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Inflación en alimentos: así se vive el aumento de 14%, que afecta más a hogares pobres
Inflación en alimentos: así se vive el aumento de 14%, que afecta más a hogares pobres
6 minutos de lectura
Inflación en alimentos: así se vive el aumento de 14%, que afecta más a hogares pobres
En la primera quincena de julio, la inflación alimentaria, que afecta más a los hogares con menores ingresos, llegó al 14.3%.
27 de julio, 2022
Por: Siboney Flores y León Ramírez
@leonramz 

Sebastiana prepara comida para siete personas y este año, dice, ha sido especialmente difícil, pues los precios de los alimentos “están por los cielos, todo carísimo”. 

Día con día ella confirma lo que muestran los datos oficiales: que la inflación alcanzó 8.16%, su cifra más alta desde 2001, aunque en alimentos se ubica en 14.35% según datos del Inegi, a pesar de los recientes esfuerzos del gobierno.

Por ello, Sebastiana busca no desperdiciar nada de lo que entra a su refrigerador. El kilo de tortilla está en 22 pesos, así que revisa que nadie deje su bolsa abierta y evitar que se hagan duras, aunque si esto llega a pasar, dice, las prepara en chilaquiles. 

Y aún si no le funcionan para este plato, no van a la basura, las lleva con una vecina para dárselas a las vacas. “En estos tiempos debemos aprovechar todo, porque cada vez está más difícil”, comenta.

El aumento de los precios de los alimentos, señala el Instituto Mexicano para la Competitividad, impacta principalmente a los hogares con menos recursos, que destinan el 50% de su gasto a este rubro, mientras que el decil más rico le destina el 28%.

Por eso, aunque la inflación general de junio de 2021 a junio de 2022 fue de 7.99%, en los hogares más pobres, con ingresos mensuales de alrededor de 3 mil pesos, alcanzó el  9.78%, según la organización.

Ahora Sebastiana, en lugar de pedir jamón en la cremería, pide retazo y lo corta para que le rinda al menos para dos días en el desayuno. El aceite lo reutiliza, aunque dice que no le gusta. “El bote de 800 mililitros ya cuesta 38, lo que antes valía un litro y decíamos que estaba caro”, explica.

Muchas de sus comidas solían llevar papa y pollo, pero “ya no los puedo comprar… lo que es el pollo, la milanesa de pollo, carne roja, huevo y papa esta muy caro”. Por ello, ha optado por comprar carne de cerdo, porque es un poco más barata. Y también optó por comidas con más frijol ya que es un producto que bajó su precio en comparación con el arroz.

Al consultar los productos que menciona Sebastiana en la lista de precios promedio del Inegi, el incremento es claro: si en julio de 2021 gastaba 575 por comprar los diez (en sus presentaciones por kilo y litro), hoy la misma lista está en 673.5, casi 100 pesos más.

Fuente: INPC. Se analizaron precios promedio de productos específicos para Guadalajara, Jalisco.

Yo antes gastaba como 100 o 120 pesos diarios para hacer la comida y me ajustaba, ahora no baja de 200 pesos, ya no le hallo cómo hacerle para que me rinda”, dice Sebastiana. 

Incluso señala que hasta el papel higiénico y las servilletas están caras. “Tengo que andar cuidando las servilletas, que no las malgasten,  así que el paquete más económico ya está en 22 pesos, cuando antes salía en 15 o 17 pesos”.

Pendientes, medidas del gobierno

El aumento en la inflación es un fenómeno que experimenta el mundo y se debe principalmente al aumento de precios de los energéticos y los alimentos por la pandemia de COVID-19, y recientemente se agravó con la invasión rusa a Ucrania.

Si bien México mantiene la inflación total por debajo del promedio de las naciones que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en el caso de la inflación en alimentos se encuentra por encima de la media, como puede verse en el siguiente gráfico.

