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Cambios en políticas de Meta pueden alentar lenguaje de odio: especialistas
Cambios en políticas de Meta pueden alentar lenguaje de odio: especialistas
Capturas de pantalla del anuncio sobre cambios en Meta
5 minutos de lectura

Cambios en políticas de Meta pueden alentar lenguaje de odio: especialistas

La compañía dueña de Facebook argumenta que así se permite “más libertad de expresión”, pero ahora se permite comparar a mujeres con objetos y llamar 'enfermos' a personas de la comunidad LGBTQ+.
20 de enero, 2025
Por: Daniela Martínez Martínez
@ 

La compañía Meta —que posee y opera las plataformas de Facebook, Instagram, Threads y la aplicación de mensajería de WhatsApp— realizó cambios en las políticas de sus redes sociales sobre “conductas que incitan al odio”. Según especialistas y organizaciones, las modificaciones impulsan discursos antiderechos y antidemocráticos, que afectan directamente a grupos históricamente vulnerados. 

Ahora no se sancionará a usuarios que acusen de “enfermedad mental” a personas por su orientación sexual; usen lenguaje insultante para hablar de personas de la comunidad LGBTQ+ o migrantes, y comparen mujeres con objetos. Tampoco estará restringido decir: “creo que los hombres son superiores a las mujeres”.

Esto como parte de una estrategia para “volver a nuestras raíces respecto a la libertad de expresión en Facebook e Instagram”, según dijo Mark Zuckerberg, director de la compañía. 

Pero Vladimir Chorny, investigador de la Red en Defensa de los Derechos Digitales (R3D), consideró que estos cambios no deberían verse como un avance en libertad de expresión, sino como un alineamiento con la ultraderecha, ya que afectan de manera focalizada a minorías o poblaciones marginadas. 

Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, externó que en realidad permitir el odio en línea limita la libertad de expresión, y puede causar daños en el mundo real. 

Asimismo, un conjunto de organizaciones a favor de los derechos humanos en Estados Unidos dirigió una carta a Zuckerberg en donde afirman que “la nueva política de conducta de odio permitirá ahora mucho más contenido anti-LGBTQ, racista, antimigrante y capacitista en los servicios de Meta a nivel mundial”. 

Meta dijo que ahora se enfocará en “infracciones graves” como terrorismo, explotación infantil y fraude. Y además cerrarán su programa de verificación en Estados Unidos, reemplazándolo con “notas comunitarias” similares a las de X.

Explicaron que estos cambios de política pueden tardar algunas semanas en implementarse por completo. Sugieren que se aplicarán globalmente, aunque podrían estar restringidas en algunas regiones, como la Unión Europea, donde podrían ir en contra de la Ley de Servicios Digitales que protege los derechos digitales de los usuarios.

“Cultura” de la agresión 

La nueva versión de esta política fue publicada el pasado 7 de enero y puedes verla aquí. En ella se muestra tachado con rojo todo lo que eliminaron, y subrayado con azul lo que agregaron. 

Entre los cambios, Meta agregó que sus reglas “están diseñadas para permitir espacio para este tipo de discurso”, en referencia a ciertos usos de lenguaje excluyente o insultante.

La nueva versión reconoce el uso de lenguaje excluyente de género o sexo en debates sobre acceso a espacios y roles laborales. También permite llamados a la exclusión o términos ofensivos al hablar de los derechos de personas transgénero, la inmigración, la homosexualidad o incluso insultos hacia un género específico.

La compañía dueña de Facebook ahora permite comparar a mujeres con objetos y llamar 'enfermos' a personas de la comunidad LGBTQ+.
Captura de pantalla de políticas de Meta. Página web traducida con Google Translate.

Especialistas y medios de comunicación señalan que estos cambios responden no sólo a motivos económicos y a una oposición a la regulación de plataformas, sino también a una alineación ideológica con el republicano Donald Trump ante su regreso a la presidencia de Estados Unidos.

