Para entender mejor
Los legisladores de Morena y sus aliados, el Partido del Trabajo (PT) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) usaron afirmaciones falsas y engañosas para respaldar la iniciativa que extingue siete órganos autónomos, y traslada sus funciones a otras instituciones e incluso al propio gobierno de México.
Como ocurrió desde que el presidente Andrés Manuel López presentó la iniciativa, dentro de su llamado Plan C, los legisladores criticaron el supuesto costo elevado de dichos órganos, además de mencionar su supuesta duplicidad de funciones, o su falta de resultados, aunque datos y documentos contradicen sus acusaciones.
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Autor: Ricardo Monreal, líder de la bancada de Morena en la Cámara de Diputado
Calificación: Falso
El líder de los diputados de Morena afirmó este jueves, previo a la votación definitiva del dictamen para extinguir los órganos autónomos y sus reservas, que el presupuesto que se ahorre con la eliminación de esas instituciones será de 15 mil millones de pesos, pero esto es falso.
En 2024, el presupuesto que se aprobó para estas siete entidades fue de 5 mil 075 millones de pesos, apenas una tercera parte de lo que afirmó el legislador morenista. Esto además es 0.078% del total de todo el Presupuesto de Egresos de la Federación. Es decir, menos de unos 8 centavos por cada 100 pesos que se gastan.
Además, en el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación de 2025 este monto es aún menor, de 4 mil 422 millones de pesos.
Por otro lado, la propuesta de reforma afirma que se respetarán los derechos laborales de los trabajadores de estas entidades, por lo que el margen de reasignación de presupuesto y reducción de costos es aún menor. Como te contamos en esta nota, los salarios representan más del 60% del presupuesto de los recursos que se destinaron a estos órganos en 2024.
Autora: Mary Carmen Bernal, diputada del PT.
Calificación: Falso
Así como Monreal, la diputada del PT y los diputados morenistas Danisa Flores y Gerardo Villarreal afirmaron que los ahorros que representará la extinción de los siete órganos autónomos permitirían dar recursos para distintos fines, como el apoyo a la implementación del nuevo modelo educativo o el desarrollo de obras de infraestructura.
“Al rescate de nuestros ecosistemas, al fortalecimiento de nuestra infraestructura y a programas que generen empleo y esperanza en cada rincón del país”, aseguró legislador del Partido Verde Alejandro Pérez Cuéllar.
Pero esto no es así. El dictamen votado y aprobado este jueves establece en el artículo Tercero transitorio que los ahorros y economías generadas por la extinción de los órganos autónomos se destinará al Fondo de Pensiones para el Bienestar, de apoyos complementarios de las personas trabajadoras en retiro con derecho a una pensión del IMSS o del ISSSTE.
Además, las reservas aprobadas no contemplan alguna modificación a ese artículo.
Autora: Olga Sánchez Cordero, diputada de Morena
Calificación: Falso
La Ley de Fiscalización y Rendición de Cuentas de la Federación se aplica a los órganos autónomos y contempla la revisión de sus gastos, pues son entidades que hacen uso de recursos públicos.
Por ejemplo, en febrero pasado como parte del tercer Informe de la Cuenta Pública de 2022, la ASF detectó anomalías en gastos por parte del INAI en viajes de los comisionados, por un monto de alrededor de 1.5 millones de pesos por aclarar.
Además, estos órganos tienen la obligación de registrar el uso de los recursos y entregar informes periódicos a distintas autoridades, como la Secretaría de Hacienda, la Cámara de Diputados, o incluso hacer comparecencias públicas ante el Senado.
Respecto del presupuesto ejercido por los órganos autónomos, durante el gobierno de López Obrador estos tuvieron recortes a sus recursos. El INAI, por ejemplo, tuvo un recorte de 20% en términos reales a su presupuesto entre 2018 y 2024, como te contamos en esta nota.
Mientras que según este informe de Data Cívica e Intersecta, tanto la Cofece como el Coneval tuvieron reducciones en su presupuesto en términos reales durante el gobierno anterior, con bajas de 12.4 y 32.5% respectivamente entre 2018 y 2024.
Autor: Gabriela Jiménez, diputada de Morena
Calificación: Falso
Es falso que los órganos autónomos duplican funciones que realizan actualmente otras dependencias o instituciones. Por ejemplo, el Coneval tiene entre sus tareas el monitoreo de los programas sociales, o el diseño de la metodología para la medición multidimensional de la pobreza.
Mientras que las funciones del INEGI contemplan sólo la producción de información, su difusión y almacenamiento, pero no se contemplan las tareas de monitoreo, análisis ni evaluación que realiza el Coneval. Es decir, estas instancias son complementarias, pero no duplican funciones.
El caso es similar con el INAI, cuya función es garantizar el cumplimiento de los derechos a la información y la protección de datos personales de manera autónoma de los demás Poderes de la Unión.
