
Al ingresar en un sitio web para consultar información, realizar alguna compra en línea o ver una serie en una aplicación de streaming es común encontrarse con anuncios que solicitan al usuario aceptar las cookies por motivos de personalización. Pero ¿qué implica cliquear en “Aceptar” y cuáles son los riesgos que este clic puede tener?
Las cookies son pequeños archivos que fueron creados por sitios web que se guardan en la computadora de cada usuarios de internet.Su función es almacenar datos sobre la actividad de navegación de los cibernautas que ayudan a la plataforma digital a recordar información, como credenciales de inicio de sesión, preferencias y otros datos, de acuerdo con el ingeniero en sistemas Carlos Arcilla.
Aunque las cookies que llegan a utilizar tienen, la mayoría de las veces, el objetivo de brindarle al usuarios una experiencia personalizada mientras navega por el sitio web, existen diferentes tipos y cada una opera de manera diferente o puede tener riesgos distintos al dar clic en aceptar.
El especialista Víctor Cárcamo destaca que las cookies riesgosas más comunes son las de terceros, la cuales son creadas por empresas externas al sitio que se visita, ya que estas pueden compartir datos sin que el internauta lo note o se le notifique al respecto.
“Es difícil que un usuario se dé cuenta de que aceptar algunos tipos de cookies puede poner en riesgo su información personal porque en el aviso [de privacidad] no necesariamente se detalla qué implica dar en aceptar, no hay transparencia. Pero eso ocurre principalmente con sitios web que no tienen regulación o que tienen ese fin, por lo que lo más importante es poner atención a qué plataformas se accede”, asegura el ingeniero en sistemas computacionales.
Sitios que tienen cookies conocidas como de publicidad comportamental están diseñadas para recopilar información sobre los hábitos y gustos del usuario. Entre sus principales riesgos está el seguimiento persistente incluso durante meses o años, perfilado psicológico como intereses e ideología inferida, así como posible manipulación publicitaria o hasta política.
Las cookies que pueden traer mayores riesgos, de acuerdo con el ingeniero, son las que están mal configuradas o que no tienen cifrado, pues son inseguras y se corre el riesgo de que el usuario sea víctima de robo de sesión, exposición de la cookie en redes wifi públicas o acceso no autorizado a la cuenta.
El cifrado en las cookies impide que ciberdelincuentes intercepten y lean datos como información de inicio de sesión o datos de pago mientras las cookies se transmiten entre el navegador y el servidor. Al cifrar las cookies, se tiene una mayor garantía de la privacidad, seguridad de la información personal y financiera del internauta.
El ingeniero en sistemas computacionales expresa que en este tipo de casos los ciberdelincuentes tienen la posibilidad de robar una cookie de sesión y hacerse pasar por el usuario en su propia cuenta, con lo que puede acceder a datos confidenciales.
“Es cuando un ciberdelincuente accede a la cuenta con el fin de obtener más información del usuario, como contactos o hasta datos bancarios, lo que puede llevar a acciones fraudulentas”, señala Víctor Cárcamo.
Aunque para la mayoría de los sitios web es necesario aceptar las cookies, por seguridad también es posible bloquearlas. De acuerdo con Google, es posible bloquearlas para evitar vulneraciones de seguridad.
Para poder bloquearlas es necesario acceder a la configuración del navegador que se esté utilizando y presionar la opción de “configuración de sitios” y, posteriormente, en “cookies de terceros”, hasta llegar al botón que anuncia “bloquear cookies de terceros”.
Es importante mencionar que en el caso de aplicar la opción anterior, se bloquearán todas las cookies de otros sitios, con excepción de aquellos que se encuentren seleccionados en la lista de permitidos.
Otra manera de evitar las cookies es ingresando al navegador por medio del modo incógnito, función que permite navegar sin que exista un historial, cookies y datos de los sitios web.
Cada uno de los tipos de cookies tiene una finalidad diferente o se centra en información específica. De acuerdo con Carlos Arcilla, existen cookies que son denominadas como técnicas o necesarias, que son aquellas que se deben aceptar para acceder a todo el contenido de la página, ya que de lo contrario la funcionalidad del sitio podría ser limitada.
