
Para entender mejor
La Selección Mexicana de Futbol cuenta con una extensa participación en las copas mundiales, pues ha participado en 17 ediciones y en 2026 sumará una más, en la que además será anfitrión junto a Estados Unidos y Canadá. En este escenario, ¿qué panorama enfrenta México en la fase de grupos?
El Mundial de Futbol es considerado el torneo internacional más importante de este deporte, donde las selecciones nacionales de países miembros de la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA) compiten cada cuatro años por el título de campeón del mundo.
César García, licenciado en Ciencias del Deporte, explica a El Sabueso que México no ha tenido participaciones muy notorias en las 17 ediciones del mundial en las que ha participado, pues solamente dos veces ha llegado a cuartos de final (México 1970 y México 1986), y en el resto de las ocasiones no ha pasado de octavos de final o se queda en la fase de grupos.
Aunque México no ha conseguido avanzar mucho en los mundiales anteriores, el especialista asegura que esta es la tercera vez que México será anfitrión, por lo tanto puede convertirse en una edición destacada para el tricolor.
“No olvidemos que se trata de la tercera vez que México forma parte de las sedes del mundial, entonces, pese a los antecedentes no muy favorables, se pronostica que puede ser un buen torneo para el tricolor”, afirma.
México liderará el Grupo A y jugará contra Sudáfrica en la inauguración del torneo. Después se medirá ante Corea del Sur y su tercer rival será europeo, el cual saldrá del ganador del repechaje entre Dinamarca, Macedonia, República Checa e Irlanda.
“Afortunadamente, a México le tocó jugar contra equipos muy accesibles en la fase de grupos, lo que puede permitir que consiga victorias o por lo menos que empate en el peor de los casos”.
César García añade que en el repechaje europeo la selección que tiene la posibilidad de avanzar es Dinamarca, rival muy importante, aunque considera que a México se le facilita el “estilo europeo” a la hora de estar en la cancha, lo que puede significar una oportunidad para avanzar sin caídas en la primera fase del certamen y cerrar como líder del Grupo A.
Después de la fase de grupos todo depende de los siguientes cruces que le toquen a México para los dieciseisavos de final, en donde el torneo se le puede complicar al verse frente a selecciones europeas como Alemania o de América del Sur como Brasil.
“Evidentemente, todo va a depender de quiénes sean los siguientes rivales de México en el caso de avanzar. Lo que es cierto es que cada vez los contrincantes van a ser más y más difíciles de superar, por ejemplo, si tocara jugar contra Países Bajos, como ha pasado antes, existe una gran posibilidad de continuar en la contienda para un quinto partido”, señala César García.
Para el especialista es fundamental recordar que actualmente la Selección Mexicana de Futbol no se encuentra en un buen momento, pues no ha ganado en los últimos partidos que ha jugado, lo que puede reflejarse en su desempeño en la Copa del Mundo 2026.
“Al menos al quinto partido, que sería a octavos de final como en cada mundial, México sí llega.Pero viendo a la selección como está jugando, que los jugadores pasan por un mal momento, depende de contra quién le toque enfrentarse para ver si pasa a cuartos de final, mas está complicado”, añade.
En los últimos cuatro duelos amistosos que la Selección Mexicana disputó no logró obtener ni un solo triunfo.
Apenas el 18 de noviembre, México cayó 2-1 frente a Paraguay, mientras que el 15 de noviembre finalizó con un empate 0-0 ante Uruguay.
El 14 de octubre también hubo un empate con marcador 1-1 contra Ecuador, y el 11 de octubre la Selección Mexicana tuvo una dura derrota ante Colombia de 4-0.
El viernes 5 de diciembre se llevó a cabo en Washington, Estados Unidos, el sorteo de la Copa Mundial de la FIFA 2026, que conformó los enfrentamientos de la fase de grupos, la cual iniciará el próximo 11 de junio.
La edición de este mundial tendrá un total de 48 equipos participantes y 104 juegos, los cuales se disputarán 13 en México, 13 en Canadá y 78 en Estados Unidos.
