México está entre los países con niveles más altos de exceso de mortalidad durante la pandemia por COVID-19.
Se trata del indicador más preciso para medir el impacto de la pandemia en las naciones, según ha referido la propia Organización Mundial de la Salud (OMS), ante las dificultades para diagnosticar casos de COVID a nivel mundial.
En el país han muerto 650 mil personas por arriba del promedio, en 20 meses de crisis sanitaria, por distintas causas. Durante ese periodo, en tasa de muertes por cada 100 mil habitantes, México sólo ha sido superado por naciones como Perú y Bulgaria.
En 2020, el año de mayor impacto de la pandemia y sobre el que ya hay datos más sólidos, México aparece justo en el tercer sitio de tasa de exceso de mortalidad, con la cifra de 236 fallecimientos por cada 100 mil habitantes.
Para dicha comparación se consideraron datos de 41 países, con información oficial y que incluyera el mismo periodo temporal, de 12 meses o el total de semanas que incluyó el año pasado.
Siguiendo el mismo criterio, se hizo el análisis pero no solo de 2020, sino también con información sobre 2021, hasta el mes de octubre.
De ese modo, la lista fue de 24 naciones, entre las que de nuevo México apareció en tercer lugar de exceso de mortalidad, con una tasa de 450 fallecimientos por cada 100 mil habitantes. Solo superado por Perú, con una tasa de 620, y Bulgaria, con 563.
En la revisión se excluyó a naciones con menos de 1 millón de habitantes. Tampoco se integró información de países como Brasil, Argentina o Rusia, porque sus conteos no coincidían en los periodos de tiempo o porque sus registros eran mensuales y no semanales, como el de México.
Si se hiciera una excepción y se considerara a países que reportaron de forma semanal y también mensual, para 2020 se tiene una lista más grande, de 55 países y que sí suma a Brasil y Argentina. Así, en ese año México se colocó en el quinto sitio en exceso de mortalidad, sólo por debajo de Armenia, Perú, Bielorrusia y Bulgaria.
A pregunta expresa de Animal Político, un grupo de especialistas en medicina en el sitio Health Desk, creado por la organización Meedan para promover información sanitaria verificada sobre la pandemia por COVID-19, señaló una serie de razones por las cuales el exceso de mortalidad “es la herramienta más cohesiva para hacer comparaciones internacionales”:
1.- Por las diferencias en la forma como los países definen e informan las muertes por COVID-19 varían mucho, y esto hace que algunos países den números más altos o más bajos.
2.- Porque algunos sistemas de salud no tuvieron la capacidad de tratar a un exceso de pacientes por el COVID-19 y se quedaron sin camas de hospital, incluso alentando a los pacientes a no buscar atención a menos que estuvieran en una situación de vida o muerte.
3.- El exceso de recuentos de muertes ayuda con los errores de cálculo causados por las diferencias internacionales en la demografía, como comparar un país que en su mayoría tiene población joven con otro cuya población es mayoritariamente de la tercera edad.
4.- El exceso de mortalidad incluye muertes por otras causas que son atribuibles al COVID-19 pero que podrían no contarse como tales en ciertos países. Por ejemplo, si una mujer con COVID-19 sufrió daño renal crónico debido al virus, su muerte debido a insuficiencia renal probablemente debería contarse como una muerte por COVID-19, pero probablemente eso no sucedió así en varios países.
5.- Pocos países tienen un sistema de infraestructura lo suficientemente sólido para registrar e informar cada muerte. Naciones Unidas señaló que durante los periodos de tiempo “normales”, solo dos tercios de los países registran al menos el 90% de todas las muertes que ocurren, y algunos países solo registran entre el 10 y el 50% de las muertes.
6.- Los retrasos en la notificación también ocurren en muchos países, a veces meses y años después de que ocurre una muerte, por lo que estas muertes a menudo no se cuentan de manera confiable en las cifras de mortalidad total.
7.- Debido a las restricciones y bloqueos de COVID-19 en muchos países, se pueden incorporar menos muertes por otras causas en los cálculos.
8.- Las muertes debido a enfermedades crónicas como presión arterial alta, diabetes y Alzheimer han aumentado dramáticamente desde 2020. Si estas muertes fueron causadas directamente por infecciones COVID-19, recetas sin surtir, falta de búsqueda de atención, citas canceladas, aumento del estrés y alimentación poco saludable, los cálculos de exceso de mortalidad los incluyen en su resultado.