“Las cookies más comunes ―y que normalmente son los propios usuarios quienes las habilitan y configuran― son las de personalización, que son cuando se ajusta o selecciona el idioma, región desde donde se accede o incluso hasta el tipo de letra o color de preferencia”, explica el ingeniero en sistemas.
También existen las de análisis y estadísticas, las cuales recogen información sobre el uso que cada usuario le da al sitio web como páginas más visitadas o tiempo de permanencia.
Hay cookies enfocadas en publicidad y marketing que permiten mostrar anuncios basados en los intereses del usuario, así como las de redes sociales con funciones como compartir contenido o iniciar sesión en Facebook o Google.
Víctor Cárcamo, ingeniero en sistemas computacionales con especialidad en ciberseguridad, añade que hay cookies que guardan información sensible o que tendría que ser privada e intransferible del usuario, como lo son cualquier tipo de datos personales.
“El uso de las cookies es muy normal y no es como tal malo, lo que llega a ser peligroso es la información que se guarda. En pocas palabras no es la estrategia, sino el uso que le dan a esta”, detalla Víctor Cárcamo.
Al ingresar en un sitio web y cuando aparece el botón de “Aceptar cookies”, el ingeniero Carlos Arcilla reconoce que el usuario no tiene muchas alternativas si es que quiere acceder a la plataforma de interés, ya que al no aceptarlas puede ocasionar un mal funcionamiento o limitado.
“Si no aceptas las cookies puede que no cambie mucho la experiencia, pero lo que es cierto es que si las rechazas algunas funciones del sitio web se desactivan o ya no funcionan de manera correcta o con normalidad, esto porque es una manera de obligar al usuario a aceptarlas con un fin económico y de personalización.
El ingeniero Víctor Cárcamo detalla que el botón de “aceptar cookies” suele ser llamativo por razones psicológicas, económicas y de diseño, se trata de una práctica conocida como “patrón oscuro”, utilizada para influir en la decisión de los usuarios y aumentar la aceptación de cookies no esenciales.
“Si nos damos cuenta, al entrar a un sitio web nos aparece el mensaje de que es necesario aceptar las cookies para navegar en este, pero siempre el botón de aceptar se presenta muy colorido y muy grande, con el fin de que le demos click sin pensar”, puntualiza el ingeniero en sistemas computacionales.
Uno de los principales motivos por el que los sitios buscan que los usuarios acepten las cookies es que la mayoría de las plataformas gana dinero mostrando anuncios personalizados y, para poder hacerlo, necesitan el consentimiento para usar cookies de seguimiento.
Los botones para clickear en aceptar son, la mayoría de veces, de colores como verde, azul o naranja. Según el especialista, esto tiene como fin captar el foco de los usuarios y generar la sensación de acción correcta o recomendada.
“Un botón grande, colorido y visible aumenta de manera significativa las probabilidades de que los usuarios pulsen aceptar sin pensarlo o ni siquiera sin leer lo que la pestaña de cookies dice”, señala.
Otro punto importante es que como la mayoría de las plataformas solicita el permiso de cookies, los internautas dan clic por cansancio o hartazgo de tener que leer lo que dice el anuncio, entonces se normaliza el presionar y aceptar de manera natural y sin pensarlo.
Víctor Cárcamo comparte con El Sabueso que existen medidas y precauciones que los usuarios pueden emplear al momento de navegar por internet. Una de las más importantes es poner atención a qué sitio web se está accediendo, pues el mismo navegador de Google lanza una advertencia cuando la página tiene una reputación negativa entre internautas o que es considerada como riesgosa, con eso se puede considerar que puede ser peligroso el aceptar cualquier tipo de aviso que se presente.
“Como es complicado que los usuarios perciban cosas muy técnicas para saber si se trata de una página con cookies inseguras, Google se dio a la tarea de detectarlas y clasificarlas como peligrosas, entonces a este tipo de sitios se recomienda no dar clic en ninguno de sus avisos o pestañas”, sentencia el especialista.
Tener el sistema y el antivirus actualizado es otra de las medidas que se pueden tomar en cuenta, pues los scripts de sitio web, que son fragmentos de código que añaden interactividad y funcionalidad a las páginas web, pueden robar datos del navegador como la información personal, por lo que tener buena protección en el equipo puede bloquear este tipo de códigos maliciosos.
