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“Todos los días se escuchan ráfagas”: Cómo ha impactado a la población la violencia en Sinaloa y qué han hecho las autoridades
“Todos los días se escuchan ráfagas”: Cómo ha impactado a la población la violencia en Sinaloa y qué han hecho las autoridades
Con imagen de Cuartoscueo / José Betanzos
8 minutos de lectura

“Todos los días se escuchan ráfagas”: Cómo ha impactado a la población la violencia en Sinaloa y qué han hecho las autoridades

Habitantes de Sinaloa se mantienen en confinamiento para protegerse de la ola de violencia que lleva más de una semana en la entidad.
17 de septiembre, 2024
Por: Luz Rangel y Luis Fernando Lozano
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Culiacán, Sinaloa, y municipios aledaños como Elota, Cosalá y San Ignacio enfrentan una ola de violencia que se ha extendido por más de una semana, con enfrentamientos de grupos armados que han ocasionado al menos 31 homicidios y 37 desapariciones, además de robo de vehículos que llevaron a la población al confinamiento en sus domicilios.

A diferencia de los enfrentamientos ocurridos el jueves 17 de octubre de 2019, a raíz de la captura y posterior liberación de Ovidio Guzmán López, y el jueves 6 de enero de 2023, cuando fue detenido, trasladado e ingresado a la prisión de máxima seguridad Centro Federal de Readaptación Social 1, la violencia e inseguridad se ha extendido por días sin saber cuándo terminará.

“Del lunes a esta fecha tenemos formalizados 29 personas víctimas, más las dos del día de hoy serían 31, y una extremidad cefálica localizada en la colonia República Mexicana”, indicó la fiscal general del Estado, Claudia Zulema Sánchez Kondo, el lunes 16 de septiembre, según Ríodoce.

¿Qué está pasando en Sinaloa?

“Son enfrentamientos entre grupos civiles  armados y son en diferentes zonas, presumiblemente, según las autoridades, del crimen organizado”, menciona Karen Bravo, editora general del noticiero Noroeste.

Aunque las autoridades no han mencionado a qué grupos del crimen organizado se atribuye la ola de violencia en Culiacán y municipios aledaños, esta ocurrió tras la detención en Texas de Ismael “El Mayo” Zambada, cofundador del Cártel de Sinaloa, a finales de julio de este año por parte del Departamento de Justicia de Estados Unidos.  

Zambada afirmó que Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, le pidió asistir a una reunión para dirimir una disputa entre el gobernador de Sinaloa y Héctor Melesio Cuén Ojeda, el diputado federal electo que fue asesinado el mismo día de su captura. Fue ahí donde lo trasladaron en contra de su voluntad a territorio estadounidense, según su versión.

“Hay dos grupos criminales que se están peleando a partir de la detención de Ismael Zambada García. No han querido ser explícitos sobre cuáles”, dice Marcos Vizcarra, reportero de Revista Espejo.

La poca información que ha circulado vincula los enfrentamientos a una escisión del Cártel de Sinaloa en dos grupos, cada uno dirigido por sucesores de los dos principales líderes del grupo: “El Chapo” Guzmán y “El Mayo” Zambada.

La y el periodista explican que los enfrentamientos que han ocasionado esta nueva ola de violencia han sido inéditos por la duración de más de una semana, el confinamiento, la negación de las autoridades y la desinformación en redes. Sin embargo, no han recibido la suficiente cobertura en medios de comunicación nacionales.

“Me siento como en los primeros días de la pandemia. Es lo más similar que he vivido, ¿por qué? Porque estamos en un confinamiento, en ese entonces era por orden de las autoridades, ahorita es un confinamiento voluntario en el que no sabemos qué es lo que va a pasar porque no tenemos información”, cuenta Karen Bravo.

El gobierno de Sinaloa anunció la cancelación de los festejos patrios debido a la situación de violencia e inseguridad en Culiacán y los municipios aledaños como Elota, Cosalá y San Ignacio.

“Hemos resuelto que el festejo del Grito del 15 de septiembre va a ser suspendido, no habrá festejo alguno, ni público ni privado”, señaló el gobernador Rubén Rocha Moya en un video.