El partido inaugural correrá por México, quien enfrentará en el Estadio Azteca a Sudáfrica el jueves 11 de junio. Esta etapa clasificatoria tendrá un total de 72 duelos y culminará el sábado 27 de junio.
El siguiente paso son los dieciseisavos de final, que iniciarán el domingo 28 de junio y cerrarán el viernes 3 de julio con 16 partidos disputados.
Para los octavos de final los duelos se reducirán a ocho y se llevarán a cabo entre el sábado 4 de julio y el martes 7 de julio.
Las ocho mejores selecciones del torneo lograrán avanzar hacía los cuartos de final, en donde los cuatro partidos se realizarán entre el jueves 9 y el sábado 11 de julio.
El torneo avanzará a las semifinales solamente con dos partidos, que serán el martes 14 y el miércoles 15 de julio.
Antes de llegar a la final, el 18 de julio tiene fecha el duelo que se disputará para obtener el tercer puesto dentro del mundial, en este se verán las caras las dos selecciones que pierdan en las semifinales.
Finalmente, el domingo 19 de julio llegará la gran final, que tendrá lugar en el Estadio Nueva York Nueva Jersey, también conocido como Metlife Stadium.
México ha formado parte en 17 de las 22 ediciones que se han realizado de la Copa del Mundo. A lo largo de sus participaciones el país ha disputado 60 partidos, de los cuales ha ganado 17, perdido 28 y empatado 15.
Durante los torneos México ha logrado anotar 62 goles, pero ha recibido un total de 101.
La tabla de posiciones histórica de los mundiales de futbol coloca a México en el puesto número 13. Los tres primeros puestos los ocupan: Brasil, con cinco copas mundiales ganadas, Alemania con cuatro, y Argentina con tres.
Pese a que solamente ha faltado a cinco ediciones mundialistas, lo más lejos que México ha llegado en estos torneos es a cuartos de final en dos ocasiones, 1970 y 1986, en donde el país también fue el anfitrión.
En la primera edición del Mundial de Futbol, que ocurrió en Uruguay en 1930, México logró marcar cuatro goles, pero quedó eliminado tras perder los tres partidos de la fase de grupos, luego de quedar 4-1 ante Francia, 3-0 frente a Chile y 6-3 contra Argentina.
México no participó en los mundiales de 1934 y 1938, que se disputaron en Italia y Francia, respectivamente. Posteriormente, el certamen tuvo una pausa de 12 años a consecuencia de la Segunda Guerra Mundial, pero se reanudó en 1950, en donde México tuvo como primer rival al anfitrión, que fue Brasil, arrancando con el pie izquierdo al caer 4-0. Su participación se vio empañada después de que tampoco alcanzara ninguna victoria, pues cayó 4-1 ante Yugoslavia y 2-1 frente a Suiza.
En 1954, México formó parte de las selecciones que buscaron una oportunidad en el mundial de Suiza, con un nuevo formato de competencia que permitió jugar dos partidos de fase de grupos; sin embargo, la historia se repitió nuevamente, pues volvió a caer ante Brasil 5-0 y frente a Francia 3-2 en la primera etapa de la competencia.
Para Suecia en 1958, México consiguió su primer empate en el segundo duelo del torneo y fue de 1-1 ante Gales; sin embargo, en su debut cayó 3-0 con Suecia y su participación terminó luego de perder frente a Hungría con un 4-0.
La primera victoria dentro de un mundial para México llegó en Chile en 1962, al vencer en su tercer duelo del certamen a Checoslovaquia por marcador de 3-1. Previamente ya había caído ante Brasil y España en fase de grupos con 2-0 y 1-0, respectivamente.
En el mundial de Inglaterra en 1966 México siguió con su racha de no avanzar de la fase de grupos luego de dos empates, el primero ante Francia y el segundo con Uruguay, además de una derrota frente a Inglaterra con marcador 2-0.