Fuente: OCDE

Apenas en mayo, el gobierno federal anunció medidas contra la inflación, entre las que incluyó mantener estables los precios de los energéticos, eliminar aranceles para algunos artículos y llegar a acuerdos con productores, distribuidores y comerciantes.

Sin embargo, a dos meses de la implementación del denominado Paquete Contra la Inflación y la Carestía (PACIC), aún no se percibe un cambio en la inflación de alimentos y bebidas no alcohólicas: en la primera quincena de mayo fue de 12.33% y en la primera de julio alcanzó 14.35%, de acuerdo con datos del Inegi.

La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes advierte que la sequía en México también ha impactado en los precios de los productos agrícolas y considera improbable que la inflación se controle en los próximos meses. 

“Este verano se presentan los efectos de una sequía prolongada y extensa que ha generado olas de calor, devastando campos, secado presas y produciendo muertes a lo largo del planeta y México no es la excepción”, señala en un comunicado.

Lucia, dueña de una pequeña tienda de abarrotes en su casa en Guadalajara, señala: “Todo está subiendo muchísimo, ha subido muchísimo el huevo, el pan blanco, Bimbo, la Marinela, todo ese pan”.

Como tendera, explica que normalmente aumenta una vez al año los precios de los productos. Pero al menos en 2022 ya ocurrieron dos aumentos de precios a los productos. “En abril y ahora en julio, y apenas terminamos la mitad del año”, relata Lucía.  

Entre los productos más visibles de un aumento en su costo están la leche y el refresco. “El galón de dos litros estaba a 32 y ahora está a 36.50, luego el huevo máximo estaba a 30 y algo, pero ahora está a 46”, dice.

Dice que en su tienda, la gente sigue comprando, pero no de la misma manera. “Si compran porque es una necesidad diaria, tienes que comer diario, aunque sea un poco menos, pero sí compran”. 

Con los aumentos a los precios, reconoce que han bajado la venta de refrescos, papitas y cerveza. “Sobre todo está última porque ha estado escasa y su precio aumentó mucho”, agrega Lucía. 

De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), el 38.8% de la población con ingreso laboral gana menos de lo que cuesta la canasta alimentaria al primer trimestre de 2022.

Qué medidas tomar ante la inflación

Ante el panorama de inflación, que según economistas consultados por el Wall Street Journal se puede extender por años, el asesor financiero Daniel Ochoa recomienda hacer listas de los productos necesarios antes de acudir a tiendas o mercados.

Hacer un inventario, comenta, te permite saber qué es lo que tienes en casa y lo que hace falta, y puede evitar que algunos productos caduquen, además de reducir los gastos hormiga, que impactan directamente en el presupuesto.

“Se deben establecer presupuestos. Los expertos hablan de no hacer tantas compras a la semana, sino establecer un día específico en donde puedan abastecerse y se establezcan ciertos presupuestos”, dice Ochoa.

“Es probable que las personas tengamos que buscar sustitutos o comprar ciertos artículos que se salen de ese presupuesto”, comenta.

“También comparar precios, cuando estamos hablando de un presupuesto apretado, 50 o 100 pesos sí hacen la diferencia. Sí vale la pena que, si cierta marca de supermercados es más económica, aunque tal vez tengas que caminar 10 minutos más, tal vez valga la pena”.

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“Solo quería darle una vida digna”: el padre que vio morir a su hija asfixiada intentando llegar a Reino Unido
6 minutos de lectura
“Solo quería darle una vida digna”: el padre que vio morir a su hija asfixiada intentando llegar a Reino Unido

La familia de origen iraquí había pedido asilo en varios países de Europa, pero dicen que se lo denegaron y les dijeron que iban a ser deportados.

02 de mayo, 2024
Por: BBC News Mundo
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Ahmed Alhashimi está en la playa, gritando a las olas que van y vienen, golpeándose y arañándose el pecho, entregándose al dolor, la rabia y la culpa, que no desaparecen.

