¿Te imaginas ganar cerca de 500 pesos a cambio de realizar 20 tuits? Con ofertas como esa, el usuario de Telegram MKTDigital desplegó un sistema de desinformación y manipulación de comentarios en redes, para atacar a ciertos personajes políticos y respaldar a otros en campañas tanto en México como en Colombia y Guatemala.
MKTDigital, entre otras operaciones, organizó la rifa de un iPhone entre 40 personas que cambiaron la ubicación de su perfil de Facebook para hacerse pasar por residentes de Quintana Roo, comentar a favor de la candidata a la gubernatura del estado Laura Fernández Piña y en contra de su contrincante y actual gobernadora, Mara Lezama.
MKTDigital también ofreció dinero para que personas comentaran en Twitter una noticia que sucedió el año pasado en el municipio de Atlixco, en Puebla, y que afectaría la imagen turística del lugar.
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Se trata de un modelo de “control de crisis”, como lo llama uno de sus impulsores, que aprovecha todos los recursos de las redes sociales para manipular la conversación digital, aunque eso signifique desinformar.
El negoció se replicó en las recientes elecciones presidenciales de Guatemala y también en la última campaña presidencial de Colombia a favor del candidato Federico Gutiérrez y en contra del hoy presidente, Gustavo Petro.
Esto se documenta en una investigación colaborativa liderada por La Silla Vacía de Colombia, en conjunto con CLIP, también de Colombia; Mala Espina de Chile y El Sabueso de Animal Político en México, sobre cómo funcionan campañas coordinadas de desinformación y ataques digitales con un esquema transnacional.
El perfil MKTDigital de Telegram es operado por Israel Gómez. Tiene 24 años y vive en una pequeña ciudad poblana, cercana a la capital de México.
Aunque en entrevista no quiso confirmar en qué campañas ha estado involucrado, la evidencia recopilada sustenta que desde su perfil de Telegram se han gestado diferentes campañas de manipulación digital.
Su voz es la de una persona que apenas rebasa los 20 años y viste playeras estampadas con gorras de colores, el estereotipo de alguien que pasa su día jugando videojuegos.
Entre pensamientos cotidianos y una denuncia por agresión, su perfil en Twitter también podría pasar desapercibido, si no fuera por las efímeras publicaciones en donde invita a otras personas a sumarse a grupos de Telegram con la esperanza de ganar dinero a cambio de likes.
Mediante perfiles falsos, páginas de memes y sus cuentas personales, Israel recluta personas reales para ejecutar acciones en redes sociales que favorecen a sus clientes y afectan a otras personas.
A su mecanismo le llama control de crisis política y presume haberlo ejecutado para políticos en México, Guatemala, Colombia y Argentina gracias a su plataforma Feed Deck, algo que gestó como el proyecto escolar de una universidad privada. Ahora, dice, cuenta con más de 400 personas trabajando para él.
Dicha plataforma permite agrupar varias cuentas de Twitter y lograr que en todas se publique un mismo trino con tan solo un clic. En su canal de YouTube enseña cómo usarla, y la voz que se escucha en esos videos es la misma que coordina las campañas en los grupos de Telegram.
“(Feed Deck) junta a cientos de líderes de comunicación, influencers, artistas y páginas de entretenimiento en una plataforma con la intención de crear, crecer y en este caso, manipular artificialmente las conversaciones (…) Nosotros estamos en cualquier conversación, ya sea para crecer, para bajarla o para cambiarle el contexto”, señala.
Y todos ellos se dedican a buscar personas para accionar en redes o buscar clientes para revender sus servicios.
Israel se jacta de que los clientes llegan a él de boca en boca. Es decir, quien ya ha comprado sus servicios recomienda a otros que lo busquen para gestionar su crisis. Llegan, por ejemplo, porque hay una noticia que no les favorece, porque están en campaña y quieren ganar, o porque necesitan subir su número de seguidores.
Asegura que los políticos no lo contactan directamente, sino que son sus equipos de prensa o empresas terceras quienes se acercan a él para comprar los servicios.
El 19 de mayo de 2022, en Twitter se hizo viral la etiqueta de #PajaritosEnElAire que movía mensajes a favor del entonces candidato presidencial de Colombia, Federico Gutiérrez, y desinformación en contra de Gustavo Petro.
Ese día, en por lo menos tres grupos de Telegram, se hicieron convocatorias para que personas de diferentes partes de Latinoamérica publicaran tuits utilizando la etiqueta de #PajaritosEnElAire, y la convirtieran en tendencia en Colombia.
Por un pago de cinco a 20 dólares, las personas tenían que publicar 15 tuits con el hashtag, acompañado de una serie de mensajes e imágenes predeterminados a favor de Federico Gutiérrez y desinformadores de Petro, su principal contrincante. La persona que dio esas instrucciones era un hombre con acento mexicano que dijo que el presupuesto de la campaña era para pagarle a 800 personas, pero en los tres grupos había más de mil.
