Una reforma del “Plan C” que propuso el presidente Andrés Manuel López Obrador cerraría organismos autónomos que dan servicio directo a miles de personas en trámites que van desde obtener su historial clínico hasta evitar que almacenes impongan el precio de la tortilla.
En el caso del Instituto Nacional de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai), por ejemplo, no sólo se dañaría el acceso a la información a periodistas, sobre todo se podría afectar a miles personas que no necesitaron meter un amparo y contratar una abogada o un abogado para obtener información básica, la cual fue negada por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y otras dependencias como Petróleos Mexicanos (Pemex) o el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE).
Tan sólo en 2023, el Inai recibió más de 5 mil 600 solicitudes de ciudadanía que requirió expedientes médicos personales o de algún familiar. En 2022, la cifra fue de 6 mil 246 y en 2020 de 6 mil 140. Si bien, no se cuentan con datos de 2021, entre 2020 y 2023 el instituto ha sido usado por la ciudadanía en más de 18 mil ocasiones para solicitar un expediente médico, según consta en los informes anuales.
La reforma es una de las 20 que propuso el presidente y busca eliminar también a la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) y al Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), pese a su utilidad para la ciudadanía que consume bienes y servicios de las empresas o que es usuaria de internet, radio y televisión.
El 5 de febrero de 2024, López Obrador presentó el paquete de reformas ante la Cámara de Diputados. Y, ahora, tras los resultados de la elección en los cuales Claudia Sheinbaum será su sucesora y tendrá mayoría en el Congreso, el presidente tiene posibilidades de que sus cambios sean aprobados antes de que termine su mandato.
Fotografía: Paquete de reformas constitucionales
Por eso, en El Sabueso te explicamos las funciones de estos organismos autónomos que pretenden ser sustituidos por la Secretaría de la Función Pública en el caso del Inai; la Secretaría de Economía en el caso de la Cofece; y la Secretaría de Comunicaciones y Transportes en el caso del IFT.
¿Sabías que el Inai ha ayudado a quienes necesitan un documento llamado expediente clínico para realizar diversos trámites? Incluso si lo solicitas a nombre de un familiar que falleció.
La Ley General de Salud establece en el artículo 77 bis 37 que es un derecho contar con un expediente clínico, es decir, el documento en el que se recaba la información de salud de una persona física. Se integra dentro de todo tipo de establecimiento para la atención médica.
“Se considera que el expediente clínico físico es propiedad de las instituciones que brindan atención médica, sin embargo, la información contenida en este es propiedad de sus titulares, es decir, de los pacientes o beneficiarios que reciben esa atención”, menciona el Inai en Recomendaciones sobre el tratamiento de los datos personales en los expedientes clínicos de las instituciones de salud pública.
Incluso, en noviembre de 2023, el Inai resolvió que cualquier persona tiene derecho de obtener los expedientes clínicos de sus familiares fallecidos, para conocer los tratamientos que recibió y corroborar si fueron adecuados o no.
Esto ocurrió cuando una persona solicitó el expediente clínico de su hermana fallecida al IMSS pero presentó un recurso de revisión ante el Inai porque sólo le dieron un resumen clínico con datos que no corresponden con lo solicitado, como nombre, edad, periodo de los padecimientos, fechas de ingreso y defunción. Tras la resolución del Inai, el IMSS reconoció que existieron inconsistencias y modificó su respuesta.
Al contener datos personales y sensibles el Inai está obligado a protegerlos, pero al pertenecerte a ti, puedes solicitar tu expediente clínico electrónico vía transparencia a sujetos obligados de los que eres derechohabiente, como el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) o el Seguro Popular.
¿Y para qué sirve el expediente clínico electrónico más allá de ser un mero trámite? Al recopilar cronológicamente todos los aspectos relativos a la salud de un paciente (escritos, gráficos, imagenológicos, electrónicos, magnéticos, electromagnéticos, ópticos, magneto-ópticos) es un instrumento para que la asistencia sea apropiada.