“No pude protegerla. Nunca me lo perdonaré. Pero el mar era la única opción que tenía”, solloza.

La semana previa, al amanecer, en ese mismo tramo de la costa francesa al sur de Calais, el hombre de 41 años se vio atrapado dentro de un bote inflable mientras gritaba para pedir ayuda, arremetía contra los cuerpos que lo rodeaban y rogaba a la gente que se moviera para darle espacio y poder agacharse.

Quería así rescatar a su hija Sara, de 7 años, de la oscuridad sofocante en la que había sido aplastada.

“Sólo quería que aquel hombre se moviera para poder levantar a mi bebé”, explica Ahmed.

Se refiere a un joven que era parte de un grupo más grande que embarcó en el último minuto, cuando el bote ya estaba alejado de la costa.

El hombre primero lo ignoró. Luego lo amenazó.

“Eso fue como la muerte misma. Vimos gente morir. Vi cómo se comportaban esos hombres. No les importaba a quién pisaban, fuera un niño o la cabeza de alguien, joven o viejo. La gente empezó a asfixiarse”, cuenta Ahmed con amargura.

Sara con un muñeco de peluche en la mano.
BBC
Sara, de 7 años, se asfixió cuando la gente la empujaba en el bote en el que intentaba cruzar de Francia a Reino Unido.

Aunque Ahmed es iraquí, su hija ni siquiera conocía ese país. Nació en Bélgica y pasó la mayor parte de su corta vida en Suecia.

En total, cinco personas murieron en el mismo incidente, víctimas de lo que debió parecer una agonizante estampida a cámara lenta.

Un equipo de la BBC presenció lo que sucedió.

Los traficantes escoltaban a sus pasajeros a través de la playa hacia un pequeño bote mientras usaban fuegos artificiales y empuñaban palos para protegerse de un grupo de policías franceses que intentaba, sin éxito, impedir que el grupo abordara en el bote.

Un bote inflable abarrotado se dirige al mar en el Canal bajo la luz de la luna. Un barco de la guardia costera francesa aparece en el horizonte.
BBC News
El bote inflable abarrotado se hace a la mar en el Canal entre Francia y Reino Unido.

“¡Ayuda!”

A medida que el barco se alejaba mar adentro, escuchamos a alguien gritar débilmente desde a bordo. Pero en la penumbra que precede al amanecer era imposible saber qué estaba pasando.

Al amanecer, la policía se alejaba ya de la orilla junto a un presunto traficante de personas y algunos de los migrantes que no subieron al bote.

Ahmed confirmó más tarde que el hombre que gritaba pidiendo ayuda era él, implorando desesperadamente a quienes lo rodeaban que salvaran la vida de Sara.

La esposa de Ahmed, Nour AlSaeed, y sus otros dos hijos, Rahaf, de 13 años, y Hussam, de 8, también quedaron atrapados entre la gente, pero podían respirar.

“Soy un trabajador de la construcción. Soy fuerte. Pero ni siquiera yo podía sacar mi pierna, atrapada en la multitud. No me extraña que mi pequeña tampoco pudiera. Estaba bajo nuestros pies”, dice Ahmed.

El cuarto intento

Este era el cuarto intento de la familia para cruzar de Francia a Reino Unido desde que llegaron a la zona hace dos meses.

La policía los sorprendió dos veces en la playa cuando luchaban por el seguir el ritmo del resto de migrantes, que corrían hacia el bote de un traficante.

Ahmed cuenta que esta vez, los traficantes -que cobraban US$1.600 por adulto y la mitad por cada niño-, les habían prometido que sólo 40 personas subirían a su bote, pero se sorprendieron cuando otro grupo de migrantes apareció en la playa e insistió en subir a bordo.

Sara estuvo tranquila al principio. Sostenía la mano de su padre mientras caminaban desde la estación de tren de Wimereux la tarde anterior. Luego, durante la noche, se escondieron en unas dunas al norte de la ciudad.