9.- Las capacidades de prueba son diferentes en cada país. Las personas que murieron como resultado de una infección por COVID-19 pero que nunca se sometieron a la prueba deben contarse como un exceso de muerte, pero es posible que nunca se incluyan en el cálculo de la mortalidad total por coronavirus.
10.- Así como la falta de personal, recursos, equipo y financiación que hizo que las autopsias fueran casi imposibles de realizar.
La propia Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló que el exceso de mortalidad es el mejor recurso para medir el impacto de la pandemia, al mostrar las muertes por todas las causas que excedieron los decesos esperados, ya sea por la saturación hospitalaria, falta de atención médica o por el propio virus.
Consultado, el economista y analista de datos Eugenio Sánchez apuntó que es importante que en un análisis de exceso de mortalidad se considere el tamaño de la población de cada país.
“No se pueden comparar los datos brutos (o totales) de muertes por exceso porque hay países que tienen mucha más población que otros. Si tú comparas las muertes en exceso de México con las de Chile, México tiene muchos más habitantes y obviamente va a tener más muertes en exceso, pero eso no significa que, en este ejemplo, la pandemia haya sido particularmente más grave en México que en Chile, simplemente significa que tiene más población”, señala Sánchez.
Sobre el reto de sistematizar los datos sobre muertes por COVID y ubicar el verdadero impacto de la pandemia, Sánchez recordó que en México no se han hecho suficientes pruebas para detectar el virus.
En mayo de 2020 el subsecretario de Salud, Hugo López Gatell, reconoció además que no se hacían pruebas a las personas ya fallecidas, y explicó tres tipos de clasificación de los decesos en el sistema de Salud mexicano:
Los casos confirmados (en los que hay diagnóstico por laboratorio), los sospechosos (que no requieren confirmación por laboratorio), y los casos probables (en los que no hay evidencia de que el informe de las pruebas de laboratorio es concluyente).
El Inegi es la institución que informa año con año el total de muertes y sus causas en México, de la forma más completa, recopilando datos del sistema de salud y de certificados de defunción. En su reporte más reciente, de 2020, indicó que en ese año hubo un exceso de mortalidad de 43% en el país, de 326 mil 921 muertes más de lo esperado.
Si se hace una comparación con datos de la última década, se observa que la cifra de personas que falleció por diabetes mellitus en 2020 fue 1,864% mayor al promedio de muertes registradas desde 2010. En el caso de la influenza y neumonía, el aumento fue de 1,469%.
Como hemos señalado, el reporte de muertes totales por todas las causas varía en cada país y hay distintos retos, para hacer comparaciones.
Dmitry Kobak y Karlinsky publicaron en junio de este año el “Seguimiento del exceso de mortalidad en todos los países durante la pandemia de COVID-19”, que se desprende de su análisis llamado World Mortality Dataset.
En ese estudio, México apareció en el quinto lugar de exceso de muertes por cada 100 mil habitantes, por debajo de Perú, Bulgaria, Macedonia y Serbia.
Si se miran sus datos más actualizados, México está en el séptimo sitio, aunque con la acotación de que se incluyen datos de países con distintas fechas de corte. Por ejemplo, hay algunos que solo tienen cifras hasta 2020, y otros de meses más recientes, ya en 2021.
La base de datos de Kobak y Karlinsky retoma las cifras oficiales públicas de más de 150 países.
En el caso de México utilizaron datos del Inegi para calcular los fallecimientos esperados, y los que publica la Secretaría de Salud, semanalmente, sobre el total de muertes.
Los datos de exceso de mortalidad de Kobak y Karlinsky no coinciden de forma exacta con los que muestra en su página la Secretaría de Salud, pero eso no indica que haya un error.
Al respecto, el economista Eugenio Sánchez explica que “el exceso de mortalidad finalmente es una medida estadística, no es una cifra exacta porque forma parte de una estimación. Y depende cómo se calculen las muertes esperadas. Hay varias técnicas estadísticas para proyectar cuántas personas habrían muerto en 2020 en ausencia de la pandemia”.
El cálculo de exceso de mortalidad de Kobak y Karlinsky resulta tan preciso que es base del sitio Our World in Data, que ha sido citado a nivel mundial para hacer comparaciones entre los diferentes países sobre datos relacionados con el COVID-19.
El proceso exacto que siguieron para llegar a los resultados se puede observar aquí, a través de un formato de análisis de datos especializado llamado Python.
