Al buscar en Google “citas para pasaporte”, el buscador le arrojó a Rosario la página “citas-gob.com” que contaba con los colores y logos oficiales del gobierno. Ingresó sus datos personales, posteriormente le ofreció la opción de elegir su oficina más cercana y tras confirmar, recibió un formato para pagar en la ventanilla de una tienda de conveniencia o por transferencia.
Después de realizar el pago, mandó una fotografía del comprobante y quedaron en confirmar su cita. La confirmación nunca llegó. Rosario fue víctima de un fraude, ya que agendar una cita para obtener el pasaporte es un trámite gratuito.
El fraude para solicitar el pasaporte es uno de los más frecuentes. La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) ha alertado en varias ocasiones sobre este delito y advierte a los usuarios a no seguir indicaciones de pago o solicitud de información por parte de páginas falsas que deben ser reportadas a las autoridades.
A continuación te compartiremos los pasos a seguir y las páginas oficiales del gobierno federal para tramitar tu pasaporte de forma segura.
1.- Ingresa al sitio oficial: https://www.gob.mx/pasaporte o marca el número telefónico 01800 8010 773 para agendar una cita, esta no tiene costo alguno.
2.- Al dar click en el hipervínculo, te redireccionará al sitio de CITAS: https://citas.sre.gob.mx/
Aquí tendrás que llenar una serie de campos para dar de alta tu perfil y realizar el trámite correspondiente.
3.-Después de crear tu perfil. Deberás dar click en “Programar”
4.- Al dar click en “Programar” tendrás que llenar una serie de datos fundamentales como lugar de residencia, CURP, vigencia del pasaporte a solicitar, oficina más cercana a tu domicilio, etc.
5.- Tras llenar el formato, tendrás que presentarte en las oficina de SRE en fecha y hora asignada con la siguiente documentación:
Los delincuentes cibernéticos simulan la página del gobierno federal, imitando las mismas insignias, colores y botones de hipervínculos. Al ingresar los usuarios, se desglosan los mismos formularios, precios del pasaporte y opción del trámite que desea realizarse.
Después de tener acceso, las víctimas son enlazadas a un apartado donde se solicitan sus datos personales como nombre, CURP, correo electrónico, número telefónico y en algunos casos, el número de pasaporte cuando se quiere renovar.
Para convencer más al usuario, en algunas de éstas páginas falsas se despliegan las mismas advertencias sobre el cuidado de datos personales y también ofrecen números telefónicos falsos por si deseas hacer el trámite vía telefónica.
Después de llenar todos los campos, el usuario recibe un documento en su correo electrónico con el que debe de efectuar un pago en una tienda de conveniencia o por depósito y posteriormente mandar una fotografía que compruebe el pago para así confirmar su cita, pero este nunca llega.
Cabe resaltar que la solicitud de una cita para tramitar el pasaporte es gratuita y el único pago que se efectúa es en las ventanillas del banco para obtener el documento ya impreso.
Para saber si un sitio web es seguro y ser víctima de este delito, puedes comprobar su información de seguridad. Google Chrome te alertará y dará una serie de símbolos para conocer el estado del sitio web.
En caso de sufrir algún fraude, reporta el delito con la Policía de Ciberdelincuencia Preventiva y en dado caso de haber hecho un depósito, llama a los número de atención al cliente de tu sucursal bancaria para reportarlo.
Para más información ingresa al sitio web oficial https://www.gob.mx/pasaporte o marca el número 01800 8010 773 (lunes a viernes de 08:00 a 20:00 hrs, sábados de 09:00 a 16:00 hrs).
A los 89 años, el exmandatario de izquierda logra encaminar la continuidad de su proyecto político más allá de su figura.
Apoyado en un bastón y frágil de salud a sus 89 años, José “Pepe” Mujica reflexionó un instante sobre su porvenir al votar en el balotaje presidencial del domingo en Uruguay.
“Yo personalmente ya no tengo más nada que esperar”, dijo el expresidente de forma pausada ante cámaras y micrófonos. “Mi futuro, lo más próximo, es el cementerio, por razones de edad”.
La frase prenuncia un fin cercano del extraordinario ciclo político que Mujica ha recorrido por más de medio siglo, en varias etapas: de guerrillero tupamaro a prisionero torturado, de legislador y ministro a presidente admirado en el mundo.
El pasado domingo pareció concluir otro capítulo al lograr que su proyecto de izquierda se encamine más allá de su figura con la elección de su delfín, Yamandú Orsi, como nuevo presidente de Uruguay con 49,8% de los votos.
El propio Orsi reconoció la trascendencia que tuvo Mujica en su triunfo electoral al visitarlo a él y a su esposa, Lucía Topolansky, en su chacra de las afueras de Montevideo este lunes.
“Uno tiene que ser agradecido, porque lo que hicieron estos veteranos ha sido muy importante para mí”, dijo al salir del encuentro Orsi, que con 57 años pertenece a una nueva generación de izquierda que llega al gobierno en Uruguay.
No ha sido un acto fácil para Mujica, que vio fracasar otros posibles herederos políticos antes de salirse con la suya el domingo.
Presidente de Uruguay entre 2010 y 2015, Mujica ha dado claras señales de inquietud por la continuidad de su fuerza política cuando él ya no esté.
De hecho, el recambio generacional es algo en lo que piensa desde hace años.
