Home
>
Estados
>
Paso Florentino, ‘la bajada del Diablo’ que provoca accidentes; vecinos de la alcaldía Álvaro Obregón piden mayor seguridad
Paso Florentino, ‘la bajada del Diablo’ que provoca accidentes; vecinos de la alcaldía Álvaro Obregón piden mayor seguridad
Foto: Antonio González
6 minutos de lectura

Paso Florentino, ‘la bajada del Diablo’ que provoca accidentes; vecinos de la alcaldía Álvaro Obregón piden mayor seguridad

Cada vez que se encuentra el pavimento mojado, la calle Paso Florentino se vuelve peligrosa, ya que ocurren diversos accidentes, pues la pendiente se vuelve “resbalosa” y los vehículos derrapan. En el último accidente, un camión de refrescos se incrustó en una casa y dos personas resultaron lesionadas.
28 de diciembre, 2025
Por: Antonio González

La calle Paso Florentino, ubicada en la colonia La Mexicana, en la alcaldía Álvaro Obregón, es una de las más peligrosas para circular, pues el piso mojado activa un riesgo latente que por años ha puesto en peligro a vecinos, peatones y automovilistas, por lo que se le conoce como “la bajada del Diablo”.

Dicha vialidad es una pendiente de 45 grados de acuerdo con la alcaldía Álvaro Obregón donde, año con año, especialmente en temporada de lluvias, vehículos particulares, camiones de carga y unidades de reparto pierden el control y se deslizan, impactando viviendas y provocando accidentes.

Manuel Villa Gómez Cano, vecino del lugar desde hace 40 años, recordó cómo se fue formando la colonia cuando la calle era “puro tepetate”.

Paso Florentino, ‘la bajada del Diablo’ que provoca accidentes; vecinos piden mayor seguridad
Foto: Antonio González

“Al principio esto era puro cerro. Teníamos que subir por arena y grava para poder construir. Después echaron chapopote, pero no funcionó, y más tarde pusieron concreto hidráulico, que supuestamente era mejor, pero se vuelve muy resbaloso”, explicó.

El tipo de pavimento, el paso constante de vehículos, así como derrames de aceite se acumulan sobre la superficie de la pendiente, son los factores por los que dicha calle se convierte en un peligro.

“Cada que llovizna, es seguro que se vienen los carros o los camiones. Se resbalan porque van tirando gota a gota de aceite y con el agua eso se vuelve como jabón”, relató.

Accidentes en Paso Florentino

Aunque los accidentes no ocurren todos los días, sí se repiten de manera constante.

“Ha habido choques fuertes. Una vez un materialista se vino y le voló la cabeza a un taxista. Otro día se volteó una camioneta que traía un sonido con chamacos adentro; los vecinos tuvieron que romper las lonas para sacarlos porque se les cayeron las bocinas encima”, recordó Gómez Cano.

Paso Florentino, ‘la bajada del Diablo’ que provoca accidentes; vecinos piden mayor seguridad
Hogar en donde se incrustó un camión de refrescos. Foto: Antonio González

Uno de los accidentes más recientes ocurrió cuando un camión que transportaba refrescos perdió el control y se impactó contra una vivienda.

María Teresa Rivas, quien se encontraba dentro de su casa junto con su hermano, sentados en la sala y viendo la televisión, resultó lesionada.

“Estábamos sentados cuando de repente se vino el camión. A mí me voló, caí al suelo con los tabiques y la ventana encima. A mi hermano lo tiró de panza. No estamos graves, pero sí muy lastimados”, narró para Animal Político.

María Teresa presenta dolores en la pierna, un brazo y la espalda, además de una herida que requirió una sutura.

“Ya somos personas adultas y ni nos la esperábamos. Si no, pues nos echamos a correr”, dijo.

Aunque la aseguradora del vehículo se hizo cargo de los daños materiales, el temor persiste.

“Nos pusieron unos tubos de protección, pero no son suficientes. Cuando se viene un carro, tira todo. Ya no se siente uno seguro”, manifestó.

Paso Florentino, ‘la bajada del Diablo’ que provoca accidentes; vecinos piden mayor seguridad
Vecinos exigen mayor seguridad, pues solo pusieron tubos para resguardar propiedades. Foto: Antonio González

Otros vecinos coinciden en que los accidentes involucran principalmente a camiones grandes de reparto, como los de refrescos o materiales de construcción.

Lee más: Las barrancas de Álvaro Obregón, una geografía “perfecta” para desapariciones que se multiplican

“Ese camión de refresco pasaba todos los días. Yo lo veía venir. Ese día llovió y fue cuando se vino. Cuando llueve es cuando pasa esto”, comentó Rivas.