El expediente clínico se puede registrar desde el nacimiento y a lo largo de toda la vida. Por lo tanto, ayuda a que personal médico pueda realizar diagnósticos clínicos más precisos y oportunos gracias al acceso inmediato a resultados de estudios que la o el paciente se haya realizado.
La Cofece tiene la responsabilidad de vigilar, promover y garantizar que los mercados funcionen en favor de los consumidores. La competencia hace que las empresas, comercios, negocios y profesionistas que venden bienes y servicios mejoren la calidad de sus productos y servicios, reduce costos para poder otorgar un precio más bajo y brinda un servicio de mayor calidad.
La Cofece sanciona a las empresas que abusan de su poder de mercado para desplazar o impedir la entrada de competidores, o manipular precios, restringir la oferta o ponerse de acuerdo en las licitaciones públicas.
Cualquier persona puede denunciar prácticas monopólicas o concentraciones ilícitas, ante la Cofece. También reportar una práctica anticompetitiva o un obstáculo regulatorio.
Los recursos recaudados provenientes de las multas que impone la Cofece son cobrados y administrados por la Tesorería de la Federación, de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Por ejemplo, en 2021, la Cofece multó a 17 clubes de la Liga MX con 117.6 millones de pesos por imponer topes salariales de 2 mil pesos a mujeres futbolistas.
Durante 2022, la Cofece concluyó investigaciones sobre acuerdos de cárteles en los mercados de gases industriales, venta de gasolina y diésel, diésel marino y gas LP. Las multas fueron por 5 mil millones de pesos mexicanos, de los cuales 74.7% correspondió a casos de cárteles.
En 2023, la Cofece determinó sancionar a Chedraui y Soriana, así como a dos personas físicas y cinco industriales de la masa y la tortilla y a un Delegado del Gobierno de Huixtla en el estado de Chiapas por manipular el precio de la tortilla y limitar su venta en Huixtla, Chiapas.
En 2024, la Cofece sancionó con más de 58 millones de pesos a seis empresas que venden gasolina y diésel a consumidores finales (gasolineras) por no notificar dos concentraciones. Ambos casos debieron haberse notificado tanto por el monto de las transacciones, como por los ingresos de las empresas involucradas.
El Instituto Federal de Telecomunicaciones se encarga de regular, promover y supervisar el uso, aprovechamiento y explotación del espectro radioeléctrico, la infraestructura, las redes y la prestación de los servicios.
“Con el trabajo regulatorio del Instituto, se han generado ahorros por 540 mil millones de pesos desde 2013 para las personas usuarias, lo que significa que por cada peso que invierte el IFT para cumplir con su función, genera beneficios por 47 pesos para la población”, menciona el IFT en un comunicado.
Uno de los beneficios a la ciudadanía que ha traído el IFT es la eliminación al cobro de Larga Distancia Nacional (LADA) a partir del 1 de enero de 2015. Desde entonces, usuarios de telefonía pueden llamar desde cualquier punto del país sin pagar extra, es decir todo México se convirtió en una única área de servicio local.
En cuanto a radios de uso no comercial, el IFT ha otorgado 646 concesiones: 25 de uso indígena, 289 de uso social, 125 de uso comunitario y 207 de uso público.
México fue el primer país latino en migrar a la Televisión Digital Terrestre (TDT). Gracias al apagón analógico, ya se transmiten mil 269 canales digitales de TV abierta.
“El IFT realizó 2 licitaciones para ofrecer servicios de televisión abierta, lo cual dio lugar a una nueva cadena de TV abierta nacional con 123 canales y a 32 nuevos canales de TV abierta regionales”, sostiene el instituto en un comunicado.
Con información de Óscar Nogueda
Despuntó como destino turístico internacional de primer nivel por más de una década hasta que el conflicto entre Grecia y Turquía la cambió para siempre.
De un lujoso destino turístico a una ciudad con un futuro incierto tras cinco décadas de abandono.
Varosha, suburbio de la localidad de Famagusta en el noreste de Chipre, tuvo su auge en la década de 1960 y la primera mitad de los años 1970.
