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Inteligencia y coordinación con estados, las apuestas de la estrategia de seguridad de Sheinbaum
Inteligencia y coordinación con estados, las apuestas de la estrategia de seguridad de Sheinbaum
Con imagen de Cuartoscuro / Daniel Augusto
5 minutos de lectura

Inteligencia y coordinación con estados, las apuestas de la estrategia de seguridad de Sheinbaum

El gobierno de Claudia Sheinbaum presentó este martes su estrategia de seguridad, que busca dar continuidad a lo planteado por su antecesor, y apostar por la inteligencia para prevenir delitos y trabajo con autoridades locales.
09 de octubre, 2024
Por: Frasua Esquerra
@ 

De los cuatro ejes que conforman la Estrategia Nacional de Seguridad propuesta por el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, dos retoman políticas del sexenio anterior: atención a las causas y consolidación de la Guardia Nacional –bajo el mando de la Secretaría de la Defensa Nacional–; y dos difieren de la estrategia de su antecesor: fortalecimiento de la inteligencia e investigación; y coordinación entre instituciones del Gabinete de Seguridad y autoridades estatales.

En El Sabueso revisamos las propuestas y te presentamos en qué consisten y las oportunidades que ven organizaciones de la sociedad civil para que sean eficaces, así como sus obstáculos. 

Lo nuevo: inteligencia y coordinación con gobiernos locales

La estrategia propone utilizar inteligencia y recursos tecnológicos para trabajar en la prevención del delito y desarrollar estrategias para combatir a organizaciones delictivas.

Para ello el secretario mencionó que se creará la Subsecretaría de Inteligencia e Investigación Policial dentro de la Secretaría de Seguridad, que se reforzará con analistas, investigadores de campo, investigadores de gabinete y especialistas técnicos; el cual trabajará con coordinación con la Fiscalía General de la República.

Además se planteó crear una Academia Nacional de Seguridad para homologar la capacitación de instituciones locales y federales de seguridad, así como un sistema de evaluación de policías, fiscalías y sistemas penitenciarios de las 32 entidades.

Al respecto, María Elena Morera, presidenta de la organización Causa en Común, celebró esta decisión pero puso énfasis en que se requerirá invertir recursos financieros y humanos para que logre su cometido. 

“Para empezar, necesitan hacer una nueva unidad de investigación, o sea, una nueva Policía Federal, que me imagino que saldrá de los elementos que quedaron rezagados de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana. Y por lo que nos han comentado desde dentro, también de lo que era la Coordinación Nacional Antisecuestro (Conase), que durante el sexenio pasado se usó para investigar más delitos”, señaló en entrevista radiofónica.

La nueva estrategia también promete que habrá mayor coordinación entre las autoridades del Gabinete de Seguridad y los gobiernos estatales. En ese sentido, tanto Morera como la organización Mexicanos Unidos Contra la Delincuencia (MUCD) mostraron sus dudas. 

Por un lado, afirmó la especialista, estas tareas también requieren recursos financieros para fortalecer las autoridades de seguridad y fiscalías estatales, algo que no se mencionó como parte de la estrategia.

En tanto que MUCD, en un pronunciamiento, advirtió que la ampliación de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública, como la Guardia Nacional, puede ser un obstáculo para que estas se coordinen con las autoridades civiles.

Además durante los primeros ocho días de la nueva administración federal, la coordinación con los gobiernos estatales, especialmente con Sinaloa y Guerrero, parece no haber comenzado aún.

Aunque para el inicio de este gobierno, Sinaloa llevaba tres semanas de violencia, en su primera conferencia como presidenta, Sheinbaum reconoció que pese a que la crisis en Sinaloa sumaba tres semanas, aún no contaba con un diagnóstico de la situación.

Mientras que durante el fin de semana pasado, ocurrió el asesinato del alcalde de Chilpancingo, Alejandro Arcos –quien solicitó en una entrevista de radio la protección del gobierno del estado y del gobierno federal– tres días después del homicidio del secretario general del Ayuntamiento, Francisco Gonzalo Tapia Gutiérrez. 

Sin embargo, en la conferencia de este martes, García Harfuch aseguró que la dependencia a su cargo no recibió la solicitud formal de protección.

Lo que se mantiene: programas sociales y Guardia Nacional  

Por otro lado, el eje de atención a las causas seguirá las políticas del gobierno de López Obrador, con el fin de ofrecer programas sociales a familias de escasos recursos.

