La bancada morenista y aliados aprobaron la reforma constitucional que prohíbe la producción, distribución y venta de vapeadores y cigarros electrónicos.
Legisladoras y legisladores guindas expresaron sus argumentos a favor de la prohibición, y contra el uso de estos dispositivos.
Para verificar sus dichos, consultamos a especialistas, estudios y la postura de organismos sanitarios a nivel internacional, como la Organización Mundial de la Salud.
En términos generales, dichas instancias coinciden en estos puntos:
Tanto los cigarros tradicionales como los vapeadores dañan la salud; y sobre estos últimos, se alerta que su diseño, colores y aromas atractivos pueden ser un gancho para que jóvenes comiencen a fumar.
Por otro lado, la OMS y otras instancias coinciden en que no hay evidencia suficiente que determine si el uso de vapeadores es una buena alternativa para dejar de fumar.
Y ocurre algo similar respecto a los dichos sobre que los cigarros electrónicos son más nocivos que los tradicionales. Especialistas mencionan que aún faltan estudios, ya que comenzaron a utilizarse hace relativamente poco.
Los aditivos y saborizantes pueden hacerlos más adictivos, pero es importante la acotación de que hay distintas marcas y modelos de vapeadores, con diferentes sustancias y efectos. Legisladores suelen generalizar, sin considerar esas diferencias.
Las senadoras morenistas Julieta Andrea Ramírez Padilla y Lilia Margarita Valdéz Martínez, así como la senadora del PVEM, Maki Esther Ortiz Domínguez, aseguraron que los vapeadores no son una alternativa para que personas ya fumadoras dejen el tabaco.
“La industria ha llegado a promover la idea de que los vapeadores son una alternativa para dejar de fumar. No existe ni una sola evidencia de que los vapeadores ayuden a dejar de fumar, eso es pura mercadotecnia”, dijo Julieta Andrea Ramírez Padilla.
Existen estudios que sí muestran resultados efectivos de los vapeadores para que adultos fumadores dejen el tabaco.
La organización de investigadores independientes, Cochrane, revisó 88 ensayos en Estados Unidos, Italia y Reino Unido que concluyeron que los cigarros electrónicos con nicotina ayudaron a adultos fumadores a dejar el tabaco a largo plazo, contra otros usuarios que utilizaron otro tipo de terapias.
Al respecto, el neumólogo y profesor de la Universidad de Guadalajara, Gustavo Rosales, explicó que los vapeadores podrían funcionar como una “terapia puente”; sin embargo, apuntó que esto sólo se ha demostrado en países donde los vapeadores sí están regulados, como Reino Unido.
“Cambiar al vapeo reduce significativamente la exposición a toxinas que pueden causar cáncer, enfermedades pulmonares y enfermedades del corazón y de la circulación, como ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. Estas enfermedades no son causadas por la nicotina, que es relativamente inofensiva para la salud”.
Sin embargo, vapear no está exento de riesgos. Los no fumadores y los jóvenes menores de 18 años no deberían empezar a vapear”, señala el Servicio Nacional de Salud de Reino Unido.
Por otro lado, organizaciones internacionales como la Administración de Alimentos y Medicamentos estadounidense (FDA), la OMS y la Cofepris en México, no han aprobado el cigarro electrónico o los vapeadores como una alternativa para dejar de fumar, pues consideran que no hay suficiente evidencia.
“A nivel poblacional no se ha demostrado la eficacia de los cigarrillos electrónicos como productos de consumo para dejar de fumar”, señala la OMS, que recomienda usar otras alternativas avaladas, como los parches o terapias, para estos fines.
“Si bien ciertos cigarrillos electrónicos pueden ayudar a los adultos que fuman a dejar completamente de fumar o reducir significativamente su uso de cigarrillos más dañinos, la FDA no ha aprobado ningún producto de cigarrillo electrónico como dispositivo para dejar de fumar. Se necesita más investigación para determinar la seguridad y eficacia de los cigarrillos electrónicos como ayuda para dejar de fumar”, refiere en tanto la FDA.
