Las ministras Lenia Batres Guadarrama y Yasmín Esquivel Mossa criticaron el último informe de labores de la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Norma Piña, quien señaló ataques y persecuciones desde el poder por resoluciones contrarias a los intereses del gobierno y reiteró sus críticas a la reforma judicial.
Batres Guadarrama aseguró que el mensaje que dio Norma Piña sólo son los “últimos manotazos por el poder que les quitan”.
En un breve mensaje en sus redes sociales, expresó que en su discurso no dio “ninguna información de acciones jurisdiccionales” y, por el contrario, contenía un “mensaje de oposición política” y “negociación democrática”.
“Últimos manotazos de resistencia ante una reforma que les quita un poder que creían de su propiedad”, escribió.
En tanto, Yasmín Esquivel Mossa señaló que más que un informe de actividades, el de Norma Piña fue un listado de quejas, de reclamos, “uno muro de lamentaciones”.
En entrevista con Milenio, la ministra señaló que hubo “una narrativa falsa donde se dijeron cosas que faltan a la verdad”, además que no hubo una autocrítica”.
Yasmín Esquivel acusó que Norma Piña “jugó a las vencidas con las autoridades”, como si fuera un partido político opositor y eso generó parte del problema de la reforma al Poder Judicial.
“Desde hace dos años que llegó, inició el problema, no de una división de poderes, sino un divorcio total y un alejamiento con los otros poderes, el Legislativo y el Ejecutivo, y tenemos muchos temas en común que no fueron afrontados de una manera directa, correcta, institucional, sino que se jugó a estas vencidas donde le ganaron y hoy están ahí las consecuencias”.
Asimismo, reprochó que en el informe no habló de la corrupción que hay en el Poder Judicial, del nepotismo, tráfico de influencias o de los días de paro; y en cambio hizo “un muro de lamentaciones fiel a su estilo de confrontación”.
Sin la presencia de los Poderes Ejecutivo y Legislativo, Norma Piña comentó que desde que se impulsó la reforma judicial se volvió una práctica común desestimar a la autoridad y amenazar a jueces, magistrados y ministros con persecuciones penales y juicios políticos.
Las amenazas al Poder Judicial, aseguró, iniciaron cuando se dieron resoluciones contrarias a los intereses del gobierno y se les acusó de no ser parte de un proyecto político, algunos de ellas: la anulación del pase de la Guardia Nacional a la Sedena; la invalidación del decreto que califica como seguridad nacional las megaobras y la cancelación del “Plan B” de la reforma electoral.
De acuerdo con la ministra, la reforma judicial, además de no tener precedente a nivel mundial, tiene dos problemas de origen: se hizo sin diagnóstico y se basa en una narrativa falsa.
“La reforma está innovando a partir de una narrativa falsa, infundada, pero repetida tan consistentemente que ha parecido convertirse en verdad. Nos encontramos, entonces, ante un caso típico de posverdad, en el que las apelaciones, a las emociones, a las creencias y a los sentimientos han tenido más influencia en la formación de la opinión pública y de los actores políticos, que los hechos objetivos y verificados”, aseguró.
En su mensaje, Piña Hernández dijo que los resultados de esta reforma no serán inmediatos, sino a través del paso del tiempo y que no se trata de una historia de vencedores o vencidos.
Ayer, ni la presidenta Claudia Sheinbaum ni los presidentes de las Cámaras del Congreso de la Unión, Gerardo Fernández Noroña (Senado) y Sergio Gutiérrez Luna (Diputados), acudieron a escuchar y a acompañar a Piña, en medio de diferencias de la representante del Poder Judicial con el Ejecutivo y el Legislativo por la reforma judicial aprobada y en proceso de implementación.