“Los viejos podemos servir para hacer sombra y no dar paso, o podemos servir para ayudar a que exista la gente nueva; yo estoy en esta última”, le dijo Mujica a BBC Mundo antes de las elecciones de 2019, en las que descartó buscar un nuevo mandato pese a su popularidad.
Al año siguiente, renunció a su banca de senador por el riesgo que le marcaba la pandemia de covid debido a su edad y a que padece una enfermedad inmunológica crónica.
Y la noche de octubre de 2022 en que su amigo Luiz Inácio Lula da Silva volvió a ser electo presidente de Brasil, Mujica advirtió en otra conversación con BBC Mundo desde el búnker del brasileño en São Paulo que su “punto débil” era la sucesión.
“¿Qué hay después de Lula?”, preguntó. “Los hombres pasan y las causas quedan. Ese es un problema que tenemos todos. Y realmente en los últimos años he visto desaparecer los partidos históricos en Francia, Italia y en otros lugares. No es sencillo lo que está pasando”.
Si bien el recambio de líderes suele ser un desafío para cualquier fuerza política sin importar su ideología, en América Latina la izquierda ha mostrado dificultades particulares para hacerlo.
En algunos casos, izquierdistas que llegaron a la presidencia en la región buscaron quedarse allí sin abrir espacio a nuevas candidaturas.
En otros casos, los sucesores escogidos perdieron en las urnas o dirigieron gobiernos que acabaron en crisis, como le pasó al kirchnerismo en Argentina.
Y, a veces, la elección de delfines de líderes fuertes de izquierda abrió ásperas disputas dentro de sus partidos, como ocurre en Bolivia con el pulso entre el presidente Luis Arce y su antecesor Evo Morales.
Por cierto, otros presidentes de izquierda pudieron pasar el mando sin traumas visibles a sus elegidos, como lo hizo este año el mexicano Andrés Manuel López Obrador con Claudia Sheinbaum.
Pero el caso de Mujica parece especial porque está fuera del gobierno, superando un arduo tratamiento contra un cáncer de esófago, y pese a ello jugó un papel clave en el triunfo de Orsi al hacer campaña activa a su favor y contra el candidato de la coalición de centroderecha en el poder, Álvaro Delgado.
Mujica había contemplado otros posibles herederos políticos en Uruguay tras dejar la presidencia en 2015 con una fama global por su prédica anticonsumismo y por medidas aprobadas en su mandato, como la legalización de la marihuana y el aborto.
Para el gobierno que siguió al suyo, respaldó como vicepresidente a Raúl Sendic, hijo de uno de los líderes de la organización guerrillera Tupamaros que Mujica integró en las décadas de 1960 y 1970.
Pero la promisoria carrera política de Sendic se desplomó con su renuncia a la vicepresidencia en 2017 ante denuncias de corrupción y con una condena posterior por abuso de cargo y peculado.
Mujica también impulsó la candidatura de su propia esposa, la exsenadora Lucía Topolansky, como intendenta de Montevideo, pero ésta perdió los comicios municipales en 2015 con otro correligionario del Frente Amplio, la coalición de izquierda que ambos integran.
Esa derrota electoral de su compañera de vida fue una señal para Mujica de las dificultades de delegar votos, por más popular que fuera.
“El gran tema de los grandes líderes políticos son siempre los sucesores”, le dice la historiadora uruguaya Mónica Maronna a BBC Mundo.
“El caudal electoral de los sectores y los liderazgos no es permanente, no se transmite de forma mecánica”.
Sin embargo, Mujica siguió fomentando la renovación generacional y el surgimiento de nuevas figuras en el Movimiento de Participación Popular (MPP), la fuerza que creó en 1989 con otros extupamaros.
Una de esas figuras ascendentes era Orsi, que conoció a Mujica hace tres décadas cuando militaba en el MPP en su departamento natal de Canelones, limítrofe con Montevideo.
Con su firme respaldo, Orsi fue electo intendente de Canelones en 2015 y reelecto en 2020, y renunció al cargo en diciembre pasado con altos índices de aprobación para lanzar su exitosa candidatura presidencial.
El exmandatario atrajo además a su agrupación a personas ajenas a la política profesional, como Blanca Rodríguez, una exconductora de informativos de TV que en octubre fue electa senadora.
Así, sin tener ya a Mujica en sus listas, el MPP recibió en octubre una votación histórica que lo afianza como el principal grupo del Frente Amplio, con nueve senadores en una cámara de 30 para la próxima legislatura y 36 diputados en un total de 99.
Si bien Orsi carece del carisma de Mujica, “es un buen heredero” de éste y de su escuela, con características en común como el pragmatismo y la apuesta a la negociación política, señala Adolfo Garcé, un profesor de Ciencia Política en la Universidad de la República, en Montevideo.
Aún está por verse qué papel jugará Mujica en el gobierno de Orsi que comenzará en marzo.
El presidente electo dijo este lunes, luego de visitarlo, que Mujica “tiene la sabiduría de no plantearte las cosas como consejos, sino de plantearte cuál fue su experiencia”.
También negó que le haya sugerido nombres para el gabinete.
“Él armaría lo que a él le parece”, señaló Orsi, “pero él también me dice que yo voy a ser el presidente y yo tengo que decidir“.
Sea cual sea el futuro, todo indica que el dilema de la herencia política se aleja de las preocupaciones de Mujica.
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