Para entender mejor
Las Fuerzas Armadas no solo tienen mayor injerencia a nivel federal, también en los estados se ha registrado un aumento de mandos de las secretarías de seguridad pública que son provenientes del Ejército y la Marina.
Al considerar los nombramientos que se han hecho en 2023 encontramos que actualmente son 15 de los 32 estados los que tienen mandos militares, es decir, un 46%. Y 12 de ellos son gobernados por Morena.
Previamente, de 2021 -año en que Morena ganó 11 de 15 gubernaturas- a 2022 se pasó de 23% a 32% de mandos estatales de seguridad provenientes de dichas Fuerzas Armadas, según los resultados del Censo Nacional de Seguridad Pública estatal realizado por INEGI.
A detalle, los datos muestran que en 2021 el 20% de los mandos era de la propia secretaría de seguridad local, el 13% era proveniente del Ejército y el 10.1% de la Marina.
Para 2022 se ubicó en primer lugar el Ejército, con el 19.4% de los mandos de seguridad estatal proveniente de esa corporación; en segundo lugar elementos de la corporación local, con el 16.1%, y en tercero la Secretaría de Marina, con el 12.9%.
Desde ese año las fuerzas armadas han sido la corporación con más mandos de las secretarías de seguridad estatal, por encima de elementos civiles.
Estos son los 15 estados con mando militar de seguridad, y el partido que gobierna:
Baja California (Morena), Baja California Sur (Morena), Colima (Morena), Guerrero (Morena), Michoacán (Morena), Morelos (Encuentro Social), Oaxaca (Morena), Quintana Roo (Morena), San Luis Potosí (Partido Verde), Sinaloa (Morena), Tamaulipas (Morena), Tlaxcala (Morena), Veracruz (Morena), Yucatán (PAN), Zacatecas (Morena).
Un 57% de las entidades actualmente gobernadas por Morena tienen a militares como titulares de sus dependencias de seguridad pública, es decir, 12 de 21.
En enero de este año la gobernadora de Baja California, Marina del Pilar, nombró al Gral. Brig. D.E.M. Leopoldo Tizoc Aguilar Durán como titular de la Secretaría de Seguridad Pública del estado y hace algunas semanas en Sinaloa el General de División Retirado, Gerardo Mérida Sánchez, asumió la titularidad de Seguridad Pública del estado.
Asimismo, el Capitán Evelio Méndez Gómez es titular de la Secretaría de Seguridad de Guerrero desde el 2021 y en San Luis Potosí el General Guzmar Ángel González Castillo se desempeña en el cargo desde hace dos años.
Desde mayo de este año el gobernador de Baja California Sur, Víctor Castro Cosío, nombró al capitán de navío Luis Alfredo Cancino Vicente como titular de la Secretaría de Seguridad Pública de Baja California Sur y en Tamaulipas, el General Sergio Hernando Chávez García fue nombrado titular por Américo Villarreal el año pasado.
En septiembre de 2022 la gobernadora de Colima Indira Vizcaíno nombró al Capitán Héctor Alfredo Castillo Báez como titular de Seguridad Pública de la entidad, y en el caso de Michoacán el General José Alfredo Ortega Reyes ocupa la titularidad desde el 2021.
En cuanto a Morelos el vicealmirante José Antonio Ortiz Guarneros es secretario de Seguridad Pública desde el 2018. Mientras que en Oaxaca el Capitán de Fragata Infantería de Marina, Fuerza Especial, Diplomado de Estado Mayor, Iván García Álvarez, ocupa el cargo desde diciembre del 2022.
En julio de este año el Capitán de Navío del Cuerpo de Infantería de Marina, Julio César Gómez Torres, recibió su nombramiento de parte de la gobernadora Mara Lezama como titular de la Secretaría de Seguridad de Quintana Roo.
En Tlaxcala, Alberto Perea Marrufo, Capitán de Navío de la Secretaría de Marina, fue designado hace un mes como nuevo secretario de Seguridad de la entidad; mientras que en Veracruz el Capitán Cuauhtémoc Zúñiga Bonilla ocupa el cargo desde octubre del 2022.
Finalmente, en Yucatán el Comandante Luis Felipe Saidén Ojeda ocupa el cargo de Secretario de Seguridad desde el 2007 y en Zacatecas es Arturo Medina Mayoral, General de Brigada Diplomado de Estado Mayor, quien tiene la titularidad desde febrero de este año.
La versión más reciente del Censo Nacional de Seguridad Pública del Inegi arrojó el dato de que en 2022 había 180 mil 588 personas adscritas a las corporaciones policiales.
