Como presidente electo, Andrés Manuel López Obrador dijo que el Tren Maya tendría un costo de entre 120 y 150 mil millones de pesos. Pero ahora, cinco años después, su gobierno calcula al menos 500 mil millones, el triple de lo proyectado inicialmente en un proyecto que además ha sido criticado por grupos ambientalistas, al avanzar en varios tramos sin los estudios ambientales requeridos.
Considerando los 120 mil millones que se proponen para la obra tan solo en 2024, el Secretario de Hacienda Rogelio Martínez de la O aceptó el incremento millonario en el proyecto, ahora a cargo del Ejército, y lo atribuyó a que durante la construcción han tenido que desviar el Tren en varias instancias al tener encuentros “con la física” y la “naturaleza”.
“Siempre sucede con estos proyectos grandes, las obras se hacen, se van ejecutando, y en la medida que se van ejecutando se encuentra que hay que resolver asuntos, por ejemplo en el tramo 5 se tuvo que resolver en favor de viaductos, ósea volar el tren arriba del suelo, por encima de lo que se había contemplado anteriormente, por la razón de que se han encontrado muchos vestigios originales”, dijo el funcionario en entrevista con Joaquín López Dóriga, de Radio Fórmula.
Entre los cambios en el recorrido del Tren, estuvo el anunciado en enero de 2022, cuando a casi de un año de trabajos en un viaducto elevado para el Tramo 5 Norte, y más de 20 mil árboles removidos, el gobierno tomó la decisión de cambiar el recorrido y hacerlo en ese caso a ras de tierra, sin pasar por Playa del Carmen. Esto, dijeron entonces, porque así podía asegurarse terminar la obra en el plazo que quiere el presidente, para diciembre de este año.
La Auditoría Superior de la Federación, en 2021, recordó que en el análisis de costo beneficio inicial de la obra se planteó “que el costo máximo para que la inversión dejara de ser rentable” era de 308 mil millones de pesos.
Y aunque ya se rebasó esa cifra, el secretario de Hacienda refirió que “es una obra, es un proyecto de largo plazo, cualquier gobierno que siga va a tener el impacto de tener que administrarlo, pero estamos tomando todas las previsiones para que tenga sus propios ingresos, para que tenga su propio mantenimiento”.
El funcionario federal dijo que el estimado del gobierno es que en 2023 se cierre con un gasto de 143 mil millones de pesos en el Tren. Los datos presupuestales muestran que en 2022 se gastaron 181 mil millones, en 2021 un monto de 38 mil, en 2020 unos 11 mil millones y en 2019 se ubicó la cifra de 708.2 millones.
Y este no es el único megaproyecto en el que se disparó el costo, también en el sur del país, está el caso de la refinería Dos Bocas.
Desde mediados del año pasado te contamos que el consejo de administración de Pemex ya había aprobado gastar más del doble de lo estimado inicialmente para la construcción de la refinería de Dos Bocas.
Según documentos del Consejo, la refinería costará al menos 16 mil 816 millones de dólares, incluyendo el pago de IVA, siendo que la estimación inicial de costo difundida por el gobierno era de 8 mil millones de dólares, unos 166 mil millones de pesos en 2019.
En moneda nacional, la información disponible en los reportes de Pemex a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores indican que en 2020 el gobierno federal transfirió 41 mil millones de pesos para la refinería; en 2021, el monto subió a 113 mil millones; y en 2022, a 129 mil millones. Para 2023, se refiere la transferencia y gasto presupuestal hasta junio de al menos 14 mil millones.
En la propuesta de presupuesto para 2024 no se especifica cuál será el gasto previsto para Dos Bocas. Solo se menciona que para las actividades de transformación industrial, dentro de las que está la refinería, se propone:
“Una asignación de recursos para inversión física por 13,707.4 millones de pesos, los cuales consideran 5,875.5 millones de pesos para la rehabilitación de las seis refinerías que integran el Sistema Nacional de Refinación”.
No se precisa si los 7 mil millones restantes serían para Dos Bocas, proyecto que desarrolla Pemex con su subsidiaria Transformación Industrial, y ésta a su vez con su empresa filial PTI Infraestructura de Desarrollo, S.A. de C.V.
En los documentos del Consejo de Administración de Pemex se refirió sobre 2023 que el Presupuesto de Egresos no consideraba montos específicos para la obra, y que los recursos se liberarían “en la medida que las disponibilidades del gobierno federal lo permitan”.