Animal Político empleó los datos de exceso de mortalidad del World Mortality Dataset únicamente para los países que tuvieran datos completos para los periodos analizados, en las diferentes tablas que integran este artículo.
El ejército israelí confirmó que ejecutó dos ataques aéreos contra la zona del hospital Nasser en Jan Yunis, en el sur de Gaza.
Un doble ataque de Israel contra un hospital en Gaza mató este lunes a 20 personas, incluidos cinco periodistas que trabajaban para medios internacionales.
La BBC ha verificado varios videos de los dos ataques aéreos realizados contra el hospital Nasser en Jan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza.
Uno de los videos, capturado en una transmisión en vivo por al Ghad TV, muestra a varios trabajadores de emergencia respondiendo al primer ataque en el cuarto piso del hospital Nasser mientras varios periodistas en el fondo graban la escena.
En las imágenes se ve una escalera que ofrece vistas hacia Jan Yunis, donde los periodistas suelen reunirse para obtener información sobre la ciudad.
El segundo ataque impactó directamente a los socorristas y periodistas, levantando humo y escombros. Al menos un cadáver es visible después del ataque.
Otro video, tomado desde la misma escalera, muestra las consecuencias del segundo ataque. Desde este ángulo, se pueden ver varios cadáveres en las escaleras, mientras los equipos de emergencia atienden las secuelas del ataque.
En un tercer clip, filmado desde afuera del hospital, se ve humo que sale cerca del piso superior, mientras los periodistas que filman gritan que el hospital Nasser ha sido atacado “nuevamente”.
La agencia de noticias Reuters informó que su camarógrafo Hussam al Masri se encontraba entre los fallecidos. Estaba trabajando en una transmisión de televisión en vivo desde el tejado, la cual se apagó con el primer ataque.
La agencia dijo que está devastada y “busca urgentemente más información”.
Por su parte, la agencia AP informó que Mariam Dagga, periodista independiente que trabajaba para la agencia, también fue asesinada.
La agencia de noticias dijo estar “conmocionada y entristecida” por la muerte de la periodista de 33 años.
Los otros fallecidos fueron Mohammad Salama, de Al Jazeera; Ahmed Abu Aziz, periodista independiente de Middle East Eye; y Moaz Abu Taha, fotógrafo. La cadena estadounidense NBC afirmó que Taha no trabajaba para ellos, como se había reportado inicialmente.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, calificó el incidente como un “accidente trágico” y dijo que las autoridades militares están “llevando a cabo una investigación exhaustiva”.
En otro incidente, el Sindicato de Periodistas Palestinos informó el lunes por la noche que un sexto periodista, Hassan Douhan, fue asesinado por bala por el ejército israelí.
Mariam Abu Dagga, una de las pocas mujeres periodistas visuales que han cubierto la guerra en Gaza y que trabajaba como freelance para AP, había redactado su testamento a pesar de tener tan solo 33 años.
Les pidió a sus colegas que no lloraran en su funeral y a su hijo de 13 años, Ghaith, le dijo en una carta: “Hazme sentir orgullosa… alcanza el éxito y brilla”.
Julie Pace, editora ejecutiva y vicepresidenta sénior de AP, aseguró que Dagga trabajó en circunstancias “increíblemente difíciles para llevar historias de Gaza al mundo, en particular la cobertura del impacto de la guerra en los niños”.
“Ella era una verdadera heroína, como todos nuestros colegas palestinos en Gaza”, escribió su colega la periodista Abby Sewell de AP en una publicación en X.
Amande Bazerolle, responsable de la respuesta de emergencia en Gaza para Médicos Sin Fronteras (MSF), la describió como “una persona muy amable y encantadora”.
“Trabajábamos a menudo con ella”, señaló Bazerolle, que añadió que Dagga tenía “un toque brillante” para la fotografía y un don para capturar el lado amable de la gente.
Por su parte, la cadena Al Jazeera condenó el ataque como “un claro intento de enterrar la verdad”.
“La sangre de nuestros periodistas mártires en Gaza aún no estaba seca cuando las fuerzas de ocupación israelíes cometieron otro crimen contra el camarógrafo de Al Jazeera Mohammed Salama, junto con otros tres fotoperiodistas”, dijo en un comunicado.
Un portavoz de Reuters declaró: “Estamos devastados al saber que el camarógrafo Hussam al Masri, contratista de Reuters, murió esta mañana en ataques israelíes contra el hospital Nasser en Jan Yunis, Gaza. Moaz Abu Taha, periodista independiente cuyo trabajo había sido publicado ocasionalmente por Reuters, también murió, y el fotógrafo Hatem Khaled, contratista de Reuters, resultó herido”.
