Un gráfico con datos de la OCDE se hizo viral en redes sociales porque compara las horas laborales y los salarios promedio entre los países miembros de esta organización.
En dicho material México aparece en la esquina superior izquierda, interpretándose como el país en el que la gente trabaja más horas, pero los salarios son los más bajos.
Al respecto, especialistas mencionaron que si bien es necesario hacer mejoras a las condiciones de trabajo en México y reevaluar las compensaciones, es necesario ir más allá de los indicadores que muestra el gráfico para evaluar el panorama laboral de un país.
Y hay que tomar en cuenta que los estudios no fueron hechos bajo los mismos parámetros en todas las naciones.
En el gráfico viene citado como fuente la OCDE, que es la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, una institución internacional formada por 38 estados para fomentar el desarrollo de políticas económicas entre ellos.
Los datos sí se encuentran disponibles en su página web, sin embargo aclaran al descargar las gráficas que cada país es responsable de proveer su propio reporte.
Esto quiere decir que los estudios dependen de distintos gobiernos, y los factores que se toman en cuenta no son los mismos de país a país, lo que puede afectar los resultados.
Los datos de la Organización muestran que Colombia reporta un promedio de horas laboradas incluso más altas que las de México, con 2 mil 405 horas anuales trabajadas, en comparación con las 2 mil 226 horas que reporta México.
Pero, estas horas registradas son solamente una guía, y no muestran las horas reales que trabaja una persona. Existe una práctica común de no reportar las horas extra de los trabajadores, que se salen incluso de aquellas designadas por la ley, y en la mayoría de los casos, no son remuneradas apropiadamente.
La OCDE advierte que el propósito de sus compilaciones es poder distinguir las tendencias de los cambios a través del tiempo, y no son gráficas adecuadas para hacer comparaciones entre países, ya que los estudios que realiza cada país no se realizan bajo los mismos parámetros.
Mientras que nos pueden dar una idea de la situación, los números no son precisos a menos de que se haga un estudio colectivo bajo los mismos parámetros para estos países. Es necesario contemplar más factores que las horas trabajadas y el salario promedio para entender el panorama laboral mexicano.
Un factor que afecta de manera importante los resultados de la visualización es la paridad del poder de compra.
Esto significa, en términos simples, que la misma cantidad de dinero no puede comprar lo mismo entre distintos países. Es decir, que la canasta básica varía de costo de un lugar a otro. Entonces en algunos lugares como Suiza o el Reino Unido, se necesita más dinero para comprar la canasta básica que en México.
Por lo tanto, explicó el economista Alfonso Sales a Animal Político, sin tomar en cuenta la paridad del poder de compra resulta difícil tener una comparación clara entre los países.
Ya que por lógica, se puede entender que los países con sueldos más altos tienen por consecuencia precios más caros, ya que los costos de producción también se toman en cuenta para determinar el precio de un producto. Mientras más aparece un país a la derecha de la gráfica es más caro.
Para que los resultados de la gráfica sean más apegados a la realidad, Sales aclaró que se debería realizar un estudio que aplique los mismos parámetros
Aunque esto no implica negar que existe injusticia relacionada al tema laboral en México.
Una de las principales razones por la que los salarios son bajos en México, relativos a otros países, es por un rezago en cuanto al aumento a los salarios mínimos.
El especialista en derecho laboral, Enrique Santos, explicó a Animal Político que los aumentos al salario mínimo que se habían hecho en años anteriores no eran significativos, y es solo recientemente que los aumentos comenzaron a realizarse.
Por ejemplo, de 2017 a 2018 el aumento fue solamente del 3.9% de acuerdo con la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos. Pero de 2018 a 2019 aumentó el 16%, y en 2020 se hizo un aumento histórico del 20%.
Para 2023 también entró en vigor un aumento del 20%, lo cual indica que los salarios están creciendo de una mejor manera que en el pasado.
“Ya existen diversas reformas que tienden a que el salario crezca y vamos a estar más protegidos a nivel internacional”, indicó Santos, y añadió que “de cierta forma, han abusado del país con mano de obra barata”.
La introducción del nuevo modelo laboral que incluye la firma del convenio de la OIT, así como la reforma laboral de 2019 que contempla los contratos colectivos de trabajo, son un paso más a la mejora de las condiciones de trabajo en el país.
En redes también se ha viralizado una imagen que muestra diversas multas a las que trabajadores se pueden hacer acreedores por no acatar ciertas conductas en el área laboral. Aunque no se menciona la empresa, Santos explicó que es una práctica que sí se da en nuestro país. A pesar de que suena como un abuso, la ley no la prohíbe explícitamente.
