Durante el gobierno del priista Alfredo del Mazo (comenzó su administración el 16 de septiembre de 2017) aumentaron los casos de feminicidio en el Estado de México al pasar de 74 en 2017 a registrar más de 120 cada año desde 2020 y hasta 2022, según cifras oficiales.
Y del mismo modo, las llamadas a teléfonos de emergencia por casos de violencia contra las mujeres tuvieron un alza del 181% en cuatro años.
En números absolutos, no hay entidad que registre una cifra más alta de feminicidios y homicidios de mujeres, mientras que por tasa se ubica en el sitio 14 del país.
Los casos de ataques e inseguridad contra las mujeres siguen siendo un problema sin resolver en la entidad, y ante ello, las candidatas Alejandra del Moral (PRI-PAN-PRD-Panal) y Delfina Gómez (Morena-PVEM-PT) ya han expresado propuestas, que se espera detallen este jueves en su primer debate, donde uno de los temas es la violencia de género.
A continuación se muestran indicadores clave sobre la situación en la entidad y las propuestas básicas de las candidatas:
En el 2017, la tasa de feminicidios por cada 100 mil mujeres era de 0.86. Pero para 2020 esta se duplicó y se ubicó en 1.71, tendencia que continuó en el 2021, cuando se ubicó en 1.63, y finalmente en el 2022 se redujo a 1.5.
Aunque siguieron siendo niveles superiores a los que encontró al iniciar su gobierno en la entidad que tipificó el feminicidio desde 2011.
Del 2017 al 2018, primer año de la administración de Del Mazo, el aumento en el número de feminicidios en el Estado de México fue del 59%, al pasar de 74 a 118 casos en tan solo un año.
Desde ese año, la cifra anual más alta de feminicidios se registró en 2020, con 152 casos. El dato solo se redujo a 147 casos en el 2021 y a 140 en el 2022.
Del 2017 al 2021 las llamadas de emergencia relacionadas con incidentes de violencia contra la mujer en el Estado de México se elevaron casi al triple, al pasar de 17 mil 515 casos en el 2017 a 49 mil 238 casos en el 2021.
Del 2015 a febrero de este año se cometieron en el país 6 mil 921 feminicidios, de acuerdo con los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
De ellos, 900 se dieron en el Estado de México, el estado en el que se han cometido el mayor número de estos crímenes, ya que representan el 13% del total nacional.
Si se analiza de nueva cuenta por tasa, el Estado de México se ubica en la posición número 14 a nivel nacional en el número de casos de feminicidio por cada 100 mil mujeres.
Esto con un promedio del 2015 al 2022 de 1.24 por cada 100 mil mujeres, por debajo de la media nacional que se ubica en 1.3 feminicidios.
Los estados que promedian del 2015 al 2022 la tasa más alta de feminicidios son Morelos, con 2.9 feminicidios por cada 100 mil mujeres, seguido por Colima (2.8), Sinaloa (2.6), Sonora (2.1), Oaxaca (2), Nuevo León (1.9), Veracruz (1.8) y Tabasco (1.75).
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), del 2015 al 2021 se han cometido un total de 24 mil 230 homicidios contra mujeres (asesinatos que no fueron clasificados o investigados como feminicidios), de los cuales 12.8% (3 mil 098) fueron en el Estado de México.
Después del Estado de México, las entidades que han registrado el mayor número de homicidios a mujeres en ese mismo periodo son Guanajuato (2 mil 431), Chihuahua (mil 835), Baja California (mil 627), Jalisco (mil 467) y Guerrero (mil 420).
La tasa más alta de homicidios a mujeres en el Estado de México se registró en el 2017, año en el que se cometieron 5.5 asesinatos a mujeres por cada 100 mil mujeres. Para 2021 -último año disponible- la tasa fue de 4.9%.
En este sentido la estadística nacional es aún más alarmante, ya que la tasa de homicidios contra mujeres ha aumentado de forma ininterrumpida desde el 2015: paso de 3.85 a 6.8 mujeres asesinadas por cada 100 mil mujeres en el 2021.
Esto representa un aumento del 58% en solo seis años.
A nivel nacional el estado que ha promediado del 2015 al 2021 la tasa más alta de homicidios a mujeres es Colima, con un registro de 19.4 mujeres asesinadas por cada 100 mil mujeres. A Colima le siguen Chihuahua (13.9), Baja California (13.1), Zacatecas (11.3) y Guanajuato (11).
