Octubre de 2024, el primer mes del gobierno de Claudia Sheinbaum, tuvo un aumento de 6.6% de víctimas de homicidios dolosos respecto a octubre de 2023, a la par de que hubo un incremento de de los feminicidios de 3%, de acuerdo con los datos actualizados del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
Igualmente, los delitos de extorsión, robo a transportista y los delitos catalogados como violencia de género tuvieron un repunte.
Este periodo estuvo marcado por casos de abusos de las Fuerzas Armadas, alta letalidad en enfrentamientos de civiles con el Ejército, dos periodistas asesinados, y la ola de violencia que aqueja a Sinaloa desde principios de septiembre de 2024.
De acuerdo con el primer reporte del SESNSP en el sexenio, se registraron 2 mil 564 víctimas de homicidios dolosos en octubre de 2024, lo cual representa un incremento respecto del mismo mes del año pasado, cuando se reportaron 2 mil 405 víctimas.
El Secretariado reportó que los homicidios aumentaron el mes pasado en 17 estados frente a octubre del 2023, siendo Baja California Sur, Sinaloa, Yucatán Tabasco y Aguascalientes los estados con mayor incremento.
En el periodo de enero-octubre de 2024, se registraron 25 mil 324 homicidios, es decir 1.14% más que en el mismo periodo de 2023, cuando se reportaron 25 mil 39 víctimas.
Los datos del SESNSP contradicen lo mostrado la semana pasada por la titular del Secretariado, Marcela Figueroa, en la conferencia del 12 de noviembre, cuando insistió en que en 2024 los homicidios iban a la baja, como te lo contamos en esta verificación.
Si observamos el promedio diario entre enero-octubre de 2023 y 2024, encontramos que el promedio diario de asesinatos en el año pasado fue de 82 y en lo que va de este año es de 83 homicidios por día.
Cabe mencionar que en octubre pasado se registró la muerte de 19 civiles en un presunto enfrentamiento con elementos del Ejército durante una operación en Sinaloa. Pero estas muertes no se registraron como víctimas de homicidios dolosos, sino que las autoridades federales y militares las registraron como parte de las estadísticas de agresiones contra el personal militar.
Expertos nos explicaron que esto se debe a que la Secretaría de la Defensa Nacional reporta esos fallecimientos como consecuencia de agresiones que recibieron elementos del Ejército, y se tiene que realizar una investigación por el caso antes de clasificarlos.
Por otro lado, entre octubre de 2023 y el mismo mes de 2024 las víctimas de feminicidio pasaron de 68 a 70. En contraste, en el acumulado de enero a octubre del 2024 se reportó una disminución de 3% en los feminicidios frente al mismo periodo de 2023.
Otros delitos que aumentaron en el primer mes del sexenio de Sheinbaum fueron la extorsión, el robo a transportistas y los delitos de violencia de género –los cuales son clasificados de forma distinta a los feminicidios y violencia familiar–.
En octubre, el SESNSP contabilizó 943 víctimas de extorsión y en el mismo mes del 2023 se reportaron 888 víctimas, un alza del 6%.
Mientras que el robo a transportistas pasó de 703 carpetas de investigación a 747 en octubre de 2024. Sin embargo, si observamos los reportes de unidades robadas en total también se reportó un incremento de 5.2% en octubre de 2024 frente al mismo mes de 2023.
En cuanto a los delitos catalogados como violencia de género pasaron de 540 en octubre de 2023 a 548 durante el mes pasado.
Si observamos el acumulado de enero-octubre de 2024 contra el mismo periodo de 2023, estos delitos tuvieron una disminución.
Datos del Secretariado muestran que el robo, en todas sus modalidades con excepción de robo a transportistas, disminuyó 5.3% frente a octubre de 2023. Y en el periodo de enero a octubre, este ilícito bajó 7%.
Con esta disminución, en la administración de Sheinbaum continúa la baja en los robos que inició en el gobierno del expresidente López Obrador.
Por otro lado, aunque hubo el mismo número de carpetas de investigación por secuestro en octubre de 2023 y de 2024, con 34 casos, las víctimas de este delito bajaron, al pasar de 51 víctimas a 48.