Desde que asumió la presidencia de EU, Trump ha ampliado el alcance de su misión sobre deportaciones, apuntando no sólo a criminales, sino también a trabajadores migrantes, activistas estudiantes e incluso turistas.
Durante la campaña electoral, Donald Trump fue muy claro: “Lanzaré el mayor programa de deportación de criminales en la historia de Estados Unidos”.
Esa promesa, según sugirieron las encuestas de opinión, resultó muy popular entre la población estadounidense, incluidos muchos inmigrantes legales que sentían que demasiadas personas estaban entrando al país por el “camino equivocado”.
Desde que el presidente asumió el cargo, ha ampliado el alcance de su misión, apuntando no sólo a los criminales, sino también a los trabajadores migrantes, ciertos activistas estudiantiles e incluso a turistas con problemas de visa.
Durante casi cinco meses, las detenciones y deportaciones encontraron poca resistencia. Pero ahora , en algunas partes de Los Ángeles han estallado protestas después de que los funcionarios de inmigración intensificaran sus redadas en los lugares de trabajo.
Pero ¿quiénes son los migrantes detenidos por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE)? Y ¿a quién más tienen en el punto de mira?
Desde que asumió el cargo, el presidente Trump ha destacado la caída en picada de los números de cruces fronterizos y los arrestos récord que se han registrado bajo su administración.
Aproximadamente 51 mil migrantes indocumentados permanecían detenidos por ICE a principios de junio, la cifra más alta registrada desde septiembre de 2019.
Si bien no hay cifras precisas y actualizadas que estén disponibles públicamente sobre el número total de arrestos llevados a cabo por los servicios de inmigración desde el 20 de enero, algunos funcionarios de la Casa Blanca han dicho que esperan que ICE pueda aumentar la cifra de arrestos por día de los aproximados 660 que se registraron durante los primeros 100 días de la presidencia de Trump hasta los 3 mil arrestos diarios.
Inicialmente, los funcionarios estadounidenses insistieron en que las operaciones estaban “dirigidas” a criminales y potenciales amenazas a la seguridad pública.
Pero un número significativo de migrantes indocumentados detenidos por la administración Trump no tienen antecedentes, según un rastreador de datos.
El Transactional Records Access Clearinghouse, un proyecto de la Universidad de Syracuse que compila cifras de inmigración, estima que de las 51 mil 302 personas que se encontraban en centros de detención de ICE para el 1 de junio, aproximadamente el 44 % no tenía antecedentes penales, más allá de haber ingresado a Estados Unidos sin permiso.
Los disturbios en Los Ángeles fueron provocados por una serie de arrestos de migrantes que dejaron un total de 118 personas detenidas, entre las que, según el Departamento de Seguridad Nacional, había cinco miembros de pandillas.
ICE dice que los arrestados en Los Ángeles son “lo peor de lo peor”. La agencia identificó a un puñado de personas con antecedentes penales, incluidos tráfico de drogas, agresión, crueldad infantil, violencia doméstica, robo y tráfico de inmigrantes.
Sin embargo, no está claro cuántos del total de arrestos tienen antecedentes penales.
Los padres de un migrante indocumentado de 23 años, miembro de la comunidad indígena zapoteca de México, le dijeron al diario The Washington Post que su hijo, quien según ellos no tenía antecedentes penales, fue detenido afuera de una tienda de ropa.
La BBC no puede confirmar de forma independiente los detalles de este caso.
El zar fronterizo Tom Homan dijo que estos arrestos eran un “daño colateral”, argumentando que los agentes no pueden justificar legalmente el encuentro con inmigrantes indocumentados y no detenerlos.
Se han dado varios casos de turistas arrestados y retenidos en centros de detención.
En abril, por ejemplo, una turista galesa de 28 años fue retenida durante 19 días en un centro de procesamiento de ICE en el estado de Washington después de que se le negara la entrada a Canadá por lo que luego resultó ser una “confusión de visa”.
En otro incidente más reciente en junio, Khaby Lame, ciudadano italiano de 25 años (la estrella de TikTok más popular del mundo con 162 millones de seguidores), fue detenido en el aeropuerto de Las Vegas por “violaciones migratorias”.
ICE alegó que Lame excedió el plazo de su visa después de haber ingresado al país el 30 de abril. Las autoridades dijeron más tarde que se le concedió la “salida voluntaria” y abandonó el país.
