Nota de la editora: Este artículo se publicó originalmente en Chequeado y puedes también consultarlo aquí.
En Argentina circulan con fuerza relatos que rechazan, niegan o distorsionan el conocimiento científico. En muchas ocasiones, las narrativas desinformantes no se circunscriben a un sólo país sino que cruzan fronteras. Por eso, Chequeado decidió investigar qué discursos anticiencia circulan en otros países de Latinoamérica.
Para esto, este medio contó con la colaboración de los sitios de verificación de datos Animal Político (México), La Silla Vacía (Colombia) y Fast Check (Chile), todos miembros de la red de chequeadores LatamChequea.
En estos cuatro países circulan contenidos que promueven tratamientos sin evidencia científica y, en muchos casos, peligrosos para la salud. También, afirmaciones falsas sobre la seguridad de las vacunas.
Por otro lado, en estos tres países se ven discursos vinculados a la identidad de género y la salud sexual y reproductiva, muchas veces relacionados con la “ideología de género”, como ocurre en Argentina. En muchos casos, estos discursos están impulsados por figuras públicas o influencers con llegada masiva y se conectan con teorías sobre la Agenda 2030.
A diferencia de Argentina, en ninguno de los otros tres circulan muchas desinformaciones que avalen el terraplanismo, los chemtrails, el negacionismo climático o desinformen sobre el agujero de ozono.
Muchos de los contenidos que circulan en dicho país se vinculan con las pseudoterapias o las falsas curas. Por ejemplo, se difunde que la ingesta de calcio y vitamina D sirve para tratar el dengue, o que el agua alcalina, el té de infusión o el agua de limón con bicarbonato sirven para combatir el cáncer. También, contenidos falsos que afirman que el cáncer no existe y que se utiliza solo como excusa para vender tratamientos costosos, o que puede curarse simplemente con “baños de sol”.
“En México existe un problema de falta de cobertura médica, poco presupuesto para medicamentos y vacunación. Todo esto ha llevado a una baja en las tasas de vacunación infantil, menor acceso general a la salud y un mayor gasto personal por parte de la ciudadanía para cubrir sus necesidades médicas. Eso ha dado lugar a un montón de desinformaciones del tipo ‘curate con este remedio natural’”, explicó a Chequeado Samedi Aguirre, coordinadora de alianzas, innovación y proyectos de impacto de Animal Político.
Y agregó que esto se traduce en una desconfianza hacia las instituciones más que hacia un partido político en particular.
Luego de la pandemia por COVID-19, circulan contenidos falsos que aseguran que instituciones como la Administración de Medicamentos y Alimentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) o los Institutos de Salud de los Estados Unidos aprobaron la ivermectina como tratamiento. Además, persisten narrativas que desconfían de las vacunas, como la que sostiene que causan autismo.
“Existe un discurso en contra de las farmacéuticas, con frases como ‘dejemos de consumir ciertos tratamientos médicos porque las farmacéuticas son malvadas y no quieren que sepas que las vacunas causan autismo, porque necesitan personas enfermas de autismo para curarlas’”, explicó Aguirre.
Por otro lado, algunos grupos han ganado terreno en México con discursos centrados en las personas trans y en las infancias trans, como por ejemplo que en EE.UU. “la mayoría de los tiroteos son cometidos por personas trans” o que en México “existen cirugías, mutilaciones y tratamientos hormonales para infancias trans”, ambas afirmaciones falsas.
Entre quienes difunden estas ideas están el ex postulante a candidato presidencial y actor mexicano Eduardo Verástegui y la diputada local América Rangel (Partido Acción Nacional).
En México también existen grupos negacionistas del cambio climático, aunque son pequeños. En algunos casos, como también sucede en Argentina, estas narrativas apuntan contra organismos internacionales como el Foro Económico Mundial. Se difunden afirmaciones falsas, como que este organismo anunció que el cambio climático llevará a “congelar” cuentas bancarias o que pidió sacrificar mascotas para combatirlo.
Otro foco de desinformación, aunque pequeño, son las teorías en torno al proyecto HAARP, que también circulan en Argentina. Se asegura falsamente que este programa provocó sismos en México o que tiene la capacidad de manipular tornados y huracanes.
En muchos casos, grupos más radicales como “Médicos por la Verdad” o “Mexicanos por la Verdad” -de los cuales también existe una versión argentina-, difunden este tipo de contenidos desinformantes que agrupan todo: antivacunas, salud y cambio climático.