El artículo 110 de la Ley Federal de Trabajo indica que se pueden hacer retenciones “por anticipo de salarios, pagos hechos con exceso al trabajador, errores, pérdidas, averías o adquisición de artículos producidos por la empresa o establecimiento.”
Muchas empresas justifican con su reglamento interno que faltarle implica pérdidas o averías, por lo que se encuentra una manera de permitir que se siga de cierta manera “multando” a los trabajadores. Estos reglamentos históricamente se han realizado entre las empresas y los sindicatos, sin mucha participación de los trabajadores, quienes son al final los que deben cumplirlos.
Sin embargo, sí existe una protección para el trabajador ya que de acuerdo con la ley “la cantidad exigible en ningún caso podrá ser mayor del importe de los salarios de un mes” y el descuento no puede “ser mayor del treinta por ciento del excedente del salario mínimo.”
Otro punto es el de las jornadas laborales.
Por ordenamiento general del artículo 61 de la Ley Federal del Trabajo, todo trabajador en México tiene una jornada máxima de 48 horas para laborar semanalmente. Y el que exceda esa cifra está incurriendo en extraordinario, por lo que su trabajo debe ser pagado al doble por las primeras nueve horas, y en adelante al triple.
Estas jornadas son más altas que las que se trabajan en Europa donde el máximo de horas laboradas no puede exceder las 48 ya incluyendo el tiempo extra, o en Estados Unidos, donde la jornada máxima es de 40 horas a la semana, y después de esto se debe pagar tiempo extra.
Sin embargo, Santos explica que en México hay muy poca observancia y apego a la ley, teniendo trabajadores que exceden las 48 horas de trabajo base sin paga extra.
En su experiencia como abogado laboralista, refirió que los casos mas comunes y normalizados son los de los guardias de seguridad o vigilantes y las enfermeras.
La jornada diurna dura ocho horas, la mixta dura siete horas y media y la nocturna siete horas, sin embargo ellos trabajan hasta 12 o 24 horas seguidas, y es raro el caso en el que se les paguen horas extra de acuerdo a lo que establece la ley.
Para mejorar esto, Enrique Santos opinó que es necesario tener mas regulaciones y mayor observancia de la ley. Además, aclaró que para que sea efectiva la reducción de jornada que está propuesta para el futuro, y es necesaria, se debería realizar paulatinamente.
Es decir, reducirla primero a 46 horas, luego 44, 42, y así sucesivamente para permitir un tiempo de adaptación y fortalecer los mecanismos para que se cumpla la ley.
5 preguntas para consultar a los venezolanos si respaldan la reclamación de un enorme territorio en disputa con otro país.
Eso planteó el gobierno de Venezuela este domingo 3 de diciembre al convocar un referendo sobre el futuro del Esequibo, un territorio controlado por Guyana pero que Caracas considera como suyo.
Los venezolanos aprobaron las propuestas del gobierno de Nicolás Maduro, que incluyen la creación del estado Guayana Esequiba como parte del territorio venezolano, además de un plan para otorgarles la ciudadanía venezolana a sus habitantes.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) aseguró que se computaron 10.554.320 votos, sin aclarar si corresponden al mismo número de votantes o se contaron 5 votos por elector en referencia a las 5 diferentes preguntas.
Todas las cuestiones planteadas recibieron un respaldo de más del 95%, según el CNE.
“Hemos dado los primeros pasos de una nueva etapa histórica para luchar por lo nuestro, para lograr recuperar lo que nos dejaron los libertadores, la Guayana Esequiba”, afirmó Maduro tras la jornada electoral.
“El pueblo venezolano ha hablado alto y claro y esta victoria le pertenece a todo el pueblo de Venezuela sin discriminación”, añadió.
Pero mientras el gobierno de Maduro celebraba lo que consideró como una “victoria nacional”, Guyana, que ha asegurado que no tiene nada que discutir sobre la soberanía del Esequibo, les ha pedido a sus ciudadanos que no se dejen “infundir miedo” por los eventos en el vecino país.
El presidente de Guyana, Irfaan Alí, aseguró el domingo en un evento con música y bailes en el Estadio de Providencia, al sur de la capital, Georgetown, que su país no sería “pisoteado”.
“Tengo un mensaje para el presidente Maduro y el vicepresidente, nada de lo que digan, ninguna cantidad de propaganda o mentiras generará miedo en mi corazón o en el corazón de cualquier guyanés”, declaró.
El pasado viernes, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) ordenó a Venezuela “abstenerse de cualquier acción que altere la situación que prevalece en el territorio en disputa”, aunque no prohibió la realización del referendo, tal y como solicitaba Guyana.