Aseguró que no ha observado los videos del accidente para no revivir el momento.

Vía que comunica con colonias de la zona

Rosa Lilia Gutiérrez Carmona, otra habitante de la zona, señaló que la calle Paso Florentino es una de las principales vías de conexión entre las colonias Jalpa y Santa Fe, lo que provoca un flujo constante de vehículos.

“Es la única subida hacia la avenida. Las otras calles son sólo de bajada o tienen pendientes más inclinadas. Por eso todos pasan por aquí”, explicó.

La situación se agrava porque la calle es utilizada para subir hasta la calle de Paso Viejo, como para bajar, lo que incrementa el riesgo de colisiones y pérdidas de control.

“Cuando llueve, los carros se derrapan. No importa que frenen, se siguen deslizando”, añadió Gutiérrez Carmona.

Por su parte, Edmundo Contreras García, profesor investigador de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura (ESIA) Zacatenco del Instituto Politécnico Nacional (IPN), explicó que el problema tiene su origen en la orografía de la zona.

Paso Florentino, ‘la bajada del Diablo’ que provoca accidentes; vecinos piden mayor seguridad
Flujo constante de vehículos. Foto: Antonio González

“Estamos hablando de una región de barrancas en el poniente de la Ciudad de México. La pendiente de esta calle excede lo que marca la normatividad para vialidades urbanas”, señaló.

Preciso que eso afecta en gran medida, el comportamiento del pavimento.

“El concreto hidráulico, con el uso, se alisa y pierde fricción. Cuando el coeficiente de fricción entre las llantas y el pavimento disminuye, aunque el vehículo frene, se va a deslizar”, comentó.

Aseveró que la situación se vuelve crítica con la presencia de agua y residuos como aceite o grasa.

Mejorar Paso Florentino

Contreras García planteó modificar el tipo de pavimento y suelo para aumentar su rugosidad. En ese tenor, realizar un estriado superficial que incremente la fricción,

Es decir, adelgazar más las barreras que existen en el suelo. Además de instalar reductores de velocidad alternados para disminuir la circulación y colocar sistemas adecuados de drenaje pluvial, como bocas de tormenta y coladeras laterales, que eviten la acumulación de agua sobre la superficie de rodamiento.

Paso Florentino, ‘la bajada del Diablo’ que provoca accidentes; vecinos piden mayor seguridad
Piden cambiar tipo de pavimento. Foto: Antonio González

Te podría interesar: Vecinos de la Álvaro Obregón llevan meses con coladeras tapadas; las autoridades no atienden el caso

“Cuando se termina un pavimento, sea asfalto o concreto hidráulico, se debe considerar el coeficiente de fricción entre la superficie y los neumáticos. Ese coeficiente es el que permite que un vehículo frene y mantenga el control.

El especialista dijo que el manejo del agua pluvial debe ser considerado por las autoridades locales.

“En una vialidad con estas características es indispensable contar con bocas de tormenta y coladeras adecuadamente diseñadas. La idea es que el agua no permanezca sobre la superficie del pavimento, sino que se canalice de inmediato al drenaje pluvial.

En ese sentido, explicó que las calles deben tener una pendiente transversal —conocida como bombeo— que permita desalojar el agua hacia las banquetas.

“Si no se cuenta con ese bombeo y con coladeras funcionales, el agua se acumula y actúa como una película que reduce todavía más la fricción”, dijo.

Mencionó que no se trata de soluciones improvisadas, pues se requiere de un diagnóstico técnico que contemple dicha pendiente, el tipo de tránsito, el material del pavimento, el drenaje pluvial y la protección a los vecinos.

Agregó que dicho la fricción no es estático, pues “se comporta de manera distinta dependiendo de la velocidad, del estado del pavimento y de si hay presencia de agua. Con el uso constante, el concreto hidráulico tiende a alisarse, pierde rugosidad y, por lo tanto, disminuye su capacidad de adherencia”.

Paso Florentino, ‘la bajada del Diablo’ que provoca accidentes; vecinos piden mayor seguridad
Foto: Antonio González

“Existen lineamientos técnicos que indican cuál debe ser la pendiente máxima para una calle urbana segura. En este caso, la inclinación excede ampliamente esos valores, lo que de entrada genera un riesgo permanente para la circulación”, advirtió.

Precisó que el problema que enfrentan los vecinos de la calle Paso Florentino “no es fortuito”, ni producto de descuidos aislados, sino es “el resultado de una combinación de factores estructurales, topográficos y de planeación urbana que, con el paso del tiempo, se han vuelto más evidentes y peligrosos”.

“Hay que reforzar las banquetas con elementos estructurales que funcionen como barreras de contención, para impedir que los vehículos que pierdan el control impacten directamente contra las viviendas”, declaró.

