La presidenta Claudia Sheinbaum envió al Congreso de la Unión una iniciativa para proteger al maíz mexicano. Pero a diferencia de la reforma contenida en el “Plan C” de Andrés Manuel López Obrador, solamente contempla la siembra de transgénicos y no otras tecnologías de modificación de esta planta, y tampoco toma en cuenta la alimentación libre de estas alteraciones.
Especialistas señalan que, de aprobarse tal cual está, la iniciativa de Sheinbaum sería obsoleta, y coinciden en que la propuesta requiere mayor discusión.
“Transgénico no es lo mismo que genéticamente modificado. Maíz genéticamente modificado implica muchísimas más técnicas que no se están incluyendo actualmente en la Constitución, y para qué queremos un cambio constitucional que esté añejo”, dijo Ana Wegier, doctora en Ciencias, en el conversatorio El maíz transgénico en México. Contexto actual y perspectivas a futuro.
Por eso, en El Sabueso te explicamos qué es el maíz transgénico y genéticamente modificado, qué propone Sheinbaum, y cuál es la diferencia con la iniciativa de López Obrador, la cual fue una de las tres reformas del “Plan C” que no fueron aprobadas y perdieron vigencia para ser votadas en esta legislatura.
Los transitorios de la iniciativa de Sheinbaum entienden por maíz transgénico al modificado “mediante la introducción artificial de una o más secuencias de ácido desoxirribonucleico y/o ácido ribonucleico provenientes de otro organismo de otra especie”.
Especialistas consideran que con ese método hay riesgo de contaminar y modificar los genes de las 59 razas de maíz que se han encontrado en México. Además, también puede afectar la salud de quien lo consume en sus productos derivados como masa y tortillas.
En el conversatorio, Wegier explicó que en los cultivos genéticamente modificados científicos introducen material genético de manera artificial a plantas, sin importar si son de su misma especie o no, para otorgarles una característica nueva, como mejorar su crecimiento o resistencia a plagas. Hay muchas técnicas para hacer esto en función de lo que se busca conseguir, como la edición genética, la mutación o la hibridación.
“La propuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum sólo prohíbe estos maíces transgénicos y eso deja abierta la posibilidad de otras modificaciones genéticas”, mencionó en entrevista Viridiana Trejo, ingeniera agrícola de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán.
El 5 de febrero de 2024, como parte de las 20 reformas que integraban el llamado “Plan C”, el entonces presidente López Obrador propuso una iniciativa en materia de derecho a la alimentación para, entre otras cosas, declarar a México “libre de maíz genéticamente modificado, como el transgénico, para siembra y consumo humano”.
“El maíz, alimento básico y elemento de identidad nacional destinado al consumo humano, debe ser libre de modificaciones genéticas, como las transgénicas. El país se declara libre de cultivos de maíz genéticamente modificado. Debe priorizarse su manejo agroecológico”, se lee en la modificación al artículo 4º constitucional.
Por el contrario, la iniciativa del 23 de enero propuesta por la presidenta Claudia Sheinbaum modifica los artículos 4º y 27º de la Constitución pero los cambios sólo hablan del cultivo del maíz transgénico, y no de su uso en la alimentación o de otras modificaciones genéticas.
Especialistas como Viridiana Trejo, ingeniera agrícola, y David Rivero, de la Demanda Colectiva de Maíz, reconocen la importancia de llevar a rango constitucional la prohibición de sembrar maíz transgénico, pero piden ampliar la protección a esta planta y tomar en cuenta su uso para producir la masa o las tortillas que consumen las personas.
“El maíz es un elemento de identidad nacional cuyo cultivo debe ser libre de transgénicos, priorizando su manejo agroecológico”, dice la modificación al artículo 4º que propone Sheinbaum. Mientras que el artículo 27º menciona la tierra libre de cultivos y semillas para siembra de maíz transgénico.
Durante la conferencia del 28 de enero, la presidenta fue cuestionada acerca de que en su reforma no se específica la prohibición del maíz transgénico para alimentación.
“El secretario de Agricultura y Desarrollo Rural nos planteó que no necesariamente tendría que estar en la Constitución, que lo importante era la siembra, y que este otro esquema se podría trabajar tanto en la legislación secundaria como en las normas”, respondió Sheinbaum.
David Rivero, de la Demanda Colectiva de Maíz, considera que la iniciativa presentada por Claudia Sheinbaum es un retroceso por no considerar nuevas tecnologías como la edición genética, y porque uno de sus artículos transitorios establece armonizar otros marcos jurídicos con la Constitución.
“Creo que es mejor como están las cosas actualmente, sin reforma que con una reforma que solamente incluye transgénicos porque, además, en los transitorios echa para atrás muchas ganancias como el decreto de 2023 que tenía muchos más beneficios. Esta reforma es un grave retroceso”, aseguró Rivero durante el conversatorio.
El decreto, publicado el 13 de febrero de 2023 en el Diario Oficial de la Federación (DOF), prohíbe el uso de maíz blanco genéticamente modificado para la masa y la tortilla, sin afectar al comercio ni a las importaciones. Otros de sus beneficios son establecer mesas de trabajo con el sector privado y realizar investigación sobre afectaciones a la salud de quien lo consume.
Carlos Ávila Bello, profesor de la Universidad Veracruzana y quien investiga el maíz en la Sierra de Santa Marta, sostiene que para aprobar una reforma así se requiere mayor discusión.
