
En el corazón de Conkal, una pequeña comunidad yucateca, un producto local se ha convertido en motivo de orgullo colectivo: el huevo rojo libre de jaula de la marca Chak He Davo. Para sus productores, ver el empaque en un anaquel de OXXO no es solo un logro comercial; es una validación de años de esfuerzo, disciplina y cuidado por ofrecer calidad. “No cualquier empresa puede estar en un anaquel de alguna tienda comercial, llámese OXXO o cualquier otra”, afirma con énfasis Raúl Estrella, gerente de La Red de Conkal en Yucatán.
Su frase encierra una realidad que muchos pequeños y medianos empresarios del país conocen bien: el camino para llegar a una red de más de 23 mil tiendas en México no está pavimentado con atajos. Es un trayecto que exige cumplir normas, demostrar calidad constante, responder a la demanda sin perder la esencia y adaptarse a un modelo logístico que funciona como un engranaje de precisión.
OXXO es la red de tiendas de conveniencia más reconocida en el país. Según datos oficiales de la empresa, el 99% de sus proveedores son mexicanos y más de 1,200 de ellos son micro, pequeñas y medianas empresas (MiPyMES). En muchos casos, estas empresas ingresan gracias a programas estatales que las vinculan con compradores mayoristas. Además, OXXO forma parte de Hecho en México, iniciativa impulsada por la Secretaría de Economía para visibilizar y fortalecer la producción nacional.
Para lograr estar en los anaqueles es necesario cumplir una serie de requisitos y normativas. El proceso de selección y expansión que maneja OXXO es exigente. Armando Novoa, gerente de Asuntos Corporativos y Sostenibilidad para OXXO México, lo explica así: “Siempre buscamos, piloteamos el producto y, dependiendo de cómo responda el consumidor, son aquellos productos que se van quedando”. En otras palabras, cada nuevo ingreso inicia con una prueba controlada en un número reducido de tiendas para medir aceptación y rotación.

Este esquema evita que un productor se vea rebasado por la demanda antes de estar preparado, pero también funciona como un filtro de calidad. Solo aquellos productos que superan la prueba y mantienen consistencia pueden aspirar a una expansión mayor.
La historia de Chak He Davo comienza con una apuesta por un modelo de producción más ético: gallinas libres de jaula que producen un huevo rojo de alta calidad. En un mercado donde el consumidor promedio rara vez se pregunta por las condiciones de crianza, esta empresa yucateca decidió diferenciarse.
El contacto con OXXO ocurrió en una feria organizada por el gobierno de Yucatán. Los productores de Chak He Davo presentaron su propuesta, respaldada por estándares sanitarios y una capacidad de producción acorde a la demanda local. Fueron seleccionados para iniciar la prueba en tiendas de la zona.
El resultado no solo fue positivo en ventas, sino que impactó en la autoestima de los trabajadores. “El grado de orgullo de que los empleados sepan que el producto en el que trabajan está en una tienda OXXO es algo muy, muy importante… no cualquier empresa puede estar en un anaquel”, relata Estrella.

La empresa planea ahora expandirse a toda la península de Yucatán y, posteriormente, al sur del país. Todos sus empleados son locales, lo que significa que el crecimiento se traduce directamente en más empleo y mejores ingresos para la comunidad.
En San Mateo, Oaxaca, la historia tiene otro sabor: el del maíz tostado que se convierte en tostadas y empanizadores. Pedro Ramírez, heredero de una tradición familiar de tortillerías, decidió transformar el negocio para darle mayor valor agregado a su producto. La oportunidad de entrar a OXXO surgió a través del programa Orgullo Oaxaca, gestionado por el gobierno estatal.
La primera etapa fue modesta: apenas 10 tiendas en la ciudad de Oaxaca. Pero pronto se amplió a todo el estado y después a Puebla, donde ya abastece 60 tiendas y se prepara para sumar 300 más. Para llegar ahí, la empresa tuvo que invertir en maquinaria, mejorar procesos de empaque y establecer controles de calidad más rigurosos.
“Sin duda alguna fue una oportunidad bastante grande de crecimiento… y nos ha permitido profesionalizar lo que hacemos”, dice Ramírez. Además, destaca la formalidad en los pagos como un factor clave para sostener su crecimiento: “Siempre he agradecido a OXXO porque nos han venido pagando de manera muy formal y los plazos son muy accesibles”.

