 30°C.
El primer turista estadounidense llegó a Ajijic, a 50km de Guadalajara, una de las tres ciudades más importantes del país, en el siglo XIX.
Hoy son más de 10.000 los estadounidenses que viven en lo que ellos mismos suelen llamar, con orgullo y algo de humor, “el pueblo más gringo de México”.
Y se dedican a caminar por el majestuoso malecón, dar clases de inglés a mexicanos, hacer voluntariado, tomar clases de arte o cerámica o participar de eventos “para gringos”, como las noches de trivia.
“Vivo como un rey”, dice Keith Starling, un estadounidense retirado acá hace 4 años. “Parece que hubo una intervención divina para traerme aquí”, añade, vestido con una guayabera yucateca.
La mayoría de estos estadounidenses —sumados a unos cuantos canadienses— son jubilados que aquí le sacan más provecho a su pensión. Tras la pandemia, sin embargo, el promedio de edad ha ido bajando a punta de migrantes jóvenes que trabajan remotamente o quieren un estilo de vida distinto.
“La gente en EE.UU. me pregunta todo el tiempo si estoy seguro aquí”, dice James Burns, un historiador de unos 50 años que llegó hace 5 años. “Y la verdad es que me siento mucho más seguro en México que en Estados Unidos”.
Según datos oficiales, unos seis millones de estadounidenses viven fuera del país. Y casi el 20% de ellos están en México.
Muchos mexicanos que migraron al norte hace décadas tuvieron hijos allá y volvieron, por lo que gran parte del millón de estadounidenses en México tiene, en realidad, raíces mexicanas.
Pero también hay estadounidenses que han migrado hacia el sur, en lo que cierta jerga del sector ha denominado “migración a la inversa”; es decir, flujos contrarios a la migración más frecuente.
Muchas localidades mexicanas están, entonces, “llenas de gringos”: en Tulum y Cancún, dos paraísos del Caribe, viven 15.000; en San Miguel de Allende, una ciudad colonial en las montañas, hay 10.000; y en Baja California, una península en el mar Pacífico en plena frontera norte, las cifras oficiales registran 130.000 estadounidenses.
Pero Ajijic es el único lugar donde los vecinos del norte —la mayoría blancos, retirados, que saben poco castellano— son tantos como los mexicanos.
“El 60% de mis clientes son estadounidenses”, dice Noé López, un agente de bienes raíces en la zona. “Y están los que vienen a rentar y los que vienen a arrendar, pero todos acá viven como si fueran ricos: van a restaurantes, tienen servicio de limpieza”.
Son clase media o baja al norte de la frontera, y alta en el sur.
“Sabemos que somos privilegiados”, dice Craig Purcell-Beard, originario de St Louis, en referencia al poder adquisitivo. “En parte por eso es que hay tanta gente involucrada en voluntariado, no por culpa, sino por deseo de involucrarse”.
Algunos mexicanos temen el impacto de esta migración en los precios y la cultura locales. Los grafitis de “fuera gringos” en barrios como La Condesa y La Roma en Ciudad de México han generado la idea de que hay un sentimiento antiinmigración.
Pero en Ajijic, donde la migración estadounidense tiene al menos siete décadas, no se siente esa queja por la llamada gentrificación.
“No me siento como un extraño, sino como un huésped bienvenido”, dice Burns.
En todas las conversaciones que tuve con estadounidenses en Ajijic encontré más una crítica a su propio país —una crítica profunda, que con las noticias recientes parece confirmase— que una búsqueda por hacer de México un lugar “más gringo”.
El mismo Burns dice que la decisión de irse —que “no fue fácil”, porque perdió un 85% de sus ingresos— fue “por razones de salud mental”.
“Empecé a sentir que cada vez disfrutaba menos salir de casa, incluso para actividades cotidianas como pasear al perro o ir al supermercado, por la manera en que la gente se trataba”, asegura.
K.J. Purcell-Beard, quien migró con su novio Craig y pusieron un canal de YouTube para refutar las “mentiras” que se dicen de México, explica que “en EE.UU. nos enseñan desde niños a trabajar duro, a esforzarnos al máximo y nos dicen que con eso conseguirás todo lo que quieras”.
Craig, su pareja, añade: “La cultura, la economía, el sistema en general se volvió cada vez más tóxico y me terminó expulsando; quedarme dejó de ser una opción; de haberme quedado ahora estaría sin casa”.
Y entonces México, asegura K.J., surgió como alternativa: “Los mexicanos, por cultura, tienen una predisposición natural a no caer en el materialismo; la familia es lo primero, pasan tiempo con sus vecinos; y encontrarán la manera de pagar sus cuentas, sí, pero no veo esta constante necesidad de comprar el último iPhone”.
A mi pregunta de por qué se vinieron, muchos mencionaron el clima, los precios, la cercanía, pero todos, sin excepción, coincidieron, afligidos, en una reflexión más de fondo: los valores.
“La cultura blanca que está ahora en el poder en EE.UU. tiene la mentalidad de que todo lo que hace es lo correcto y de que todos los demás lo tienen que asimilar”, me dijo Susan Brewer, una californiana que supera los 60 años.
“Ir a mi país ya no se siente tan bien como se sentía antes”.
La llegada de Donald Trump al poder ha significado, entre tantas cosas pero quizá más que cualquier otra, una revolución cultural sobre los valores de comunidad, solidaridad y respeto que estos migrantes parecen encontrar más en México que en casa.
“Los mexicanos valoran lo que hay en el interior antes que lo que hay en el exterior de la gente”, dice KJ.
Y Burns añade: “La gente en México vive su vida con maestría; ojalá los estadounidenses pudieran hacer lo mismo”.
En el espejo del Lago Chapala se ve una nueva vida, una llegada, pero también una partida, el éxodo de un país que, dice Burns, “está retrocediendo, mientras que México está progresando”.
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