“Tiene que haber, me parece, una discusión muy profunda y amplia. Quienes usen alimentos transgénicos modificados genéticamente, tendrían que etiquetarlos”, afirma en entrevista.
En el conversatorio, Monserrat Téllez, de Semillas de Vida A.C. pidió estar pendiente no solamente de la discusión de la iniciativa, también de las leyes secundarias que protejan a las personas de alimentarse de maíz transgénico.
“Vamos a ver en las reglamentaciones secundarias, pero de entrada en la reforma constitucional se deja de lado el aspecto del consumo y otras medidas que permitían que el maíz que ingresa no represente un riesgo medioambiental”, pronunció Téllez.
El 29 de enero, la Mesa Directiva de la Comisión Permanente, que está en receso y comenzará un nuevo periodo ordinario de sesiones el 1 de febrero, envió a la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados la iniciativa de Claudia Sheinbaum.
Al implicar cambios constitucionales, la iniciativa necesita ser aprobada por mayoría calificada tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado de la República. Pero legisladores morenistas ya han mostrado su respaldo.
La obispa Mariann Edgar Budde hizo una petición al presidente Donald Trump por las minorías a las que afectarán sus nuevas políticas. El tono del sermón llamó la atención en EE.UU.
Sentado en primera fila, al lado de su esposa, Melania, el presidente Donald Trump escuchó este martes un sermón en la Catedral Nacional de Washington que llamó la atención de muchos en Estados Unidos.
La obispa Mariann Edgar Budde, la primera mujer en estar al frente de la Diócesis Episcopal de Washington DC, hizo un llamado de “clemencia” a Trump sobre minorías que estarán sujetas a las nuevas políticas que anunció al tomar posesión el lunes.
“Señor presidente: millones han puesto su confianza en usted. Y como usted dijo ayer, ha sentido la mano providencial de un Dios amoroso. En el nombre de Dios, le pido que tenga misericordia para gente en nuestro país que tiene miedo ahora”, dijo Budde.
“Hay niños gays, lesbianas y transexuales, y familias demócratas y republicanas e independientes, algunas de las cuales temen por sus vidas”, continuó.
Trump, que estaba con la mirada al frente en un inicio, comenzó a mover la cabeza hacia otros lados. El vicepresidente J.D. Vance fue más expresivo, al voltear la cara para mirar a su esposa.
La obispa continuó abogando por los migrantes: “Gente que recoge las cosechas, que limpia nuestras oficinas. Que trabajan en granjas y en empacadoras de carne. Que lavan la loza luego de que comemos en restaurantes. Y que trabajan en turnos nocturnos en hospitales”.
“Podrán no ser ciudadanos, o tener la documentación apropiada. Pero la vasta mayoría de los migrantes no son criminales. Ellos pagan impuestos, son nuestros vecinos, son fieles miembros de nuestras iglesias, mezquitas, sinagogas y templos”, dijo la obispa diocesana, quien está al frente de esta catedral de la Iglesia Episcopal estadounidense desde 2011.
“Le pido que tenga clemencia con aquellos en nuestras comunidades cuyos niños temen que sus padres sean llevados lejos. Y que ayude a los que huyen de zonas de guerra y persecución en sus propias tierras a encontrar compasión y acogida aquí”.
Las palabras de Budde fueron parte de un servicio religioso con motivo de la investidura de Trump como presidente de EE.UU. el día anterior.
A la Catedral Nacional de Washington asistieron el presidente, el vicepresidente y sus respectivas familias, así como decenas de invitados.
El sermón de Budde vino luego de que el lunes Trump firmara una serie de órdenes ejecutivas que afectan a minorías, como los migrantes o la comunidad LGBT.
El presidente decretó un estado de emergencia en la frontera con México entre cuyos efectos impide la llegada de nuevas solicitudes de asilo.
Asimismo, ha prometido una deportación masiva de migrantes indocumentados.
Y firmó una orden para eliminar el derecho automático de ciudadanía a los hijos de migrantes sin estancia legal.
También decretó la eliminación de las políticas inclusivas instauradas en el gobierno anterior. Trump dijo que el gobierno solo considerará dos géneros, masculino y femenino, e instituciones públicas y militares dejarán de procurar políticas para la comunidad transgénero.
Luego del servicio, el presidente Trump regresó a la Casa Blanca, donde expresó su opinión sobre el sermón y el servicio religioso en general.
“No fue muy emocionante. No me pareció un buen servicio… Pudieron haberlo hecho mucho mejor”, añadió al entrar a la residencia presidencial.
El sermón causó sorpresa y se convirtió en uno de los temas del día en Washington DC y en el resto del país, pues no es habitual que el presidente de EE.UU. enfrente un a declaración así.
Algunos elogiaron a Budde por haber planteado una petición de misericordia para las minorías de Estados Unidos.
Otros fueron críticos, como el representante republicano Mike Collins, que dijo que Budde debería ser “añadida a la lista de deportaciones”, pese a que la obispa es estadounidense.
Haz clic aquí para leer más historias de BBC News Mundo.
Suscríbete aquí a nuestro nuevo newsletter para recibir cada viernes una selección de nuestro mejor contenido de la semana.
También puedes seguirnos en YouTube, Instagram, TikTok, X, Facebook y en nuestro nuevo canal de WhatsApp.
Y recuerda que puedes recibir notificaciones en nuestra app. Descarga la última versión y actívalas.