Con sus hoteles de cinco estrellas, discotecas de primer nivel y más de dos kilómetros de playa bañada por el Mediterráneo, atraía a turistas y celebridades de todo el mundo, desde Elizabeth Taylor hasta Brigitte Bardot o Richard Burton.
Pero su destino cambió drásticamente en 1974, cuando la invasión turca de Chipre forzó a sus habitantes griegos-chipriotas a huir, dejando este territorio desierto y enjaulado en vallas militares.
Varosha quedó bajo el control del ejército turco como parte de un conflicto más amplio que dividió la isla en dos: al sur, la República de Chipre, reconocida internacionalmente y habitada en su mayoría por griegos-chipriotas; al norte, la República Turca del Norte de Chipre, un estado autoproclamado que solo reconoce Turquía.
Desde entonces, este enclave ha sido utilizado por ambas partes como una moneda de cambio en las complejas negociaciones que han intentado, sin éxito, reunificar el país.
La invasión de Chipre por las tropas turcas en julio de 1974 obligó a sus 39.000 residentes, la amplia mayoría mayoría griegos-chipriotas, a huir en cuestión de horas.
Cuando esto ocurrió, Avghi Frangopoulou tenía 15 años y sus padres acababan de comprar dos apartamentos en la playa de Varosha, pero la guerra lo cambió todo de la noche a la mañana.
“Recuerdo que corría porque veía los aviones justo encima de mí”, comenta sobre los bombardeos turcos en una entrevista para el programa de radio Assignment, de la BBC.
Su familia, como otras miles, tuvo que dejar atrás todas sus pertenencias y huir para salvar sus vidas.
Tras tomar el control, el ejército turco cercó Varosha con una valla y la convirtió en una zona militar restringida, vacía e inaccesible para civiles, es decir, una “ciudad fantasma”.
Durante décadas, el destino de Varosha fue un asunto de negociación clave en los fallidos intentos de reunificar Chipre.
En 1984, la ONU adoptó la resolución 550, que declaraba que debía ser devuelta a sus legítimos propietarios, pero el gobierno turco-chipriota de facto no aceptó y la ciudad permaneció intacta, con sus casas, hoteles y tiendas vacías.
“No somos fantasmas, y nuestra ciudad no es una ciudad fantasma”, protesta Frangopoulou, quien, como muchos otros exresidentes, ha visitado Varosha en los últimos años tras su reapertura parcial en 2020.
El estado de abandono del lugar hace aún más dolorosos sus recuerdos. “No me gusta ver esto”, afirma sobre el deterioro de su barrio natal y el “turismo oscuro” que ha surgido en torno de él.
En 2020 Turquía decidió reabrir parcialmente al público este espacio.
El anuncio de su presidente, Recep Tayyip Erdogan, atrajo de inmediato a visitantes curiosos, convirtiendo al otrora destino de lujo en uno del llamado “turismo oscuro” que invita a lugares marcados por la tragedia, el abandono o el conflicto.
Los turistas que llegan a Varosha se enfrentan a una extraña combinación de belleza y decadencia.
La playa está de nuevo abierta al público y en ella se observan bañistas disfrutando del mar y el sol rodeados de apartamentos en ruinas y hoteles destruidos, con ventanas rotas y fachadas corroídas por el paso del tiempo.
Muchos de los antiguos residentes no ven con buenos ojos esta transformación de su barrio en una especie de atracción turística.
“Conozco a la gente que vivió aquí. No pueden vender esto como un producto, como un pueblo fantasma”, comenta Avghi Frangopoulou, quien considera la reapertura como una forma de trivializar la tragedia de la invasión.
Parte de la comunidad internacional también ha condenado la decisión de Turquía de abrir Varosha sin un acuerdo previo con los grecochipriotas, lo que supone un paso más en la violación de la resolución 550 de la ONU.
Pero el barrio sigue recibiendo turistas y las autoridades turcochipriotas no parecen dispuestas a cambiar su postura.