La suerte para la Selección Mexicana cambió un poco en 1970, pues México fue por primera vez anfitrión del torneo, pero también consiguió avanzar a la siguiente fase de la competencia, luego de un empate ante la Unión Soviética, una victoria 4-0 a El Salvador y logrando llegar a cuartos de final cuando derrotó 1-0 a Bélgica. El sueño terminó tras perder 4-1 frente a Italia.
El mundial de 1978 tuvo lugar en Argentina y no hubo resultados positivos para México, pues enfrentó a Túnez, Alemania y Polonia, cayendo 3-1, 6-0 y 3-1, respectivamente.
Sin duda la mejor participación de México en un mundial ocurrió en 1986, cuando por segunda vez el país fue anfitrión, pues ganó tres partidos ante Bélgica, Irak y Bulgaria, tuvo un empate frente a Paraguay y únicamente una derrota, la cual tuvo lugar al enfrentar a Alemania con un resultado de 0-0 en tiempo regular y 4-1 luego de una ronda de penales.
En el primer mundial en Estados Unidos, que se disputó en 1994, México avanzó en la fase de grupos con un triunfo ante República de Irlanda con un marcador de 2-1, no obstante, en octavos de final Bulgaría eliminó al tricolor en penales 3-1.
Cuatro años después, en Francia 1998, México debutó con una victoria de 3-1 frente a Corea del Sur, posteriormente empató en dos duelos con Bélgica y Países Bajos, pero en octavos de final la derrota llegó al jugar frente a Alemania con un resultado de 2-1.
En el mundial de Corea y Japón celebrado en 2002, luego de dos triunfos y un empate en la fase de grupos, México llegó a los octavos de final una vez más, pero la ilusión de avanzar se desvaneció cuando se enfrentó a Estados Unidos con un 2-0 a favor de los estadounidenses.
Cuando se disputó el mundial en Alemania en el año 2006, pese a que perdió con Portugal en el cierre de la fase de grupos, México alcanzó a avanzar a octavos de final gracias a que derrotó a Irán y empató con Angola. La eliminación del tricolor fue a cargo de Argentina.
En Sudáfrica 2010, Argentina se convirtió por segunda vez en la selección que esfumó la oportunidad de México de avanzar a cuartos de final tras vencer en octavos. Durante la fase de grupos empató contra la selección anfitriona, venció 2-0 a Francia y perdió 1-0 frente a Uruguay.
Una vez más México no avanzó más allá de los octavos de final en Brasil 2014, luego de que Países Bajos derrotara a la Selección Mexicana con un contundente 2-1.
México logró en Rusia 2018 una de sus victorias más destacadas dentro de los mundiales, pues debutó con marcador 1-0 frente a Alemania, posteriormente repitió con Corea del Sur con un resultado de 2-1 y, aunque los resultados iban a favor del tricolor, en la tercera fecha fue superado por Suecia con 3-0 y eliminado en octavos por Brasil con un 2-0.
En la edición más reciente, que se celebró en Catar en 2022, México se quedó en la fase de grupos luego de un empate 0-0 ante Polonia, una derrota 2-0 contra Argentina y un triunfo que se quedó en 2-1 ante Arabia Saudita, que no le bastó para avanzar a la siguiente ronda del certamen.

Los nuevos lineamientos de seguridad muestran el interés de Washington por frenar la inmigración ilegal, contener el avance del narcotráfico y mejorar la relación con sus aliados ideológicos y sus socios comerciales.
Tanto el reciente bloqueo “total y completo” de todos los buques petroleros sancionados que entren y salgan de Venezuela como el inusual rescate financiero a Argentina de octubre son muestras de la relevancia que América Latina tiene para Donald Trump.
La nueva Estrategia de Seguridad Nacional reafirma la decisión de Estados Unidos de ampliar la presencia militar y su influencia en la región. Publicado por la Casa Blanca el 4 de diciembre, el documento plasma la visión del mundo de la actual gestión.