Poco antes de las 6 de la mañana, el grupo ya había inflado su bote. Luego, los traficantes les ordenaron que lo llevaran a la playa y corrieran con él hacia el mar antes de que la policía los interceptara.

Dice Ahmed que, de repente, un bote de gas lacrimógeno de la policía explotó cerca de ellos y Sara comenzó a gritar.

Una vez que subieron a la embarcación, Ahmed sostuvo a Sara sobre sus hombros durante aproximadamente un minuto, pero luego la bajó para ayudar a subir a bordo a su otra hija, Rahaf.

Fue entonces cuando perdió de vista a Sara.

Solo más tarde, cuando los equipos de rescate franceses los interceptaron en el mar y desembarcaron a algunas de las más de 100 personas hacinadas en el bote, Ahmed pudo por fin llegar hasta el cuerpo de su hija.

“Vi su cabeza en la esquina del barco. Estaba toda azul. Ya estaba muerta cuando la sacamos. No respiraba”, explica entre sollozos.

Desde entonces, las autoridades francesas atienden a la familia mientras esperan para enterrar el cuerpo de Sara.

Sara con su hermano Hussam y su hermana Rahaf.
BBC
Sara (derecha) con su hermano Hussam y su hermana Rahaf. Ya habían intentado cruzar el Canal tres veces.

“Era la única opción que tenía”

Ahmed dice que es consciente de las fuertes críticas en las redes sociales que ha enfrentado por parte de personas que le acusan de poner a su familia en un riesgo innecesario. Parece debatirse entre aceptar y rechazar tales acusaciones.

“Nunca me lo perdonaré. Pero el mar era la única opción que tenía. Todo lo que pasó fue en contra de mi voluntad. Se me acabaron las opciones. La gente me culpa y dice: ‘¿Cómo arriesgaste a tus hijas?’ Pero he estado 14 años en Europa y he sido rechazado”, dice Ahmed, y detalla los años de intentos fallidos para asegurar su residencia en la Unión Europea tras de haber huido de Irak después de lo que describió como amenazas de grupos de milicias.

Al parecer, Bélgica le denegó el asilo con el argumento de que Basora, su ciudad natal en Irak, estaba clasificada como zona segura.

Cuenta que sus hijos pasaron los últimos siete años con un pariente en Suecia, pero que recientemente le informaron que serían deportados, junto a él, a Irak.

“Si supiera que hay un 1% de posibilidades de quedarme con los niños en Bélgica, Francia, Suecia o Finlandia, me quedaría allí. Lo único que quería para mis hijos es que fueran a la escuela. No quiero ningún tipo de ayuda social. Mi esposa y yo podemos trabajar. Sólo quería protegerlos a ellos, a su infancia y a su dignidad”, continua.

“Si la gente estuviera en mi lugar, ¿qué harían? Aquellos que (me critican) no han sufrido lo que yo he sufrido. Ésta era mi última opción”, dice, apelando al gobierno británico en busca de solidaridad y apoyo.

El último dibujo que hizo Sara de su familia.
BBC
El último dibujo que hizo Sara de su familia antes de su cuarto intento por llegar a Inglaterra.

Eva Jonsson, profesora de Sara en Uddevalla, Suecia, describe a la niña como “amable y buena” en un mensaje de vídeo enviado a la BBC.

“Tenía muchos amigos en la escuela. Jugaban juntos todo el tiempo… En febrero nos enteramos de que la deportarían y de que sería rápido. Nos avisaron con dos días de antelación”, explica.

Después de enterarse de su muerte, la clase se reunió en círculo y guardó un minuto de silencio.

“Es muy desafortunado que esto le pase a una familia tan agradable. He enseñado a (otros) niños de esta familia y me sorprendió mucho la deportación”, dice la maestra.

“Aún tenemos la foto de Sara delante de nosotros y la guardaremos aquí mientras los niños quieran”.

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