Además, la presidenta Claudia Sheinbaum planteó que las distintas secretarías federales como Educación, Salud, Trabajo y Gobernación se acercarán a los polígonos de mayor incidencia delictiva para ofrecer directamente los programas sociales, con énfasis en la población joven. Y se comprometió a destinar mayor presupuesto para estas acciones en 2025.

Otro de los ejes es buscar la consolidación de la Guardia Nacional, corporación creada durante el sexenio anterior. Aunque originalmente surgió como una corporación civil, apenas el 30 de septiembre se aprobó la reforma constitucional que la adscribió bajo el mando de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y que señala que la integrará personal militar.

“Es falso que haya militarización. Lo que estamos haciendo es aprovechar las capacidades de la Secretaría de la Defensa Nacional para que —no importa el tiempo— la Guardia Nacional se pueda consolidar”, insistió García Harfuch durante la presentación de la estrategia de seguridad.

Sin embargo, en el Inventario Nacional de lo Militarizado, base de datos elaborada por el Programa de Política de Drogas (PPD), México Unido Contra la Delincuencia (MUCD) e Intersecta, se documenta el aumento de la fuerza militar en el país y la militarización más allá de la seguridad pública. 

“La Presidenta descansa la estrategia en la militarización con un diseño constitucional que ya garantiza el dominio de las Fuerzas Armadas en todas las acciones de seguridad a nivel nacional y, aún más, en todo tipo de funciones públicas”, advirtió MUCD en un pronunciamiento tras la presentación de la estrategia este martes. 

La organización destacó que entre los aspectos positivos de la estrategia se encuentra la intención de atender los delitos de alto impacto y a las entidades con mayor incidencia delictiva, y no centrarse sólo en homicidios. 

“Se anuncia la voluntad de poner en el mapa otros delitos de alto impacto que urge atender, como el cobro de piso y la extorsión”, añadió MUCD.

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Imagen BBC
El gran éxito económico que lograron los libaneses que migraron a América Latina en el siglo XIX y que mantienen sus descendientes
9 minutos de lectura

La diáspora libanesa en América Latina echó raíces en la región desde hace casi 150 años. Desde entonces se convirtió en una de las comunidades más prósperas.

03 de octubre, 2024
Por: BBC News Mundo
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“Ser libanés no es una nacionalidad, es un oficio”, dice un poema del escritor libanés Roda Fawaz.

Su verso transmite un sentimiento que comparten millones de personas originarias de esa nación de Medio Oriente, o descendientes de migrantes que lo hicieron a lo largo de los últimos 150 años, y que se establecieron en muchos países del mundo.

América Latina fue un destino de una buena parte de ellos. Notablemente en Brasil, con entre 8 y 10 millones de brasileños-libaneses. Pero también en el resto de los países, desde México hasta Argentina, se calcula que hay unos cuatro millones más repartidos en la región.

Entre ellos hay nombres que han logrado un lugar destacado en el mundo de los negocios, la política o la cultura. Los empresarios son tal vez los más conocidos, con apellidos como Slim (México), Jafet y Ghosh (Brasil), Char (Colombia), Menem (Argentina) o Saieh (Chile).

Y con fama internacional, Shakira o Salma Hayek o el actor Ricardo Darín dan muestra de lo lejos que han llegado las artistas de origen libanés.

La diáspora en América Latina casi triplica los 5 millones de habitantes de Líbano, país que actualmente atraviesa una crisis por la guerra entre el grupo armado Hezbolá asentado en territorio libanés y las fuerzas de Israel.

Shakira en Líbano en 2003
Getty Images
Shakira, cuyos apellido libanés Mebarak viene de su padre, visitó Líbano en más de una ocasión.

Pero el éxito de esta comunidad en América Latina no fue automático. Fue a base de lo que el historiador mexicano de origen libanés Carlos Martínez Assad llama “una migración solidaria” que los llevó a establecerse en diversos países de la región.

“Algunos estuvieron primero en Venezuela o Colombia y luego se vinieron a México. Y al revés, gente que estuvo en México terminó en otro país de América Latina. O a Estados Unidos y viceversa, primero llegaron allá y se vienen a México. Es un fenómeno de establecimiento de redes”, explica el investigador, autor de una basta colección de libros y publicaciones sobre la migración libanesa.