“Pareciera que hay un alineamiento ideológico entre Zuckerberg y los discursos de ultraderecha y los gobiernos”, dice Vladimir Chorny, y hace referencia a la entrevista del empresario con Joe Rogan, en donde Zuckerbeg defiende la “energía masculina”. Incluso menciona en la entrevista: “creo que tener una cultura que celebre la agresión un poco más tiene sus propios méritos”. 

Ahora está tachada la parte en donde se restringía comparar a “las mujeres como objetos del hogar o propiedades u objetos en general” ni llamar a “las personas transgénero o no binarias como ‘eso’”.

También se permite generalizar que un grupo específico de personas tienen alguna enfermedad, o que la propagan, y decir que todo un grupo de personas son delincuentes. Y se quitó la parte que limitaba las declaraciones que niegan la existencia de un grupo de personas, o que dicen que este no debería de existir.

La compañía dueña de Facebook ahora permite comparar a mujeres con objetos y llamar 'enfermos' a personas de la comunidad LGBTQ+.
Captura de pantalla de políticas de Meta. Página web traducida con Google Translate.

Vladimir Chorny advirtió que el odio en línea puede trasladarse a la violencia física, como ocurrió con el grupo étnico de los rohingyas en Myanmar. Explicó que rumores en redes los acusaban de transmitir una enfermedad sexual, lo que desató una ola de violencia contra ellos.

Esta desinformación —ahora permitida por las políticas de Meta, que ya no restringen la generalización de que un grupo tiene una enfermedad— culminó en matanzas generalizadas y crímenes de odio contra la comunidad, como documenta un informe de Amnistía Internacional.

Además, ahora se pueden hacer acusaciones de enfermedad mental o “anormalidad” basadas en género u orientación sexual, justificadas por discursos políticos y religiosos. 

La compañía dueña de Facebook ahora permite comparar a mujeres con objetos y llamar 'enfermos' a personas de la comunidad LGBTQ+.
Captura de pantalla de políticas de Meta. Página web traducida con Google Translate. La primera oración se refiere a contenido que no se permite, para luego agregar lo que sí está permitido.

Los especialistas y organizaciones también alertan que el término en inglés “transgenderism”, utilizado en las nuevas políticas, es una palabra ligada a discursos transfóbicos. Esta es usada por grupos extremistas para argumentar que la identidad transgénero no es una cuestión de género, sino meramente ideológica.

Quitaron también las restricciones sobre afirmaciones de inferioridad. Ahora no se limita decir “los hombres son superiores a las mujeres”, así como los términos “fenómeno” o “anormales”. Tampoco están limitadas las expresiones como “desprecio” y “odio”, incluso si muestran intolerancia a características protegidas —como raza, género, orientación sexual o religión—.

La compañía dueña de Facebook ahora permite comparar a mujeres con objetos y llamar 'enfermos' a personas de la comunidad LGBTQ+.
Captura de pantalla de políticas de Meta. Página web traducida con Google Translate.

El especialista de R3D nos explicó que un aspecto que puede ser positivo en las nuevas políticas es el de disminuir el uso de sistemas automatizados para la moderación de contenidos, ya que estos llegaban a censurar discursos de personas defensoras de derechos humanos, o de grupos vulnerables. 

Pero se abrió la puerta a discursos que está demostrado que afectan a grupos vulnerables, en lugar de tomar medidas como tener mayor rendición de cuentas o transparencia, sobre cómo se construyen los algoritmos y si generan sesgos o discriminación.

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Imagen BBC
Por qué Groenlandia es parte de Dinamarca y los intentos de Estados Unidos de comprarla
6 minutos de lectura

La isla del Ártico es el declarado objeto de deseo de Donald Trump, pero la idea de incorporarla a Estados Unidos no es nueva.

13 de enero, 2025
Por: BBC News Mundo
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Donald Trump ha vuelto a apuntar a Groenlandia al plantear de nuevo que Estados Unidos la compre o se haga con ella por otros medios.

Trump dijo esta semana que para Estados Unidos adquirir la isla es “una necesidad absoluta” para garantizar su “seguridad económica” y no descartó el uso de la fuerza militar para lograrlo.