En el periodo de enero a octubre, el secuestro disminuyó 3.5% en 2024 frente al mismo lapso de 2023.
No obstante, es importante recordar que el secuestro es uno de los delitos con mayor cifra negra. En 2023, el 95% de los casos no fueron denunciados, de acuerdo con el INEGI.
Como te contamos en esta nota, expertos en seguridad han identificado irregularidades y subregistro en los casos de secuestro en el país, que coincide con el alza en la categoría de “otros”.
Aunque también hubo un decremento en los ilícitos catalogados como “otros delitos que atentan contra la libertad personal”, las víctimas dentro de esta clasificación siguen siendo mayores a clasificadas dentro del delito de secuestro.
En 2016 se creyó que Trump sería un problema para México y el resultado fue casi opuesto. Ahora llega un Trump más ambicioso y en México gobierna una mujer. Una coyuntura desafiante para dos países que se necesitan.
México es quizás el país más afectado en el mundo por lo que ocurre en Estados Unidos.
Las razones son de toda índole: por la frontera de 3.000 kilómetros que comparten, porque es su mayor socio comercial, porque millones de familias tienen miembros en ambos países.
Pero si es el más afectado por razones estructurales, también lo es por razones coyunturales.
Donald Trump fue elegido este martes como nuevo presidente de Estados Unidos en parte gracias a su agenda agresiva hacia México, la cual incluye altos aranceles a las importaciones desde ese país y la deportación de mexicanos indocumentados que estén en territorio estadounidense.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, quiso calmar los ánimos en su conferencia de prensa del miércoles: “No hay motivo ninguno de preocupación (…) México siempre será un país independiente y soberano. Va a haber buena relación. No competimos entre nosotros, nos complementamos (…) Hay mucha unidad y mucha fortaleza de la economía mexicana”.
Sin embargo, las señales de alarma están prendidas.
“Para Sheinbaum va a ser un desafío enorme”, dice Juan Gabriel Tokatlián, doctor en relaciones internacionales. “Si esta política de desalojar migrantes es llevada a cabo y si hace un proteccionismo a ultranza concentrado en Estados Unidos, va a ser una situación muy complicada para México”.
Estos son los cuatro ámbitos sobre los cuales va a girar la compleja relación entre México y Estados Unidos durante los próximos 4 años.
El miércoles, el peso mexicano registró su peor marca en dos años, de casi 21 pesos por dólar, debido a la victoria de Trump.
Aunque la devaluación es una tendencia normal en países emergentes tras las elecciones en la primera economía del mundo y fue en principio una caída menos drástica de lo esperado, los inversionistas extranjeros creen que las restricciones comerciales prometidas por Trump pueden afectar el desempeño de la economía mexicana.
Por varias razones.
Las remesas que los mexicanos en Estados Unidos envían cada mes a sus familiares son uno de los pilares de la economía de consumo de este país: están, según cifras oficiales, entre el segundo y tercer mayor ingreso después del turismo y las ventas del petróleo.
Esa fuente de ingresos se puede ver afectada por las deportaciones y los aranceles de Trump.
En campaña, el republicano también dijo que piensa imponer aranceles del 25% a las importaciones de México si el país no detiene el tráfico ilegal de migrantes.
También aseguró que va a sancionar el transbordo de productos chinos a través de México e imponer una tarifa de 500% a los automóviles producidos por empresas chinas en México.
Según el centro de estudios Capital Economics, un arancel del 10% a los productos importados de México significaría una reducción del 1.5% del PIB mexicano.
Durante el primer gobierno de Trump, entre 2017 y 2021, la guerra comercial con China benefició a México, ya que empresas que producían allá acercaron sus fábricas a EE.UU. radicándolas en el país latinoamericano.
Gracias a esto, el año pasado México se convirtió en el mayor importador a Estados Unidos del mundo, entre otras razones porque goza de un Tratado de Libre Comercio que facilita la importación de productos de un país a otro.
El TLCAN, asimismo firmado con Canadá, tendrá que ser ratificado en 2026 por los tres países.