Además, en marzo, la actriz canadiense Jasmine Mooney estuvo detenida durante dos semanas tras ser arrestada en el cruce fronterizo de San Ysidro, desde donde intentaba ingresar a Estados Unidos.
Más tarde describió las condiciones de su detención como “inhumanas” y contó que la mantenían en una celda de cemento sin mantas y con baños limitados. Posteriormente fue puesta en libertad sin ser acusada de ningún delito.
Su caso llamó la atención del primer ministro de la Columbia Británica, David Eby, quien dijo que el incidente aumentó aún más la ansiedad de los canadienses sobre viajar a EU.
“Nuestra relación es tan tensa en estos momentos que este caso nos hace preguntarnos: ¿qué pasa con nuestros familiares que trabajan en Estados Unidos?” dijo en una declaración a la cadena CBC.
Otros, como Fabian Schmidt, un ciudadano alemán de 34 años, fueron detenidos en los aeropuertos.
Schmidt, quien vive en Estados Unidos desde 2007, fue detenido cuando se dirigía a ese país desde Luxemburgo.
En una entrevista con WGBH, un medio de noticias de New Hampshire, Schmidt dijo que lo interrogaron sobre un cargo menor de drogas que luego fue desestimado y un cargo posterior que se impone a personas que conducen bajo la influencia del alcohol o de sustancias psicoactivas y que resultó en una multa.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) ha evitado en gran medida hacer comentarios sobre casos específicos, pero ha insistido repetidamente en que está operando legalmente.
Algunas de las imágenes más impactantes de la política migratoria de la administración Trump provienen de El Salvador.
Más de 250 personas a las que el gobierno de EU acusa de ser miembros de la banda Tren de Aragua fueron trasladadas a una megacárcel salvadoreña, el Cecot.
Sin embargo, los familiares de algunos de esos hombres han cuestionado cualquier vínculo con las pandillas y algunos argumentan que fueron arrestados como resultado de tatuajes inocentes.
“Es realmente desalentador”, le dijo a la BBC Adelys Ferro, directora ejecutiva del Caucus Venezolano-Estadounidense. “Todas estas decisiones son inhumanas, crueles y también ilegales”.
El caso más destacado es el de Kilmar Ábrego García, un salvadoreño de 29 años residente en Maryland que fue deportado a El Salvado en marzo.
Varios jueces, incluidos los de la Corte Suprema, han dictaminado que Ábrego García fue deportado por error y que el gobierno debe “facilitar” su regreso a al país y a su familia.
El 6 de junio, fue devuelto a Estados Unidos para enfrentar cargos penales federales después de haber sido acusado formalmente de transportar ilegalmente a inmigrantes indocumentados mientras aún se encontraban en EE.UU..
Los extranjeros que participan en protestas políticas también se encuentran en en el punto de mira de la administración Trump, a pesar de que algunos tienen residencia permanente o visas de estudiante válidas.
Anthony Enriquez, abogado en la organización Robert F Kennedy Human Rights, le dijo a la BBC que había “cada vez más” titulares de permisos de residencia detenidos desde que Trump regresó a la presidencia.
“Las autoridades de inmigración se sienten facultadas para realizar detenciones que legalmente no les están permitidas”, afirmó.
A más de mil 600 estudiantes internacionales se les han revocado las visas por diferentes motivos, según Nafsa, una organización que se centra en la educación internacional.
Muchos de los arrestos se producen en el marco de la ofensiva de la Casa Blanca contra lo que percibe como “antisemitismo” en los campus estadounidenses, incluida la detención de Mahmoud Khalil, una figura prominente durante las protestas contra la guerra de Gaza en la Universidad de Columbia el año pasado.
Khalil, de 30 años, tiene un permiso de residencia y ha estado luchando para detener su deportación en los tribunales.
Rumeysa Ozturk, estudiante de la Universidad Tufts, también pasó seis semanas bajo custodia antes de ser liberada.
La universidad dijo más tarde que le habían dicho que a Ozturk, quien había participado en protestas propalestinas, le habían revocado la visa de estudiante. Ella continúa luchando contra su deportación en los tribunales.
Aunque estos casos han sido objeto de fuertes críticas, ICE ha justificado algunos de los arrestos diciendo que los estudiantes participaron en actividades “alineadas” con el grupo palestino Hamás.
“Una visa es un privilegio, no un derecho”, dijo la portavoz de Seguridad Nacional de EU, Tricia McLaughlin, en una publicación en X.
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