El 1 de enero del 2024 pasará a la historia como el día en el que Mickey Mouse será de dominio público tras 95 años de exclusiva con Disney.
Y sí, tal y como pasó con Winnie Pooh, eso significa que podríamos tener versiones sanguinarias y para adultos del icónico personaje.
Pero ojo, que esto tiene algunas limitaciones así que veamos a detalle lo que esto implica.
Ok. Vamos poco a poco. Que Mickey Mouse sea de dominio público significa que artistas, cineastas, autores y quien sea podrá usar la imagen del famoso ratón sin esperar una demanda de Walt Disney Company.
¡Peeero ojo! Solo se trata de una versión específica del personaje: el primer Mickey Mouse que debutó en el corto Steamboat Willie.
La protección de derechos de autor en Estados Unidos tiene una vigencia de 95 años a partir del año de su primera publicación o 120 años a partir del año de su creación.
En 2024 se cumplen 96 años de la que es considerada como la primera aparición de Mickey Mouse: el cortometraje Steamboat Willie (o Willie y el barco de vapor).
Este corto de 1928 fue dirigido por Walt Disney y Ub Iwerks. También marcó el debut de Minnie Mouse y esta versión del personaje también será de dominio público.
Las versiones posteriores de Minnie y Mickey Mouse, que además han aparecido en decenas de películas y programas, todavía seguirán protegidas bajo derechos de autor y serán propiedad de Disney.
Así lo explicó un comunicado enviado a la Associated Press por parte de Disney donde también explican que “Mickey seguirá desempeñando un papel destacado como embajador global de Walt Disney Company”.
AP también explica que Disney todavía posee “una marca registrada de Mickey como mascota corporativa e identificador de la marca”. Esto quiere decir que ninguna otra persona o compañía podría usar al ratón como logo.
Ya dijimos que Winnie Pooh pasó a ser de dominio público hace dos años y gracias a eso tuvimos nuevas versiones del oso, como la sangrienta Winnie the Pooh: Blood and Honey.
Y tal y como se había adelantado, la secuela de esa película podrá contar con Tigger, pues en 2024 el libro donde aparece por primera vez, The House at Pooh Corner, cumple 96 años y pasa a ser de dominio público.
Pero tal y como pasó con Pooh, cualquiera podrá usar a Tigger siempre y cuando no sea la versión/interpretación creada por Disney, pues esa todavía es exclusivas del estudio.
Trump y Carney se reunieron este martes en la Casa Blanca, para iniciar conversaciones tras meses de una tensa relación entre ambos.
Fue un encuentro lleno de sonrisas, pero no exento de tensión.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el primer ministro canadiense, Mark Carney, se reunieron este martes por primera vez en la Casa Blanca, para iniciar conversaciones tras meses de una tensa relación entre ambos países desde que el mandatario estadounidense le impuso aranceles a su vecino.
Carney se impuso recientemente en las elecciones de Canadá gracias, sobre todo, a su firme oposición a Trump, que desde que llegó a la presidencia habla constantemente de que quiere que Canadá se convierta en el estado número 51 de Estados Unidos.
En ese clima de tensión se celebró este martes el encuentro entre ambos líderes.
Cuando a Trump le preguntaron sobre el espinoso tema de anexar a Canadá, el presidente respondió que “se necesitan dos para bailar el tango”, y agregó que no era el momento de discutir ese tema.
Sin embargo, Trump también enumeró una larga lista de beneficios que, en su opinión, recibirían los canadienses si pasaran a formar parte de EE.UU.
“Es una frontera artificial”, advirtió, dibujando con la mano una línea en el aire.
Carney no tardó en responderle.
“Como sabe, en el sector inmobiliario hay lugares que nunca están a la venta”, dijo. “Estamos en uno ahora mismo… No está a la venta. Canadá nunca estará en venta”.
“Nunca digas nunca”, dijo Trump. “Ya veremos qué pasa con el tiempo”, apuntó el mandatario.
Estados Unidos es un gran mercado para las empresas canadienses. Aproximadamente 75 % de las exportaciones de Canadá van hacia su vecino del sur.
Canadá, por su parte, representa un porcentaje mucho menor (el 17 %) de las exportaciones estadounidenses.
Canadá también es el mayor proveedor extranjero de petróleo crudo de Estados Unidos. El déficit comercial estadounidense con Canadá, que se espera que sea de 45 mil millones de dólares en 2024, se debe en gran parte a la demanda energética de Estados Unidos.
Trump emprendió una guerra comercial global en la que Canadá fue uno de los primeros países blanco de los aranceles.
El mandatario impuso parcialmente un arancel del 25 % sobre varios productos canadienses, junto con impuestos de importación del 25 % sobre todas las importaciones de aluminio y acero.
Sin embargo, eximió a productos cubiertos por el Tratado entre Estados Unidos, México y Canadá (USMCA, por sus siglas en inglés).
Canadá respondió con aranceles por 42 mil millones sobre productos estadounidenses.
Las relaciones entre ambos países se han vuelto más tensas en los últimos meses, impulsadas por la retórica de Trump sobre el “estado 51” y su referencia al exprimer ministro Justin Trudeau como “gobernador”, tal como se denomina a los líderes de los estados en Estados Unidos.
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