Lee más: “Cada búsqueda es volver a empezar desde cero”: familias buscan a sus desaparecidos en las barrancas de Álvaro Obregón en CDMX

Añadió que la pendiente de Paso Florentino rebasa los parámetros establecidos por la normatividad vigente en materia de vialidades urbanas. En tiempos donde no hay lluvia, se puede transitar tranquilamente, pero durante la temporada de lluvias, la situación se agrava de manera considerable.

El investigador subrayó que, el problema no siempre es la imprudencia del conductor.

“Aunque un automóvil circule a baja velocidad, si la fricción es muy baja, no hay forma de que las llantas se adhieran al pavimento. El vehículo pierde el control de manera longitudinal, es decir, se va de frente cuesta abajo”, señaló.

Pidió a los vecinos de la zona a tener un mantenimiento constante de la calle, como la limpieza del pavimento y retirar los residuos de aceite.

 

Etiquetas:
Álvaro Obregón
CDMX
Iniciar sesión

Registrate
Suscribete para comentar...
Imagen BBC
Por qué algunas personas prefieren pasar sus vacaciones todos los años en el mismo lugar (algo que para otros es aburrido)
6 minutos de lectura

En un mundo cada vez más estresante, muchos viajeros encuentran consuelo en la repetición: volver cada año a los mismos pueblos de esquí, suburbios costeros o sus cafés favoritos.

23 de diciembre, 2025
Por: BBC News Mundo
0
cuatro mujeres de pie frente a una pared de madera de color amarillo y azul. Todas sostienen un helado en sus manos y sonríen.
Getty
Los expertos dicen que el atractivo va mucho más allá de la nostalgia y ayuda a lidiar con el estrés.

Durante los últimos 15 años, el fotógrafo Jason Greene y su familia han viajado desde la ciudad de Nueva York hasta Mont Tremblant, en Quebec, para pasar una semana del invierno boreal en la nieve.

“Tenemos una tradición: el primer día comemos paletas de jarabe de arce, patinamos sobre hielo y luego pasamos por la tienda de dulces local”.

La ciudad turística francocanadiense, dice, “ocupa un lugar especial en nuestros corazones porque allí todos aprendimos a esquiar y hacer snowboard”.

Para muchos viajeros, la novedad es el objetivo: tachar nuevos destinos y buscar nuevas sensaciones.

Pero un número creciente de personas, como Greene y sus cuatro hijos, hace lo contrario: regresa al mismo lugar cada año. Reservan la misma habitación, comen los mismos platos y recorren las mismas calles para encontrar comodidad en lo familiar, en lugar de la emoción del descubrimiento.

“Para muchas personas, hay una sensación de seguridad al volver a lo conocido”, afirma Charlotte Russell, psicóloga clínica y fundadora de The Travel Psychologist.

Imagen aérea de varios edificios en Mont Tremblant, un municipio en las montañas de Quebec.
Getty Images
Durante los pasados 15 años, la familia del fotógrafo Jason Greene regresa cada invierno a Mont Tremblant en Quebec.

“Sabemos qué esperar, qué nos conviene… y [es] menos probable que enfrentemos desafíos inesperados”.

Este comportamiento, añade, suele atraer a personas abrumadas por su vida diaria, por lo que repetir las mismas vacaciones una y otra vez puede resultar muy reconfortante.

Movidos por la nostalgia

Esa sensación incomparable de tranquilidad fue lo que me llevó de nuevo a Lima, Perú, este mayo, exactamente un año después de mi primera visita, mientras escribía mi libro de viajes Street Cats & Where to Find Them.

Me alojé en el mismo hotel, comí el mismo sándwich en el mismo café, caminé por las mismas calles y dejé que muchos de los mismos gatos durmieran en mi regazo, disfrutando de la satisfacción que me había sorprendido la primera vez.

La profesora de sociología Rebecca Tiger ha regresado a Atenas ocho veces, con una novena visita programada este mes, por razones similares. “Siempre me quedo en Pangrati porque me encantan los cafés del barrio [y] sus gatos”, señala.

“Ahora tengo residentes locales con quienes mantengo contacto mientras estoy fuera y socializo cuando regreso”.

Tiger aprecia la familiaridad que ha cultivado con el tiempo y no se aburre gracias a la diversidad de experiencias que ofrece el lugar.

Los datos reflejan este cambio impulsado por la nostalgia.

Según el informe para 2026 Where to Next? de la plataforma de viajes Priceline, el 73% de los viajeros encuestados afirmó sentirse atraído por los lugares y experiencias que los marcaron, desde playas familiares hasta parques de diversiones.

