

Para entender mejor
La secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kristi Noem, acusó a la presidenta Claudia Sheinbaum de “alentar más protestas” violentas en Los Ángeles. Pero la declaración es engañosa.
La mandataria mexicana sí exhortó a los mexicanos a manifestar su desacuerdo con el impuesto de 3.5 por ciento a las remesas promovido en Estados Unidos, pero esto fue el 24 de mayo pasado, en un evento en San Luis Potosí, y también lo mencionó en Sinaloa ese mismo día.
“De ser necesario, nos vamos a movilizar, porque no queremos que haya impuestos a las remesas de nuestros paisanos de Estados Unidos a México”, dijo entonces.

Los disturbios en Los Ángeles comenzaron el 7 de junio, casi dos semanas después del dicho de Sheinbaum, y luego de que ocurrieron, en su primera conferencia matutina de la semana, la presidenta de México se pronunció en contra de la violencia.
No hizo un llamado a aumentar las protestas que se originaron a partir de las redadas masivas contra migrantes en Los Ángeles llevadas a cabo por oficiales de la Agencia de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés).
Sheinbaum aseguró durante la conferencia matutina del 9 de junio que su gobierno no está de acuerdo con las protestas violentas en Los Ángeles, y afirmó que la quema de patrullas parece más un acto de provocación que de resistencia.
“Debe quedar claro, condenamos la violencia venga de donde venga”, afirmó.
Además, pidió a la comunidad mexicana en Estados Unidos no caer en provocaciones, y actuar de manera pacífica ante las redadas del gobierno de Donald Trump.
Y reiteró que México continuará utilizando canales diplomáticos y legales para expresar su inconformidad con prácticas que ponen en riesgo la seguridad y el bienestar de los mexicanos, por lo que también pidió que se protejan los derechos humanos de los connacionales sin importar su situación migratoria.
Hoy, durante su conferencia de prensa, volvió a hablar sobre el tema y solicitó al gobierno de Estados Unidos apostar por una reforma migratoria integral sin redadas ni violencia.

A partir de las declaraciones de Noem en la Oficina Oval de la Casa Blanca, quien estuvo acompañada por Donald Trump, la presidenta Sheinbaum emitió un mensaje en la red social X para asegurar que la acusación es falsa.
Indicó que la funcionaria del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos respondió a medios de comunicación de manera equivocada: “Estoy segura que el diálogo y el respeto son la mejor vía de entendimiento entre nuestros pueblos y nuestras naciones y que este malentendido se aclarará”.
Las protestas en Los Ángeles tuvieron como resultado la detención de 42 migrantes mexicanos, cuatro de ellos deportados, desde el 6 de junio, de acuerdo con el canciller Juan Ramón de la Fuente.
Son 37 hombres y cinco mujeres de origen mexicano que fueron aprehendidos tras el despliegue de dos mil soldados de la Guardia Nacional en Los Ángeles ordenado por Donald Trump ante las protestas contra las redadas migratorias en la ciudad ubicada al sur de California.

Las autoridades estadounidenses han confiscado este mes al menos dos petroleros que considera parte de una flota de buques fantasma utilizada por Venezuela para evadir sanciones.
Rusia y China condenaron la incautación por parte de Estados Unidos de petroleros sancionados en aguas cercanas a Venezuela, en una reunión especial del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en Nueva York el martes.
El embajador ruso ante la ONU, Vasily Nebenzya, dijo que se trataba de una “agresión flagrante” contra un Estado soberano y describió las acciones estadounidenses como “métodos pseudolegales” que vulneran el derecho internacional.
Por su parte, el embajador chino afirmó que las medidas de Estados Unidos violan la Carta de la ONU y el derecho internacional, y advirtió que amenazan la paz y la seguridad en América Latina y el Caribe.
Las críticas de Moscú y Pekín se produjeron en una sesión de emergencia del Consejo de Seguridad, órgano ejecutivo de la ONU, solicitada por el propio gobierno venezolano y respaldada por ambos países.
Las autoridades estadounidenses han confiscado en lo que va de este mes al menos dos petroleros que considera parte de una flota de buques fantasma utilizada por Venezuela para evadir sanciones.
En el foro abierto por Venezuela en el Consejo de Seguridad, Rusia acusó a EE.UU. de “comportamiento de cowboy” e “intimidación”, según la agencia AFP, mientras China denunció una escalada de presión militar y económica contra Caracas en un contexto de creciente tensión en el Caribe.
En respuesta, el embajador estadounidense ante la ONU, Mike Waltz, afirmó que Washington hará “todo lo que esté en su poder para proteger nuestro hemisferio, nuestras fronteras y al pueblo estadounidense”.
Waltz defendió el bloqueo impuesto por la administración de Donald Trump a petroleros sancionados que entren o salgan de Venezuela, así como la interceptación de varios buques en el mar Caribe.
También aseguró ante el Consejo que su país impondrá sanciones “al máximo” para privar al presidente Nicolás Maduro de los recursos que, según Washington, utiliza para financiar al Cártel de los Soles, designado por Estados Unidos como organización terrorista.
Insistió en que el petróleo exportado por Venezuela constituye “el principal salvavidas económico” de un gobierno al que calificó como ilegítimo y al que acusó de facilitar el tráfico de drogas hacia Estados Unidos y Europa.
Las declaraciones en la ONU llegan en medio de una intensificación de la presión militar estadounidense sobre el gobierno de Maduro.
Trump sugirió este lunes que Estados Unidos se quedará con el crudo de los petroleros incautados frente a las costas venezolanas, e incluso con los propios buques.
Por otra parte, el Comando Sur de Estados Unidos informó de un ataque militar en aguas internacionales del Pacífico oriental contra una embarcación sospechosa de narcotráfico, en el que murió una persona.
Desde septiembre ya han muerto alrededor de 100 personas en ataques de EE.UU. contra supuestas “narcolanchas” en el Caribe y el Pacífico.
Trump también ha amenazado con extender este tipo de operaciones a tierra firme, al tiempo que continúa el enorme despliegue militar estadounidense en aguas del Caribe.
Desde Caracas, Nicolás Maduro ha denunciado las incautaciones de los petroleros como actos de “piratería” y acusa a Washington de querer apropiarse de las reservas de petróleo de su país y de querer derrocarlo.
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