“De ellas, 62.2 % (112 315) perteneció a la policía preventiva; 29.0 % (52 400), a la policía bancaria, comercial y/ o auxiliar; 5.5 % (9 924), a la policía de tránsito y 3.3 % (5 949) a otro tipo de corporación”, se apuntó en el comunicado del Inegi.
“Ciudad de México registró la tasa más alta de personal de elementos de policía preventiva por cada mil habitantes, con 3.7; seguida de Tabasco, con 1.4″.
Aunque no se han revelado muchos detalles sobre la nueva agencia, un repaso a la trayectoria del fundador de Tesla puede dar algunas pistas.
Donald Trump le ha encargado a Elon Musk, el hombre más rico del mundo, la dirección del nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés).
Trump afirmó en redes sociales que Musk y Vivek Ramaswamy, excandidato en las primarias del Partido Republicano, “desmantelarán la burocracia gubernamental, reducirán las regulaciones excesivas, recortarán los gastos innecesarios y reestructurarán las agencias federales”.
El empresario tecnológico cuenta con una larga experiencia de liderazgo corporativo para cumplir ese objetivo que lleva meses defendiendo.
Pero su rol también le otorgaría una importante influencia sobre la política gubernamental y el entorno regulatorio en el que operan sus compañías, lo que plantea dudas razonables.
De momento se conocen pocos detalles concretos sobre el próximo Departamento de Eficiencia Gubernamental, al que Trump llamó en un comunicado “el Proyecto Manhattan de nuestro tiempo”.
El presidente electo ha adelantado que el DOGE funcionará como una especie de consejo asesor que operará de forma externa mediante una asociación con la Oficina de Administración y Presupuesto de la Casa Blanca (OMB).
El departamento, anunció Trump, “brindará asesoramiento y orientación desde fuera del gobierno, y se asociará con la Casa Blanca y la Oficina de Administración y Presupuesto para impulsar una reforma estructural a gran escala y crear un enfoque empresarial para el gobierno nunca antes visto”.
“Espero que Elon y Vivek realicen cambios en la burocracia federal con miras a la eficiencia y, al mismo tiempo, para mejorar la vida de todos los estadounidenses. Es importante destacar que eliminaremos el despilfarro y el fraude masivos que existen en nuestro gasto gubernamental anual de US$6,5 billones”, agregó.
Y, en principio, no será permanente: Trump estima que el órgano completará su trabajo en 18 meses, y Musk cree que lo hará “mucho más rápido”.
Por su parte, Musk afirmó en un mitin del entonces candidato republicano en octubre que el presupuesto del gobierno estadounidense podría reducirse en “al menos” US$2 billones de un total de US$6,5 billones.
También ha sugerido con frecuencia que el número de empleados gubernamentales se puede reducir de forma significativa.
Por su parte, Ramaswamy expresó en el pasado su deseo de eliminar una serie de oficinas federales, entre ellas el Departamento de Educación, la Comisión Reguladora Nuclear, el Servicio de Impuestos Internos y el FBI.
En todo caso, la forma en la que Musk ha dirigido sus propias empresas puede dar pistas de lo que los estadounidenses pueden esperar que haga en el DOGE.
En octubre de 2022 se hizo cargo de la plataforma de redes sociales Twitter, a la que rebautizó como X, en un acuerdo de US$44.000 millones.
Musk renunció a las políticas de moderación de contenido y eliminó el veto a los usuarios considerados infractores de las reglas sobre discurso de odio y desinformación.
Uno de los usuarios a los que restituyó fue Trump, cuyo perfil había sido censurado tras el motín del Capitolio en enero de 2021 por seguir afirmando que las elecciones de 2020 habían sido amañadas en su contra.
La adquisición de Musk trajo cambios radicales a X, como la reducción de plantilla de unas 8.000 personas a 1.500.
En abril de 2023 le dijo a la BBC que su razonamiento para tomar esta medida era que “si toda la empresa se hunde, entonces nadie tendrá trabajo”.
“Su idea de eficiencia era despedir a mucha gente”, afirma Alex Waddan, profesor de política estadounidense en la Universidad de Leicester.
Como respuesta al éxodo de anunciantes por relajar las políticas de libertad de expresión de la plataforma, el empresario monetizó algunas funciones para aumentar los ingresos.
Convirtió las marcas azules, que antes indicaban que una cuenta de una figura pública era auténtica, en un modelo de suscripción y vinculó los pagos de publicidad a usuarios “verificados” con la cantidad de interacciones recibidas.