Aunque en 2020 Trump accedió a firmarlo, lo más probable es que ahora lo use como mecanismo de negociación frente a dos de sus grandes obsesiones: la batalla comercial con China y la migración.
“La pregunta es qué tipo de proteccionismo quiere Trump: si es concentrado en Estados Unidos, sin contemplar a Canadá y México, o si lo hace con ellos pero evitando la triangulación con China”, explica Tokatlián.
El otro gran eje de la relación bilateral va a ser la migración.
Trump prometió deportar un millón de migrantes indocumentados al año y dijo que va a reanudar la construcción del muro fronterizo entre los dos países.
Ambas promesas son difíciles de cumplir, según expertos, porque son costosas y pueden afectar a la economía estadounidense, que en parte depende de la mano de obra migrante.
Sin embargo, con que solo una parte de la “deportación masiva” prometida se realice ya hay razones para la preocupación en México.
Se estima que 5 millones mexicanos están en Estados Unidos en situación irregular.
“México va a insistir en el diálogo y va a informar lo que ya está haciendo”, dice Yanerit Morgan, una diplomática y académica mexicana.
Para evitar los aranceles, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador accedió a detener migrantes y logró reducir el flujo de personas que ingresaba a Estados Unidos.
“Sheinbaum va a seguir con esa política, pero va a tener que fortalecer mucho la red consultar en Estados Unidos, no solo por las deportaciones, sino por el trato a los mexicanos allá”, dice Morgan.
La nueva mandataria mexicana ha insistido en que la migración transnacional debe ser atendida a través de soluciones sociales en los países de origen, una iniciativa que en principio no aparece en el manual trumpista.
A la ecuación se añade el complejo tema del tráfico ilegal de drogas.
Más de 80.000 personas murieron en Estados Unidos el año pasado por cuenta del fentanilo, un potente opioide que se produce y trafica desde México.
Trump prometió que va a bombardear los laboratorios de fentanilo en México, bloquear los puertos mexicanos que transporten sus precursores y designar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas.
Ninguna de estas iniciativas ha sido comentada por Sheinbaum, pero al menos en principio suenan como medidas que en México tocarían la sensible fibra de la injerencia.
En julio, la relación bilateral entró en crisis debido a la detención en Estados Unidos del capo mexicano Ismael “El Mayo” Zambada. La operación no fue notificada al gobierno mexicano y eso generó disgusto en el Palacio Nacional.
Aunque los dos gobiernos tendrán mandatarios nuevos cuando Trump se juramente en enero, el tema inevitablemente va a ser abordado con este antecedente y bajo la preocupación histórica mexicana, aunque marcada en este gobierno, de proteger su soberanía.
Todo lo anterior va a depender de la relación que entablen los jefes de Estado, quienes, en principio, son muy destinos: él, conservador y capitalista, ganó en parte gracias a su rechazo de lo que llama “feminismo radical”; ella, de izquierda y crítica del neoliberalismo, tiene una profunda preocupación por la causa feminista.
En los dos años y medio que AMLO y Trump coincidieron se estableció una relación cordial, pragmática, proclive a la negociación, que dejó a muchos sorprendidos por sus diferencias ideológicas.
AMLO llegó a escribir un libro titulado “Oye, Trump” en el que explicaba la importancia de los migrantes para Estados Unidos y proponía medidas no policiales para atender la migración.
Los expertos esperan que Sheinbaum mantenga el pragmatismo de su antecesor. Antes de las elecciones ella dijo en que va a trabajar con quien quiera que ganase.
“Sheinbaum tiene suficiente carácter como para tener un diálogo interesante, importante, horizontal con él. Ella llegó con un fuerte apoyo popular y eso es algo que Trump no puede negar”, dice Morgan.
La relación bilateral ha pasado por todo tipo de coyunturas difíciles. En 2016 se creyó que Trump sería un problema para México y el resultado fue casi opuesto. Ahora llega un Trump distinto, quizá más ambicioso, y en México gobierna la primer mujer presidenta, una “progresista” y “ambientalista”, que goza de un notable apoyo popular. Se viene, en todo caso, otra coyuntura desafiante.
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