“Estamos buscando urgentemente más información y hemos pedido a las autoridades de Gaza e Israel que nos ayuden a conseguir asistencia médica urgente para Hatem”, añadió el portavoz.
El primer ataque se produjo alrededor de las 10:00 hora local del lunes, según el personal médico del hospital Nasser.
Había “pánico y caos”, de acuerdo a un profesional médico británico que estaba trabajando en el hospital, y aproximadamente 10 minutos después del primer ataque hubo otra explosión en el mismo lugar.
Un periodista le contó a la BBC detalles de lo ocurrido durante los ataques.
Aseguró que él y sus colegas buscaban un lugar con buena señal que les permitiera subir su material periodístico y que todos estaban sorprendidos por los ataques de Israel contra “todos los periodistas” debido a que estaban ocurriendo a la vista de todo el mundo y hasta “en directo por televisión”.
Añadió que eso los había dejado confundidos y asustados.
Tras el segundo ataque, el periodista afirmó que vio “extremidades desgarradas y sangre brotando de los cuerpos de algunos de los periodistas heridos”.
Otro periodista calificó el incidente como un “crimen” y explicó que Israel “sabe que somos periodistas que informamos sobre el sufrimiento de nuestro pueblo y llevamos un chaleco que nos identifica como profesionales”.
Pidió protección para los periodistas que “no gozan de ninguna protección internacional”.
Otro periodista aseguró que el primer ataque aéreo tuvo como objetivo el piso superior del hospital, mientras que el segundo ataque tuvo como objetivo a quienes estaban en las escaleras transmitiendo y recibiendo datos.
Un testigo confirmó que un dron israelí sobrevolaba la zona mientras evacuaban a los muertos y heridos del primer ataque aéreo, antes de que el segundo ataque los sorprendiera, atacando a todos los que estaban en las escaleras, quienes llevaban chalecos oficiales que los identificaban como prensa o paramédicos.
El lunes por la noche, la oficina del primer ministro Benjamin Netanyahu dijo que Israel “lamenta profundamente el trágico accidente ocurrido hoy en el hospital Nasser en Gaza”.
Añadió que Israel “valora el trabajo de los periodistas, el personal médico y todos los civiles” y aseguró que el ejército israelí está llevando a cabo una “investigación exhaustiva”.
Sin embargo, la declaración no aborda en absoluto la aparente naturaleza de un doble impacto.
El hecho de que la mayoría de las víctimas fueran asesinadas por el segundo ataque, precisamente en el mismo lugar, unos 10 minutos después, apunta a que podría haber sido intencional.
El “doble impacto” (doble tap) es una controvertida táctica militar diseñada para maximizar las bajas disparando contra aquellos que acuden a la escena de un primer ataque.}
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) publicaron este martes una investigación inicial sobre los ataques en donde describen que sus tropas “identificaron una cámara que fue colocada por Hamás en el área del hospital Nasser”.
La cámara, según dicen, “estaba siendo utilizada para observar la actividad de las tropas de las FDI”.
“Ante esto, las tropas actuaron para eliminar la amenaza golpeando y desmantelando la cámara”, continúa el comunicado.
El secretario general de la ONU, António Guterres, condenó enérgicamente los “horribles asesinatos” en el hospital Nasser, que, según dijo, “ponen de relieve los riesgos extremos que afrontan el personal médico y los periodistas en el desempeño de su vital labor en medio de este brutal conflicto”.
Pidió una “investigación rápida e imparcial”.
Por su parte, Francesca Albanese, relatora especial de la ONU sobre la situación de los derechos humanos en los territorios palestinos, afirmó que los países europeos no han hecho lo suficiente para presionar a Israel y pidió protección para los periodistas, hospitales y médicos.
Albanese pidió además sanciones y un bloqueo a la venta de armas a Israel, y una mayor presión para permitir la entrada de ayuda a la Franja de Gaza.
Más de 190 periodistas han sido asesinados desde el comienzo de la guerra entre Israel y Gaza, según el Comité para la Protección de los Periodistas, y al menos 180 de ellos son palestinos muertos a manos de Israel.
La Federación Internacional de Periodistas se suma al Sindicato de Periodistas Palestinos para condenar los continuos asesinatos y ataques contra periodistas y pedir una investigación inmediata sobre sus muertes.
*Con información adicional de Megan Fisher y Emir Nader.
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