El colectivo ambientalista Salvemos los Cerros de Chihuahua (SLC) presentó una denuncia ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) para que investigue la invasión del suelo forestal en el Cerro Horeb – La Mezcalera, ubicado al Centro – Oeste de la ciudad de Chihuahua.
Asimismo solicitó al Ayuntamiento de Chihuahua a que emita una declaratoria de protección de esa zona considerada con alto valor ecológico y cultural.
Ambas peticiones se realizaron luego de que el colectivo y decenas de personas más, realizaron una caminata el pasado viernes 14 de febrero en las cercanías de ese cerro, con la exigencia de protección y preservación del medio ambiente, ya que en esa zona han aumentado los desarrollos inmobiliarios en los años recientes.
“No tenemos miedo”, fue una de las principales consignas durante la caminata, la cual se derivó de un ataque recibido a senderistas días atrás, hecho que atribuyen a su activismo en defensa del territorio.
Luis Rivera “Lucho”, vocero de Salvemos los Cerros, dio a conocer que en la denuncia ante Profepa exigen determinar las violaciones ambientales, particularmente en lo relativo al cambio ilegal de uso de suelo forestal y la expansión urbana descontrolada.
También plantean el establecimiento de una zona de restauración ecológica bajo la gestión de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), y medidas para frenar el deterioro del área.
Por otro lado urgen a hacer un inventario de la flora y fauna de ese cerro y llevar a cabo las acciones necesarias para su protección.
El Horeb está ubicado en la zona de La Cantera, al centro oeste de la ciudad de Chihuahua, y se ha documentado la existencia de especies como aguililla de swainson, búho cornudo, víbora de cascabel de las rocas, zorros espalda plateada, entre muchas otras.
Además fue reconocido en el “Estudio para la Definición del Borde Urbano y las Áreas Naturales de Valor Ambiental” realizado por el Instituto Municipal de Planeación (IMPLAN) de Chihuahua en 2019 como una zona de gran importancia ambiental.
En la denuncia ante Profepa, el colectivo SLC refiere que hubo una solicitud formal para que este espacio fuera declarado área natural protegida por el municipio, que fue respondido de manera favorable mediante el oficio No. SEPA 295/2021, sin embargo, hasta la fecha, esta declaratoria no se ha concretado. “Eso ha permitido el avance de la mancha urbana sobre este suelo forestal”, precisa el documento, del cual tiene copia Raíchali.
La importancia de esta acción legal, añade la denuncia, radica en la preservación de un ecosistema que proporciona servicios ambientales esenciales para la ciudad de Chihuahua, tales como la recarga de mantos acuíferos, la conservación de la biodiversidad y la regulación climática local.
Según el estudio del IMPLAN (CEE-1812, 2019), precisa SLC, la degradación de esta zona podría generar impactos negativos irreversibles en la calidad del aire y la disponibilidad de agua en la región.
El Horeb no es sólo un cerro, sino tiene una relevancia para la ciudad de Chihuahua y su medio ambiente, así lo expone el colectivo SLC en un documento entregado a la Dirección de Desarrollo Urbano y Ecología para que emita la declaratoria de protección de ese lugar.
Por ejemplo, el colectivo argumenta que el Horeb y otros cerros, están situados alrededor de importantes zonas de recarga hídrica para la ciudad, que se ven afectadas día a día con la urbanización del entorno.
También precisa que dada la existencia de vegetación nativa semiárida, de matorral, pastizal y bosque de transición, resulta vital su existencia para personas y fauna nativa como venados, gatos de montes, coyotes y búho cornudo, entre otros.
De igual forma subrayan el impacto que se tiene a la calidad del aire en la ciudad.
“La calidad del aire en Chihuahua está catalogada como mala, debido a la gran cantidad de las partículas suspendidas causadas por las actividades antropogénicas derivadas del cambio de uso de suelo. La vegetación de los ecosistemas semiáridos también nos ayudan a captar el carbono y para regular la temperatura, propiciando una mejor calidad de vida”, agrega SLC en el documento.
Y por último, hace énfasis en que el Cerro Horeb – La Mezcalera, tiene una importancia social, al contar con vestigios de pinturas rupestres reconocidas en algún momento por los gobiernos.
“Actualmente ese patrimonio está siendo dañado por actividades relacionadas al uso indiscriminado de vehículos motorizados y, al no contar con ningún tipo de protección, los chihuahuenses pierden zonas de alto valor histórico, cultural y paisajístico, por lo que su protección es de alta prioridad”, sentencian.
El departamento se encarga de supervisar la financiación de las escuelas públicas, administra los préstamos estudiantiles y dirige programas para ayudar a los estudiantes de bajos recursos.
“Estados Unidos no ha estado educando bien a sus alumnos desde hace mucho tiempo y todo el mundo sabe que esto es lo correcto”.
Con estas palabras se refería el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a su decisión de desmantelar el Departamento de Educación, algo que hace mucho tiempo están pidiendo los conservadores.
El mandatario estadounidense firmó este jueves la orden ejecutiva con la que se pone en marcha el proceso de eliminación de esta agencia.
