
El gobierno federal informó que el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) por primera vez superó su punto de equilibrio, es decir, que sus ingresos fueron suficientes para cubrir sus gastos, y generó utilidades durante el primer trimestre de 2024, por 78 millones de pesos.
Y es verdad que es esto ocurrió el primer trimestre de este año, en que el aeropuerto de Santa Lucía reporta ganancias, pero también es cierto que sigue recibiendo subsidios y apoyos del gobierno federal, además de que durante los primeros dos años tuvo pérdidas mayores.

De acuerdo con su Informe de Actividades al primer trimestre, del primero de enero al 31 de marzo del 2024 el AIFA generó ingresos por venta de bienes y prestación de servicios de 490 millones de pesos y tuvo gastos por 412 millones de pesos, lo cual da una ganancia de 78 millones de pesos. Sin embargo, en este mismo periodo también recibió apoyos adicionales a sus ingresos por parte del gobierno federal por 364 millones de pesos.
Además, durante 2022 y 2023, el aeropuerto de Santa Lucía sumó pérdidas por 1,568 millones de pesos y subsidios y apoyos gubernamentales por 2,456 mdp.
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Los subsidios son asignaciones del gobierno para apoyar las operaciones, mantener los niveles de precios, incentivar el consumo o comercialización de bienes, motivar la inversión, cubrir impactos financieros o para el fomento de actividades productivas, entre otras acciones. Se pueden presentar mediante la entrega de recursos, como en el caso del AIFA, o bien, a través de estímulos fiscales, como pasa con los combustibles.

De acuerdo con Pablo Casas, director en Instituto Nacional de Investigaciones Jurídico Aeronáuticas (INIJA), esta cifra es engañosa, pues el AIFA se mantiene lejos de sus metas iniciales de transporte de pasajeros, además de que acumula dos años de operación con pérdidas.
“La razón de construir cualquier aeropuerto en la zona metropolitana tenía el objetivo de descongestionar el espacio aéreo sobre todo el situado sobre el AICM. Y al día de hoy, no se ha logrado”, dijo a El Sabueso.
Además, el Gobierno de México invertirá aún más recursos para ampliar la infraestructura del AIFA. Por ejemplo, la Secretaría de la Defensa solicitó a Hacienda 2,861 mdp para la construcción de almacenes para atender la creciente demanda de servicio de carga en la terminal aérea de Santa Lucía, mismos que se ejercerán en la segunda mitad de 2024.
El presidente Andrés Manuel López Obrador estimó en abril del 2019 que el AIFA atendería una demanda de 20 millones de pasajeros anuales. Sin embargo, en dos años desde que entró en operaciones apenas ha alcanzado —con 4.1 millones— una quinta parte de esa cantidad.
De ellos, durante el primer trimestre de 2024 se registraron poco más de 1 millón de pasajeros, de acuerdo con datos de la Agencia Federal de Aviación Civil.
En este mismo sentido, el director general del Felipe Ángeles, Isidoro Pastor Román, estimó en la inauguración del aeropuerto un número de pasajeros de 5 millones durante el 2023. Sin embargo, ese año sólo volaron 2.5 millones, es decir, la mitad de lo prometido.
Pastor Román aseguró en 2022 que el AIFA necesitaba de un flujo de 120 vuelos diarios para comenzar a generar utilidades. Dicha cantidad se alcanzó en febrero de este año, mes en el que se registraron en promedio 122 vuelos diarios.

De acuerdo con el Proyecto del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF 2024) el AIFA obtendría alrededor de 1,251 millones de pesos de la venta de servicios, mientras que los subsidios alcanzarán los 1,500 millones de pesos, la misma suma que se destinará al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).
Sin embargo, la diferencia entre ambos aeropuertos es que el AICM transportó, tan solo en febrero de este año, 3.4 millones de pasajeros.
Lo que sí ha crecido es la utilización del Felipe Ángeles como aeropuerto de carga, pues han disminuido la carga transportada en el AICM y aumentado el uso del AIFA para este fin, al grado que ya supera al AICM en el número de toneladas de carga transportada.
Durante el primer trimestre de 2024, el AIFA sumó 103.9 mil toneladas de carga nacional e internacional, frente a las 57.2 mil que se desplazaron en el AICM.
Sin embargo, advirtió Casas, esto se dio por decreto del Gobierno de México, y no por una mejor oferta de la terminal de Santa Lucía.

La estructura construida sobre el sarcófago que cubre el reactor que explotó en 1986 resultó dañada tras un ataque que Ucrania atribuye a Rusia.
El escudo protector que cubre el reactor nuclear de Chernóbil, en Ucrania, ya no puede cumplir su principal función de contención tras un ataque con drones a principios de este año, señaló la agencia de control nuclear de la ONU.
Los inspectores del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) descubrieron que la enorme estructura, construida sobre el lugar del desastre nuclear de 1986, había perdido “sus funciones de seguridad primarias, incluida la capacidad de aislamiento”.
En febrero, Ucrania acusó a Rusia de atacar la central nuclear, un señalamiento que el Kremlin negó.
La OIEA afirmó que las reparaciones eran “esenciales” para “prevenir una mayor degradación” del refugio nuclear. Sin embargo, el experto ambiental Jim Smith le dijo a la BBC que “no es algo por lo que debamos entrar en pánico”.
El profesor Smith, de la Universidad de Portsmouth (Reino Unido), quien ha estudiado las secuelas del desastre de Chernóbil, afirmó que el mayor peligro asociado al lugar era el polvo radiactivo.
Sin embargo, añadió que “el riesgo es bajo” porque el polvo contaminado está contenido dentro de un grueso “sarcófago” de hormigón cubierto por el escudo protector.
La explosión de Chernóbil en 1986 expulsó material radiactivo al aire, provocando una emergencia de salud pública en toda Europa.
En respuesta, la antigua Unión Soviética construyó el sarcófago sobre el reactor nuclear.
El sarcófago solo tenía una vida útil de 30 años, lo que provocó la necesidad de una cubierta protectora para evitar fugas de material radiactivo durante los siguientes 100 años.
La OIEA informó que un equipo completó una evaluación de seguridad del sitio la semana pasada, después de que resultara gravemente dañado por el ataque con drones.
El ataque provocó un incendio en el revestimiento exterior de la estructura de acero.
Los inspectores indicaron que no se produjeron daños permanentes en las estructuras de soporte ni en los sistemas de monitoreo de la cubierta, y que se habían realizado algunas reparaciones en el techo.
Sin embargo, el director general de la OIEA, Rafael Grossi, declaró: “Una restauración oportuna e integral sigue siendo esencial para evitar una mayor degradación y garantizar la seguridad nuclear a largo plazo”.
Desde principios de diciembre, el organismo de control nuclear de la ONU ha estado evaluando la infraestructura energética de Ucrania mientras el país continúa defendiéndose de Rusia.
Rusia lanzó ataques aéreos nocturnos contra la ciudad de Kremenchuk, un importante centro industrial en el centro de Ucrania.
Además de evaluar Chernóbil, la OIEA ha estado inspeccionando las subestaciones eléctricas vinculadas a la seguridad nuclear.
“Son absolutamente indispensables para suministrar la electricidad que todas las centrales nucleares necesitan para la refrigeración de los reactores y otros sistemas de seguridad”, declaró Grossi.
“También son necesarias para distribuir la electricidad que producen a los hogares y la industria”, agregó.
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