“Hubo lugares donde se reportaron que hubo fiestas, pero muy puntuales: en colonias, en calles, en casas. Pero, por ejemplo, los antros cerraron, los bares cerraron, todos estos tipos de centros nocturnos cerraron durante el fin de semana en quincena, en puente y en el grito”, afirma Marcos Vizcarra.

Además, durante unos minutos, las páginas oficiales del Servicio de Administración Tributaria del Estado de Sinaloa (SATES) y del Colegio de Bachilleres del Estado de Sinaloa (COBAES) fueron hackeadas y en ellas apareció una amenaza contra el gobernador Rubén Rocha Moya.

“Hay una gran cantidad de personas que estamos siendo víctimas, que tantas personas estemos confinadas, que tantas personas tengamos que salir con miedo y que tantas personas queramos ir al súper y abastecernos porque tenemos mucho miedo de que mañana no vayamos a poder salir”, enlista Vizcarra además de las víctimas mortales, de desaparición o robo.

Otro hecho inédito fue que trabajadores del IMSS Villa Unión dieron a conocer en un oficio que un grupo armado les amenazó e intimidó la madrugada del domingo 15 de septiembre para exigirles dar atención a personas heridas de bala.

“Durante la madrugada arribaron al servicio de urgencias del IMSS Bienestar Villa Unión, en Mazatlán, un grupo armado de delincuentes con personas heridas de arma de fuego que requerían atención médica”, dice el documento fechado el 15 de septiembre  en Villa Unión, Mazatlán, con los logos del Gobierno de México y del Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social.

¿Cómo ha impactado a la población?

Habitantes de Culiacán coincidieron en que hay una falta de claridad en la información que ofrece el gobierno estatal a la ciudadanía, lo que ha generado incertidumbre y desconfianza hacia las autoridades. 

En esta semana, Laura vivió una balacera durante la madrugada a cinco casas de la suya, ubicada en Culiacán, por lo que pidió a su familia que se resguardara. Durante el enfrentamiento, pensó en llamar al 911 para reportar la emergencia, pero desistió ante el miedo por las detonaciones y la duda de la respuesta de las autoridades. Agentes de la policía llegaron al lugar cinco horas más tarde, cuenta.

“Todo lo que está pasando en la ciudad, no lo quiero normalizar, pero es algo que ya había pasado antes. Sólo que esta vez mil veces peor, porque ya lleva ocho días”, reclama la joven de 25 años.

En las calles, relata a El Sabueso otra mujer de Culiacán, de 43 años de edad, que pidió el anonimato, desde pequeños negocios o cadenas de supermercados cerraron o redujeron sus horarios y hay poca disponibilidad de transporte público. Eso, sumado a la falta de información, llevó a muchas personas a no salir de sus viviendas.

“La situación es complicada, falta mucha información, el gobierno no comunica de manera certera, real. Dice que la población no corre peligro, que los enfrentamientos son fuera de la ciudad, cuando en realidad todos los días se escuchan ráfagas”, narra.

Un ejemplo del impacto a las actividades de la población fue la suspensión de los festejos por la Independencia de México, por orden del gobernador estatal. A diferencia de otros años, platica Laura, las familias se resguardaron en sus casas, en grupos pequeños, y hubo poca actividad en restaurantes y bares. 

“Un día normal hubiera sido de muchísima fiesta y de antros o cosas por el estilo,  de irse al rancho con tu familia y todos reunidos. Sí, fue muy muy diferente. Aquí hubo pozole, pero solo con los que estamos en la casa. Para nosotros fue como muy solitario, lo voy a decir, ese día no fue como a México lo caracterizan”, expresa.

Autoridades minimizan la situación

Desde la mañana del lunes 9 de septiembre, ante los primeros reportes de violencia, el gobierno estatal decidió suspender las clases del turno matutino.

“Hemos decidido suspender las actividades escolares de manera preventiva para mayor tranquilidad de madres y padres de familia”, agregó el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, sobre el turno vespertino en las localidades de Culiacán y Costa Rica.

Ese mismo día, el gobernador sostuvo que Culiacán estaba tranquila y definió los hechos como un “problemita” en la localidad de Costa Rica. 

“Ya está todo circulando, sólo hay algunos heridos y hay algunos vehículos despojados, son 12 vehículos. (…) La situación está controlada”, aseguró.