Pero lo que caracterizó a esta comunidad, y que los llevó a fijarse en el imaginario social, fue el comercio. Encontraron las formas y los medios para llevar productos a muchos puntos de los países que adoptaron y así establecer sus bases en la industrialización y modernización de América Latina.

¿Por qué dejaron Líbano?

El país que hoy es Líbano fue durante tres siglos (1516-1918) parte del Imperio Otomano, que dominó extensas porciones de Medio Oriente, el norte de África y la península de los Balcanes en el este de Europa.

Fue en el siglo XIX cuando la región del Monte Líbano comenzó a experimentar una época convulsa, en buena medida por la disputa por el poder político, económico y religioso entre los cristianos maronitas y los musulmanes drusos.

Los maronitas vieron cómo a partir de la década de 1840 empezó a haber escasez de alimentos y oportunidades, dice Martínez Assad. Y con el estallido de una guerra con los drusos, vinieron las primeras oleadas de emigración a partir de 1860.

“Hubo 60 años de gran inestabilidad en la región”, explica el historiador. Muchos de los maronitas se dirigieron a Europa, Asia, Oceanía y África. Pero otros también apuntaron al pujante continente americano.

Una ilustración de la masacre de maronitas de 1860
Getty Images
En la década de 1860 hubo matanzas de cristianos maronitas en el conflicto con los drusos.

La Primera Guerra Mundial, en la que el Imperio Otomano hizo alianza con las Potencias Centrales, generó una nueva oleada de emigrantes. “Los turcos reclutan a jóvenes, sin importar su religión, los agarran de la calle. Por eso mucha gente, para proteger a los hijos, los sigue enviando a otros países, como los de América”,

Eso explica en buena medida por qué la migración libanesa a América se caracterizó por la llegada de gente joven.

Se sabe que en un inicio muchos libaneses fueron llevados desde Europa a los países de la región latinoamericana con intermedio de agentes. Muchos tenían intención de llegar a EE.UU., pero fueron engañados y llevados a países como Brasil, Venezuela, Cuba o México.

Otros vieron en los países de América Latina un lugar con oportunidades.

Los comerciantes

El hecho de que los libaneses que emigraban de su país fueran cristianos, de la rama de los maronitas que practican un ritual cercano al católico, facilitó en buena medida su adaptación y aceptación cultural en los países de la región, explica Martínez Assad.

“Va a permitir el contacto mucho más amplio, incluso favorece los matrimonios, algo que no sucedió con otras comunidades, como los judíos o los asiáticos”, señala.

El territorio libanés otomano también tuvo una fuerte relación con Francia. Durante la conflictiva década de 1860, las fuerzas francesas defendieron a los maronitas y tras la Primera Guerra Mundial el territorio libanés fue un protectorado francés. Eso explica que culturalmente hubo mucho intercambio entre ambas partes.

Por ello, considera Martínez Assad, la francofilia de los libaneses les ayudó a la adaptación a otras lenguas romances, como el español y el portugués de los países de América Latina.

Ya desembarcados en América, se produjo un “fenómeno de establecimiento de redes” de libaneses que les permitió extenderse más allá de los principales puertos y ciudades.

“En Líbano hay algo que se le da mucha importancia al pasado fenicio, que aunque fue hace miles de años, queda en el inconsciente la idea de ser mercaderes. De tirarse al mar para la aventura y vivir de lo que se produce”, dice el historiador.

Un vendedor
Archivo General de la Nación Argentina
Los libaneses se hicieron buenos comerciantes, pero una imagen de vendedor ambulante fue la que se fijó en el imaginario colectivo.

Los libaneses se dedicaban, en general, al comercio y la agricultura en Líbano.

Pero es esa primera actividad la que empiezan a desarrollar en América Latina. Quienes no eran comerciantes en el pasado, entienden que en países como Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador, México o Venezuela hay necesidad de establecer cadenas de distribución.

Y así es que muchos “se dan a la tarea de irse a muchos poblados”.

En Brasil se dio uno de los primeros fenómenos de los llamados “mascates” que caracterizarían a los libaneses en el continente: eran vendedores ambulantes que cargaban a cuestas una enorme caja con productos novedosos, muchos traídos del exterior, que iban vendiendo por las calles y las plazas.

Una figura que se replicó en otros países rápidamente y que llevó a los libaneses a adquirir ese perfil social de comerciantes de todo tipo de productos y novedades.