Para los antiguos residentes de Varosha, regresar a la ciudad tras casi 50 años de exilio es un intenso golpe emocional, ya que sus edificios ahora en ruinas les evocan recuerdos de una vida interrumpida de forma abrupta en 1974.
Avghi Frangopoulou ha vuelto varias veces desde que se abrió parcialmente en 2020.
“Mi casa está aquí”, dice, señalando la calle donde vivía, ahora cubierta de escombros.
Pese a la autorización de visitas turísticas, el barrio sigue bajo estricto control militar y muchas zonas permanecen inaccesibles para los antiguos residentes.
“Solo quieres pasar por esa puerta y subir las escaleras, pero hay policías que te detienen, así que no te arriesgas”, asegura Frangopoulou.
El caso de Andreas Lordos es similar. Su familia construyó uno de los primeros hoteles en Varosha, el Golden Marianna, aún en pie aunque abandonado y cubierto de enredaderas.
“Mi padre construyó este hotel en 1967 cuando tenía 27 años. Era un hotel con piscina, algo nuevo en esa época. Estaba frente a mi colegio, así que durante el recreo íbamos a curiosear qué hacían los turistas”, relata, mientras observa lo que queda del edificio.
Confiesa que su sueño es restaurarlo y abrirlo de nuevo algún día.
Sin embargo, es difícil que los antiguos propietarios huidos hace 50 años puedan recuperar sus inmuebles.
Las autoridades turcochipriotas han instado a los antiguos dueños a que reclamen sus tierras, pero estos aseguran que en la práctica es casi imposible debido a que el proceso legal está plagado de obstáculos.
El gobierno chipriota, además, ve con desconfianza esta oferta al temer que ayude a legitimar la ocupación turca.
El futuro de Varosha está en el aire.
Muchos locales tienen la esperanza de que el barrio pueda ser restaurado y convertirse en un símbolo de la futura reunificación de Chipre, donde griegos y turcos chipriotas coexistan en paz.
“Nos volvimos como familias con algunos de los grecochipriotas, porque pensamos y actuamos de la misma manera: que todos somos los perdedores en este conflicto”, afirma Serdar Atai, un activista turcochipriota comprometido con la preservación del patrimonio cultural de la zona.
Sin embargo, las tensiones políticas siguen siendo un gran obstáculo.
Atai lamenta que tanto las autoridades turcochipriotas como las grecochipriotas han torpedeado continuamente los intentos de un acuerdo de paz.
“Siempre acuerdan estar en desacuerdo desde el principio”, ironiza, en referencia a las últimas cinco décadas plagadas de intentos fallidos.
Por otro lado, figuras políticas como Oguzhan Hasipoglu, miembro del parlamento turcochipriota, ven en Varosha un modo de reclamar la soberanía del norte de Chipre que la comunidad internacional rechaza.
“Perdimos la confianza en los grecochipriotas (…) Sus palabras son amables pero, a la hora de la verdad, no están dispuestos a compartir el gobierno ni la riqueza de esta isla con nosotros. Nos ven como una minoría”, sentencia.
Hasipoglu, quien cree inevitable la división de la isla en dos Estados, ansía ver renacer Varosha como un destino turístico de lujo bajo control turco.
Así, la incertidumbre sobre el futuro de Varosha persiste: ¿seguirá siendo un destino de “turismo oscuro” en ruinas, se convertirá en un nuevo y lujoso balneario del no reconocido Estado de Chipre del Norte, o será un puente hacia la reconciliación de una isla dividida?
Lo que es seguro es que el tiempo se agota poco a poco para los antiguos residentes que sueñan con regresar al barrio donde crecieron.
Haz clic aquí para leer más historias de BBC News Mundo.
También puedes seguirnos en YouTube, Instagram, TikTok, X, Facebook y en nuestro nuevo canal de WhatsApp, donde encontrarás noticias de última hora y nuestro mejor contenido.
Y recuerda que puedes recibir notificaciones en nuestra app. Descarga la última versión y actívalas.