Morena impulsa que se elimine al Instituto Nacional de Transparencia (INAI) y está a un paso de lograrlo con la votación que se dará en el Senado. Sin embargo, en el pasado legisladores de ese partido e incluso la presidenta Claudia Sheinbaum defendieron la labor de organismos autónomos a favor de la transparencia, e incluso presumieron reconocimientos que les otorgó ese Instituto.
Para la campaña presidencial de Andrés Manuel López Obrador en 2012, la ahora mandataria federal Claudia Sheinbaum colaboró en la elaboración del documento “Proyecto Alternativo de Nación”, donde se mencionó como objetivo “darle autonomía constitucional” al Instituto Federal de Acceso a la Información, antecedente de lo que ahora es el INAI.
En ese documento se planteó que “los órganos de control y fiscalización deben ser realmente autónomos y con atribuciones suficientes”, aunque ahora Morena acusa que los órganos autónomos son un gasto innecesario, y en su reforma plantean que sus funciones se integren al propio gobierno.
Además de Sheinbaum, en la elaboración de dicho proyecto en 2012 participaron Jesús Ramírez Cuevas, actual coordinador de asesores de la presidencia, y Rogelio Ramirez de la O, actual secretario de Hacienda.
Ya como jefa de Gobierno de la Ciudad de México, en 2021, Sheinbaum destacó la importancia del Instituto de Transparencia de la Ciudad de México, como organismo autónomo.
“Hemos buscado desde el Gobierno mostrar siempre toda la información, estar abiertos y fundamentar nuestra rendición de cuentas. Pero, también, es importante que haya una institución autónoma que no los esté recordando todos los días”, dijo Sheinbaum el 15 de abril de aquel año.
En otro mensaje, en el mismo año, al referirse a los magistrados del Poder Judicial de la Ciudad de México, Sheinbaum consideró que “los poderes autónomos de gobierno son tan indispensables como la coordinación entre ellos para dar beneficios a la sociedad”.
Años después, como aspirante a la presidencia, Sheinbaum presumió en un spot un reconocimiento que le hizo el INAI a su gobierno en la Ciudad de México, aunque ahora ha insistido en acusar de corrupción a dicho instituto.
En el caso del coordinador de los diputados de Morena, Ricardo Monreal, apenas en 2023 calificó como “indispensable” y “clave” la labor del INAI, como órgano del Estado “importante para la transparencia y para la rendición de cuentas”.
“Debemos recordar que el INAI es resultado de movimientos sociales que buscan garantizar el derecho a saber, y que el Estado mexicano no pueda reservar información de interés público sin justificación legal”, publicó en un artículo, cuando hubo un veto presidencial respecto a la designación de nuevas y nuevos consejeros para el Instituto.
“Al fortalecer al INAI también se robustecen la transparencia, la rendición de cuentas y la credibilidad de la población en sus instituciones y en el Estado de derecho”, agregó entonces.
Meses después, Monreal celebró que avanzara en la Cámara de Diputados la eliminación de 7 organismos autónomos, incluyendo al INAI, e incluso desinformó diciendo que así se ahorrarían 15 mil millones de pesos.
Otro legislador morenista, el senador Javier Corral, criticó en el pasado los ataques hacia el IFAI, antecedente del INAI. “Los números avalan al IFAI y la contundencia de sus resoluciones para abrir y transparentar el ejercicio público en México son su mejor defensa”, publicó en febrero de 2013.
En abril de 2023, Corral reprobó la propuesta del entonces presidente del Senado, Alejandro Armenta, de abrogar la ley de transparencia y acceso a la información pública gubernamental y eliminar al INAI, para que la Secretaría de la Función Pública absorbiera sus funciones. Que es lo que ahora aprobaron los diputados, con mayoría morenista.
“Además de notoriamente inconstitucional, el planteamiento pretende echar por la borda, la larga lucha por el derecho a la información, garantía del derecho a saber y uno de los más poderosos instrumentos legales que la sociedad mexicana tiene para hacer efectiva la rendición de cuentas y combatir la corrupción y la impunidad”, señaló Corral.
Hasta ahora Corral no ha emitido un posicionamiento sobre cuál sería su voto en el Senado, sobre la iniciativa para eliminar 7 organismos autónomos.
Aún como priista, antes de anunciar su paso a Morena, la entonces diputada Cynthia López Castro consideró “inaudito” que el partido guinda y sus aliados quisieran desaparecer a los organismos autónomos.