El Estado de México se ubica, al igual que en el registro de feminicidios, en el lugar 14 a nivel nacional, con una tasa de homicidio a mujeres de 5.1 por cada 100 mil mujeres. La tasa promedio registrada a nivel nacional del 2015 al 2021 es de 5.4.
De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo, en el 2022 la tasa de homicidios de mujeres a nivel nacional fue de 10.1 homicidios por cada 100 mil mujeres. Mientras que en el Estado de México la tasa fue de 6.22. Es decir, estuvo por debajo del promedio nacional.
Las entidades en las que se registró la tasa de homicidios más alta fueron Guanajuato (29.3), Colima (27.1), Zacatecas (24.5), Quintana Roo (23.8) y Baja California (21.5).
Mientras que las entidades en las que se presentaron las tasas más bajas fueron Yucatán (2.2), Tlaxcala (2.6), Baja California Sur (3.9) y Ciudad de México (4).
El pasado 3 de abril arrancaron las campañas por la gubernatura del Estado de México.
Alejandra del Moral, candidata de la coalición “Va por México”, habló del tema de los feminicidios hasta el domingo 16 de abril, en un acto de campaña en Ecatepec donde presentó la ‘Agenda Violeta’.
“Todos los feminicidios van a ser investigados con celeridad. Como gobernadora, cualquier agresión, violación o femincidio, lo voy a tomar como un tema personal y será castigado”, expresó en el mitin de este municipio.
La candidata priista también prometió que su gobierno restablecerá programas como el Seguro Popular, escuelas de tiempo completo y las estancias infantiles, a las que el actual gobierno federal eliminó y recortó presupuesto.
En el mismo evento, prometió que todas las mujeres tendrán acceso a productos de higiene menstrual de manera gratuita, y que buscará prevenir el embarazo adolescente, así como otorgar estímulos económicos para las mujeres que cuiden de otros mediante el Sistema Integral de Cuidados, la educación y el emprendimiento con el fin de generar una mayor independencia e igualdad financiera
Alejandra del Moral señaló que su gabinete será el primero en tener igualdad paritaria, pues habrá el mismo número de mujeres y hombres que lideren organismos.
Otra de las promesas de la exalcaldesa de Cuautitlán Izcalli es que se harán más ‘Ciudades Mujeres’, espacios que buscan ofrecer atención a víctimas de violencia y apertura a colectivas feministas. El gobierno de Alfredo del Mazo anunció la construcción de 3 de estas ciudades en los municipios de La Paz, San Mateo Atenco y Amecameca.
En su página web oficial aún no aparece de qué trata la ‘Agenda Violeta’, sin embargo, dentro de sus propuestas está que 10 mil policías serán policías de Género, pues tan sólo 11 municipios de los 125 municipios del Estado de México cuentan con ese tipo de corporación, que se encarga de detectar casos de violencia e intervenir en crisis y atención para las víctimas.
También promete ampliar la red naranja conectada a una red de 6 mil estaciones de policías. La red naranja es una iniciativa de la Secretaría de las Mujeres del Estado de México que busca integrar a diversos actores de la sociedad y la ciudadanía para prevenir, detectar y erradicar la violencia de género en la entidad.
Por su parte, la candidata morenista Delfina Gómez ha prometido que el Estado de México dejará de ser “Capital del feminicidio”, esto desde que presentó su programa de gobierno en un evento en el Teatro Morelos de Toluca el pasado 4 de abril.
“Vamos a dedicar todos los recursos humanos, políticos y financieros posibles para combatir el feminicidio, que se escuche fuerte y lejos”, señaló la abanderada de Morena
Diez días después, en un evento en el municipio de Temamatla, aseguró que los feminicidios y desapariciones se atenderán “de forma urgente, con reforzamiento de la Policía de Género” y otras medidas de inteligencia, de las cuales destacó el uso de botones de pánico conectados al C5 y una aplicación móvil para atender a las mujeres rápida y eficazmente.
