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¿Limonada de la vida? Falso, agua de limón con bicarbonato no cura el cáncer
¿Limonada de la vida? Falso, agua de limón con bicarbonato no cura el cáncer
4 minutos de lectura

¿Limonada de la vida? Falso, agua de limón con bicarbonato no cura el cáncer

Una publicación asegura que beber una limonada con bicarbonato cura el cáncer. Sin embargo, se trata de desinformación.
05 de septiembre, 2023
Por: Oscar Nogueda Romero
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Es falso que tomar agua de limón con bicarbonato pueda curar el cáncer y evitar la proliferación de células cancerígenas, como menciona una publicación en la red social X, antes llamada Twitter. 

El doctor Alejandro Macías confirmó a El Sabueso de Animal Político que no hay evidencia de que la limonada con bicarbonato cure el cáncer y tampoco es una terapia alternativa contra esta enfermedad. Por ello, subrayó la importancia de que las personas acudan con profesionales de la salud a tiempo para atender este padecimiento. 

La publicación que desinforma acumula más de 2 mil 700 compartidos y 6 mil me gusta, además viene acompañada con el mensaje “A lo que más le tienen miedo los oncólogos y médicos es que se sepa para qué sirve la Limonada de la Vida. Cuesta menos de un dólar y evita la proliferación de las células cancerígenas, ya que oxigena y alcaliniza el entorno. Nunca crea en lo que lea. Investigue primero”.

Cabe destacar que El Sabueso ya ha verificado a esta cuenta por difundir desinformación relacionada al cáncer

Ni el limón ni el bicarbonato curan el cáncer

Por medio de una búsqueda de palabras clave, encontramos que este tipo de desinformación ha sido desmentida por varios verificadores  y especialistas de distintos países, al menos desde 2013. Incluso, El Sabueso reportó que no hay evidencia que tomar agua caliente con limón elimine el cáncer

En entrevista con El Sabueso, el doctor Alejandro Macías aseguró que es falso que la limonada con bicarbonato sea un tratamiento contra el cáncer, además enfatizó que “dejar que pase el tiempo sin un tratamiento adecuado, es peligroso”. 

En ese sentido, Guillermo de Velasco, miembro de la Sociedad Española de Oncología Médica, dijo al verificador Newtral que el limón puede tener efectos benéficos sobre las células tumorales, pero la la formación de tumores es una situación compleja y el efecto de un solo elemento, como el limón, no es suficiente para prevenir o curar el cáncer. 

Igualmente, la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) negó que el bicarbonato o agua con limón cure el cáncer, ya que no hay evidencia científica que lo compruebe y aclaró que no hay ningún alimento o combinación de alimentos que cure el cáncer

 La Asociación comentó a la agencia AFP que el limón no tiene propiedades anticancerígenas y que el agua con limón no es más potente que la quimioterapia. 

“Lo que tiene de bueno el limón es que su consumo implica un incremento de antioxidantes enormes, pero de ahí a que cure el cáncer o lo prevenga, no. Es un antioxidante que está en todas las frutas cítricas”, dijo Mónica Katz, médica especialista en nutrición, a AFP

El medio español RTVE indicó que el bicarbonato no se utiliza en los tratamientos oncológicos  ni se ha demostrado que tenga implicaciones en la cura del cáncer o tenga efectos benéficos para los pacientes. 

Alejandro Macías explicó que el metabolismo humano impide la acidificación o alcalinización del cuerpo, por lo que el limón ni el bicarbonato alcaliniza el cuerpo ni evitan la proliferación de células cancerígenas. 

El Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos no incluye la limonada con bicarbonato en su sección de tratamientos contra el cáncer ni como una opción de medicina complementaria alternativa. Sin embargo, destaca que es necesario consultar a un médico antes que un paciente con cáncer comience un tratamiento alternativo, así como para conocer algunos consejos sobre alimentación

Por su parte, la AECC sostiene que algunos alimentos, como el limón, pueden interferir con los tratamientos oncológicos. 

Agua de limón es saludable, pero no es una cura

Según el Centro Nacional de Investigación Sanitaria de Estados Unidos, los limones y otros cítricos pueden tener componentes para combatir el cáncer, tales como la pectina cítrica y los limonoides. Sin embargo, estas propiedades no se han estudiado en humanos. 