“Cómo se atreven a pedir que desaparezca el INAI, ya no va a haber transparencia, ya no vamos a poder solicitar que nos rindan cuentas”, reclamó López Castro a Morena en la sesión del 23 de agosto pasado. “Es un atentado a la democracia, y estamos a punto de ser Venezuela”, dijo en otro punto de la sesión.
Hasta ahora López Castro no ha mencionado cómo votará el tema en el Senado, ya en la bancada morenista.
Aunque no se han revelado muchos detalles sobre la nueva agencia, un repaso a la trayectoria del fundador de Tesla puede dar algunas pistas.
Donald Trump le ha encargado a Elon Musk, el hombre más rico del mundo, la dirección del nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés).
Trump afirmó en redes sociales que Musk y Vivek Ramaswamy, excandidato en las primarias del Partido Republicano, “desmantelarán la burocracia gubernamental, reducirán las regulaciones excesivas, recortarán los gastos innecesarios y reestructurarán las agencias federales”.
El empresario tecnológico cuenta con una larga experiencia de liderazgo corporativo para cumplir ese objetivo que lleva meses defendiendo.
Pero su rol también le otorgaría una importante influencia sobre la política gubernamental y el entorno regulatorio en el que operan sus compañías, lo que plantea dudas razonables.
De momento se conocen pocos detalles concretos sobre el próximo Departamento de Eficiencia Gubernamental, al que Trump llamó en un comunicado “el Proyecto Manhattan de nuestro tiempo”.
El presidente electo ha adelantado que el DOGE funcionará como una especie de consejo asesor que operará de forma externa mediante una asociación con la Oficina de Administración y Presupuesto de la Casa Blanca (OMB).
El departamento, anunció Trump, “brindará asesoramiento y orientación desde fuera del gobierno, y se asociará con la Casa Blanca y la Oficina de Administración y Presupuesto para impulsar una reforma estructural a gran escala y crear un enfoque empresarial para el gobierno nunca antes visto”.
“Espero que Elon y Vivek realicen cambios en la burocracia federal con miras a la eficiencia y, al mismo tiempo, para mejorar la vida de todos los estadounidenses. Es importante destacar que eliminaremos el despilfarro y el fraude masivos que existen en nuestro gasto gubernamental anual de US$6,5 billones”, agregó.
Y, en principio, no será permanente: Trump estima que el órgano completará su trabajo en 18 meses, y Musk cree que lo hará “mucho más rápido”.
Por su parte, Musk afirmó en un mitin del entonces candidato republicano en octubre que el presupuesto del gobierno estadounidense podría reducirse en “al menos” US$2 billones de un total de US$6,5 billones.
También ha sugerido con frecuencia que el número de empleados gubernamentales se puede reducir de forma significativa.
Por su parte, Ramaswamy expresó en el pasado su deseo de eliminar una serie de oficinas federales, entre ellas el Departamento de Educación, la Comisión Reguladora Nuclear, el Servicio de Impuestos Internos y el FBI.
En todo caso, la forma en la que Musk ha dirigido sus propias empresas puede dar pistas de lo que los estadounidenses pueden esperar que haga en el DOGE.
En octubre de 2022 se hizo cargo de la plataforma de redes sociales Twitter, a la que rebautizó como X, en un acuerdo de US$44.000 millones.
Musk renunció a las políticas de moderación de contenido y eliminó el veto a los usuarios considerados infractores de las reglas sobre discurso de odio y desinformación.
Uno de los usuarios a los que restituyó fue Trump, cuyo perfil había sido censurado tras el motín del Capitolio en enero de 2021 por seguir afirmando que las elecciones de 2020 habían sido amañadas en su contra.
La adquisición de Musk trajo cambios radicales a X, como la reducción de plantilla de unas 8.000 personas a 1.500.
En abril de 2023 le dijo a la BBC que su razonamiento para tomar esta medida era que “si toda la empresa se hunde, entonces nadie tendrá trabajo”.
“Su idea de eficiencia era despedir a mucha gente”, afirma Alex Waddan, profesor de política estadounidense en la Universidad de Leicester.
Como respuesta al éxodo de anunciantes por relajar las políticas de libertad de expresión de la plataforma, el empresario monetizó algunas funciones para aumentar los ingresos.
Convirtió las marcas azules, que antes indicaban que una cuenta de una figura pública era auténtica, en un modelo de suscripción y vinculó los pagos de publicidad a usuarios “verificados” con la cantidad de interacciones recibidas.