Algo distinto a la responsabilidad de la Secretaría de la Función Pública, que tiene como tareas la coordinación de los sistemas internos de control y la evaluación de la administración gubernamental, la vigilancia del cumplimiento de las leyes de presupuesto y planeación, o la creación de códigos de ética para las personas funcionarias públicas.
En la discusión, la diputada Sandra Patricia Palacios afirmó que: “Actualmente esta Secretaría (de Economía) cuenta con la Dirección General de Competitividad y Competencias, que se encarga de proponer políticas públicas para que los mercados funcionen de manera eficiente y se desarrolle la economía del país y de informar a la Comisión Federal de Competencia o al Instituto Federal de Telecomunicaciones sobre hechos que puedan constituir prácticas prohibidas”.
Sin embargo, la Cofece cumple con la función de vigilar la competencia, promoverla y sancionar a las empresas que incumplan con estas condiciones. Para ello, cuenta con facultades para investigar así como para emitir recomendaciones en caso de que haya políticas del propio gobierno que impidan la competencia.
Autor: Ricardo Mejía Berdeja, diputado del PT
Calificación: Engañoso
Si bien es cierto que aún con la aparición de los órganos autónomos que vigilan la competencia, como la Cofece en general y el IFT en el mercado de telecomunicaciones, prevalecen grandes actores dominantes de diversos mercados, sí se les ha sancionado.
Grandes empresas nacionales como los bancos Banamex y BBVA, o cadenas de supermercados han sido sancionadas por prácticas anticompetitivas. Por ejemplo, en 2023 se impuso una multa en contra de Soriana y Chedraui por más de 2 millones de pesos por haber inflado el precio de la tortilla.
Actualmente, Walmart se encuentra en espera de una resolución a raíz de una investigación de la Cofece por prácticas monopólicas.
Del mismo modo, el IFT ha sancionado en repetidas ocasiones a Telcel y Telmex por prácticas monopólicas.
En septiembre pasado, el IFT sancionó a Telcel con una multa de más de 90 millones de pesos por prácticas monopólicas para impedir la comercialización de servicios de sus competidores en una cadena de tiendas departamentales.
En la historia de Adela Velarde, que posiblemente inspiró el corrido más famoso de la revolución mexicana y dio nombre a las “adelitas”, se entreteje la memoria y la leyenda.
Adela Velarde Pérez fue las dos cosas.
Pero, como sucede con todos los mitos identitarios, en la historia de esta mujer que posiblemente inspiró el corrido más famoso de la revolución mexicana y dio nombre a las “adelitas”, se entreteje la memoria y la leyenda.
La imagen de Adela Velarde, jovencísima, de ojos grandes, mirando intensamente a la cámara bajo su enorme sombrero, agarrando una bandera mexicana en una mano y una espada en la otra, su diminuto cuerpo cruzado por un cinturón de balas, encarna la esencia de un espíritu nacional, de una identidad mexicana valiente y revolucionaria.
Ella representa a las miles de mujeres anónimas que se unieron a la Revolución mexicana (1910-1920) a las que se conoce como “adelitas”, y que consiguieron derrocar la dictadura de Porfirio Díaz.
El corrido de “La Adelita”, quizás el más famoso de toda la época de la revolución, se cantaba obsesivamente en los frentes y hoy se sigue escuchando, popularizado por cantantes como Jorge Negrete o Amparo Ochoa. Sin embargo, la historia de la “Adelita” original sigue siendo en parte un misterio.
Se sabe que nació en el estado de Chihuahua, probablemente en Ciudad Juárez, en el año 1900, en el seno de una familia acomodada.
Según la biografía que el gobierno de México tiene sobre ella, fue nieta del destacado general juarista Rafael Velarde, que luchó contra las tropas francesas.
Siendo aún adolescente se unió a las filas de la revolución, apoyando a la Asociación Mexicana de la Cruz Blanca en labores de enfermería.
Formó parte de la División del Norte del Ejército Constitucionalista, y posteriormente se incorporó al Cuerpo de Ejército del Noreste.
El 22 de febrero de 1941, Velarde fue reconocida como “Veterana de la Revolución” por la Secretaría de Defensa Nacional mexicana y, según el Museo de la Mujer, fue nombrada miembro de la Legión de Honor Mexicana en 1962.
Al acabar la revolución trabajó en Ciudad de México como mecanógrafa en la administración de Correos. En 1965 se reencontró con un coronel que había conocido en sus años de lucha, Alfredo Villegas, con quien se casó en 1965.
Poco después, la pareja se mudó a Estados Unidos, donde vivió hasta su muerte en 1971, debido a un cáncer de ovario. Sus restos yacen en el cementerio de San Felipe, en Del Río, Texas.
Estas es, practicamente, casi la única información contrastada que se tiene de ella.
A partir de ahí, casi todo son relatos, más o menos fabulados, inspirados por el romanticismo de su personaje.
El mito la retrata como una muchacha valiente y bella, cuyos ideales revolucionarios la convirtieron en un ejemplo para otras mujeres que se unieron al alzamiento, a las que hoy se conoce como “adelitas” y que desempeñaron un papel fundamental en las guerrillas.