En el caso de la campaña #PajaritosEnElAire, algunos de esos mensajes decían que si Gustavo Petro ganaba se iba a acabar el ejército, la policía; que las personas se iban a quedar sin pensión, y que Colombia sería igual a Venezuela, Argentina y Nicaragua.
De las cuentas que participaron en la campaña, al menos 23 publicaron 69 tuits con los mensajes desinformadores. Varias también publicaron una serie de videos que muestran que la campaña #PajaritosEnElAire también se llevó a las calles de Cali.
Desde la oficina de prensa de Dilian Francisca Toro y del Partido de la U, aseguran que no saben quién estuvo detrás de la campaña #ParajesEnElAire, pero dicen que la promocionaron porque para ellos es un ejercicio natural apoyar cuentas que son afines a su candidato, que en este caso era Federico Gutiérrez.
En el equipo del entonces candidato Federico Gutiérrez, aseguraron que las piezas de #PajaritosEnElAire no hacían parte de la campaña presidencial, e indicaron que podían ser parte de una iniciativa ciudadana. También negaron haber tenido relación con las cuentas de Twitter y tiktok de @vallevotafico.
El 19 de abril de 2022, MKTDigital creó una campaña para Facebook a favor de Laura Fernández Piña, quien en ese momento era candidata a la gubernatura del estado de Quintana Roo, por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y el Partido Acción Nacional (PAN).
Para hacer parte de la campaña había que tener dos cuentas de Facebook y cambiar su ubicación a alguna ciudad del estado de Quintana Roo. Entre todos los participantes se rifaron diariamente 25 dólares y un iPhone pro Max.
Desde ese 19 de abril hasta el 16 de mayo de 2022, se enviaron al grupo de Telegram enlaces de publicaciones para comentar y reaccionar positivamente a favor de Fernández Piña, actual diputada federal por el PRD.
Además, pedían comentarios negativos en contra de su contrincante, Mara Lezama, otra candidata a la gobernación por los partidos de izquierda Morena, PT y el PVEM.
“Vamos a meterle comentarios tipo: ‘cuánta hipocresía’, ‘nadie se cree ya sus teatritos’, ‘el cinismo tiene nombre y es Mara Lezama’”, decía una de las instrucciones enviadas al grupo de Telegram de la campaña.
A consulta expresa, ambas políticas negaron conocer la campaña orquestada en Telegram, mucho menos haber contratado los servicios de MKTDigital, Israel Gómez o cualquier otra persona o compañía que implicara guerra sucia, manipulación digital o desinformación en contra de su oponente.
Las dos también señalaron ser víctimas de guerra sucia durante la campaña electoral de 2022, en la que finalmente Lezama resultó electa; asumió el cargo en septiembre de 2022.
En marzo de 2022, MKTDigital también organizó una campaña enfocada en mejorar la imagen de Atlixco, Puebla.
Por un pago de 20 dólares, las personas debían publicar 20 tuits comentando una noticia que varios medios nacionales e internacionales publicaron sobre el asesinato de nueve personas en esa ciudad. En los comentarios buscaban limpiar la imagen de Atlixco diciendo que no es una ciudad insegura, y justificando esos asesinatos.
Los mensajes tenían que decir: “eran ratas con antecedentes penales”, “en esa casa siempre decían que vivían narcos”, “se lo merecían, entre ratas se matan” o “y a que se dedicaban?, a vender drogas y robos”.
El 24 de mayo de 2023 creó una nueva campaña en Telegram para replicar mensajes en Twitter en apoyo a Zury Ríos, candidata de ultraderecha a la presidencia de Guatemala. El pago que prometían era de entre 5 a 10 dólares.
Al menos siete de los participantes de la campaña consultados aseguraron que no recibieron ningún pago por participar en la campaña, por lo que dicen que fueron estafados. En este caso, el equipo de campaña de Ríos negó conocer a las personas detrás de la campaña.
En México, Colombia y Guatemala no es ilegal que empresas extranjeras participen en campañas electorales como asesores o parte del equipo de campaña, tampoco hay ninguna regulación que sancione el uso de desinformación en redes para manipular al electorado, lo que revela que hay un vacío legal.
Estos casos también muestran que las redes sociales de mensajería cerrada, como Telegram, siguen siendo una caja negra y que la falta de políticas para contrarrestar la desinformación hace que se siga moviendo más fácil en esa red.
Con esto, el semáforo está en verde para que los políticos de toda Latinoamérica sigan contratando directamente o a través de intermediarios, estrategias coordinadas de desinformación en redes, ya sea con empresas extranjeras o nacionales. ¿El objetivo? Manipular al electorado en contra de sus contendores y entorpecer el libre ejercicio democrático.
Esta investigación se hizo en alianza con Animal Político, Mala Espina, el Centro Latinoamericano de Investigación Periodística y La Silla Vacía.
Se realizó con el apoyo del programa “Disarming disinformation” del International Center for Journalists (ICFJ), un esfuerzo global de tres años con financiación principal del Scripps Howard Fund.