María José Echeverry, periodista de La Silla Vacía, explicó a Chequeado que los contenidos científicos relacionados con la salud, como las vacunas y los medicamentos, tienen mucho eco en Colombia. “La salud siempre ha sido un tema muy sensible, y actualmente lo es aún más por la intención del gobierno de reformar el sistema”, señaló.
Un ejemplo de esto es que el actual ministro del área, Guillermo Alfonso Jaramillo (Colombia Humana), aseguró -ya fuera del contexto de la pandemia- que las vacunas contra la COVID-19 son experimentales, una afirmación falsa. O los contenidos engañosos que aseguran que se aplican vacunas vencidas.
Con los recientes casos de fiebre amarilla también circularon desinformaciones que vinculan esta vacuna con la Agenda 2030. Por ejemplo, publicaciones que aseguran que la vacuna contra dicha enfermedad contiene grafeno -como ya ocurrió con las vacunas contra la COVID-19 y que es falso-.
También abundan los videos generados con inteligencia artificial en los que supuestos médicos o científicos reconocidos recomiendan medicamentos para la hipertensión, la diabetes o la obesidad.
Santiago Amaya Barrantes, también periodista de La Silla Vacía, explicó a este medio que, en muchos casos, los contenidos desinformantes sobre vacunas no responden a una sola ideología, sino que expresan un discurso “antisistema”, en rechazo a supuestos intentos de control por parte del gobierno de turno o instituciones como la OMS.
Un ejemplo de esto es Cisalia Camacho, representante de la Veeduría Ciudadana por la Verdad, un colectivo que ha desinformado sobre vacunación y salud.
Además, circula con fuerza un discurso anti-LGBT, impulsado por influencers colombianos que difunden desinformación sobre la identidad de género, también enmarcado en teorías vinculadas a la Agenda 2030. En 2024, por ejemplo, se cayó la sanción de un proyecto en el Congreso que buscaba prohibir que las personas fueran sometidas a tortura y tratos crueles con el objetivo de “cambiar” su orientación sexual o identidad de género.
Durante el debate de este proyecto circularon diversas narrativas desinformantes, como aquellas que decían que se buscaba enviar a “la cárcel a quienes defienden la ciencia y la verdad”, que la iniciativa “buscaba la destrucción de la familia y la naturaleza humana” o que se “imponía la ideología de género”.
Parte de esos contenidos fueron difundidos por la influencer colombiana Camila Rojas, quien participó de un live con Agustín Laje -politólogo argentino y escritor ligado a La Libertad Avanza (LLA), el partido del presidente argentino Javier Milei- y otro influencer chileno, Nael Condell, donde decían que la iniciativa buscaba acabar con la familia.
Además, Echeverry explicó que los movimientos que niegan el cambio climático son muy silenciosos en Colombia, y que no hay “grandes influencers que difundan este tipo de narrativas”. “Sin embargo, cuando estamos en temporada seca ocurren muchos incendios y durante esas épocas sí hay un discurso anticlimático que se replica muchísimo: que los incendios son provocados y que son mentira”.
Al igual que en México, Argentina y Colombia, en Chile también circulan numerosas desinformaciones relacionadas con la pseudomedicina. Se difunden, por ejemplo, afirmaciones falsas que sostienen que el bicarbonato de sodio puede curar la prostatitis y el cáncer, que el agua de mar es eficaz contra la hipertensión, la diabetes y el colesterol, y que el dióxido de cloro puede curar enfermedades como el autismo.
En cuanto a las vacunas, existen algunos casos de políticos o personajes públicos que han desinformado públicamente sobre este tema. Es el caso del diputado y candidato presidencial Johannes Kaiser (Partido Nacional Libertario), quien en marzo de 2025 aseguró que los recién nacidos reciben 72 dosis de vacunas y que estas contienen metales pesados, algo que es falso.
Sin embargo, Francisca Eade, coordinadora de fact-checking de Fast Check, señaló que en Chile “no hay tanta resistencia a las vacunas ni un discurso antivacuna tan orquestado”. Para Eade, si bien hay personas que difunden este tipo de mensajes, su impacto y visibilidad son relativamente bajos.
Además, al igual que en los otros países, en Chile existen desinformaciones sobre género que tienen mucho impacto mediático y en redes sociales, y que se relacionan con la medicina, en medio de la controversia por el alcance de los tratamientos hormonales en menores de 18 años que circula desde hace meses.