Pocos han descrito el papel de las “adelitas” de una forma más hermosa que la escritora Elena Poniatowska en su libro “Las indómitas”.
“Yo te doy agua. Yo llevo las ollas y las cazuelas para hacerte tu comida. Yo te despiojo. Yo te lío tu petate. Yo te lavo tu ropa. Yo junto la leña para hacer lumbre. Yo te aceito tu fusil. Yo te prendo tu cigarrito, y si no hay tabaco, te hago uno de macuche, aquí tengo hojas de maíz. Yo cargo tu Mauser y tus cartuchos. Yo cuido de que no se moje la pólvora. Yo te hago casa en el campo de batalla. Yo soy tu colchón de tripas. Yo tengo a tu hijo en la trinchera”.
Sin ellas, afirma la autora mexicana, no habría habido revolución. Muchas fueron llevadas por sus hombres, esposos, padres o hijos, al combate como apoyo. Otras fueron obligadas a participar por la fuerza y, aunque la mayoría ejercía apoyos básicos y de enfermería, algunas llegaron a tener cargos importantes.
Después de haber dado sangre, sudor y lágrimas en la batalla, con el fin de la guerra la mayor parte de estas mujeres regresaron a los antiguos roles que la sociedad les deparaba, y sus hisotrias de olvidaron.
Solo un puñado de nombres de “adelitas” han sobrevivido al anonimato de la Historia, entre ellos el de Adela Velarde, en gran parte gracias al corrido que lleva su nombre.
La versión más edulcorada de la historia de esta famosa canción, que se convirtió en símbolo de la revolución y responsable de que medio mundo hispanohablante no pueda escuchar la palabra “Adelita” sin tararear “se fuera con otro…”, la narra el historiador mexicano José Alberto Galindo.
Galindo es el autor del libro “Un cielo lleno de metrallas: La verdadera historia de la Adelita”, en el que relata la siguiente historia:
Velarde entró en el ejército revolucionario como enfermera, por lo que fue repudiada por su familia, que consideraba, como otras de su época, que las mujeres solo podían abandonar el hogar de su familia para casarse.
Al poco de unirse a la revolución, la joven conoció a Antonio Gil Del Río Armenta, sargento del ejército de Pancho Villa, y ambos mantuvieron un tórrido romance.
De acuerdo con algunos relatos no corroborados, ambos tuvieron un hijo, que más tarde moriría en la Segunda Guerra Mundial.
La historia de amor tuvo también un final trágico.
El sargento fue alcanzado por una bala en la ciudadad de Gómez Palacio, y murió en los brazos de su amada. Sin embargo, antes de fallecer, le pidió a su enamorada que mirara dentro de su petate, donde Velarde encontró un papel con la letra de la canción que se convertiría en un himno nacional revolucionario. Ella había sido su musa y sería su último amor.
¿Demasiado perfecto? Pues hay más.
Según Galindo, la letra de la canción no estaba completa, por lo que Gil Del Río Armenta le cantó allí mismo, y con su aliento postrero, la última estrofa, que Adelita apuntó en el papel de su puño y letra.
Algunas versiones dicen que esta última estrofa dictada al borde de la muerte fue la que dice: “Si acaso yo muero en campaña /y mi cadáver lo van a sepultar, /Adelita por Dios te lo ruego /que con tus ojos me vayas a llorar”.
Sin embargo, en una entrevista con el diario “Excélsior” en 1948, la propia Velarde confirmó que fue ella quien inspiró al compositor, aunque el corrido original solo contaba con tres estrofas:
“Popular entre la tropa era Adelita, /la mujer que el sargento idolatraba, /porque a más de ser valiente era bonita /que hasta el mismo coronel la respetaba.
Y si Adelita se fuera con otro/ la seguiría por tierra y por mar; /si por mar, en un buque de guerra /si por tierra, en un tren militar.
Si Adelita quisiera ser mi esposa, /si Adelita fuera mi mujer, /le compraría su vestido de seda /para llevarla a bailar al cuartel”.
El historiador Galindo afirma, además, que el “coronel” que menciona la canción es, para rizar más el rizo, hombre con el que finalmente se casó Adela Velarde en 1965, Alfredo Villegas.
Sin embargo, existen diferentes versiones sobre el origen de la canción que, según la Secretaría de Defensa Nacional (SDN) mexicana, fue difundida por la División del Norte entre 1914 y 1915.
Según el libro “Las Fuerzas Armadas en la Revolución Mexicana”, editado por la SDN en 2013, algunos atribuyen su autoría al joven capitán Elías Cortázar Ramírez, otros a un tal Ángel Viderique.
Otra interpretación afirma que se trata de una canción anónima que el general Domingo Arrieta y sus tropas escucharon en el estado de Sinaloa, y otra más que el mismo general Arrieta se la encomendó a un maestro de su banda militar, Julián S. Reyes, para que la escribiera y la instrumentara.
Pero en la creación de los mitos el relato es importante, y una buena historia de amor trágico siempre será más potente que un anodino encargo.
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