Es importante que el usuario tenga en sus cuentas configurada la doble autentificación porque añade una capa extra de seguridad que protege contra accesos no autorizados. Incluso en el caso de que un atacante obtenga la contraseña a través de una cookie, con la doble protección existe una mayor posibilidad de que se frustre el intento de vulnerar la privacidad de los internautas.

El párroco de Maryland ha accedido a ser el tutor en reserva de los hijos de varios de sus feligreses. Ante las redadas migratorias, cada vez más familias indocumentadas o de estatus mixto en California están dejando en manos de hermanos, primos, padrinos amigos o personas cercanas decisiones escolares o médicas que afecten a sus hijos.
De un día para otro el padre Vidal Rivas podría encontrarse a cargo de un bebé de 12 meses o de un adolescente de 17 años, a quien tendría que acoger en casa, alimentar, vestir y guiar hasta que termine el instituto.
También podría tener que encargarse de los trámites para que varios niños puedan volar al país de origen de sus padres y de acompañarlos hasta que se reúnan con ellos.
Y es que este carismático sacerdote, quien encabeza la parroquia episcopal de San Mateo en Hyattsville (Maryland, Estados Unidos), se comprometió a asumir la tutela temporal de 26 menores en caso de que sus padres sean deportados.
“Es una responsabilidad muy grande, que cambiaría completamente la vida de mi familia”, le reconoce a BBC Mundo. “Tanto mi esposa como yo somos conscientes de ello, sabemos lo que implica”.
Desde el inicio del segundo gobierno de Donald Trump, quien asumió la presidencia en enero con la promesa de llevar a cabo “la mayor deportación en la historia del país”, son muchos los migrantes indocumentados que se han apresurado a dejarlo todo atado por si son detenidos y expulsados.
Y han buscado en su entorno más cercano a figuras de confianza como el padre Rivas para que se ocupen del cuidado de sus hijos cuando no estén.
Es parte de lo que organizaciones y especialistas legales llaman un “plan de preparación familiar”, algo que cada vez más hogares con situaciones migratorias mixtas –con al menos uno de sus miembros indocumentado— están haciendo.
“Implica tener conversaciones incómodas y tomar decisiones dolorosas, pero ser precavido facilita las cosas a la hora de lidiar con una emergencia y con sus consecuencias”, le dijo a BBC Mundo Kristina Lovato, directora del Centro de Inmigración y Bienestar Infantil (CICW) de la Universidad de California en Berkeley.
Hoy por hoy hay más de seis millones de hogares en condiciones migratorias mixtas en EE.UU., cerca del 5% del total, según cifras del centro de investigación Pew.
Y de acuerdo con los datos que maneja el CICW, al menos uno de los progenitores de 5,9 millones de niños no cuenta con papeles.
A eso hay que sumar los más de 500.000 que tienen padres amparados por la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés), un programa de la era Obama que los expertos aseguran que hoy se está “socavando”, y por el Estatus de Protección Temporal (TPS), que el actual gobierno busca revocar para ciudadanos de varios países.
Desde el inicio del año hasta septiembre, más de 400.000 personas habían sido deportadas, de acuerdo a las cifras más recientes hechas públicas por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés).
Y para el 16 de noviembre — los últimos datos oficiales– el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) mantenía en centros de detención de todo el país a 65.135 personas, la mayor cantidad reportada por la agencia desde su creación en 2003.
De los arrestados, el 48% no contaba con ningún cargo o condena penal en EE.UU. y permanecían en custodia por violaciones civiles de las leyes de inmigración estadounidenses.
La situación actual está impactando la moral de los feligreses de la iglesia de San Mateo, asegura su párroco.
Y es que el municipio al que pertenece, Hyattsville, un suburbio de Washington DC donde más del 40% de sus casi 21.000 residentes son latinos y un tercio nacieron en otro país, no se ha librado de las detenciones.
“La gente tiene demasiado miedo, aunque decir eso es poco. Es más bien terror a salir e incluso a estar en el templo”, subraya el padre Rivas, quien siendo oriundo de El Salvador, llegó a EE.UU. en 1998.
“Yo mismo soy inmigrante, y aunque vine con residencia por los sacerdotes que me trajeron a trabajar a este país, he visto el dolor de mi pueblo (durante la guerra civil salvadoreña, 1980-1992) y ahora lo veo aquí, miro a las personas cada día en sufrimiento”, señala.