“El vapeador es 10 veces más dañino que un cigarrillo, se venden sin control. En Ciudad Juárez, de donde yo soy diputada, hay dispensadores, que tú llegas, le echas 180 pesos y te dispensa un vapeador sin ningún control de edad o de qué es lo que contiene el producto”, dijo la diputada Lilia Aguilar Gil.
“Ese aparatito que se ve inofensivo esconde detrás de él una concentración, de un solo vapeador, hasta de tres cajetillas de cigarro y con eso esconden además sustancias tóxicas que no reportan. Se ha detectado plomo, níquel, cadmio y los productos reportan solo tres sustancias, pero los estudios han revelado hasta 33 sustancias al interior de esos productos y también representan un grave problema ambiental”, mencionó en tanto la senadora Julieta Andrea Ramírez Padilla.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos consideran que “el aerosol de los cigarrillos electrónicos contiene menos sustancias químicas tóxicas que la mezcla mortal de 7 mil sustancias químicas que hay en el humo de los cigarrillos regulares”.
Sin embargo, el mismo organismo también señala que es difícil conocer exactamente qué sustancias contiene cada una de las distintas marcas y modelo de vapeadores. Se han encontrado que algunos aseguran tener 0% de nicotina, cuando sí la contienen.
El doctor Aldo Montemayor y el doctor en Salud Pública, Horacio Tovalín, coinciden en que no es apropiado comparar el cigarro convencional con el del vapeador.
“Determinar cuántas veces es más dañino uno en comparación al otro no es apropiado porque hay muchas variables: la presentación, qué es lo que contiene cada uno, entre otras cosas”, señaló Montemayor.
Puedes leer: Vapeadores: qué sustancias contienen y qué dicen estudios y autoridades de Salud sobre sus efectos
En febrero de 2024, la Cofepris presentó el análisis de productos utilizados para el vapeo en los que se encontraron 33 sustancias tóxicas. Este 13 de diciembre Armida Zúñiga Estrada, titular de Cofepris, insistió en la conferencia mañanera en que los vapeadores señalan en su etiqueta solo tres ingredientes: glicerina, propilenglicol y saborizantes. Aunque al hacerles pruebas, aseguró, se identificaron más de 30 sustancias no declaradas, como tolueno, benceno y dimetil éter.
La funcionaria dijo que se hicieron pruebas con productos de diferentes estados. Sin embargo, no se especificó el tipo ni la marca de los productos analizados.
“Los e-cigarros no tienen una dosis específica y las cantidades de nicotina varían de acuerdo con cada fabricante, por lo que el consumidor realmente no sabe qué ni cuánto está consumiendo”, refirió en tanto una infografía publicada por la UNAM.
Legisladores de oposición han alertado que al prohibir la venta de vapeadores, en lugar de regularla, consumidores podrían recurrir al mercado irregular. Y esto aumentaría el riesgo, ya que podrían adquirir dispositivos que no pasaron por ningún control o estudio de salud, sobre qué sustancias tienen.
“Estos dispositivos, además de ser altamente adictivos, elevan el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, pulmonares y trastornos del aprendizaje. Es importante destacar que la OMS desaconseja el uso de vapeadores como una herramienta para dejar de fumar, ya que no existe evidencia científica que concluya o que respalde su eficiencia”, dijo la diputada morenista Leide Avilés Domínguez.
Los vapeadores resultan adictivos, ya que la mayoría de los líquidos para vapeo contienen nicotina, que es un agente adictivo primario de los productos del tabaco. Las cantidades de nicotina en los vapeadores puede variar de los 36mg/ml hasta los 6mg/ml, aunque no se sabe con exactitud debido a la falta de regulación y la variedad de los dispositivos.
Además de la nicotina, los saborizantes y colorantes artificiales contenidos en vapeadores y algunos cigarros de cápsula, además de sustancias como el aceite de cannabis, fentanilo, mdma o cualquier componente adictivo en estado líquido, pueden hacer que los vapeadores más adictivos que un cigarro convencional, a decir de especialistas y los CDC.
