José Chi Aké es uno de los guardianes de las 15 charcas activas de la salinera prehispánica de Xtampú, un sitio de cosecha tradicional de este mineral en riesgo de desaparecer por el establecimiento de proyectos inmobiliarios y marinas turísticas en el municipio de Dzemul, Yucatán.
El hombre de origen maya abre un improvisado portón con troncos de madera a la entrada de la salinera. El lugar concentra cuerpos de agua únicos que generan sal y que, en primavera, lucen de un color rosa parecido a los flamencos que anidan cerca de dicha zona. En ese lugar hasta hace dos décadas había 113 charcas con una antigüedad de 400 años, 98 de ellas desaparecieron (el 86%) por la expansión inmobiliaria en el municipio de Dzemul.
Lee| Imágenes satelitales revelan los impactos del boom inmobiliario de Oaxaca tras la nueva autopista
Ahora 64 familias piden apoyo al gobierno del Estado para proteger su patrimonio, sobre todo por una nueva amenaza: el Ayuntamiento del municipio pretende colocar una red de suministro de agua potable que impactará esta práctica ancestral.
Los reclamos arreciaron porque el 4 de febrero personal de la alcaldía realizó mediciones para establecer las futuras tuberías: las proyectan a un costado de las charcas y abarcando área de manglar.
Las tuberías, contempladas para surtir a los nuevos complejos inmobiliarios, afectarían el suelo de manglar que está cerca y, en caso de fuga, inundarán las charcas donde se forma la sal, aseguran lugareños.
Este proyecto ya se intentó realizar anteriormente y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) lo canceló en noviembre de 2023 por la supuesta falta de una Manifestación de Impacto Ambiental, según reportó el medio local Por Esto.
La población también acusa al Ayuntamiento de no realizar consultas ciudadanas y favorecer el envío de agua potable a los nuevos residenciales en zona de playa.
“No queremos que se haga este proyecto porque se trata también de 3 kilómetros de manglar que se van a dañar porque se tendrían que quitar para que pasen los tubos grandes y también las autoridades se preocupan por las casas veraniegas cuando muchas casas del pueblo no tienen agua potable”, menciona.
La preocupación de la población por el daño de manglar nace ante la disminución de esta vegetación, un hecho corroborado por el Sistema de Monitoreo de Manglares de México (SMMM), que registra la disminución de 98 mil 756 a 96 mil 873 hectáreas (ha) entre 1981 y 2020. Esto es casi 2 % menos.
A pesar de las quejas de la población, José Wilberto Flota Aké, alcalde de Dzemul, asegura que cuenta con asesoría de personal de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y de la Junta de Agua Potable y Alcantarillado de Yucatán (Japay) para la realización del proyecto. Sin embargo, reconoció en entrevista a Causa Natura Media que hasta ahora su acuerdo es únicamente de palabra, pero no hay un documento oficial que lo avale.
El alcalde menciona que los complejos a lo largo de 16 kilómetros de costa, en las comunidades de San Bruno, San Benito y Chabihau, extraen agua de pozos particulares que corren riesgo de provocar la salinización del agua, mientras que otros habitantes pagan sus impuestos en el municipio de Temozón, ubicado a dos horas de ahí.
Ambas situaciones se resolverían si contara con más recursos mediante la redirección de las recaudaciones al municipio de Dzemul, argumenta.
“Son más de 2 mil 500 construcciones allá y necesitamos darles agua, ya tenemos la instalación para extraer agua. Ya tenemos el apoyo de Banobras de casi 1 millón 400 mil pesos y tenemos que demostrar en qué invertimos. Esto va a beneficiar a nuevos complejos turísticos, pero también a las casas habitación en la zona”, dijo el alcalde.
El municipio costero se ubica a 62 kilómetros de la capital yucateca. José, junto con seis decenas de hombres y mujeres que forman parte de la Sociedad de Solidaridad Social Salinera Xtampú, extrae la sal con sus manos desnudas y pies descalzos. En esta labor se vale solamente de canastas hechas con bejucos.
Narra que los meses con mayor producción de sal son abril y mayo, cuando las charcas reciben más concentración de los rayos solares. El caso contrario es el de las temporadas de lluvia, cuando las precipitaciones entorpecen la formación del mineral.
Las bondades económicas de este lugar son tales, que cuando no se cosechan los granos blancos y cristalinos, las personas de la cooperativa realizan recorridos turísticos para compartir la importancia del sitio.