El interés de Estados Unidos en hacerse con ella no es nuevo, pero se ha reavivado en los últimos años a medida que el deshielo provocado por el cambio climático aumentaba las expectativas de apertura de nuevas rutas para la navegación y un mayor acceso a las materias primas estratégicas que alberga.

Los analistas identifican la creciente rivalidad con China y Rusia como otra de las razones por las que el presidente electo ha vuelto a desempolvar la vieja aspiración estadounidense de adueñarse de Groenlandia.

Pero Trump tiene un problema: Groenlandia forma parte del reino de Dinamarca y, según afirman tanto el gobierno nacional danés como el gobierno autónomo groenlandés, “no está en venta”.

Cómo es Groenlandia

Pese a ser la mayor isla del planeta, Groenlandia es también el territorio más escasamente poblado, con alrededor de 56.000 habitantes, la mayoría inuit (conocidos antes como esquimales).

Como cerca de un 80% de su superficie está helada, la población se concentra en la costa sudoccidental, en torno a la capital, Nuuk.

La economía local se basa principalmente en la pesca y depende en gran parte de los subsidios que aporta el gobierno danés, que representan aproximadamente una quinta parte del Producto Interno Bruto de Groenlandia.

En los últimos años han aumentado las expectativas y el interés por sus recursos naturales, como las tierras raras, el hierro y el uranio, que podrían ser más fáciles de explotar como resultado del deshielo provocado por el calentamiento del planeta.

Donald Trump.
Getty Images
Donald Trump ha anunciado varias veces su deseo de incorporar Groenlandia a Estados Unidos.

Desde cuándo Groenlandia forma parte de Dinamarca

Aunque ubicada geográficamente dentro de Norteamérica, Groenlandia forma parte de Dinamarca desde hace tres siglos.

A Groenlandia llegaron exploradores y colonos nórdicos desde finales del siglo X, pero para el siglo XV sus asentamientos habían desaparecido.

Hasta que, en 1721, el misionero Hans Egede comandó una expedición tras la que colonos daneses comenzaron a instalarse en las cercanías de lo que hoy es la ciudad de Nuuk y Groenlandia se convirtió en territorio danés.

Mapa que muestra la ubicación de Groenlandia y su distancia de Estados Unidos y la Dinamarca continental.
BBC
Groenlandia es la isla más grande del mundo.

Cuál es el estatus de Groenlandia dentro de Dinamarca

Groenlandia es, como las Islas Feroe, un territorio autónomo dentro del Reino de Dinamarca.

Gobernada como una colonia, permaneció aislada y apenas desarrollada hasta mediados del siglo XX.

En 1953 fue oficialmente incorporada al Reino de Dinamarca y sus habitantes se convirtieron en ciudadanos daneses.

En 1979 la isla adquirió el estatus de territorio autónomo tras un referéndum en el que se decidió que el gobierno local se encargaría de la mayoría de los asuntos, reservándose la seguridad y la defensa al de Copenhague.

En 2009 Dinamarca aprobó tras un nuevo referéndum entre los groenlandeses una ley que amplió las competencias del gobierno local y abrió la puerta a una posible independencia de Groenlandia tras negociaciones entre los gobiernos de Copenhague y Nuuk.

Desde que Trump comenzó a plantear que Estados Unidos le compre Groenlandia a Dinamarca, el gobierno danés ha respondido que son los groenlandeses quienes deben decidir su destino, lo que refleja el reconocimiento al derecho a la autodeterminación de la isla, algo que admite el gobierno danés.

Un indígena, a bordo de un trineo tirado por perros en Groenlandia.
Getty Images
Gran parte de la población de Groenlandia la forman indígenas inuit.

El ministro de Exteriores de Dinamarca, Lars Lokke Rasmussen, lo mostró el pasado miércoles en su respuesta a los últimos comentarios de Trump: “Reconocemos plenamente que Groenlandia tiene sus propias ambiciones. Si se materializan, Groenlandia se independizará, pero sin la ambición de convertirse en un estado de Estados Unidos”.

En Copenhague reconocen que durante años no han prestado la atención necesaria ni invertido lo suficiente en Groenlandia y ya han comenzado a tomar medidas para mantenerla dentro del reino.