“La mayoría de los cigarrillos electrónicos contienen nicotina, que es adictiva y tóxica para el feto en desarrollo. La exposición a la nicotina también puede perjudicar el desarrollo del cerebro de los adolescentes y de los adultos, que continúa hasta los 20 a 25 años. El aerosol de los cigarrillos electrónicos puede contener sustancias químicas que son dañinas para los pulmones. Además, el uso de cigarrillos electrónicos por parte de los jóvenes está asociado al consumo de otros productos de tabaco, como los cigarrillos regulares”, refieren los CDC.
Aunque, por otro lado, el Servicio Nacional de Salud de Reino Unido refiere que el uso del vapeo frente al cigarro reduce significativamente la exposición a toxinas que provocan enfermedades pulmonares, del corazón, de la circulación, cáncer, ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares, sin que el vapeo esté exento de riesgos, y recomendando a los no fumadores y jóvenes menores de 18 años que no usen vapeadores.
En el caso de la OMS, asegura que todavía no hay pruebas científicas suficientes para asegurar que el uso de vapeadores es una alternativa real para dejar de fumar, pero sí señala que los vapeadores no son seguros, particularmente para adolescentes debido a que la nicotina es altamente adictiva y la exposición a esta puede tener efectos nocivos duraderos.
“Aquí se ha dicho que la prohibición genera mercado negro. Eso es falso. No tiene cómo comprobarse, es un argumento que usa la industria tabacalera para que esta iniciativa sea frenada”, dijo el diputado morenista Gerardo Ulloa Pérez.
Expertos consultados por El Sabueso coinciden en que la prohibición de la venta de vapeadores pone en riesgo la salud e integridad de los consumidores, ya que al ser comercializados de manera informal no solo se dificultan los controles de calidad y seguridad de los productos, sino también puede aumentar la influencia del crimen organizado en su distribución.
Marcela Madrazo, directora del proyecto “Vapeo Informado”, señala que la industria del vapeo no solo está ligada a grandes industrias tabacaleras, también existen numerosos pequeños productores de líquidos y equipos, sobre los que también habría repercusión.
Por otro lado, la también especialista en adicciones, Guadalupe Ponciano, explicó que dicha prohibición no genera un mercado ilegal, sino que ya existe, y podría agudizarse la problemática.
Esa comercialización, dijo, se debe a la corrupción en aduanas, que es donde entra mercancía ilegal proveniente de países como China, y además se padece la falta de marcos normativos.
Luego de la prohibición del uso de vapeadores mediante un decreto presidencial en 2022, al año siguiente la Cofepris informó sobre el decomiso de 121 mil piezas de estos productos, ubicados en establecimientos y máquinas expendedoras.
A pesar de las prohibiciones de dichos productos, la Encuesta Global de Tabaquismo en Adultos 2023 reveló que el uso de cigarrillos electrónicos en México aumentó al doble, ya que pasó de 975 mil en 2019 a 2.1 millones de usuarios de vapeadores para 2023.
De acuerdo con la encuesta, este incremento se observa desde 2015, pues pasó de 35.3% a 70.7% en 2023.
“En México el 29 de octubre se confirmó la muerte de un joven en el estado de San Luis Potosí, quien fue diagnosticado con un cuadro pulmonar severo y posteriormente el Instituto Nacional de Referencia Epidemiológica confirmó que el paciente tenía una pulmonía atípica causada por el uso de un vaporizador”, dijo la diputada Margarita García García, del Partido del Trabajo.
La Dirección General de Epidemiología de la Secretaría de Salud Federal confirmó en ese caso la primera defunción reportada a nivel nacional por enfermedad pulmonar aguda grave “asociada” al uso de vapeadores.
De acuerdo con un comunicado del gobierno de San Luis Potosí, un joven de 18 años residente de dicha entidad ingresó el 14 de octubre de 2019 al Hospital Central “Dr. Ignacio Morones Prieto” con un cuadro pulmonar severo, y antecedentes de uso de cigarrillo electrónico. El 29 de octubre de ese mismo año se confirmó su fallecimiento.