De acuerdo con Medical News Today, el agua de limón tiene diversos beneficios para la salud, tales como proveer de vitamina C al cuerpo, actuar como antioxidante y eliminar los radicales libres, así como mejorar la salud cardiaca y metabólica. 

A pesar de sus beneficios para la salud, la limonada con bicarbonato no alcaliniza el cuerpo, ya que lo que ingerimos no afecta la acidez de las células. Por ello, tampoco es una bebida que cure el cáncer.  

En conclusión, a pesar de los beneficios del agua con limón, es falso que la limonada con bicarbonato cure el cáncer, ya que no hay evidencia científica que lo compruebe. 

 

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Imagen BBC
Por qué algunas personas prefieren pasar sus vacaciones todos los años en el mismo lugar (algo que para otros es aburrido)
6 minutos de lectura

En un mundo cada vez más estresante, muchos viajeros encuentran consuelo en la repetición: volver cada año a los mismos pueblos de esquí, suburbios costeros o sus cafés favoritos.

23 de diciembre, 2025
Por: BBC News Mundo
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cuatro mujeres de pie frente a una pared de madera de color amarillo y azul. Todas sostienen un helado en sus manos y sonríen.
Getty
Los expertos dicen que el atractivo va mucho más allá de la nostalgia y ayuda a lidiar con el estrés.

Durante los últimos 15 años, el fotógrafo Jason Greene y su familia han viajado desde la ciudad de Nueva York hasta Mont Tremblant, en Quebec, para pasar una semana del invierno boreal en la nieve.

“Tenemos una tradición: el primer día comemos paletas de jarabe de arce, patinamos sobre hielo y luego pasamos por la tienda de dulces local”.

La ciudad turística francocanadiense, dice, “ocupa un lugar especial en nuestros corazones porque allí todos aprendimos a esquiar y hacer snowboard”.

Para muchos viajeros, la novedad es el objetivo: tachar nuevos destinos y buscar nuevas sensaciones.

Pero un número creciente de personas, como Greene y sus cuatro hijos, hace lo contrario: regresa al mismo lugar cada año. Reservan la misma habitación, comen los mismos platos y recorren las mismas calles para encontrar comodidad en lo familiar, en lugar de la emoción del descubrimiento.

“Para muchas personas, hay una sensación de seguridad al volver a lo conocido”, afirma Charlotte Russell, psicóloga clínica y fundadora de The Travel Psychologist.

Imagen aérea de varios edificios en Mont Tremblant, un municipio en las montañas de Quebec.
Getty Images
Durante los pasados 15 años, la familia del fotógrafo Jason Greene regresa cada invierno a Mont Tremblant en Quebec.

“Sabemos qué esperar, qué nos conviene… y [es] menos probable que enfrentemos desafíos inesperados”.

Este comportamiento, añade, suele atraer a personas abrumadas por su vida diaria, por lo que repetir las mismas vacaciones una y otra vez puede resultar muy reconfortante.

Movidos por la nostalgia

Esa sensación incomparable de tranquilidad fue lo que me llevó de nuevo a Lima, Perú, este mayo, exactamente un año después de mi primera visita, mientras escribía mi libro de viajes Street Cats & Where to Find Them.

Me alojé en el mismo hotel, comí el mismo sándwich en el mismo café, caminé por las mismas calles y dejé que muchos de los mismos gatos durmieran en mi regazo, disfrutando de la satisfacción que me había sorprendido la primera vez.

La profesora de sociología Rebecca Tiger ha regresado a Atenas ocho veces, con una novena visita programada este mes, por razones similares. “Siempre me quedo en Pangrati porque me encantan los cafés del barrio [y] sus gatos”, señala.

“Ahora tengo residentes locales con quienes mantengo contacto mientras estoy fuera y socializo cuando regreso”.

Tiger aprecia la familiaridad que ha cultivado con el tiempo y no se aburre gracias a la diversidad de experiencias que ofrece el lugar.

Los datos reflejan este cambio impulsado por la nostalgia.

Según el informe para 2026 Where to Next? de la plataforma de viajes Priceline, el 73% de los viajeros encuestados afirmó sentirse atraído por los lugares y experiencias que los marcaron, desde playas familiares hasta parques de diversiones.

Hombre sentado en el muelle mirando los molinos de viento en Zaanse Schans, Zaandam, Países Bajos.
Getty Images

El último informe global de viajes de Hilton confirma la tendencia: el 58% de los viajeros con hijos planea volver a destinos de su propia infancia, mientras que el 52% de los viajeros brasileños regresa a los mismos lugares año tras año.