Ante ello, el cura y miembros de su parroquia decidieron tomar acciones para que los fieles y la comunidad en general se sintieran más seguros.
Ahora los servicios religiosos son a puerta cerrada y varios voluntarios custodian la entrada y vigilan los alrededores.
También empezaron a animar a los devotos a que se preparen para cualquier eventualidad migratoria y busquen guardianes temporales para sus hijos, algo contemplado en la legislación estatal.
“Al hacerlo, descubrimos que muchas familias no tienen miembros con residencia (permanente o green card) o ciudadanía estadounidense. Es muy triste ver que no encuentran a nadie, les entra mucha desesperación”, se lamenta Rivas.
“Es ahí donde tuvimos que enseñarles a buscar a personas de confianza que pudieran servirles de tutores”, explica.
Como tantos otros, Mimi, una mujer indocumentada de 40 años y madre soltera de una adolescente de 16, encontró esa figura en el propio Rivas.
“Pasé muchos días y noches pensándolo. Y aunque fue una decisión muy difícil, sé que es la mejor”, le dice a BBC Mundo.
Asegura sentirse aliviada de saber que, si la deportaran, su hija no quedaría “en un limbo”. “Que pueda venir un trabajador social y llevársela, que quede en manos del gobierno y que la den en adopción” sería su mayor pesadilla, explica la mujer, cuyo nombre real y nacionalidad obviamos para proteger su identidad.
Lo que Mimi acordó con el padre Rivas es que se encargue de todo lo necesario para que la menor, diagnosticada en el espectro autista, se reúna con ella en su país de origen.
“Me gustaría que mi hija siguiera estudiando, que terminara sus estudios, pero por la situación nunca nos hemos separado y no creo que quiera estar sin mí”.
Ese es el encargo que Rivas recibió de algunos de los padres de los otros 25 menores para quienes se prestó como tutor temporal. Otros le pidieron que sus hijos se queden en EE.UU. al menos hasta terminar el instituto.
Para que eso sea posible y esté amparado por la ley, todos ellos rellenaron y firmaron un formulario de designación parental para el inicio de la tutela de reserva.
“Es la ampliación de una figura legal que existe en Maryland desde la epidemia del sida en los 70”, le explica a BBC Mundo Cam Crockett, una abogada especializada en derecho de familia que lleva 40 años ejerciendo en el estado y fue una de las impulsoras de la actual ley de tutela de emergencia.
Desde que el Congreso estatal la aprobara por unanimidad en mayo de 2018, además de para casos de incapacidad mental o debilitamiento físico, permite a un adulto designar a un tutor en reserva para sus hijos por si fuera detenido por las autoridades migratorias o deportado.
“Se activa una vez ocurre la emergencia y dura seis meses, aunque los padres pueden revocarla en cualquier momento”, explica Crockett.
Los progenitores, quienes no pierden la patria potestad, dejan especificado en el formulario qué puede el tutor hacer en su nombre: desde inscribir a los menores en la escuela o ingresarlos en un hospital, hasta reservar vuelos y hoteles para ellos, recibir fondos o tomar decisiones financieras.
“Lo que les sugerimos es que piensen muy bien antes de elegir al potencial tutor, ya que puede que este tenga que acudir a un tribunal, o tomar un vuelo a otro país”, explica la abogada.
Y si quisieran que la situación se extendiese más allá de los 180 días, tendrían que buscar una tutela más permanente o valorar una custodia por terceros, para lo que la experta recomienda consultar el caso concreto con abogados.
Sin embargo, la tutela en reserva no existe como tal en todas las legislaciones estatales de EE.UU.
“Por eso es muy importante que los interesados reciban un buen asesoramiento legal, del estado en el que viven, porque las leyes cambian estado a estado”, remarca Sharon Balmer Cartagena, la abogada que dirige el Proyecto de Defensa de la Infancia, Juventud y Familia de la organización Public Counsel.
“Porque hay muchos grupos, también online, en los que la gente aconseja sobre este tema, pero un consejo muy bueno en Texas podría ser uno muy malo en California”.
Por ejemplo en California, donde ejerce Balmer Cartagena, la tutela temporal no existe.
Allí la tutela otorga al designado la custodia legal y física total del niño y, para recuperar la patria potestad, los padres deben solicitarlo ante el juez, quien será el que decida cuál es la mejor opción para el menor.