Mientras los venezolanos aprobaron una consulta que Guyana ha denunciado como una amenaza existencial, te resumimos la disputa que enfrenta a ambos países sudamericanos y explicamos por qué es controvertido el referendo.
El Esequibo -también conocido como la Guayana Esequiba- es un territorio al oeste del río Esequibo, en el norte de Sudamérica, que comprende 159.500 kilómetros cuadrados ricos en recursos naturales y forestales.
Alberga seis de las diez regiones que constituyen la República Cooperativa de Guyana, así como un tercio de sus 800.000 habitantes.
“El Esequibo es un territorio tres veces más grande que Costa Rica, donde viven casi 300.000 personas”, le dice a BBC Mundo el geógrafo guyanés Temitope Oyedotun, profesor de la Universidad de Guyana.
El Esequibo se encuentra en pleno corazón del Escudo Guayanés, una región geográfica al noreste de América del Sur que, además de ser una de las formaciones más antiguas de la Tierra, está minada de recursos naturales y minerales.
Según el geógrafo venezolano Reybert Carrillo, el territorio comparte características similares con su vecino Arco Minero del Orinoco, un área de explotación de más de 111.800 kilómetros cuadrados que cuenta con grandes reservas de oro, cobre, diamante, hierro, bauxita y aluminio, entre otros minerales.
En el Esequibo se encuentra la mina de oro Omai, una de las más grandes del Escudo Guayanés y una de las mayores fuentes de ingresos de Guyana.
Sólo entre 1993 y 2005 Omai produjo más de 3,7 millones de onzas de oro.
Pero en las aguas territoriales de la zona en disputa también se encuentra una inmensa riqueza petrolera.
Desde 2015 hasta la fecha, la multinacional ExxonMobil y sus socios han realizado 46 descubrimientos que han elevado las reservas de petróleo de Guyana a alrededor de 11.000 millones de barriles, lo que representan cerca de 0,6% del total mundial.
La mayoría de las reservas se encuentran en un bloque de petróleo y gas de 26.000 kilómetros cuadrados conocido como Stabroek, frente a la costa atlántica del país, que se encuentra parcialmente en aguas territoriales de la región disputada por Venezuela.
Los inesperados hallazgos han hecho que Guyana, un país de 800.000 habitantes, se convierta en una de las economías de mayor crecimiento en el mundo y se espera que su PIB crezca 25% este año, tras haberse expandido 57,8% en 2022.
Además de los recursos minerales, el Esequibo cuenta con importantes recursos hídricos.
“Hay una extensa red de ríos como Cuyuní, Mazaruní, Kuyuwini, Potaro, Rupununi”, explica el geógrafo Temitope Oyedotun, de la Universidad de Guyana.
Para Reybert Carrillo, ese será el recurso más importante de la región en varias décadas.
Cuando España fundó la Capitanía General de Venezuela el Esequibo formaba parte de la subentidad territorial y tras obtener su independencia en 1811 Venezuela se quedó con el control de su soberanía.
Pero la situación comenzó a complicarse cuando Reino Unido firmó un pacto con Países Bajos para adquirir alrededor de 51.700 kilómetros cuadrados al oriente de Venezuela.
El tratado no definía la frontera occidental de lo que pasaría a ser la Guayana Británica y por eso Londres designó en 1840 al explorador Robert Schomburgk para definirla.
Poco después se dio a conocer la “Línea Schomburgk“, un trazado que reclamaba cerca de 80.000 kilómetros cuadrados adicionales.
Cuatro décadas después se publicó una nueva versión de la Línea Schomburgk que reclamaba aun más territorio.
En el año 1895 Estados Unidos intervino bajo la Doctrina Monroe tras denunciar que la frontera había sido ampliada de “manera misteriosa” y recomendó que la disputa fuera resuelta en un arbitraje internacional.
En 1899 se emite el Laudo Arbitral de París, un dictamen favorable a Reino Unido con el que el territorio queda oficialmente bajo dominio británico.
Pero cuatro décadas después se hizo público un memorándum del abogado estadounidense Severo Mallet-Prevost -parte de la defensa de Venezuela en el Laudo Arbitral de París-, en el que denunció que el laudo fue una componenda política y que los jueces no fueron imparciales.
Las revelaciones de Severo Mallet-Prevost y otros documentos sirvieron para que Venezuela declarara el laudo como “nulo e írrito” y reactivara su reclamo.
Tres meses antes de otorgarle la independencia a Guyana en 1966, Reino Unido pacta con Venezuela el Acuerdo de Ginebra que reconoce el reclamo de Venezuela y que busca encontrar soluciones satisfactorias para resolver la disputa.
Entre 1982 y 1999 ambos países intentaron resolver el diferendo a través del mecanismo de buenos oficios de la ONU, que nunca arrojó resultados concretos.