“Prácticamente, desde que salí de la primaria empecé a trabajar acá, pero este lugar tiene 400 años o más porque tengo un compañero que tiene 100 años, por ahora es el más antiguo y nos dice cómo trabajaban para cosechar la sal. Aquí estamos, sobrinos, hijos, nietos que conservamos este trabajo de muchos años”, dice José Chi.
Mientras habla sobre las personas que trabajan en el lugar, explica que cada charca es capaz de producir hasta 40 toneladas en un año, pero no siempre se alcanza tal cantidad, ya que en 2023 recolectaron sólo 11 toneladas porque no tuvieron suficientes compradores.
También lee| Proyectos turísticos e inmobiliarios amenazan manglares de El Mogote, Baja California Sur
Francisco Hernández es uno más de los defensores de este lugar ancestral. Dice que en Xtampú se genera una sal muy parecida a la del Himalaya, por su color y las propiedades que benefician la salud. Por eso busca en unión de otros trabajadores la manera de proteger su fuente de trabajo.
“No tratamos de buscar ventajas del gobierno y tampoco buscamos enriquecernos, sólo que este lugar nos beneficia de distintas formas, nos da empleo y es un lugar con historia”, refiere.
Laura Eugenia Aké vende souvenirs en la salinera. Asegura que la cosecha de sal es de ayuda para las familias de Dzemul, especialmente, como una forma de diversificar sus ingresos ante la baja llegada de turismo.
“De las visitas nos sale un poco del dinero para el mantenimiento porque, además, el año pasado nos perjudicaron mucho las tormentas y los huracanes porque a las charcas les cae agua dulce, se inundan y la sal no sale. Queremos cuidar este sitio”, añade.
Este artículo fue originalmente publicado en Causa Natura Media.
La propuesta del líder ruso se produce horas después de que Reino Unido, Francia, Alemania y Polonia volvieran a exigirle una tregua de 30 días, bajo amenaza de una nueva ola de sanciones.
Vladimir Putin quiere abordar “las raíces” del conflicto que mantiene con Ucrania para alcanzar “una paz sólida y duradera”. Para lograr este objetivo, el presidente ruso ofreció a los líderes ucranianos entablar “conversaciones serias”, una propuesta que desde Kyiv aceptaron.
En un inusual discurso televisado ofrecido a altas horas de la noche del sábado desde el Kremlin, Putin afirmó que Rusia quería retomar las negociaciones directas con las autoridades ucranianas.
“Este sería el primer paso a una paz sólida y duradera, en lugar de un prólogo a más hostilidades armadas después de que el ejército ucraniano reciba nuevo armamento y personal y tras la febril excavación de trincheras”, dijo.
Las conversaciones tendrían lugar el 15 de mayo en Turquía, agregó el mandatario.
Horas después, la oferta rusa fue aceptada por Ucrania, aunque con la condición de que todas las hostilidades se interrumpan a partir de este 12 de mayo.
“Es una señal positiva que los rusos hayan empezado por fin a plantearse el fin de la guerra”, respondió el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky.
En horas de la tarde de este domingo, sin embargo, Ucrania matizó su postura inicial, abriéndose a una cita con o sin cese al fuego.
“No tiene sentido prolongar las matanzas. Y esperaré a Putin en Turquía el jueves. Personalmente”, escribió Zelensky en X (ex Twitter).
Sus declaraciones se dieron luego de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lo emplazara a aceptar “inmediatamente” las condiciones de Rusia.
“El presidente Putin de Rusia no quiere un acuerdo de alto el fuego con Ucrania, sino reunirse el jueves en Turquía para negociar un posible fin del baño de sangre. Ucrania debería aceptar esto inmediatamente”, escribió en su red social Truth Social.
La intervención de Trump contradijo la postura de su enviado especial para Ucrania, Keith Kellogg, quien horas antes había tuiteado: “Primero, un alto el fuego incondicional de 30 días y, mientras dure, avanzar hacia conversaciones de paz completas. No al revés”.
El anuncio de Putin se produjo apenas horas después de que Zelensky y cuatro de sus aliados europeos más estrechos (Reino Unido, Francia, Alemania y Polonia) volvieran a exigirle al mandatario ruso que aceptase una tregua de 30 días, so pena de imponerle nuevas sanciones a Rusia.
El vocero del Kremlin, Dmitry Peskov, respondió al ultimátum afirmando que todo intento por “presionarnos es completamente inútil”.
Sin embargo, en su discurso, Putin no descartó la posibilidad de que las conversaciones culminen en un acuerdo entre Rusia y Ucrania sobre una nueva tregua.