El accidente de un avión en Bangladesh dejó 31 personas muertas y se considera el peor siniestro en décadas en el país. La profesora Mahreen Chowdhury falleció en un hospital tras salvar a 20 alumnos de una escuela que resultó dañada.
“Esos niños también son mis niños”, le dijo Mahreen Chowdhury a su marido mientras estaba agonizando en el hospital.
Unas horas antes, la maestra de escuela estaba a la entrada de la Milestone School and College de Dhaka, la capital de Bangladesh, preparándose para entregar a los alumnos de segundo a quinto grado a sus padres.
Pero lo que había sido un almuerzo de lunes sin trascendencia se convirtió en horror en una fracción de segundo.
Un caza de las Fuerzas Aéreas de Bangladesh se estrelló contra un edificio de dos plantas y estalló en llamas.
Chowdhury, al darse cuenta de que aún había alumnos en las aulas del edificio, volvió a entrar corriendo a los escombros llameantes.
El esposo de Chowdhury, Mansur Helal, recuerda lo que ella le dijo momentos antes de que la conectaran a un respirador artificial en la unidad de cuidados intensivos del Instituto Nacional de Quemados de Daca.
“Hice todo lo que pude para sacar a unas 20 o 25 personas, todo lo que pude. No sé qué pasó después”, dijo ella.
Chowdhury murió más tarde ese lunes: en el proceso de rescatar a los niños, había sufrido quemaduras en casi el 100% de su cuerpo.
Es una de las 31 víctimas mortales del accidente, de las cuales 25 son niños.
Las Fuerzas Armadas de Bangladesh declararon que el avión F7 había sufrido un fallo mecánico después de despegar poco después de las 13:00 hora local (07:00 GMT) del lunes para un ejercicio de entrenamiento y que el piloto, el teniente de vuelo Md. Taukir Islam, había intentado dirigirse a una zona menos concurrida.
Islam fue uno de los fallecidos.
El accidente es la catástrofe aérea más mortífera que haya visto el país en décadas.
Más de 160 personas resultaron heridas. Un médico de guardia del Uttara Adhunik Medical College Hospital declaró que la mayoría tenían entre 10 y 15 años y que muchos sufrían quemaduras por el combustible del avión.
Más de 50 personas, entre niños y adultos, fueron trasladadas al hospital con quemaduras, según un médico del Instituto Nacional de Quemados y Cirugía Plástica.
Helal explicó a BBC Bangladesh que llamó a su mujer tras conocer la noticia del accidente. Como ella no contestaba, le pidió a su hijo mayor que fuera a la escuela y averiguara qué había ocurrido.
Poco después, recibió una llamada de un conductor de ambulancia diciéndole que su mujer estaba siendo trasladada a la unidad de quemados del Hospital Médico Moderno de Uttara. Más tarde la llevarían a la UCI.
Helal declaró que Chowdhury le pidió disculpas desde la cama del hospital, poco antes antes de que le pusieran el respirador artificial. Al recordar sus últimos momentos juntos, rompió a llorar.
“Todavía estaba viva. Pronunció las palabras más enaltecidas con una gran fuerza mental. Porque estaba quemada casi al 100%, por dentro y por fuera”, dijo.
Chowdhury trabajó en Milestone School and College durante 17 años, primero como profesora y, luego, como coordinadora del departamento de Bangla para los grados de segundo a quinto.
Fue enterrada el martes en su distrito natal de Nilphamari, en el norte de Bangladesh, mientras las banderas ondeaban a media asta en todo el país en un día de luto por las víctimas.
Muhammad Yunus, líder del gobierno interino de Bangladesh, declaró que se formó un comité de investigación para estudiar el incidente.
El martes, cientos de estudiantes salieron a las calles de Daca para exigir un recuento exacto de las víctimas mortales y la dimisión del ministro de Educación. Muchos de ellos rompieron la puerta principal de la secretaría del gobierno federal, según imágenes de la televisión local.
La policía disparó gases lacrimógenos y utilizó granadas de ruido para dispersar a la multitud, dejando decenas de heridos, según testigos.
Los manifestantes pidieron que se diera el nombre de las víctimas del accidente, que se indemnizara a las familias de las víctimas, que se retiraran del servicio todos los aviones considerados como viejos y peligrosos, y que se modificaran los procedimientos de entrenamiento de la Fuerzas Aérea.
La catástrofe aérea de Bangladesh se produce pocas semanas después de que la India fuera testigo de la peor catástrofe aérea del mundo en una década.
El 12 de junio, un avión de pasajeros de Air India con destino al aeropuerto londinense de Gatwick se estrelló poco después de despegar en Ahmedabad (oeste de India), causando la muerte de 260 personas.
En el accidente murieron 242 personas a bordo del vuelo y otras 19 en tierra, y sólo hubo un superviviente del avión.
Este artículo fue escrito y editado por nuestros periodistas con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial para la traducción, como parte de un programa piloto.
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