Pero estos cambios tuvieron algunas consecuencias no deseadas.
Tras un aluvión de críticas, X asignó marcas de oro o plata a las cuentas oficiales para evitar que se confundieran con falsas, lo que significa que las marcas azules solo indican que una cuenta es de pago.
Incentivar a los usuarios con una parte de los ingresos publicitarios también aportó una vía para que las llamadas “granjas de bots” ganaran dinero con interacciones a su contenido generado automáticamente. Musk ha dicho que su equipo ha eliminado de forma repetida las cuentas de bots.
Los críticos sostienen que sus cambios han dado prominencia al discurso de odio y la desinformación, aunque él sostiene que la red social es políticamente neutral.
“Como ’empresario en serie’, Musk ha sido implacable en su intento de mejorar la eficiencia institucional en sus propias compañías”, evalúa Thomas Gift, profesor de Ciencias Políticas y director del Centro de Política Estadounidense en el University College de Londres.
Añade que, aunque el papel principal de Musk será “reducir la maraña de burocracia que es el gobierno federal de Estados Unidos”, su puesto también le aportará influencia en la nueva administración.
“Si bien su papel en el Departamento de Eficiencia Gubernamental será más informal, no hay duda de que Trump lo escucha, al menos por el momento”, sentencia.
Elon Musk “es extremadamente antirregulaciones y odia que el gobierno o cualquier otra persona le diga qué hacer“, describió la periodista de investigación Kristen Grind en el podcast The Daily del diario estadounidense The New York Times.
El acrónimo DOGE ideado por Musk hace referencia a un meme de un perro Shiba Inu que luego dio su nombre a la criptomoneda Dogecoin. Él ha mencionado ambos con frecuencia.
Christopher Phelps, profesor de historia política moderna de Estados Unidos, interpreta que el nombre es “un guiño a la desregulación de las criptomonedas como parte de sus planes”.
Los precios de las criptomonedas aumentaron después de la elección de Trump, lo que hace pensar que el presidente entrante creará un entorno regulatorio relajado.
Pero los llamamientos desregulatorios de Musk también pueden atribuirse en parte a las frustraciones que ha padecido con sus otras empresas comerciales: la compañía de vehículos eléctricos Tesla y la firma de cohetes SpaceX.
El gobierno de Estados Unidos ha acusado repetidamente a Tesla de intentar evitar que sus trabajadores se sindicalicen, lo que en algunos casos podría infringir la ley federal.
Musk, cuyo patrimonio neto estimado alcanza los US$290.000 millones, ha afirmado anteriormente que “no está en contra de todos los sindicatos”, pero que el sindicato de trabajadores automotrices “tiene un historial de destrucción de productividad que impide a una empresa competir”.
En septiembre, Musk amenazó con demandar a la Administración Federal de Aviación por sus planes de multar a su compañía SpaceX con US$633.000 por supuestas infracciones de licencias relacionadas con algunos de sus lanzamientos de cohetes desde Cabo Cañaveral, en Florida.
Acusó a la agencia de “extralimitación regulatoria”.
También ha dicho en repetidas ocasiones que quiere colonizar Marte, y el programa Starship de SpaceX es un intento de hacer esto posible.
Pero en septiembre escribió que esto solo era una posibilidad “siempre que no se vea sofocada por la burocracia” y afirmó que la creación del DOGE era “el único camino para extender la vida más allá de la Tierra”.
Entonces, ¿hasta qué punto su motivación para asumir el rol en el gobierno responde a sus intereses comerciales?
Musk “se beneficiará personalmente de gran parte de la desregulación que promociona”, opina el profesor Phelps.
“Creo que poner a alguien que es multimillonario y dirige grandes corporaciones a cargo de un proyecto federal de desregulación es algo, por naturaleza, lleno de conflictos de intereses“.
Por su parte, el profesor Gift apunta que “no hay duda de que Musk tiene importantes intereses creados en el panorama regulatorio de Estados Unidos como resultado de sus muchas empresas comerciales”.
Al mismo tiempo, matiza, “es difícil afirmar que este sea el único motivo que lo impulsa”.
“Musk ha asumido enormes riesgos personales y políticos al salir del armario a favor de Trump, y muchas de sus actividades y retórica parecen mostrar a un individuo ideológicamente comprometido con causas en las que cree”.
El profesor Waddan coincide con este punto de vista: “es evidente que tiene algo en juego y un interés propio, pero igualmente puede creer sinceramente que hay demasiada regulación y demasiada burocracia gubernamental”.
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