Rubén Rocha Moya, gobernador de Sinaloa
Rubén Rocha Moya, gobernador de Sinaloa

El 10 y 11 de septiembre, la Secretaría de Educación Pública y Cultura del Gobierno de Sinaloa informó que oficialmente se mantendrían las actividades escolares de forma regular. Fue hasta el jueves 12 de septiembre, después de tres días de violencia, que el gobierno estatal suspendió nuevamente las clases para ese día y el viernes 13 de septiembre, con el argumento de la tormenta Ileana en la costa del Pacífico.

“Informo a la sociedad sinaloense, que se suspenden las actividades escolares en los municipios de Culiacán, Elota, Cosalá y San Ignacio, el día de hoy 12 de septiembre de 2024, en todos los niveles y modalidades educativas”, publicó Rocha Moya, desde su cuenta de X.

Ese mismo día, el gobernador informó la cancelación del grito de Independencia en el Palacio de Gobierno así como de todos los festejos públicos y privados relacionados con el 15 de septiembre para resguardar a la población ante la ola de violencia.

“Necesitamos seguir cuidándonos. Me interesa mucho la seguridad de la población, por ello quiero anunciar que hemos resuelto que el festejo del Grito del 15 de septiembre va a ser suspendido”, dijo en un video difundido el 12 de septiembre en su cuenta de X.

En su conferencia matutina del viernes, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que se estaba atendiendo la situación en Sinaloa, que calificó como una confrontación “no tan abierta”. “Hasta ahora no ha habido, en el caso de Sinaloa, muchos homicidios”, afirmó. 

Esto pese a que en los ocho días de violencia en la entidad se registró la jornada más violenta de todo el año, con 14 víctimas de homicidio el pasado 15 de septiembre, según el reporte diario de homicidio doloso del gobierno federal.

En las primeras dos semanas de septiembre, el promedio de víctimas de homicidio por día en Sinaloa se elevó casi al doble en comparación con lo registrado entre enero y agosto de 2024.

Tabla de homicidios promedio en Sinaloa en 2024
Elaboración propia

Fuente: SESNSP

*Con datos del reporte de homicidios diario del Gobierno de México del 1 de agosto al 15 de septiembre de 2024.

El lunes 16 de septiembre, tras el desfile militar por los festejos de Independencia, el gobernador de Sinaloa solicitó apoyo de parte de las autoridades federales para reforzar las corporaciones de seguridad. 

Aunque el general Francisco Jesús Leana Ojeda, comandante de la Tercera Región Militar en Sinaloa, reconoció en conferencia de prensa que el cese de la violencia depende de los grupos delictivos y no de las autoridades.

“No depende de nosotros, depende de los grupos antagónicos que dejen de hacer confrontación entre ellos y que estén dejando a la sociedad en paz, para que vivan con tranquilidad”, dijo. “Depende de ellos, ellos son los que vienen a hacer las agresiones y son los que están cobrando vidas”.

Ante este tipo de mensajes, Laura comenta que se siente desprotegida, pues para ella, las autoridades se han encargado de minimizar la situación que se vive en Sinaloa.

“Creíamos que iba a ser algo de un día, pero después pasó el día dos y luego el tres, y las esperanzas se rompieron. Ahorita, la verdad es que, platicando con todos mis amigos, no tenemos certeza ni esperanza de que mañana sea el último día. Sólo tenemos fe de que algún día todo esto termine”.

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Imagen BBC
¿Los niños perciben el tiempo de manera diferente? Entérate de la razón
10 minutos de lectura

Mientras crecen los niños van adquiriendo la concepción del tiempo, pero mientras lo hacen su percepción del mismo es muy distinta a la de los adultos.

11 de septiembre, 2024
Por: BBC News Mundo
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La percepción del tiempo por parte de los niños es un tema poco estudiado. Aprender a ver cómo pasa el tiempo podría ser fundamental para tener una experiencia de vida mucho más feliz.

En mi casa nos vemos siempre absorbidos por el debate de cuándo el tiempo va más rápido o más despacio.

“Es más corto en el carro”, grita mi hijo.