“Estamos determinados a tener negociaciones serias con Ucrania con el propósito de eliminar las raíces que han causado el conflicto y establecer una paz duradera con una perspectiva histórica”, dijo.
“No podemos excluir que durante estas negociaciones sea posible acordar una nueva tregua o cese al fuego”, agregó.
Sin embargo, no abordó directamente los llamamientos a un alto el fuego de 30 días.
A la capital ucraniana viajaron el sábado el primer ministro británico, Keir Starmer, el presidente francés Emmanuel Macron, el nuevo canciller alemán Friedrich Merz y el primer ministro polaco Donald Tusk, quienes forman parte de la llamada “coalición de los dispuestos”, un grupo de países comprometidos a apoyar militar y financieramente a Ucrania.
Los líderes advirtieron que se impondrían nuevas y masivas sanciones a los sectores energético y bancario de Rusia si Putin no aceptaba el alto el fuego incondicional de 30 días “en el aire, el mar y la tierra”.
Si bien Zelensky valoró el anuncio de su contraparte rusa, en un primer momento desde Kyiv condicionaron cualquier conversación al cese de las hostilidades.
“Primero un alto el fuego de 30 días, luego todo lo demás”, advirtió Andriy Yermak, jefe de la oficina del presidente ucraniano, en sus redes sociales.
“Rusia no debe camuflar su deseo de continuar la guerra con contorsiones verbales. Un alto el fuego es el primer paso para poner fin a la guerra, y confirmará la disposición de Rusia a acabar con el asesinato”, agregó.
Trump calificó el anuncio del gobernante ruso como un “día potencialmente grande para Rusia y Ucrania”.
“Piensen en los cientos y miles de vidas que se salvarán cuando este interminable baño de sangre, con suerte, llegue a su fin”, escribió augurando el alumbramiento de “un mundo completamente nuevo y mucho mejor”.
Más cauto se mostró el presidente francés, quien indicó que se trata de “un primer paso”, pero “no es suficiente”. Macron también exigió un alto al fuego de inmediato.
“No puede haber negociaciones mientras las armas hablan”, dijo.
Putin, en su discurso, anunció que conversaría este domingo con su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, para que acogiera nuevamente las negociaciones bilaterales.
Entre marzo y abril de 2022, a penas semanas después de que Moscú lanzara su invasión a gran escala, en Estambul delegaciones rusas y ucranianas buscaron ponerle fin al conflicto.
Sin embargo, en esa ocasión las conversaciones no llegaron a buen término y fueron suspendidas, una vez que se conoció la masacre cometida por unidades rusas en la ciudad ucraniana de Bucha.
La posibilidad de que este anuncio conduzca al fin de las hostilidades se antoja lejano, según Frank Gardner, corresponsal de seguridad de la BBC. ¿Por qué? Varios son los motivos.
En primer lugar, Putin no aceptó la tregua de 30 días propuesta por Ucrania y sus aliados, sino que “quiere abordar lo que él llama ‘las causas profundas del conflicto'”.
“Desde su punto de vista, eso significa la inaceptable ambición de Ucrania de formar parte de una Europa próspera y democrática, en lugar de volver a la órbita de Moscú y convertirse en una nación satélite flexible como Bielorrusia. También querrá un compromiso firme de que Ucrania nunca entrará en la OTAN”, escribió.
Asimismo, recordó que Moscú espera que antes de aceptar cualquier alto al fuego, Occidente se comprometa a dejar de armar a Ucrania.
“Eso, por supuesto, dejaría a este país mucho menos capacitado para defenderse de los avances graduales de Rusia en la línea del frente o, peor aún, de una nueva ofensiva a gran escala para tomar más terreno”, alertó el corresponsal.
Pero mientras Putin hacía esta nueva oferta, en distintos puntos de Ucrania los combates seguían.
Durante la noche, Rusia atacó Ucrania con 108 drones, según las fuerzas aéreas ucranianas, reportó Vitaliy Shevchenko, editor de Rusia para la BBC.
Haz clic aquí para leer más historias de BBC News Mundo.
Suscríbete aquí a nuestro nuevo newsletter para recibir cada viernes una selección de nuestro mejor contenido de la semana.
Y recuerda que puedes recibir notificaciones en nuestra app. Descarga la última versión y actívalas.
Utilizamos cookies propias y de terceros para personalizar y mejorar el uso y la experiencia de nuestros usuarios en nuestro sitio web.