“Mi gobierno ha actuado con una urgencia y velocidad históricas para restaurar la fuerza estadounidense en el país y en el exterior“, dice la carta firmada por el mandatario que antecede el documento de 29 páginas.
Según los nuevos lineamientos de seguridad, Trump mira a América Latina decidido a frenar la inmigración ilegal, contener el avance del narcotráfico y mejorar la relación con sus aliados ideológicos y sus socios comerciales.
Para hacerlo, propone volver a la política exterior del presidente James Monroe de “América para los Americanos”, con la que EE.UU. declaraba en 1823 su intención de resguardar a la región del avance de las potencias ajenas al continente.
“Tras años de abandono, Estados Unidos reafirmará y aplicará la doctrina Monroe para restaurar la preeminencia estadounidense en el hemisferio occidental”, dice el nuevo documento que llama a este enfoque “corolario Trump a la doctrina Monroe”.
Este enfoque se ganó el apodo de la “doctrina Donroe”, que surge de la combinación entre Donald y Monroe. El término apareció en enero en la portada del New York Post y rápidamente fue adoptado por analistas estadounidenses y medios internacionales.
Entonces, ¿estamos ante una nueva doctrina de Monroe en la región? ¿Cuáles son las preocupaciones e intereses de Trump en América Latina? ¿Cómo hará para ampliar su influencia en el continente?
Para que Estados Unidos consolide su poder global, Trump entiende que primero debe reafirmar su influencia en la región.
“Estados Unidos debe ser preeminente en el hemisferio occidental como condición para nuestra seguridad y prosperidad, una condición que nos permite afirmarnos con confianza donde y cuando lo necesitemos en la región”, dice el documento.
Para Will Freeman, investigador de Estudios Latinoamericanos del influyente centro de estudios estadounidense Council on Foreign Relations, Trump busca dar un “nuevo giro a una vieja idea”.
“Es una especie de justificación ideológica para la intervención de Estados Unidos o para la mano dura en la región, la cual se centra explícitamente en la inmigración”, dijo Freeman a BBC Mundo.
“Pero el documento también menciona los cárteles de la droga y las incursiones extranjeras hostiles, lo que suena a la Doctrina Monroe en su versión original”, agrega.
La idea de una estrategia inspirada en la antigua doctrina Monroe no es nueva. Ya en 1904 el presidente Theodore Roosevelt (1901-1909) estableció su propio “corolario Roosevelt” a esa doctrina del Siglo XIX.
En aquel momento, Roosvelt sostenía que Estados Unidos debía intervenir en los países de la región si no estaban siendo capaces de cumplir con sus compromisos financieros o con el cuidado de sus democracias, según explica Freeman.
En cualquier caso, lo que sabemos hasta el momento sobre el llamado “corolario Trump” es bastante vago. Por eso, el analista recomienda no tomarlo como un plan estratégico sino como una declaración de principios.
“Trump no sigue una política exterior tan consistente como para llamarla doctrina. Tampoco hace ninguna declaración que nos ayude a entender cómo se relacionan las medidas que está tomando con sus objetivos más ambiciosos”, dice.
Para Trump, los países de América Latina son el origen de muchos de los problemas que enfrenta Estados Unidos, pero a la vez pueden ser la clave para resolverlos.
El documento presenta a la “migración ilegal y desestabilizadora” como uno de los principales problemas que tienen origen en Latinoamérica, ya que la mitad de los inmigrantes que viven en Estados Unidos proviene de la región, principalmente de México.
“Es la parte del mundo que más le interesa para sus objetivos de política interna”, dice Freeman.
A su vez, menciona el peligro de los cárteles de drogas, teniendo en cuenta que casi toda la cocaína que se consume en Estados Unidos proviene de tres países de la región: Colombia, Perú y Bolivia.
En ese sentido, para Bernabé Malacalza, autor del libro “Las cruzadas del siglo XXI”, que trata sobre la relación entre Estados Unidos y China, la nueva arquitectura de seguridad nacional se sostiene en que Estados Unidos considera a la región como “parte de su frontera de seguridad interna”.