La nostalgia y la comodidad son lo que ayuda a Greene y su familia a “dejar atrás el estrés de la vida y relajarse en nuestros lugares favoritos”.

No solo repiten su costumbre del jarabe de arce en la montaña.

Su rutina diaria en Mont Tremblant también se replica cada año: “Esquí y snowboard durante tres días seguidos, luego un día libre para pasear en trineo con perros, dar un paseo en carruaje u otra actividad invernal”.

Cuando la vida se vuelve difícil, es la anticipación de su viaje invernal -y la alegría que sienten juntos allí- lo que les ayuda a sobrellevarlo.

Un toque de novedad

Russell señala que, desde una perspectiva neurocientífica, “los circuitos de recompensa en nuestro cerebro pueden volverse menos receptivos a medida que nos acostumbramos a visitar el mismo lugar”.

Sin embargo, volver puede seguir aportando beneficios para el bienestar, añade, destacando que suele ser más relajante ir a un sitio asociado con el disfrute porque seguimos “distanciados de las señales que asociamos con el estrés”.

Greene afirma que su familia no ha experimentado ninguna disminución en la emoción de hacer exactamente las mismas cosas en el mismo orden cada año.

Aun así, Tiger y yo intentamos añadir un toque de novedad a nuestras vacaciones repetidas y rutinas familiares.

Cuando visito Inglaterra, lo cual intento hacer varias veces al año, no es para repetir experiencias idénticas, sino para conocer estadios de fútbol, producciones teatrales y rutas de senderismo.

Si solo me quedara en Wandsworth y viera partidos en el estadio de Craven Cottage, mis vacaciones se volverían aburridas rápidamente.

En cambio, recorro el país, como en distintos restaurantes y dejo que mi curiosidad me guíe hacia nuevas aventuras. Según Russell, esta combinación ayuda a mantener viva la chispa de la exploración, al tiempo que ofrece comodidad.

Esto es importante, explica, porque “hay un punto en el que volver al mismo lugar empieza a ser problemático.

Si regresamos demasiadas veces y superamos nuestro “apetito” por él, se llama adaptación hedónica: acostumbrarse a las cosas placenteras y volver a nuestro nivel emocional original”.

Tiger plantea un argumento similar sobre su predilección por Grecia.

Una vista aérea de una playa en italia. Se ven decenas de sombrillas de playa y decenas de personas tanto en la arena como en el mar.
Getty Images
El último informe global de viajes de Hilton confirma la tendencia: el 58% de los viajeros con hijos planea volver a destinos de su propia infancia.

“El país sigue siendo nuevo para mí: nuevas playas, islas y pueblos rurales; hay tantos lugares por explorar que podría pasar toda una vida allí y no conocer ni una fracción de ellos”.

Si solo nos fijamos en los códigos de los aeropuertos de destino, nuestros viajes podrían parecer idénticos. Pero las experiencias que vivimos -Tiger en Grecia y yo en Inglaterra- son tan distintas que nuestros recorridos nunca resultan monótonos.

Crecí en los suburbios de Filadelfia y veía a los vecinos viajar en masa y entre el tráfico hacia la costa de Jersey cada verano. Iban al mismo pueblo, la misma playa, con las mismas atracciones en el mismo muelle y se alojaban en las mismas casas de alquiler.

Alguna vez me pregunté: ¿qué pasa cuando viajar deja de ser una ruptura con la rutina y se convierte en otra rutina más?

Ahora, en un mundo cada vez más estresante, entiendo el atractivo de buscar alegría en lo familiar, mientras doy un pequeño paso fuera de mi zona de confort para encontrar nuevas emociones en lugares conocidos.

A Tiger le encantan sus rutinas vacacionales en Grecia, pero admite que otras partes del mundo también le atraen.

“Siento mucha curiosidad por Japón, pero me gusta controlar el ritmo de mis días”, dice.

Su trabajo como profesora es agotador, al igual que su trayecto diario, por lo que se entiende cuando afirma: “Mi tiempo en Grecia es un respiro que agradezco, tanto porque es familiar como porque resulta extraño al mismo tiempo”.

Y añade: “Atenas casi se siente como un segundo hogar”.

línea gris que separa el texto
BBC
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