Los estudios de laboratorio realizados en el hospital descartaron la presencia de bacterias en cultivos. Por su parte, el Laboratorio Estatal de Salud Pública confirmó la ausencia de virus de la influenza.
Mientras que el Instituto Nacional de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (InDRE) no confirmó que el paciente padeciera pulmonía atípica causada por el uso de un vaporizador. Lo que realizó fue un panel viral negativo para influenza, virus sincitial, enterovirus, y otros agentes virales que pueden causar neumonía, y todos resultaron negativos.
Por este motivo, la Dirección General de Epidemiología confirmó la defunción como enfermedad pulmonar aguda grave asociada al uso de vapeadores. Indicando que fue la primera reportada a nivel nacional.
En un aviso epidemiológico del Conave y el gobierno de México, en 2020, también se confirmó que la defunción fue por enfermedad pulmonar aguda grave asociada al uso de cigarrillo electrónico y vapeadores. Se descartó etiología bacteriana en la unidad médica tratante, e infección por virus respiratorios (virus de influenza, parainflueza (1, 2 y 3), virus sincitial respiratorio, coronavirus (229E, NL63& HKU1), enterovirus/rinovirus, metaneumovirus, bocavirus y adenovirus) por parte del InDRE.
El equipo de El Sabueso se puso en contacto con la Secretaría de Salud de San Luis Potosí y la Secretaría de Salud Federal para obtener más detalles sobre este caso; no obstante, al momento de esta publicación, no ha recibido respuesta.
Sin distinguir de qué forma se dio el consumo ni con qué tipo de productos para fumar, el gobierno de México reportó en esta infografía que cada año mueren más de 63 mil personas en el país por tabaquismo, es decir, 173 personas al día.
La diputada del PT también mencionó que hay estudios “que han concluido que el 80% de las muertes causadas por el uso de vapeadores son personas entre los 18 y 35 años”.
Se contactó a la diputada Margarita García García para conocer las fuentes de información de las declaraciones, pero hasta la publicación de esta nota, no recibimos respuesta.
Identificamos un reporte de 2019 de los CDC estadounidenses donde se menciona un brote multiestatal en Estados Unidos de lesión pulmonar asociada al uso de cigarrillos electrónicos o vapeo (EVALI).
El documento señala que el 80% de los pacientes tenía menos de 35 años y el 15% era menor de 18 años, pero no indica que ese porcentaje muriera.
De acuerdo con el informe, se registraron 26 muertes en 21 estados y la edad media de fallecimiento fue 49 años, en un rango de 17 a 75 años.
En cuanto a que supuestamente el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) asegura que de no realizar acciones que regulen o prohíban el uso de vapeadores, seguirán muriendo 140 mexicanos por día, que también hizo la diputada, la Secretaría de Salud, la Conadic y el INSP realizaron un informe donde indican que a nivel nacional se registran “141 muertes por día que pueden ser prevenibles”, por tabaquismo, sin mencionar específicamente a los vapeadores.
El presidente electo de EU, Donald Trump, confirmó su intención de declarar una emergencia nacional y de utilizar el ejército para implementar su plan de deportación masiva de migrantes
Una de las mayores preocupaciones de los votantes en las últimas elecciones presidenciales en Estados Unidos fue el control migratorio en la frontera de ese país con México.
Tras su contundente victoria electoral, el presidente electo, Donald Trump, confirmó su intención de declarar una emergencia nacional (que le permitiría conseguir recursos adicionales) y utilizar el ejército para implementar su plan de deportación masiva de inmigrantes indocumentados.
Su recién nombrado “zar de la frontera”, Tom Homan, ha dicho que los inmigrantes que sean considerados como una amenaza a la seguridad nacional o la seguridad pública serán una prioridad, sin ofrecer más detalles.
Y el vicepresidente entrante, JD Vance, ha declarado que las deportaciones podrían comenzar con un millón de personas.
Cuando Trump llegue a la Casa Blanca el 20 de enero de 2025, es posible que inicie de inmediato el proceso de deportaciones como lo ha prometido en innumerables ocasiones.