“América Latina pasó a ser prioritaria para Estados Unidos. Adquirió un lugar que antes no había tenido y que se explica en que la seguridad hemisférica ganó protagonismo”, dice el profesor de la Universidad Torcuato Di Tella.
El documento menciona además la necesidad de limitar incursiones extranjeras hostiles, en una clara referencia a China, aunque no la menciona.
En materia comercial, Trump busca mejorar sus acuerdos con sus socios en la región bajo la impronta del America First (Estados Unidos primero). El documento plantea el uso de “aranceles y acuerdos comerciales recíprocos como herramientas poderosas”, algo que el gobierno de Trump ya ha puesto en práctica con numerosos países de la región, con resultados mixtos.
En el caso de México, la Casa Blanca sabe que las empresas estadounidenses también se ven afectadas por las disputas comerciales.
“Por eso, Trump busca consolidar acuerdos orientados al nearshoring (estrategia de una empresa para transferir parte de su producción a países cercanos), porque entiende que la región es parte de la reconfiguración de las cadenas de valor”, señala Malacalza.
Trump no solo quiere que las empresas estadounidenses crezcan, sino que los países aliados fortalezcan sus economías nacionales para, de este modo, intensificar las relaciones comerciales.
Según el documento, “un hemisferio occidental económicamente más fuerte y sofisticado se convierte en un mercado cada vez más atractivo para el comercio y la inversión estadounidenses”.
“Los países de la región tienen un impacto desproporcionado en estos asuntos internos que a Trump le importan mucho, y que también le interesan a su base política”, resume Freeman.
El mastodóntico portaaviones USS Gerald Ford, en el Caribe desde noviembre, no solo presiona al gobierno de Venezuela, sino que también refleja los nuevos lineamientos de seguridad de Estados Unidos.
Según el documento, la Casa Blanca busca desplegar una “presencia (militar) más adecuada” y “despliegues específicos” para controlar las fronteras terrestres y las rutas marítimas.
Estados Unidos habilita incluso “el uso de fuerza letal para reemplazar la fallida estrategia basada únicamente en la aplicación de la ley de las últimas décadas”, menciona el documento.
“La fuerza es el mejor elemento disuasorio”, agrega la Casa Blanca, en lo que es una política exterior deja abierta la opción de la represalia.
Este gobierno ha dicho que busca recuperar la idea de “paz por medio de la fuerza” (Peace Through Strength), el antiguo lema del presidente Ronald Reagan que se basa en confiar en el poder militar como garante de estabilidad.
Para Malacalza, la política de seguridad hacia América Latina “no configura una arquitectura regional o hemisférica, sino que busca que los países se alineen a Estados Unidos y, en última instancia, a Trump”.
Por otro lado, Estados Unidos ofrece una serie de recompensas para sus aliados.
“Recompensaremos y alentaremos a los gobiernos, partidos políticos y movimientos de la región que se alineen ampliamente con nuestros principios y estrategia”, señala la nueva estrategia.
La política de Estados Unidos debería, según el documento, enfocarse en apoyar a líderes y aliados regionales “capaces de promover una estabilidad razonable en la región”, que ayuden a frenar la migración ilegal y a neutralizar a los cárteles.
Esta política de recompensas se vio en octubre cuando Trump anunció el rescate de 20 mil millones de dólares para Argentina o cuando, al mes siguiente, se firmaron acuerdos con este último país, Ecuador, El Salvador y Guatemala para reducir los aranceles a las exportaciones.
En cualquier caso, para los analistas consultados por BBC Mundo, la bautizada “doctrina Donroe” entiende a la región principalmente como un lugar de amenazas más que de oportunidades.
“Les preocupa mucho más prevenir que las amenazas peligrosas de América Latina lleguen a Estados Unidos, según dirán ellos, que aprovechar las oportunidades que ofrece la región“, sintetiza Freeman.
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