Hombre sentado en el muelle mirando los molinos de viento en Zaanse Schans, Zaandam, Países Bajos.
Getty Images

El último informe global de viajes de Hilton confirma la tendencia: el 58% de los viajeros con hijos planea volver a destinos de su propia infancia, mientras que el 52% de los viajeros brasileños regresa a los mismos lugares año tras año.

La nostalgia y la comodidad son lo que ayuda a Greene y su familia a “dejar atrás el estrés de la vida y relajarse en nuestros lugares favoritos”.

No solo repiten su costumbre del jarabe de arce en la montaña.

Su rutina diaria en Mont Tremblant también se replica cada año: “Esquí y snowboard durante tres días seguidos, luego un día libre para pasear en trineo con perros, dar un paseo en carruaje u otra actividad invernal”.

Cuando la vida se vuelve difícil, es la anticipación de su viaje invernal -y la alegría que sienten juntos allí- lo que les ayuda a sobrellevarlo.

Un toque de novedad

Russell señala que, desde una perspectiva neurocientífica, “los circuitos de recompensa en nuestro cerebro pueden volverse menos receptivos a medida que nos acostumbramos a visitar el mismo lugar”.

Sin embargo, volver puede seguir aportando beneficios para el bienestar, añade, destacando que suele ser más relajante ir a un sitio asociado con el disfrute porque seguimos “distanciados de las señales que asociamos con el estrés”.

Greene afirma que su familia no ha experimentado ninguna disminución en la emoción de hacer exactamente las mismas cosas en el mismo orden cada año.

Aun así, Tiger y yo intentamos añadir un toque de novedad a nuestras vacaciones repetidas y rutinas familiares.

Cuando visito Inglaterra, lo cual intento hacer varias veces al año, no es para repetir experiencias idénticas, sino para conocer estadios de fútbol, producciones teatrales y rutas de senderismo.

Si solo me quedara en Wandsworth y viera partidos en el estadio de Craven Cottage, mis vacaciones se volverían aburridas rápidamente.

En cambio, recorro el país, como en distintos restaurantes y dejo que mi curiosidad me guíe hacia nuevas aventuras. Según Russell, esta combinación ayuda a mantener viva la chispa de la exploración, al tiempo que ofrece comodidad.

Esto es importante, explica, porque “hay un punto en el que volver al mismo lugar empieza a ser problemático.

Si regresamos demasiadas veces y superamos nuestro “apetito” por él, se llama adaptación hedónica: acostumbrarse a las cosas placenteras y volver a nuestro nivel emocional original”.

Tiger plantea un argumento similar sobre su predilección por Grecia.

Una vista aérea de una playa en italia. Se ven decenas de sombrillas de playa y decenas de personas tanto en la arena como en el mar.
Getty Images
El último informe global de viajes de Hilton confirma la tendencia: el 58% de los viajeros con hijos planea volver a destinos de su propia infancia.

“El país sigue siendo nuevo para mí: nuevas playas, islas y pueblos rurales; hay tantos lugares por explorar que podría pasar toda una vida allí y no conocer ni una fracción de ellos”.

Si solo nos fijamos en los códigos de los aeropuertos de destino, nuestros viajes podrían parecer idénticos. Pero las experiencias que vivimos -Tiger en Grecia y yo en Inglaterra- son tan distintas que nuestros recorridos nunca resultan monótonos.

Crecí en los suburbios de Filadelfia y veía a los vecinos viajar en masa y entre el tráfico hacia la costa de Jersey cada verano. Iban al mismo pueblo, la misma playa, con las mismas atracciones en el mismo muelle y se alojaban en las mismas casas de alquiler.

Alguna vez me pregunté: ¿qué pasa cuando viajar deja de ser una ruptura con la rutina y se convierte en otra rutina más?

Ahora, en un mundo cada vez más estresante, entiendo el atractivo de buscar alegría en lo familiar, mientras doy un pequeño paso fuera de mi zona de confort para encontrar nuevas emociones en lugares conocidos.

A Tiger le encantan sus rutinas vacacionales en Grecia, pero admite que otras partes del mundo también le atraen.

“Siento mucha curiosidad por Japón, pero me gusta controlar el ritmo de mis días”, dice.

Su trabajo como profesora es agotador, al igual que su trayecto diario, por lo que se entiende cuando afirma: “Mi tiempo en Grecia es un respiro que agradezco, tanto porque es familiar como porque resulta extraño al mismo tiempo”.

Y añade: “Atenas casi se siente como un segundo hogar”.

línea gris que separa el texto
BBC
Etiquetas:
Álvaro Obregón
CDMX
Iniciar sesión

Registrate
Suscribete para comentar...