Llegó el momento de regresar a Arrakis y ver qué pasa con Paul Atreides. Así que prepárate para esta segunda parte con esta guía sobre el reparto de Dune 2.
Recuerda que Duna: Parte dos se estrena este 29 de febrero solo en cines.
Paul Atreides (Timothée Chalamet) se une a Chani (Zendaya) y los Fremen mientras busca venganza cotntra a quellos que mataron a su padre y destruyeron su Casa.
Enfrentando una elección entre el amor de su vida y el destino del universo conocido, se esfuerza por evitar un futuro terrible que solo él puede prever.
La película cuenta con una duración oficial de 2 horas 46 minutos. Es un poco más larga que la primera parte, la cual dura 2 horas 35 minutos.
La película cuenta con un elenco espectacular y varias caras se unen en esta segunda parte. Te dejamos una breve guía de pesonajes para que sepas quién es quién.
Paul Atreides – Timothée Chalamet
Luego de ser el famoso chocolatero en Wonka, Timothée Chalamet regresa como el nuevo Duque de la Casa Atreides pero tendrá que enfrentar ese papel con el de ser un posible mesías como el Kwisatz Haderach, en un destino planeado por las Bene Gesserit.
Igualmente se revelará el papel tan importante de Chani en su vida (que aparecía en casi todas sus visiones en la primeraparte) y el de los Fremen en esta guerra.
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Lady Jessica Atreides – Rebecca Ferguson
Recordemos que Lady Jessica perdió al amor de su vida cuando asesinaron al Duque Leto; sin embargo, huyó con Paul Atreides al desierto estando embarazada.
Como viste en la primera parte, es pieza clave dentro del reparto de Dune 2, pues sus acciones desencadenan grandes cosas.
Esto se debe a que también es pertenece a las Bene Gesserit, una orden conformada por mujeres que tienen un entrenamiento muy severo para desarrollar habilidades que parecen fuera de este mundo.
Gurney Halleck – Josh Brolin
El reparto de Dune 2 también trae de regreso al Jefe de Guerra de la Casa Atreides. Desde los eventos de la primera parte, no ha visto a Paul ni a Lady Jessica, pero los tráilers nos adelantan su reencuentro.
Además de ser uno de los mentores de Paul, es un gran guerrero y de los más leales a esta familia. Aunque también es un trovador que de vez en cuando toca el baliset (un instrumento parecido a la cítara).
Barón Vladimir Harkonnen – Stellan Skarsgård
No solo es el líder de la Casa Harkonnen, gobernador de Giedi Prime, sino que fue la mente detrás de la destricción de la Casa Atreides.
Es famoso por su ambición y su brutalidad y ya veremos qué papel juega cuando se entere que Paul Atreides sigue con vida.
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Glossu Rabban Harkonnen – Dave Bautista
En el reparto de Dune 2 tambén destaca el sobrino del barón Vladimir Harkonnen, quien al igual que su tío tiene una gran pasión por la crueldad (aunque no heredó la astucia).
Feyd-Rautha Harkonnen – Austin Butler
Una de las nuevas caras del reparto de Dune 2 es la de Austin Butler, quien viene de interpretar a Elvis Presley para darnos a uno de los personajes más despiadados.
Feyd-Rautha es el sobrino más joven del Barón Harkonnen; sí, su hermano mayor es Glossu Rabban. Aunque son igualmente brutales, Feyd-Rathua destaca por su inteligencia, lo que lo hace una mayor amenaza para Paul.
Chani – Zendaya
¡Por fin veremos más de Zendaya como Chani! Pues en la primera parte solo apareció en visiones de Paul y al final de la película. Pero su participación en esta guerra contra el Imperio apenas comienza.
Por lo que vemos de los tráilers, su relación con Paul también crecerá a medida de que él y Lady Jessica se adaptan a la vida Fremen.
Stilgar – Javier Bardem
Otro personaje que apareció poco en la primera parte, pero luego de darle la oportunidad a Paul y a Jessica de unirse a los Fremen demostrará el tipo de lider que es para su gente.
Princesa Irulan Corrino – Florence Pugh
Al reparto de Dune 2 se une Florence Pugh, a quien seguro recuerdas por sus grandes actuaciones en Midsommar, Little Women, Oppenheimer y hasta en Black Widow.
La princesa había sido brevemente mencionada en la primera parte, cuando Paul pone sobre la mesa la idea de casarse con ella por una alianza política. Y es que la Princesa Irrulan es la hija mayor del emperador.