El pasado 12 de abril, en los recorridos por los municipios de San Felipe del Progreso, El Oro y Temascalcingo, Gómez expresó:
“En El Oro compartimos nuestra propuesta de crear la ‘Policía de Género’, la cual dedicará todos los recursos humanos a combatir uno de los problemas que más han dañado al Edomex: el feminicidio”, dijo la candidata, aunque este cuerpo de seguridad ya existe en la entidad.
En el programa de trabajo, Gómez Álvarez incluyó 3 ejes transversales: la seguridad y erradicación de la Violencia, la igualdad de género y el cumplimiento de la agenda 2023 de Desarrollo sostenible de la ONU.
En el eje de igualdad de género, menciona las promesas de campaña en referencia a las mujeres, uno de ellos es Mujeres del bienestar, programa que presuntamente garantizará la permanencia del Salario Rosa, el apoyo económico para mujeres mexiquenses
“Lo voy a decir fuerte y claro, vamos a mantener este programa -que todos saben cómo se llama- aumentando el apoyo económico, ampliando a las beneficiarias y eliminando el chantaje político, a ninguna mujer se le va a volver a condicionar un apoyo”, señala el documento oficial de las propuestas de la maestra Delfina.
También propone “impulsar políticas públicas que impulsen la autonomía económica de las mujeres” y herramientas tecnológicas para que las mujeres tengan seguridad en zonas de riesgo.
En materia de género, al igual que Del Moral Vela, la candidata morenista asegura que la mitad de su gabinete serán mujeres, así como la implementación de programas de prevención contra la violencia, a través de unidades móviles y jornadas integrales, sin embargo ninguna candidata ha mostrado alguna ruta o plan de trabajo para estos programas ni para combatir el feminicidio.
Las proyecciones apuntan a que la velocidad de aumento de la producción regional será mayor que la de Medio Oriente o Estados Unidos en los próximos cinco años.
La producción de petróleo en Sudamérica está aumentando rápidamente.
No sólo ha marcado récords históricos este año, sino que las previsiones de los expertos apuntan a que será la región con la mayor velocidad de crecimiento del mundo en ese sector.
Anticipan un salto de 30% entre 2024 y 2030, superando en su ritmo de expansión a Medio Oriente y Estados Unidos.
El boom productivo estará impulsado principalmente por los grandes proyectos que operan en la zona conocida como el presal marino de Brasil, en el Bloque Stabroek de Guyana y en la Cuenca Neuquina de Argentina, según la Agencia Internacional de Energía.
Se espera que estos proyectos, junto al aporte de Surinam, compensen con creces la disminución de los yacimientos regionales que ya están maduros, es decir, que ya han alcanzado su máximo de producción.
Según estima la consultora internacional Rystad, Sudamérica pasará de producir unos 7,4 millones de barriles diarios de petróleo (pesado y ligero) a casi 9,6 millones.
En el otro lado de la balanza aparecen Colombia, Ecuador y Venezuela con perspectiva de disminución productiva del combustible fósil.
Brasil, el mayor motor petrolero de la región, batió un récord de producción en junio, cuando extrajo un promedio de casi cinco millones de barriles diarios de petróleo y gas natural, según la Agencia Nacional de Petróleo y Gas del país.
El imán que atrae inversiones a ese país es la zona conocida como el presal, una formación geológica submarina formada por gruesas capas de roca salina bajo las cuales se encuentran los yacimientos de petróleo y gas.
El crudo de Guyana también se extrae de yacimientos en aguas profundas localizados en el bloque Stabroek, una zona marítima de miles de kilómetros cuadrados donde opera un consorcio liderado por la empresa ExxonMobil en una de las reservas de petróleo y gas más importantes del mundo.
Desde su descubrimiento en 2015, Guyana, un país con poco más de 800.000 habitantes, ha vivido un boom petrolero como nunca antes en su historia.
Cerca de la mitad del crecimiento petrolero proyectado para toda América del Sur tendrá su origen en el subsuelo marítimo, dice Flávio Menten, analista de Rystad, en diálogo con BBC Mundo.
“Sudamérica es la mayor región productora de aguas profundas marinas a nivel mundial”, explica.
Pietro Ferreira, analista senior de la consultora internacional Wood Mackenzie, señala que los principales proyectos de petróleo y gas en aguas profundas de la región combinan “alta productividad y baja intensidad de carbono”, algo que resulta atractivo para las grandes petroleras.