“Nunca”, contesta mi hija

Pero también hay consensos: los dos están de acuerdo en que los días después de Navidad y sus cumpleaños son especialmente lentos debido a la idea de que deben esperar otros 365 días para celebrar ambas fechas.

Para ellos un año es un espacio de tiempo muy largo.

Es un sentimiento que yo recuerdo bien: las vacaciones de mitad de año llenas de meterse en el agua, caminar por el pasto recién cortado, la ropa secándose al sol.

En momentos así, el tiempo realmente parece moverse más lento.

Teresa McCormack, profesora de psicología en la Universidad de Belfast en Irlanda del Norte, cree que la relación niños y el tiempo es un campo poco estudiado.

Su trabajo ha probado que hay algo fundamentalmente diferente sobre cómo los niños procesan el tiempo, especialmente con el tema del reloj interno, que funciona a una velocidad distinta que a la de los adultos.

Pero en esto hay más preguntas que respuestas.

“Es extraño que no sepamos todavía cuándo es el momento en que los niños pueden hacer una distinción entre pasado y futuro, dado el hecho de que eso estructura la forma en que pensamos cuando somos adultos”, señala la académica.

Ella explica que a pesar de que no tenemos claro cuándo los niños entienden la sensación de estar en una línea del tiempo, sabemos que desde etapas tempranas del crecimiento, los niños entienden eventos rutinarios como las horas de comer y la de ir a acostarse.

Niña dibuja un reloj
Getty Images
La capacidad de vincular la duración con la velocidad con la que pasa el tiempo se desarrolla en la parte tardía de la infancia.

Pero McCormack aclara que esto no es lo mismo que la sensación lineal del tiempo que tenemos los adultos.

A diferencia de los niños, los adultos tienen la capacidad de pensar en puntos en el tiempo de forma independiente de cuando va a ocurrir un evento, basando su conocimiento en el sistema del calendario y la hora convencional.

La forma de llamar al tiempo

La semántica también juega un papel fundamental.

“Le toma tiempo a los niños ser competentes a la hora de usar el lenguaje temporal, como usar términos como antes, después, mañana o ayer”, explica McCormack.

Ella señala que nuestra compresión de las partes del tiempo también están basadas en cuándo se le pregunta a las personas sobre esos juicios temporales.

“¿Estás haciendo la pregunta sobre eventos que están pasando o que pasaron antes?”, cuestiona la académica.

Y añade: “Por ejemplo, el tiempo entre que mi hijo nació hasta que dejó la casa ahora parece que fue en un abrir y cerrar de ojos, pero durante el tiempo en el que había que lidiar con la crianza del niño, un solo día podía durar la eternidad”.

Estudios han encontrado que juzgar la duración y la velocidad del paso del tiempo se desarolla de forma separada en los humanos.

Los niños menores de seis años pueden percibir que tan rápido pasa una hora de clase, por ejemplo, pero su juzgamiento tiene que ver más con su estado emocional que con la propia duración de la clase.

Esos dos elementos se juntan en una etapa más tardía, cuando los niños comprenden la relación entre velocidad y duración.

Entonces ahi comienza a ser un tema de memoria.

Muchas investigaciones se enfocan en cómo nuestra experiencia del paso del tiempo depende en la manera en que nuestro cerebro acumula las memorias y captura las experiencias.

Esto es algo que ha fascinado a Zoltán Nádasdy, profesor de psicología en la Universidad Eötvös Loránd de Budapest.

Joven sostiene la mano de un anciano.
Getty Images
No se sabe con exactitud cuándo los niños tienen un concepto claro del tiempo lineal como lo tienen los adultos.

Como estudiante universitario, Nádasdy convenció a sus compañeros de llevar a cabo una investigación sobre cómo perciben el tiempo los niños y los adultos.

Él quería comprender porque el tiempo parecía dilatarse cuando había un accidente, por ejemplo. El experimento fue simple: le mostraron tanto a niños, como a adultos dos videos, cada uno de un minuto de duración, y les preguntaron cuál le parecía el más largo y cuál el más corto.

Tres décadas después, Nádasdy y su equipo decidieron repetir el experimento. Dos videos, uno de un enfrentamiento lleno de acción entre policías y ladrones y otro en el que no parecía pasar donde había gente navegando sobre un río.