“Puede ser una buena alternativa si los padres se sienten cómodos con el hecho de que la persona designada se convierta prácticamente en la progenitora de sus hijos”, señala la especialista.
“Pero ¿qué pasa si el tutor, digamos un primo, decide que ya no es beneficioso para el menor que tenga contacto con sus padres? Estaría en su derecho de así decidirlo”, prosigue.
“La tutela es para niños que van a quedarse con otra persona de forma permanente. A quienes quieran que sus hijos se reúnan eventualmente con ellos (en el país de origen) no se la recomendamos; ellos deberían optar por una declaración jurada de autorización de cuidadores”, explica.
Es por medio de ese acuerdo, más sencillo, que cada vez más familias indocumentadas o de estatus mixto en California están dejando en manos de hermanos, primos, padrinos o amigos decisiones escolares o médicas que afecten a sus hijos.
Balmer Cartagena reconoce que, cuando hacen presentaciones en la comunidad sobre cómo hacer un plan de preparación familiar, son muchos les dicen no tener a nadie en EE.UU. que pueda cumplir con ese rol.
“Lo que hacemos es animarlos a pensar de forma más amplia, porque hemos tenido casos en los que una maestra o la familia para la que nuestra clienta trabajaba de cuidadora los apoyaron brevemente para facilitar la reunificación tras una deportación”.
Así como Public Counsel, otros grupos, voluntarios y activistas de prácticamente todos los estados del país llevan meses ofreciendo talleres sobre cómo preparar un plan de emergencia familiar y sesiones divulgativas bajo el título de “Conoce tus derechos”, donde insisten a los asistentes en que pueden retener información personal y negarse a firmar cualquier documento, reparten volantes y ofrecen asistencia legal por teléfono.
También reparten la “tarjeta roja“, disponible en 19 idiomas, que recuerda a los inmigrantes sus derechos constitucionales y resume los pasos a seguir a la hora de interactuar con agentes del ICE.
Y patrullas comunitarias recorren barrios y presencian redadas para asegurarse de que se cumplen todos los protocolos o para documentarlas en caso de que se estos se violen. Videos captados por estos voluntarios aparecen en las redes sociales a diario.
Funcionarios de la administración Trump han arremetido contra estas ONGs y voluntarios, alegando que lo que hacen es “ayudar” a los inmigrantes sin residencia legal a “desafiar” a los agentes del ICE y a “esconderse”.
“Ellos le dicen ‘Conoce tus derechos’, yo lo llamo ‘Cómo escapar del arresto'”, dijo en su momento Thomas D. Homan, nombrado “zar de la frontera” por Trump y quien está al frente de las operaciones de deportación.
Sea como fuere, en todo este esfuerzo encaja también una cada vez mayor conciencia de la necesidad de tener que anticiparse y tener listo, sobre todo, un plan que incluya el cuidado infantil.
“Ha habido una campaña relativamente exitosa en la comunidad inmigrante, y cuando hablo con mis clientes, me encuentro con preguntas más reflexivas y matizadas, porque las cuestiones básicas ya las conocen”, le dijo en marzo a BBC Mundo Kate Lincoln-Goldfinch, una abogada de inmigración que ejerce en la zona central del estado de Texas.
“Toda persona indocumentada necesita consultar su situación con un abogado de inmigración”, subraya, y estar bien preparado por si se da una emergencia. “Porque cuando hay una detención, es como en un incendio: nadie tiene tiempo para pensar y después actuar”, explicó.
“Así que es vital tomarse el tiempo de antemano, por muy desagradable que sea, de pensar en quién va a recoger a los niños; si la escuela tiene las autorizaciones que necesita; si hemos juntado los documentos en una carpeta, incluida la información sobre cuentas bancarias; si sabemos dónde están las llaves del coche y el seguro… Y tener todo eso claro y en un mismo lugar para que alguien que lo necesite pueda venir a recogerlo y manejar nuestras vidas por nosotros”, zanjó.
Haz clic aquí para leer más historias de BBC News Mundo.
Suscríbete aquí a nuestro nuevo newsletter para recibir cada viernes una selección de nuestro mejor contenido de la semana.
Y recuerda que puedes recibir notificaciones en nuestra app. Descarga la última versión y actívalas