Sin embargo, según le dice Ferrerira a BBC Mundo, la región enfrenta un gran desafío, que es mantener el impulso más allá del 2030.
Es por eso que el hallazgo y la explotación de nuevos yacimientos es clave para la industria.
Lejos de las profundidades submarinas está Vaca Muerta en Argentina, una gigantesca formación geológica que alberga petróleo y gas de esquisto.
Estos hidrocarburos no convencionales se diferencian del resto porque están atrapados en formaciones rocosas y su extracción requiere utilizar la técnica de fractura hidráulica (fracking).
El corazón de Vaca Muerta se encuentra en la provincia de Neuquén, cuya producción petrolera alcanzó en julio el mayor nivel de su historia al marcar un crecimiento interanual de 28%.
Aunque los pronósticos anticipan un gigantesco crecimiento petrolero en Vaca Muerta, la duda está en qué tan rápido se desarrollará, dice María Cristina Pacino, docente e investigadora de la Universidad Nacional de Rosario.
La velocidad del crecimiento “dependerá de la inversión en infraestructura”, advierte Pacino, un factor clave para acelerar la expansión productiva.
Está previsto que a fines de 2026 entre en operaciones un oleoducto de más de 400 kilómetros que llevará el crudo extraído de Vaca Muerta hacia una terminal portuaria en el Atlántico.
Rafael Scott y Luciano Di Fiori, de McKinsey Energy Solutions, anticipan que la producción petrolera sudamericana podría incluso llegar a crecer 35% hacia fines de esta década, asumiendo un nivel de precios similar al actual.
Se trata de un gran salto que implicaría un aumento productivo promedio anual de entre el 4% y el 5%, frente a un 1% anual de la producción mundial de petróleo.
Dado que casi toda Sudamérica no está sujeta a las cuotas de producción de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y cuenta con el respaldo de nuevos descubrimientos, señalan los expertos, podría ser acertado describirla como la región de petróleo y gas de más rápido crecimiento del mundo.
Sin duda Medio Oriente seguirá produciendo en 2030 muchos más barriles de petróleo al día (unos 35 millones) que Sudamérica (cerca de 10 millones), pero lo que marcará la diferencia es el aumento porcentual de los niveles de producción.
Algunos de los proyectos en marcha más importantes en la región:
Así como las privadas, las empresas estatales están activamente desarrollando la industria.
Por ejemplo, la estatal brasileña Petrobras está haciendo importantes inversiones en unidades de producción adicionales en el yacimiento de Búzios y la estatal argentina YPF se ha puesto como un objetivo estratégico subir la producción en Vaca Muerta tanto como sea posible.
Este boom petrolero en Sudamérica, se ha encontrado con duras críticas por parte de científicos y organizaciones ecologistas que reclaman más inversiones en energías limpias para detener el avance del cambio climático.
Mientras Brasil se prepara para la conferencia climática más importante del mundo, la COP30, en noviembre, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva ha dicho que los ingresos petroleros son necesarios para financiar las energías verdes, algo que sus críticos consideran una contradicción.
“Es gracias a esta riqueza que tendremos el dinero para construir la transición energética con la que soñamos”, dijo recientemente el mandatario.
Pese a las metas de reducción de emisiones que se han planteado muchos países, la economía global, por otro lado, enfrenta el riesgo de una escasez petrolera después del 2030.
Expertos anticipan una disminución de la producción petrolera si no entran en operación nuevos yacimientos a medida que se agoten las reservas de los actuales.
Por eso, dicen, si no se explora o no se tiene éxito al hacerlo, el mundo dependería aún más de Arabia Saudita y otros países de la OPEP para cubrir sus necesidades energéticas.
Pese a las presiones ambientalistas por el desarrollo de energías como la eólica y solar, y el hidrógeno verde, la industria petrolera sigue mirando a Sudamérica, donde los barriles son relativamente más económicos de producir que en otras partes del mundo.
Estados Unidos, por ejemplo, con la maduración de muchas de las cuencas de esquisto más ricas y la disminución de la calidad de las zonas de perforación restantes, no parece tan atractivo como las oportunidades comerciales que surgen para los inversores privados en el sur del continente.
No será fácil para las energías renovables competir con el boom petrolero que se avecina en la región, aunque en el largo plazo, no todo está escrito en piedra.
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