“El cierre ocurrirá lo más rápido posible”, dijo Trump durante la firma, afirmando que Estados Unidos “gasta mucho más dinero en educación que cualquier otro país”, pero está “casi al final de la lista en términos de éxito”.
La eliminación total del Departamento de Educación requiere de la aprobación del Congreso.
Desde que el líder republicano regresó a la Casa Blanca, el Departamento de Educación ya anunció planes para recortar aproximadamente la mitad de su personal.
Fundado en 1979, este departamento se encarga de supervisar la financiación de las escuelas públicas, administra los préstamos estudiantiles y dirige programas para ayudar a los estudiantes de bajos recursos.
Trump y sus aliados acusan a la agencia de adoctrinar a los jóvenes con material racial, sexual y político.
Un error común es creer que el Departamento de Educación opera las escuelas estadounidenses y establece los planes de estudio. En verdad, esa responsabilidad recae en los estados y en los distritos locales.
La agencia lo que hace es supervisar los programas de préstamos estudiantiles y administrar las becas Pell, que ayudan a estudiantes de bajos recursos a acceder a la universidad.
También ayuda a financiar programas de apoyo a estudiantes con discapacidades y a estudiantes que viven en la pobreza.
Además, el departamento hace cumplir las leyes vinculadas a la protección de los derechos civiles diseñadas para evitar la discriminación por motivos de raza o sexo en las escuelas financiadas con fondos federales.
El presupuesto asignado al departamento fue de US$238.000 millones en el año fiscal 2024, lo que representa menos del 2% del presupuesto federal total.
La agencia cuenta con unos 4.400 empleados, la menor cantidad de cualquier departamento con rango de ministerio.
La mayor parte de la financiación pública para las escuelas estadounidenses proviene de los gobiernos estatales y locales.
En 2024, Education Data Initiative estimó que Estados Unidos invirtió un total de poco más de US$857.000 millones en educación primaria y secundaria, lo que equivale a US$17.280 por alumno.
Por sí solo, Trump no puede cerrar totalmente el departamento.
El presidente no solo necesita la aprobación del Congreso para deshacerse del departamento, sino que posiblemente necesite una mayoría especial en el Senado de 60 de los 100 senadores.
Los republicanos tienen una mayoría de 53 a 47 en el Senado, por lo que necesitan que al menos siete demócratas voten a favor de la abolición de la agencia, una apuesta políticamente improbable.
Incluso en la Cámara de Representantes, Trump podría tener dificultades para conseguir el apoyo necesario.
En una votación el año pasado para abolir el Departamento de Educación, que fue adjunta como enmienda a otro proyecto de ley, la decisión no se adoptó porque 60 republicanos se unieron a todos los demócratas de la Cámara para votar en contra.
Trump ha tomado medidas para reducir otros departamentos gubernamentales en las últimas semanas, a pesar de las dudas sobre la legalidad de dichas medidas.
Un borrador de la orden de Trump para desmantelar el Departamento de Educación, obtenido el mes pasado por The Washington Post, reconocía que solo el Congreso puede deshacerse de la agencia por completo, pero la orden ejecutiva firmada este jueves pone en marcha su reducción gradual.
Los empleados de Educación se encuentran entre aquellos que están en el foco de los esfuerzos del gobierno de Trump para reducir la fuerza laboral federal.
El Departamento de Educación supervisa una enorme cartera de préstamos a estudiantes universitarios, que según Trump se transferirá a otra agencia gubernamental.
“No creo que el Departamento de Educación deba gestionar los préstamos. No les incumbe”, exlamó Trump.
Los expertos afirman que lo más probable es que la cartera -que incluye más de US$1,5 billones en préstamos obtenidos por más de 40 millones de estadounidenses- se transfiera al Tesoro de Estados Unidos.
Un informe de la Casa Blanca indica que le corresponde a la secretaria de Educación, Linda McMahon, garantizar la “prestación ininterrumpida de los servicios, programas y beneficios de los que dependen los estadounidenses”.
Pase lo que pase, los prestatarios seguirán teniendo que devolver los préstamos.
Las sentencias judiciales y las políticas de Trump han revertido algunos cambios que el expresidente Joe Biden intentó implementar para reducir los costos de los préstamos y perdonar algunas deudas.
La idea de eliminar el Departamento de Educación ha sido planteada por los republicanos casi desde su existencia.
Durante la campaña presidencial de 1980, Ronald Reagan presionó para su desmantelamiento.
Históricamente, los republicanos se han opuesto a la centralización de la política educativa, creyendo que es mejor dejarla en manos de cada estado y cada ciudad.
Más recientemente, han acusado al Departamento de Educación de imponer a los niños lo que describen como una ideología política woke, incluyendo cuestiones de género y raza.
Los aliados de Trump también quieren ampliar la opción escolar, lo que permitiría a los estudiantes y a las familias utilizar fondos públicos para elegir alternativas privadas o religiosas a las escuelas públicas.
Los conservadores argumentan que las funciones del Departamento de Educación deberían estar a cargo de otras agencias.
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