Por ejemplo, aquellas desinformaciones que sostienen que el gobierno de Gabriel Boric (Frente Amplio) “modificó la ley de cambio de sexo registral, reduciendo la edad mínima a 3 años”, o las que engañan sobre los tratamientos hormonales en niños. También, aquellas que inventan declaraciones de políticos en contra de los cambios de sexo en adolescentes, como la que aseguró que el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, soliticó cárcel para los médicos que realicen “cirugías de cambio de sexo” a menores.
También circulan contenidos sobre el cambio climático, aunque sobre fenómenos naturales de otros países, como los huracanes en los Estados Unidos o la DANA en España, y aquellas que ponen el foco en organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Foro Económico Mundial o el Banco Central Europeo.
La desinformación puede perjudicar la salud física y mental de las personas, incrementar la estigmatización, amenazar los valiosos logros conseguidos en materia de salud y estimular el incumplimiento de las medidas de salud pública. Además, polariza el debate público; da alas al discurso de odio; potencia el riesgo de conflicto, violencia y violaciones de los derechos humanos; y amenaza las perspectivas a largo plazo de impulsar la democracia, los derechos humanos y la cohesión social.
¿Qué hacer frente a la desinformación sobre ciencia y las teorías conspirativas? Hay varios enfoques que pueden funcionar: por ejemplo, contrarrestar la información errónea con mensajes basados en datos científicos de calidad, o “inocular” a las personas preparándolas para detectar las falacias antes de que se expongan a la desinformación. Pero investigaciones recientes también muestran que es clave fomentar diálogos significativos entre grupos escépticos, referentes comunitarios y científicos, como así también la alfabetización mediática e informacional para fortalecer el pensamiento crítico.
Esta nota forma parte del proyecto de Chequeado “Desinformación sobre ciencia en la Argentina y en América Latina”, que cuenta con el apoyo del Pulitzer Center. Contó con la colaboración de Animal Político (México), La Silla Vacía (Colombia) y Fast Check (Chile).
El nuevo aeropuerto Jorge Chávez quiere mejorar las conexiones de la capital peruana y ser vanguardia en la región.
El nuevo aeropuerto Jorge Chávez de Lima comienza a funcionar a pleno rendimiento este primero de junio con la promesa de convertirse en uno de los aeródromos más modernos y con más tránsito de Sudamérica.
Después de varias semanas de pruebas, en las que un grupo reducido de aerolíneas internacionales han estado operando vuelos en las nuevas instalaciones, el nuevo Jorge Chávez entrará plenamente en funcionamiento con el objetivo de mejorar la capacidad de atracción de visitantes y la conectividad de Perú.
Tras su inauguración oficial este viernes 30 de mayo, en un acto en que se espera la participación de la presidenta Dina Boluarte, el domingo a la 1pm hora local el aeropuerto estará totalmente operativo.
El camino hasta la inauguración del nuevo aeropuerto no ha sido fácil ni ha estado exento de retrasos y contratiempos. Estaba inicialmente prevista para diciembre de 2024, pero se aplazó hasta junio de este año para garantizar la seguridad y un eficiente desarrollo de las operaciones.
Y han surgido dudas sobre el impacto de algunas carencias aún no resueltas, como el escaso espacio destinado a los funcionarios de Inmigración, que podría provocar retrasos en la admisión de pasajeros al país, las esperas por la acumulación de vuelos tras las horas sin actividad del primer día o la falta de un acceso peatonal a la terminal.
Pese a todo, el nuevo aeropuerto tendrá previsiblemente un gran impacto en Perú y en su capital, así como en el transporte aéreo en Sudamérica.
Según Raúl Pérez Reyes, ministro peruano de Transportes, “la inauguración de este moderno aeropuerto marcará un hito para el desarrollo económico y turístico del país”.
El nuevo aeropuerto es el resultado básicamente del agotamiento de la capacidad del antiguo aeródromo, que entró en funcionamiento en 1960.
“En 2014 ya comprobamos que el número de pasajeros estaba creciendo a un ritmo superior a lo de que se había planeado para la infraestructura”, le cuenta a BBC Mundo Norbert Onkelbach, jefe comercial de Lima Airport Partners, la empresa de capital alemán que tiene la concesión de la explotación del aeropuerto.