Con 36 empleados, San Mateo aspira a llegar a nivel nacional, manteniendo la receta y el sabor que han distinguido a sus tostadas desde el inicio.
En Veracruz, Ricardo Huesca transformó una receta familiar de cochinita pibil y una línea de salsas de habanero en productos envasados bajo la marca Pibirico. Su acercamiento a OXXO fue a través del SEDECOP, organismo estatal que conecta a productores con cadenas comerciales.
El ingreso inició con una pequeña prueba, siguiendo el mismo esquema gradual. “Entramos a una pequeña prueba… afortunadamente no nos desbocan, te llevan de la mano”, recuerda. El salto de surtir carnicerías y pollerías locales a cubrir gran parte del estado implicó inversiones en maquinaria, contratación de más personal (de 2 a 8 empleados) y mejoras en la presentación del producto.

“Cada año nos hacen una junta para decirte si has tenido errores, qué tienes que mejorar… y nos han llevado muy bien”, añade Huesca. Este acompañamiento, asegura, es clave para mantener la calidad y la aceptación en el mercado.
El camino para llegar a un anaquel de OXXO incluye varios pasos formales:
Este modelo está diseñado para evitar que un crecimiento acelerado afecte la calidad o la capacidad de respuesta del proveedor.
Los beneficios de entrar a OXXO van más allá de las cifras de ventas. Para las comunidades, significa más empleos, mayor visibilidad de lo que producen y un impulso a la identidad local. En Conkal, los trabajadores de Chagé Dar sienten que cada huevo que colocan en un anaquel representa su esfuerzo y el de su familia. En Oaxaca, las tostadas de San Mateo llevan la tradición culinaria a nuevas mesas. En Veracruz, las salsas Pibirico han convertido una receta casera en un producto con mercado estable.
El programa también fomenta la formalización de negocios. Muchos productores que antes operaban de forma artesanal ahora cuentan con registros sanitarios, etiquetado normativo y procesos estandarizados. Esto les abre la puerta a otros mercados y cadenas comerciales.
Uno de los efectos colaterales del modelo es que impulsa la innovación. Al recibir retroalimentación de OXXO y de los consumidores, los proveedores pueden ajustar empaques, porciones y recetas. En algunos casos, se han creado presentaciones especiales para la cadena, pensadas para optimizar espacio en anaquel y facilitar la rotación.
La adaptación también es logística. Integrarse a la red de 21 centros de distribución de OXXO permite a los proveedores llegar a regiones donde antes no tenían presencia, reduciendo costos y tiempos de entrega.
En un mercado saturado de marcas industriales, los productos con identidad local tienen un valor diferencial. El consumidor que compra una tostada artesanal, un huevo libre de jaula o una salsa veracruzana no solo adquiere un alimento: lleva consigo una parte de la historia y la cultura de una región. OXXO ha aprovechado este valor para fortalecer la conexión con las comunidades, destinando espacios especiales en tienda para productos locales.
OXXO planea seguir ampliando su red de proveedores locales, fortaleciendo alianzas con gobiernos estatales y adaptando su modelo a las capacidades de cada MiPyME. “Hemos identificado que a nivel local se produce muchísima calidad y queremos nosotros en OXXO ser un aliado de estos proveedores locales”, afirma Novoa.
En un país donde competir con grandes corporativos es un reto mayúsculo, este modelo ofrece a las pequeñas y medianas empresas una oportunidad real de crecimiento. No se trata de abrir la puerta a cualquiera, sino de acompañar a quienes están listos para dar el paso y mantener el ritmo.
Porque, como dice Estrella desde Conkal, “no cualquier empresa puede estar en un anaquel”. Y cuando lo logra, el logro es de toda una comunidad.
Nota del editor: Esta publicación se realiza con información de FEMSA, La Red de Conkal, Tortillería San Mateo y Pibirico como parte de las alianzas estratégicas de Grupo Editorial Criterio.