El resultado fue igual.

“Para los niños entre cuatro y cinco años, el video lleno de acción les pareció más largo que el otro que era aburrido. Para la mayoría de los adultos, fue todo lo contrario”, explicó el académico.

Ellos usaron gestos con las manos para comprender si los participantes percibían el tiempo como algo horizontal, algo que fue evidente en los tres grupos investigados.

Lo que el experimento mostró, señala Nádasdy, es que en ausencia de un órgano sensorial para predecir el tiempo, los humanos usamos otras aproximaciones.

“Nuestra experiencia sensorial explícita sobre el tiempo siempre es indirecta, lo que significa que necesitamos alcanzar algo que pensamos se correlaciona con el tiempo”, explica.

“Y en psicología esto se llama heurística. Entonces, para los niños, ¿qué pueden alcanzar? Pues lo más que puedan hablar sobre ello”.

Esa aproximación tiende a cambiar una vez el niño entra al colegio, un lugar donde debe aprender sobre los conceptos de simultaneidad y tiempo absoluto.

“No nos da la sensación de tiempo, pero reemplaza esos heurísticos con otro. Cuando vas al colegio tienes que cumplir con un horario. Tu día está totalmente controlado”, añade Nádasdy

Niña se mide en una pared
Getty Images
A medida que los niños van creciendo, comprenden los conceptos del paso del tiempo en duración e intensidad.

Pero entonces McCormack añade dos factores adicionales que están en juego cuando hablamos del concepto del tiempo de los niños.

“Uno, es que su proceso de control no es el mismo que el de los adultos”, anota la académica.

“Ellos pueden ser más impacientes y puede resultarle más difícil esperar. También puede estar relacionado con su proceso de atención. Entre más atención le pongas al paso de un periodo de tiempo, más lento te va a parecer”, indica.

De acuerdo a una investigación hecha por Sylvie Droit-Volet, profesora de psicología de la Universidad Clermont Auvergne en Francia y John Wearden, profesor emérito de psicología en la Universidad de Keele en Reino Unido, lo mismo aplica para los adultos.

Ellos descubrieron que la experiencia del paso del tiempo de una persona en la vida diaria no fluctua con la edad, pero sí con su estado emocional.

Para ponerlo simple: si estás feliz, el tiempo pasa rápido. Si estás triste, el tiempo se arrastra lentamente.

Un ejemplo de esto se vio en la cuarentena durante la pandemia del covid-19, donde investigadores encontraron evidencia de que el paso lento del tiempo estaba asociado con estar más estresado, tener menos cosas para hacer y envejecer.

También es posible inducir el efecto viendo una película: las películas aterradoras pueden hacer que el tiempo parezca más largo, por ejemplo, al igual que mirar imágenes que nos repugnan.

Otras investigaciones han demostrado que las experiencias desagradables, como un viaje en un tren lleno de gente en la hora más congestionada, también parecen durar más que un viaje más tranquilo.

El cuerpo y el tiempo

A medida que envejecemos se produce un grado de deterioro físico que también podría afectar a nuestro juicio sobre el tiempo, señala Adrian Bejan, profesor de ingeniería mecánica en la Universidad de Duke en Durham, Carolina del Norte.

Bejan ha intentado explicar el enigma de nuestra percepción del tiempo por medio de una teoría que desarrolló en 1996 sobre la “física de la vida” que se ha conocido como “ley constructiva”.

“La mayor fuente de información que llega a nuestro cerebro es la visión, desde la retina hasta el cerebro”, señala Bejan.

El académico explica que a través del nervio óptico, el cerebro recibe instantáneas, como los fotogramas de una película. El cerebro se desarrolla en la infancia y está acostumbrado a recibir muchas de estas “capturas de pantalla”.

Niños escribe en un papel con un reloj al lado.
Getty Images
Al entrar en el colegio los niños van comprendiendo el concepto del tiempo debido a que están en un entorno controlado por los horarios.

“En la edad adulta, el cuerpo es mucho más grande. La distancia entre la retina y el cerebro se ha duplicado en tamaño, las vías de transmisión se han vuelto más complejas y tienen más ramificaciones. Y además, con la edad, experimentamos una degradación”, destaca.