Durante el gobierno de Hugo Chávez el diferendo se archivó, en parte debido a las buenas relaciones entre el fallecido presidente venezolano y Georgetown.
Pero esto cambió cuando comenzaron a descubrirse decenas de yacimientos de petróleo en áreas costeras de la zona en disputa en el año 2015.
Las tensiones entre Venezuela y Guyana han aumentado progresivamente desde entonces.
Ahora, sin embargo, los intereses del gobierno de Maduro no son sólo económicos, sino también políticos.
Críticos aseguran que el referendo tiene un tinte nacionalista en un momento en el que en 2024 se celebrarán elecciones presidenciales y poco después de las primarias de la oposición, en la que se eligió a María Corina Machado como rival de Maduro.
El oficialismo ha convocado varias manifestaciones “de unión nacional” para “defender” el Esequibo y está tratando de que figuras del mundo del entretenimiento se involucren en la disputa. El llamado es la unión nacional.
“Es hora de dejar de lado todas las parcialidades, las políticas, religiosas o personales”, ha pedido el presidente del Parlamento venezolano, Jorge Rodríguez.
A mediados de septiembre el Parlamento de Venezuela, de mayoría chavista, propuso organizar un referendo para consultar a los venezolanos sobre los “derechos” del país sobre el Esequibo.
Un mes más tarde, el Consejo Nacional Electoral (CNE), controlado por el gobierno, anunció que la consulta tendría lugar el 3 de diciembre.
Según el gobierno guyanés, el referendo representa una amenaza para la integridad territorial de Guyana y le pidió a la Corte Internacional de Justicia de la Haya que lo detenga
Pero Venezuela finalmente lo llevó a cabo.
El referendo en cuestión constó de cinco preguntas, para las que el gobierno pidió cinco síes:
El presidente Maduro inició a principios de noviembre una campaña que calificó como “pedagógica, alegre e inclusiva” de cara al referendo, que incluye lecciones de historia televisadas ofrecidas por él mismo, así como concentraciones en varias partes del país en las que se reparten folletos al ritmo del reguetón.
Su gobierno está alentando a los votantes a responder “sí” a todas las preguntas, pero no ha detallado cómo crearía el estado si los votantes aprueban sus propuestas.
Para Caracas se trata de “recuperar” un territorio que siempre ha visto como suyo.
Venezuela considera que el río Esequibo al este de la región es una frontera natural reconocida al momento de la independencia de España.
Pero Guyana alega que el asunto quedó zanjado con el Laudo Arbitral de París de 1899.
Sin embargo, Caracas afirma que esa sentencia es nula debido a las irregularidades encontradas en la decisión y además rechaza cualquier intromisión de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en el asunto. En abril de este año la CIJ se declaró competente para ver el caso, aunque cualquier dictamen podría demorar años.
Venezuela no reconoce que la CIJ tenga competencia. Sólo reconoce el Acuerdo de Ginebra como único instrumento válido para solucionar el conflicto y dice que la disputa debe ser resuelta entre ambos países.
Georgetown ve el referendo del 3 de diciembre como un “plan siniestro de Venezuela para apoderarse de territorio guyanés” y dice estar barajando “todas las opciones” para defenderlo.
El vicepresidente Bharrat Jagdeo anunció a finales de noviembre la visita al país de funcionarios del Departamento de Defensa de Estados Unidos y no descartó el establecimiento de bases militares extranjeras en territorio guyanés.
“Vamos a trabajar con nuestros aliados para garantizar que planifiquemos para todas las eventualidades (…) Nunca estuvimos interesados en bases militares, pero tenemos que proteger nuestro interés nacional”, aseguró.
Maduro, quien se muestra inflexible en su nueva misión, afirma que los distintos sectores políticos y sociales de su país se encuentran unidos en defensa del Esequibo y ha ofrecido discursos junto a las Fuerzas Armadas sobre la disputa.
Su ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, afirmó el 24 de noviembre que la disputa “no es una guerra armada, por ahora”, pero acusó al presidente de Guyana, Irfaan Alí, de provocar a Venezuela con apariciones recientes desde el territorio en disputa vestido de militar y rodeado del ejército.
Los analistas anticipan un apoyo masivo a las propuestas del gobierno venezolano, en un país en el que la reivindicación del Esequibo efectivamente une a chavistas y opositores como ningún otro tema.
El resultado del referendo no será vinculante para el derecho internacional, pero muchos temen una escalada mayor.
“Que nadie cometa ni un solo error. El Esequibo es nuestro, cada centímetro cuadrado”, ha advertido el presidente de Guyana, precisando que Georgetown no cederá ni una “pulgada” de territorio.
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