El primer ministro groenlandés, Múte Egede, sin embargo, ha abogado por la independencia, rechaza su incorporación a Estados Unidos y recientemente llamó a Groenlandia a “romper los grilletes del colonialismo”.

Los intentos de Estados Unidos de comprar Groenlandia y por qué no lo ha conseguido

La bandera danesa ondea en Groenlandia.
Getty Images
Groenlandia está bajo soberanía danesa desde el siglo XVIII.

Efectivamente, en otras épocas Estados Unidos se expandió mediante la compra de territorios que estaban en manos de potencias europeas.

En 1803 le compró Luisiana a Francia, en 1819 Florida a España y en 1867 Alaska a la Rusia de los zares.

Dinamarca también fue parte de esos tratos, ya que en 1917, en plena Primera Guerra Mundial, le vendió las Indias Occidentales Danesas, unas islas que poseía en el Caribe, que pasaron a llamarse Islas Vírgenes de Estados Unidos y desde entonces han estado bajo soberanía de Washington.

El gobierno estadounidense ya contempló comprarle a Dinamarca Groenlandia cuando en 1867 adquirió Alaska.

La idea rondó las mentes y los escritorios de políticos de Washington en diferentes épocas hasta que la Segunda Guerra Mundial alteró radicalmente el escenario.

Con Dinamarca ocupada por las tropas de la Alemania de Hitler, fuerzas estadounidenses tomaron control de Groenlandia, iniciando una presencia militar que se mantendría durante décadas.

Según le dijo a BBC Mundo Mark Jacobsen, de la Real Escuela de Defensa Danesa, “la ocupación de Groenlandia fue inicialmente casi una invitación de Dinamarca ante la amenaza nazi y al terminar la guerra el gobierno danés le dijo a Estados Unidos que esa amenaza había desaparecido, pero la respuesta de Estados Unidos fue que no tenía ninguna intención de retirarse, sino de aumentar su presencia ante la nueva amenaza de la Unión Soviética”.

En 1946, convencido de la importancia estratégica de la isla del Ártico, el entonces secretario de Estado estadounidense, James Byrnes, ofreció al embajador danés en Washington US$100 millones en lingotes de oro por ella. La oferta fue rechazada de plano por el gobierno danés.

El secretario de Estado estadounidense James Byrnes.
Getty Images
El secretario de Estado James Byrnes planteó una oferta de compra de Groenlandia en 1946.

Finalmente, cuando asumió que los militares estadounidenses no iban a marcharse de la isla, Dinamarca firmó en 1951 con Estados Unidos un acuerdo que regulaba su presencia en Groenlandia.

Washington mantuvo allí elementos de su sistema de alerta temprana antimisiles y la Base Aérea John Thule, hoy convertida en la Base Espacial Pituffik.

Las palabras de Trump han reabierto una cuestión que parecía zanjada.

Y no se trata solo de Groenlandia. El presidente electo ha manifestado que Estados Unidos debe asegurarse también el control del Canal de Panamá y anexionarse Canadá, sin descartar medidas de fuerza para lograrlo.

A solo unos días de que vuelva al poder, analistas y diplomáticos de todo el mundo se preguntan cuán seriamente hay que tomarse sus comentarios.

El ex primer ministro de Groenlandia Kuupik V. Kleist le dijo a la CNN que no ve “nada en el futuro que allane el camino hacia una venta” y el secretario de Estado del gobierno de Joe Biden, Antony Blinken, descartó que vaya a consumarse.

Jacobsen le dijo a BBC Mundo que “la percepción tanto en Groenlandia como en Dinamarca es que (la de Trump) es una visión desfasada del mundo”.

Pero quizá aquel mundo que las grandes potencias se repartían sin atender otra consideración que la de sus intereses esté, como Trump a la Casa Blanca, a punto de volver.

Militares estadounidenses junto a un remolcador alemán encallado en Groenlandia en la década de 1940.
Getty Images
Estados Unidos ocupó Groenlandia en la Segunda Guerra Mundial tras la ocupación nazi de Dinamarca.
Línea.
BBC

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