Esto, agrega, significa que la velocidad a la que recibimos “imágenes mentales” de los estímulos de nuestros órganos sensoriales disminuye con la edad.

Y concluye que esto crea la sensación de tiempo comprimido en nuestras mentes, ya que recibimos menos imágenes mentales en una unidad de tiempo de reloj como adultos en comparación con cuando éramos niños.

Los estudios sobre los cambios neurodegenerativos relacionados con la edad sugieren que bien puede haber una asociación entre el deterioro del nervio óptico y una disminución en la velocidad a la que se procesa la información y la capacidad de la memoria de trabajo.

Una cuestión de mecánica

Pero es necesario realizar más investigaciones para comprender esto por completo.

Lo que ves que con tus ojos también puede ser importante. La percepción del tiempo puede verse afectada por las propiedades de lo que se observa: el tamaño de la escena, lo fácil que es recordarla y lo desordenada que está.

Un estudio reciente realizado por psicólogos de la Universidad George Mason en Fairfax, Virginia, descubrió que los dos primeros factores dilatan el tiempo, mientras que el desorden y lo recargada que está una escena lo contraen.

El corazón también envía una señal interoceptiva (lo que permite saber dónde está el cuerpo en el espacio) importante al cerebro sobre el paso del tiempo: nuestra percepción de cuánto dura un acontecimiento cambia con el ritmo de los latidos del corazón.

Si esto realmente desempeña un papel importante en nuestra percepción del tiempo, tal vez no sea casualidad que nuestra frecuencia cardíaca tienda a disminuir con la edad.

Nuestra frecuencia cardíaca tiende a alcanzar un pico en los meses posteriores al nacimiento, antes de disminuir lentamente a medida que envejecemos.

A muchos de nosotros nos sucede otra cosa a medida que envejecemos: se instala una rutina menos fluida y más inflexible.

Las investigaciones han demostrado que cuanto mayor es la presión del tiempo, el aburrimiento y la rutina en la vida de una persona, así como cuanto más orientada hacia el futuro está una persona en comparación con vivir en el momento, más rápido experimenta el tiempo.

Como era de esperar, lo que estamos haciendo en el presente es primordial para nuestra comprensión del tiempo, sin importar nuestra edad.

A medida que aumenta nuestra carga de trabajo mental, por ejemplo, tendemos a experimentar un acortamiento del tiempo, ya que subestimamos la duración de una tarea cuanto más exigente es.

Pensemos en un campamento de vacaciones de dos semanas lleno de diversión: puede que eso sea más memorable que todo el año escolar.

Niña al lado de un reloj de sol
Getty Images
La intensidad de lo que viven los niños también tiene que ver con el concepto del tiempo que van adquiriendo mientras crecen.

Nádasdy explica que es muy probable que esos recuerdos del campamento de vacaciones ocupen una porción mucho mayor del tejido cerebral, debido a la gran cantidad de aventuras que tuvieron lugar durante ese breve período.

“Es posible que los juicios de las personas sobre lo que realmente ocurrió durante un período de tiempo determinado reflejen en parte su memoria por la cantidad de cosas nuevas que recuerdan que sucedieron”, señala McCormack.

“Por ejemplo, si eres un adulto mayor, es posible que no hayas experimentado muchos cambios importantes en tu vida en los últimos 10 años”.

Entonces, indica el académico, cuando los haya, se quedarán en tu memoria tanto como ese campamento de verano.

Teniendo esto en cuenta, ¿es posible que los adultos ralenticen el tiempo y recuerden esos sencillos días de la infancia?

Algunas investigaciones sugieren que el ejercicio físico puede ayudar a ralentizar nuestra percepción del tiempo, por lo que simplemente ser más activo podría ayudar (aunque esforzarnos demasiado podría tener el efecto contrario, ya que la fatiga física puede acortar nuestra percepción del tiempo).

Bejan también tiene otras ideas que requieren menos esfuerzo. “Ve más despacio, oblígate a hacer cosas nuevas para salir de la rutina”, anota.

“Date el gusto de sorprenderte. Haz cosas inusuales. ¿Has oído un buen chiste? ¡Cuéntamelo! ¿Tienes una idea nueva? Haz algo. Crea algo. Di algo”, concluye.

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BBC

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