Emperador Padishah Shaddam IV – Christopher Walken
No habíamos conocido al emperador, pero en la primera parte supimos que fue él mismo quien aprobó poner a la Casa Atreides en Arrakis como una trampa para ser destruídos por los Harkonnen.
¿La razón? Se sentía muy anabeazado por la creciente influencia de la Casa Atreides sobre otras. Y como lo adelantan los tráilers, por eso no es nada feliz saber que esa casa todavía sobrevive con la existencia de Paul.
A Christopher Walken lo has visto en un montón de películas, desde Pulp Fiction, The Deer Hunter y Sleepy Hollow, hasta Click, Hairspray y Atrápame si puedes y la serie Serverance.
Lady Margot Fenring – Léa Seydoux
Otra recién llegada al reparto de Dune 2 es Léa Seydoux, a quien recuerdas por La vida de Adéle o por salir como Madeleine Swann en Spectre y No Time to Die, del 007.
Aunque Lady Margot Fenring es esposa del Conde de la Casa Fenring, aliada del emperador, es una Bene Gesserit y recordemos que ellas traen su propia agenda y prioridades.
Gaius Helen Mohiam – Charlotte Rampling
Y hablando de las Bene Gerrerit, no podemos olvidar el regreso de la Reverenda Madre, que en la primera parte puso a prueba a Paul Atreides antes de su partida a Arrakis con el gom jabbar.
Al igual que en la primera parte, se espera que busque mover varios hilos con el beneficio de las Bene Gesserit.
La ley Laken Riley podría entrar en vigor antes de que comience su mandato Donald Trump, que ha prometido mano dura contra la inmigración ilegal.
Para los migrantes irregulares en Estados Unidos, una acusación de hurto o robo será motivo de arresto y probablemente deportación.
Lo recoge una nueva y polémica ley que podría entrar en vigor incluso antes de que el próximo lunes 20 de enero Donald Trump inicie su mandato como presidente del país norteamericano.
El aún proyecto de ley Laken Riley, que en este momento se encuentra en fase de debate en el Senado, es obra del Partido Republicano de Trump pero también cuenta con el apoyo de numerosos congresistas y senadores demócratas.
La ley también permitirá a los estados demandar al gobierno federal si libera a un indocumentado bajo custodia o no aplica ciertas leyes migratorias.
Sus defensores creen que aumentará la seguridad ciudadana, mientras las voces críticas aseguran que contradice los valores constitucionales y viola la presunción de inocencia de los migrantes.
Analizamos en qué consiste esta ley, cuáles serán sus repercusiones y por qué es tan polémica.
El nombre de la ley, Laken Riley, es el de una estudiante de enfermería de 22 años brutalmente asesinada en febrero del año pasado en el estado de Georgia.
El venezolano de 26 años José Ibarra interceptó a Riley mientras hacía ejercicio en el campus de la Universidad de Georgia en Athens, intentó violarla y, como la víctima se resistía, la golpeó hasta la muerte, según lo revelado en el juicio.
Ibarra, quien fue condenado a cadena perpetua en noviembre, es un migrante indocumentado venezolano que tenía pendientes acusaciones previas de al menos dos delitos menores en Estados Unidos, uno de ellos el hurto de varios productos en un supermercado.
El caso generó conmoción en la sociedad estadounidense. Los conservadores argumentaron que, si el agresor hubiera sido detenido y expulsado por sus casos previos, Laken Riley todavía estaría viva.
Esto llevó al Partido Republicano a proponer, un mes después del suceso, una ley específica para evitar casos similares.
De hecho, bajo la ley Laken Riley el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) estará obligado a detener a extranjeros en situación migratoria irregular que hayan sido arrestados previamente por robo, hurto y similares.
La ley se alinea con las políticas de línea dura que Trump previsiblemente aplicará en su próximo mandato.
El republicano prometió llevar a cabo la mayor operación de deportación en la historia de Estados Unidos, enfocándose inicialmente en inmigrantes indocumentados con antecedentes penales.
La ley Laken Riley, según algunos expertos, facilitará la deportación de quienes estén acusados de cometer estos delitos menores, que se tramitará durante su arresto y sin necesidad de juicio.
Según la actual legislación, solo están sujetos a una posible deportación los migrantes a quienes un tribunal haya condenado en firme por al menos dos delitos menores.
Por otro lado, las autoridades de cada estado podrán demandar al gobierno federal si creen que no está aplicando correctamente las leyes sobre migración.
Los incumplimientos denunciables de Washington incluirían liberar a migrantes en custodia, no arrestar a personas con orden de expulsión, otorgar libertad condicional de forma inadecuada a irregulares o no aplicar restricciones de visados a los países que rechacen recibir a sus ciudadanos deportados desde EU.