En 2017, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones peruano y la empresa concesionaria acordaron una extensión de la concesión hasta 2041 con el compromiso de que esta construiría una nueva terminal.
Para entonces el viejo Jorge Chávez ya recibía unos 17 millones de pasajeros al año.
Con más de US$2.000 millones de inversión, el nuevo Jorge Chávez tiene 270.000 metros cuadrados de superficie y 46 puertas de embarque.
Con capacidad para 40 millones de pasajeros anuales, futuras ampliaciones podrían elevar esa cifra hasta los 50 millones anuales.
La segunda pista construida, que se suma a la del viejo aeropuerto, que seguirá operativa, ha dejado a la nueva terminal en medio de dos pistas que pueden utilizarse simultánea y coordinadamente.
“Esto nos permitirá llegar a los 54 movimientos por hora, desde los 35 que ahora se realizan”, señala Onkelbach.
La nueva terminal cuenta con avances que deberían facilitar el tránsito y la experiencia de los pasajeros, como equipos de tomografía computerizada tridimensional que permiten inspeccionar los equipajes en el control de seguridad sin que haya que sacar los dispositivos electrónicos de su interior, como ahora sucede en muchos aeropuertos del mundo.
También contará con puntos de control electrónicos en los que peruanos y extranjeros residentes en el país podrán completar el trámite migratorio tan solo con mostrar sus documentos ante un escáner.
El viejo Jorge Chávez dejará de recibir pasajeros y sus instalaciones se convertirán en áreas de estacionamiento y mantenimiento de las aeronaves, y dependencias administrativas y logísticas de las aerolíneas y otros agentes aeroportuarios.
Para Perú, país donde el comercio exterior y el turismo representan un 2,9% de su Producto Interno Bruto anual, contar con un aeropuerto moderno y con gran capacidad en su capital es un asunto de gran importancia.
La compañía que opera el de Lima tiene como objetivo llegar a los 38 millones de pasajeros en 2030, lo que acercaría el nuevo Jorge Chávez a los 40 millones que pasan cada año por el aeropuerto de Sao Paulo, o los 46 del aeropuerto de El Dorado, en Bogotá, actual líder en la región.
El objetivo, dice Onkelbach, “es convertir al de Lima en el aeropuerto que conecta Norteamérica y Sudamérica”.
Actualmente, solo alrededor de un 10% de quienes aterrizan en Lima toman después un vuelo de conexión y Lima Airport Partners quiere elevar esa cifra hasta el 30 ó 35% con el nuevo aeródromo. “Aunque eso dependerá las condiciones de mercado de las aerolíneas con las que trabajamos”, advierte Onkelbach.
La chilena Latam es la principal usuaria y se espera que su actividad y presencia aumenten.
Lima tiene algunas ventajas para las aerolíneas.
Por su ubicación geográfica, les permite alcanzar destinos desde Canadá hasta Chile y Argentina con aviones de fuselaje estrecho, lo que les permite un mejor aprovechamiento de su flota sin tener que recurrir a aparatos más grandes habitualmente utilizadas en vuelos de larga distancia.
Su clima, caracterizado por una casi total ausencia de lluvias, facilita las operaciones y la puntualidad de los vuelos.
Sin embargo, el aeropuerto tendrá que superar algunos hándicaps propios de la zona en la que se ubica.
Los atascos y problemas de movilidad son habituales en el área urbana de Lima-El Callao, lo que obliga a los pasajeros a trasladarse con mucha antelación hacia el aeropuerto si quieren llegar a tiempo.
Y los críticos señalan que las autoridades deberán mejorar los accesos si quieren evitarse las filas de autos y escenas de caos circulatorio que formaban parte del día a día en el viejo aeropuerto.
Tanto las autoridades peruanas como la compañía concesionaria se muestran optimistas sobre el futuro del nuevo aeropuerto.
El ministro Pérez Reyes creen que colocará a Perú como “un hub más competitivo en la región”.
Sin embargo, su entrada en funcionamiento no tendría por qué ser una amenaza para otros “hubs” consolidados como Bogotá, Ciudad de Panamá o Sao Paulo.
“Podemos conectar con las ciudades secundarias de Norteamérica, Sudamérica y Centroamérica. No vamos a quitarle cuota de mercado a nadie porque en Sudamérica hay margen de crecimiento para todos siempre que no se produzca una recesión”, dice Onkelbach.
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