“Vamos a cerrar la frontera porque ahora mismo tenemos una invasión”, dijo el sucesor de Joe Biden.
“Vamos a hacer la mayor operación de deportación en la historia de Estados Unidos”.
Según la última estimación del Departamento de Seguridad Nacional, con datos hasta 2022, en Estados Unidos hay 11 millones de indocumentados.
Expertos proyectan que en la actualidad esa cantidad de personas habría aumentado a por lo menos 12 millones.
El debate es intenso porque muchas de las cifras son estimaciones y porque hay poca información reciente.
Algunas investigaciones señalan que los migrantes aumentan el tamaño de la economía, pagan más en impuestos de lo que reciben en servicios públicos, hacen el trabajo que otros no están dispuestos a hacer y elevan el consumo interno.
En cambio, los partidarios de las deportaciones aseguran que los “sin papeles” les quitan los puestos de trabajo a los estadounidenses, tienen bajos salarios, consumen poco, no pagan impuestos (o pagan muy poco) y son una carga para las redes de asistencia social.
De todos los indocumentados que viven en Estados Unidos, unos 3 millones no son “deportables”, dado que tienen permiso para vivir y trabajar en el país, según le explica a BBC Mundo Jeffrey Passel, investigador del centro de estudios Pew Research Center.
En ese grupo están aquellas personas que han solicitado asilo, los que se han acogido al Estatus de Protección Temporal (TPS), los que pertenecen al programa de personas llegadas en la infancia (DACA), y aquellos que están en el país con permisos de permanencia temporal conocidos como parole.
Sin embargo, bajo la nueva administración, puede haber cambios que le quiten esa protección a quienes no tienen una residencia permanente.
Como en el último par de años se ha disparado el número de migrantes que cruzan la frontera sur, es posible que los indocumentados sean muchos más de lo que señalan las estimaciones.
Sea cual sea su estatus, dice Passel, “lo que sabemos es que contribuyen al aumento del tamaño de la economía”.
Gabriela entró a Estados Unidos hace más de dos décadas en el maletero del auto de un contrabandista.
Ahora empleada doméstica en Maryland, la boliviana es una de los millones de migrantes que viven en el país.
Ella no está preocupada por lo que pueda ocurrir con las deportaciones.
“En realidad, no tengo miedo en absoluto”, le dice a la BBC. “Eso es algo de lo que deben preocuparse los criminales. Yo pago impuestos y trabajo”.
A otros, en cambio, les preocupa que su familia sea dividida.
Brenda, una dreamer (como se les dice a las personas protegidas por el programa DACA que llegaron a EE.UU. de forma irregular siendo menores) piensa que su marido y su madre podrían ser deportados.
Sus dos hijos nacieron en Estados Unidos y son ciudadanos estadounidenses.
“La idea de estar separados asusta”, le explica a la BBC.
Estas son algunas de las contribuciones que hace este grupo de personas que actualmente están en el centro de una batalla política que divide profundamente al país.
Según el Pew Research Center los indocumentados representan cerca del 5% de la fuerza laboral en Estados Unidos.
La mayor parte se emplea en labores agrícolas, en la construcción, el servicio doméstico, restaurantes y hotelería.
Nan Wu, directora de investigación del Consejo Americano de Inmigración (AIC, por sus siglas en inglés), una organización que aboga por los derechos de los inmigrantes, dice que hay industrias como la construcción y la agricultura que tienen escasez de mano de obra.
Una deportación masiva complicaría las cosas para los empleadores. “Les haría aún más difícil encontrar suficientes trabajadores”, le dice Wu a BBC Mundo.
Probablemente aumentaría los costos de producción, causaría retrasos en los proyectos de construcción y provocaría interrupciones en los servicios, argumenta.
“Haría que los alimentos y la vivienda sean aún menos asequibles en muchas partes del país” y causaría un aumento de la inflación.
Potencialmente los más afectados son los trabajadores agrícolas. Las estimaciones señalan que entre un 40% y un 50% de ellos son indocumentados.