Si bien ser cristianos y adaptarse al idioma les permitió ir echando raíces en los países de la región. también enfrentaron algunas resistencias. En Sudamérica, en particular, los empezaron a llamar “turcos”, en ocasiones con un dejo despectivo, por su acento al hablar español y el hecho mismo de que vinieran del imperio dominado por Turquía.

Pero de hecho, la migración libanesa también se fundió con la de los sirios (vecinos de Líbano) que llegaron a América para probar suerte, lo que los llevó a ser puestos socialmente en el mismo grupo migrante aunque en estricto sentido fueran de origen diferente.

El monumento a la migración libanesa en Ciudad de México
Getty Images
En Ciudad de México hay un monumento a la migración libanesa.

Su prosperidad

Aunque Martínez Assad destaca que no todas las familias de origen libanés que hoy viven en América Latina son adineradas, fueron un grupo social que tuvo cierta prosperidad a lo largo del siglo XX.

Muchos comerciantes pasaron de ser vendedores ambulantes a establecer locales comerciales. Las redes para mover mercancías ya no solo se limitaron a un nivel local o regional, sino que comenzaron a establecer agencias de importación.

Las segundas y terceras generaciones de libaneses en América Latina también tuvieron mayor acceso a la educación universitaria, lo que fue clave para las familias.

Los Slim en México, los Char en Colombia, o la Jafet en Brasil, pero también otras cuantas familias en otros países de la región, pusieron las bases de lo que hoy son grandes empresas e industrias desde la década de 1920.

Miembros de la comunidad libanesa en CDMX
Getty Images
La diáspora libanesa ha alcanzado altos espacios en los negocios y la política.

Y con los negocios también abrieron la puerta de la política, desde su acceso a puestos locales hasta los nacionales. En Brasil, el país con la mayor población de origen libanés, Michel Temer es un político de origen libanés que llegó a ser presidente (2016-2018). Pero también cientos de políticos de esa comunidad han pasado por el Congreso.

Ecuador también tuvo al presidente Abdalá Bucaram (1996-1997), México a Plutarco Elías Calles (1924-1928) y Argentina a Carlos Menem (1989-1999). Dos altos funcionarios venezolanos son Tarek William Saab y Tareck El Aissami, que tienen origen sirio-libanés.

Shakira y Salma Hayek son dos de las artistas latinoamericanas que más lejos han llegado en la música y el cine, respectivamente.

También crearon fundaciones, hospitales y su comida se empezó a conocer mediante restaurantes en las principales ciudades de América Latina.

El poder político y económico, sin embargo, también ha atraído escándalos de corrupción. En México, dos miembros de la comunidad, de las familias Nacif y Kuri, estuvieron involucrados en casos de pederastia. Situaciones individuales que terminan por salpicar a toda la comunidad.

Mirar desde lejos

Para Martínez Assad, la prosperidad de la comunidad vino a consecuencia de la dedicación al trabajo de las primeras generaciones.

“Algo que se exalta mucho es el trabajo y yo creo que es cierto. Yo procedo de una familia que mis tíos se levantaban a las 5 am para arreglar su negocio. Pasaban todo el día la tienda. Y en la noche seguían arreglando los negocios del día siguiente”, señala.

En la actualidad, los constantes conflictos sociales y militares en Líbano en las últimas dos décadas -en especial la lucha del grupo armado chiita Hezbolá con Israel- ha sido vista con preocupación por la comunidad libanesa.

Sin embargo, Martínez Assad percibe cierta distancia, cuando menos en la comunidad mexicana cristiana maronita.

“No hay migración de vuelta ni mucho conocimiento de lo que ocurre en Líbano. La política es muy compleja de entenderla. El gobierno está conformado por grupos religiosos, de 18 religiones que hay en Líbano”, señala

Situaciones como el conflicto actual con Israel, que ha emprendido incursiones contra Hezbolá en el sur de Líbano, sin embargo, no dejan de ser “muy lamentables” para los libaneses que tienen que ver desde lejos el conflicto en el país que para sus ancestros fue su hogar y que les da identidad a miles de kilómetros de distancia.

Como escribía Fawaz: “Ser libanés es dejar Líbano pero Líbano no te abandona jamás. Ser libanés es tener un país que nunca he vivido pero es el mío”.

Línea gris
BBC

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