La ley Laken Riley fue aprobada por primera vez en la Cámara de Representantes en marzo de 2024, pero se estancó en el Senado controlado por los demócratas y regresó a la cámara baja.
El pasado 7 de enero los congresistas la volvieron a aprobar con 264 votos a favor, (entre ellos 48 demócratas) y avanzó de nuevo al Senado.
Allí corrió mejor suerte que en la primera ocasión, ya que todos los senadores republicanos y una mayoría de demócratas (en total 84 votos a favor y 9 en contra) aceptaron someter a debate el texto para su posible enmienda y aprobación.
Expertos señalan que la derrota en las elecciones de 2024, en las que la inmigración fue un tema central de campaña, ha llevado a muchos demócratas a respaldar propuestas más restrictivas en esta materia, e incluso el propio partido está cambiando su enfoque al respecto.
“Estoy a favor de dar a las autoridades las herramientas para prevenir tragedias como ésta mientras trabajamos en soluciones integrales para nuestro sistema roto”, afirmó recientemente John Fetterman, senador del Partido Demócrata por Pensilvania, uno de los “estados péndulo” que cambiaron su voto a republicano el pasado noviembre.
La fase de deliberación en la cámara alta podría prolongarse por unas pocas semanas o incluso días, y según analistas, existe la posibilidad de que la ley se apruebe antes de que Trump se instale el día 20 en la Casa Blanca.
En todo caso, está en fase de deliberaciones y existen discrepancias entre republicanos y demócratas sobre su contenido final.
Mientras los republicanos defienden aprobar el texto íntegro original, los demócratas han señalado su intención de enmendar aspectos controvertidos, como la posibilidad de detener y deportar, sin necesidad de pruebas ni juicio, a migrantes acusados de pequeños delitos.
La aparente violación de la presunción de inocencia de los detenidos es el aspecto más polémico de esta nueva ley, que ha generado una oleada de críticas de quienes la consideran incompatible con los valores democráticos y constitucionales de Estados Unidos.
Sus defensores argumentan que, al privar de libertad o expulsar a presuntos delincuentes, se protegerá a las comunidades de delitos cometidos por personas en situación irregular.
También sostienen que la posibilidad de deportación por delitos menores disuadirá a los migrantes indocumentados de involucrarse en actividades ilegales.
Mientras, las voces críticas la consideran una amenaza a las protecciones constitucionales y un retroceso en los principios de justicia.
“Es esencialmente una autopista hacia la deportación masiva; se puede detener a cualquier cantidad de personas y meterlas en el sistema de justicia penal simplemente por haber sido acusadas, sin condena ni admisión de culpabilidad”, declaró este domingo en un programa televisivo Pramila Jayapal, una de los congresistas que han criticado el proyecto de ley en el dividido Partido Demócrata.
Los detractores de esta polémica legislación argumentan que la detención sin fianza de cualquier migrante acusado -aunque no necesariamente condenado- de delitos menores como el hurto eliminaría el derecho a audiencias individualizadas, algo garantizado incluso en casos de delitos graves en el sistema de justicia penal.
Esto plantea serias preocupaciones sobre la presunción de inocencia y el debido proceso, según el Centro Nacional de Leyes de Inmigración (NILC por sus siglas en inglés).
El NILC también advierte que obligar a las autoridades migratorias a detener a las personas antes de que puedan asistir a sus audiencias penales podría obstaculizar gravemente el trabajo de los fiscales, aumentar el caos en los tribunales y complicar la resolución de casos criminales.
Los detractores de la ley también creen que la avalancha de trabajo que caería sobre jueces y fiscales por delitos menores como hurtos o robos les restaría tiempo y recursos para abordar casos de delitos más graves.
La organización Voto Latino argumenta que la ley no mejorará la seguridad pública ya que no hay evidencia de una correlación entre el estatus migratorio y la criminalidad.
Esta ONG considera la ley Laken Riley una herramienta política para estigmatizar a los migrantes y acentuar las divisiones sociales.
Otro aspecto polémico es la capacidad que la ley otorga a los estados para demandar al gobierno federal sobre acciones relacionadas con políticas migratorias.
Según el NILC, esto podría convertir los tribunales en escenarios de interminables disputas entre los estados y Washington, obstaculizando la implementación efectiva de la ley.
Sus defensores, sin embargo, alegan que permitirá a las autoridades locales, que conocen más de cerca los problemas de sus comunidades, participar de forma más activa a la hora de aplicar y supervisar las leyes de inmigración.
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