Pero estos cambios tuvieron algunas consecuencias no deseadas.
Tras un aluvión de críticas, X asignó marcas de oro o plata a las cuentas oficiales para evitar que se confundieran con falsas, lo que significa que las marcas azules solo indican que una cuenta es de pago.
Incentivar a los usuarios con una parte de los ingresos publicitarios también aportó una vía para que las llamadas “granjas de bots” ganaran dinero con interacciones a su contenido generado automáticamente. Musk ha dicho que su equipo ha eliminado de forma repetida las cuentas de bots.
Los críticos sostienen que sus cambios han dado prominencia al discurso de odio y la desinformación, aunque él sostiene que la red social es políticamente neutral.
“Como ’empresario en serie’, Musk ha sido implacable en su intento de mejorar la eficiencia institucional en sus propias compañías”, evalúa Thomas Gift, profesor de Ciencias Políticas y director del Centro de Política Estadounidense en el University College de Londres.
Añade que, aunque el papel principal de Musk será “reducir la maraña de burocracia que es el gobierno federal de Estados Unidos”, su puesto también le aportará influencia en la nueva administración.
“Si bien su papel en el Departamento de Eficiencia Gubernamental será más informal, no hay duda de que Trump lo escucha, al menos por el momento”, sentencia.
Elon Musk “es extremadamente antirregulaciones y odia que el gobierno o cualquier otra persona le diga qué hacer“, describió la periodista de investigación Kristen Grind en el podcast The Daily del diario estadounidense The New York Times.
El acrónimo DOGE ideado por Musk hace referencia a un meme de un perro Shiba Inu que luego dio su nombre a la criptomoneda Dogecoin. Él ha mencionado ambos con frecuencia.
Christopher Phelps, profesor de historia política moderna de Estados Unidos, interpreta que el nombre es “un guiño a la desregulación de las criptomonedas como parte de sus planes”.
Los precios de las criptomonedas aumentaron después de la elección de Trump, lo que hace pensar que el presidente entrante creará un entorno regulatorio relajado.
Pero los llamamientos desregulatorios de Musk también pueden atribuirse en parte a las frustraciones que ha padecido con sus otras empresas comerciales: la compañía de vehículos eléctricos Tesla y la firma de cohetes SpaceX.
El gobierno de Estados Unidos ha acusado repetidamente a Tesla de intentar evitar que sus trabajadores se sindicalicen, lo que en algunos casos podría infringir la ley federal.
Musk, cuyo patrimonio neto estimado alcanza los US$290.000 millones, ha afirmado anteriormente que “no está en contra de todos los sindicatos”, pero que el sindicato de trabajadores automotrices “tiene un historial de destrucción de productividad que impide a una empresa competir”.
En septiembre, Musk amenazó con demandar a la Administración Federal de Aviación por sus planes de multar a su compañía SpaceX con US$633.000 por supuestas infracciones de licencias relacionadas con algunos de sus lanzamientos de cohetes desde Cabo Cañaveral, en Florida.
Acusó a la agencia de “extralimitación regulatoria”.
También ha dicho en repetidas ocasiones que quiere colonizar Marte, y el programa Starship de SpaceX es un intento de hacer esto posible.
Pero en septiembre escribió que esto solo era una posibilidad “siempre que no se vea sofocada por la burocracia” y afirmó que la creación del DOGE era “el único camino para extender la vida más allá de la Tierra”.
Entonces, ¿hasta qué punto su motivación para asumir el rol en el gobierno responde a sus intereses comerciales?
Musk “se beneficiará personalmente de gran parte de la desregulación que promociona”, opina el profesor Phelps.
“Creo que poner a alguien que es multimillonario y dirige grandes corporaciones a cargo de un proyecto federal de desregulación es algo, por naturaleza, lleno de conflictos de intereses“.
Por su parte, el profesor Gift apunta que “no hay duda de que Musk tiene importantes intereses creados en el panorama regulatorio de Estados Unidos como resultado de sus muchas empresas comerciales”.
Al mismo tiempo, matiza, “es difícil afirmar que este sea el único motivo que lo impulsa”.
“Musk ha asumido enormes riesgos personales y políticos al salir del armario a favor de Trump, y muchas de sus actividades y retórica parecen mostrar a un individuo ideológicamente comprometido con causas en las que cree”.
El profesor Waddan coincide con este punto de vista: “es evidente que tiene algo en juego y un interés propio, pero igualmente puede creer sinceramente que hay demasiada regulación y demasiada burocracia gubernamental”.
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