En cuanto a las remuneraciones, varios estudios sostienen que los indocumentados no son realmente una competencia para la mano de obra “con papeles”, en la medida que hacen trabajos más riesgosos, mal pagados y que muchos no están dispuestos a realizar.
“No es un juego de suma cero”, escribió Chloe East, investigadora no residente del Hamilton Project del centro de estudios Brookings Institution.
La evidencia muestra que no es verdadera la creencia de que cuando un migrante ocupa un puesto de trabajo, un estadounidense lo pierde.
¿Cuánto pagan en impuestos los migrantes?
Según el Instituto de Política Fiscal y Económica (ITEP por sus siglas en inglés), los indocumentados pagaron casi US$97.700 millones en impuestos en 2022.
Lo hicieron, y lo hacen, cada vez que compran un producto o un servicio, cuando arriendan o adquieren una propiedad y cuando pagan tributos sobre la renta personal y empresarial.
Una parte de esos recursos, señala el ITEP, fue destinada al financiamiento de servicios públicos a los que por ley no pueden acceder, como por ejemplo, la seguridad social, el seguro de desempleo, o la mayor parte de los programas de salud para personas en una situación económica precaria.
El Consejo Americano de Inmigración, por otro lado, calcula que en 2022 el pago de impuestos hecho por los indocumentados fue cercano a los US$76.000 millones.
Más allá de las distintas estimaciones sobre la contribución impositiva, lo que está claro es que existe un aporte importante de recursos.
“Una deportación masiva privaría a los gobiernos federales, estatales y locales de miles de millones de dólares en ingresos fiscales”, dice Nan Wu.
Sin embargo, los partidarios de las deportaciones argumentan que estas personas son una carga fiscal neta porque reciben más recursos en servicios gubernamentales de lo que pagan en impuestos.
Un estudio del Instituto Peterson de Economía Internacional (PIIE, por sus siglas en inglés) plantea que si se concretan los planes de deportación anunciados por Trump (bajo el supuesto de que afecten a 1,3 millones de personas), las consecuencias para el crecimiento económico serían negativas.
Calculan que para el año 2028, el Producto Interno Bruto (PIB) bajaría un 1,2% y disminuirían los puestos de trabajo.
Por otro lado, argumentan, los indocumentados también son consumidores.
“Deportarlos significa menos demanda de alimentos, vivienda, servicios y otras necesidades domésticas”, escriben Anjali Bhatt, Megan Hogan, Marcus Noland y Warwick J. McKibbin.
Bajo su perspectiva, “las deportaciones masivas aumentarían los precios, costarían empleos y dañarían la economía estadounidense”.
El debate político actual se ha centrado en la llegada de inmigrantes en el último par de años.
Poca información hay disponible sobre este período, dado que los estudios disponibles trabajan con datos hasta 2022.
Sin embargo, lo que se conoce oficialmente es que el año pasado hubo un récord de inmigrantes de 2.5 millones que cruzaron la frontera sur, según el Departamento de Seguridad Nacional.
Esas personas solicitan asilo y, mientras esperan durante varios años una respuesta a su solicitud, tienen permiso para vivir y trabajar en Estados Unidos en calidad de indocumentados, contribuyendo a la economía.
Pero “una economía más grande no equivale necesariamente a una mejor economía”, dice un artículo del Wall Street Journal.
Economistas han advertido que “se espera que los inmigrantes recientes tengan salarios más bajos y sean menos productivos que sus predecesores”, señala la publicación.
Aunque a largo plazo, agrega, podrían tener un efecto positivo al ser más jóvenes que el promedio de la población estadounidense.
Como tienen una vida laboral más extensa, tienden a contribuir más en impuestos de lo que reciben en beneficios.
Cuando Donald Trump llegue a la Casa Blanca en menos de dos meses, se espera que entregue los detalles de su plan de deportación que, como él ha prometido, comenzará desde el primer día que asuma la presidencia.
Mientras, el anuncio de que va a declarar una emergencia nacional y que utilizará al ejército para deportar a los indocumentados resuena en los oídos de quienes pueden verse afectados.
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