El director de Pemex, Octavio Romero, presumió ante diputados “buenos resultados” en producción petrolera con la proyección de alcanzar para 2024 la cifra de 1 millón 887 mil barriles diarios de “producción de líquidos”.
Pero esa cifra se queda corta respecto a los 2 millones 400 mil barriles diarios que puso como meta el presidente López Obrador en 2018 para el final del sexenio, y de su objetivo ajustado en 2021 de al menos 2 millones, mismo número planteado en el plan de negocio de Pemex 2023-2027.
Documento que, por cierto, también muestra que durante el gobierno de López Obrador se han incrementado las emisiones para la extracción, producción y procesamiento de crudo:
Un punto adicional importante sobre la comparecencia de Romero es que para mostrar una producción más elevada y defender su dicho de “buenos resultados”, mostró una gráfica con indicadores que no solo consideran el petróleo crudo.
También incluyó los condensados, que tuvieron un alza importante de generación durante este año al pasar de 99 mil barriles diarios en 2022 a 288 mil hasta junio de 2023, según el quinto informe.
El gráfico presentado por el director de Pemex
Como ya te contamos en otra verificación, los condensados son hidrocarburos que se encuentran en forma de gas en los yacimientos de petróleo y gas natural, pero de los que Pemex no ha detallado qué hace con ellos ni cuál es su rentabilidad.
En El Sabueso analizamos los datos reportados por Pemex y encontramos que la producción de crudo promedio en 2023, sin tomar en cuenta los condensados, ha sido de mil 596 miles de barriles diarios.
Esto es 217 mil barriles diarios menos de los que se producían en 2018 y 90 mil barriles diarios menos en comparación con el año pasado:
La siguiente gráfica permite observar cómo ha aumentado la extracción de condensados respecto al total de “producción de líquidos”:
En su discurso del quinto informe de gobierno, en Campeche, el presidente Andrés Manuel López Obrador presumió que ya se tenían un millón 900 mil barriles diarios, con lo que, dijo, ya “se logró rescatar la actividad petrolera en lo relacionado con la producción de petróleo crudo”.
Sin embargo, como ya vimos, ni siquiera incluyendo condensados se ha alcanzado por completo esa cifra este año, ni Pemex se plantea lograrlo para el 2024, según el discurso de Romero.
En el gráfico del funcionario también fue llamativo que incluyó el dato de 2019 como parte de las cifras de “administraciones anteriores”, siendo que este ya fue el primer año del gobierno de López Obrador.
“En la @Mx_Diputados el Ing. @OctavioRomero_O, Director General de #PEMEX detalló que en las administraciones anteriores la producción de hidrocarburos líquidos disminuyó hasta un millón 642 mil barriles en 2019”, tuiteó la cuenta oficial de Petróleos Mexicanos.
El diputado Manuel Jesús Herrera Vega señaló en la comparecencia que a Pemex se le “han inyectado recursos públicos para la rehabilitación de sus instalaciones, pago de amortizaciones e inversión en infraestructura”.
Romero Oropeza calificó el comentario como una “distorsión” y respondió al diputado que “Pemex vive de sus flujos, de los flujos que produce, sus ingresos y sus egresos, pero no hay un presupuesto de parte del gobierno federal a Pemex”. Lo único que ocurre, dijo, es que “la Secretaría de Hacienda autoriza el presupuesto de Pemex, hasta dónde se va a invertir y hasta dónde se va a gastar”.
Pero el dicho es engañoso, porque de acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) en un plazo de cuatro años –entre enero de 2019 y diciembre de 2022– “el Gobierno federal apoyó a Pemex con 890.2 mil millones de pesos por concepto de aportaciones patrimoniales, estímulos fiscales y otros apoyos: un promedio de 222.5 mmdp al año”.
Biden ha dado luz verde a Ucrania para que use misiles estadounidenses de largo alcance para atacar en territorio ruso. La medida ha causado revuelo en Rusia.
Vladimir Putin ha reiterado en oportunidades pasadas que Moscú consideraría la medida como una “participación directa” de los países de la OTAN en la guerra de Ucrania.
El Kremlin acusó este lunes a la administración de Joe Biden de “echar leña al fuego y seguir avivando la tensión” al permitir que Ucrania use misiles estadounidenses de largo alcance para atacar territorio ruso.
El portavoz del gobierno ruso, Dmitry Peskov, afirmó que la medida representa un nuevo nivel de participación de Estados Unidos en la guerra de Rusia en Ucrania.
Moscú reiteró que consideraría un ataque con un misil estadounidense en su territorio como una agresión proveniente de Estados Unidos y no de Ucrania, en un comunicado publicado este lunes.
Ucrania ya lleva más de un año utilizando el Sistema de Misiles Tácticos de Largo Alcance del Ejército estadounidense (ATACMS por sus siglas en inglés) para atacar objetivos rusos en territorio ucraniano.
Pero la decisión del presidente Joe Biden permitiría a Kyiv atacar al ejército ruso en su propio territorio con misiles que tienen un alcance de hasta 300 kilómetros y son difíciles de interceptar debido a su alta velocidad.
La medida ha provocado una furiosa respuesta por parte de diversos medios y personalidades políticas en Rusia, según reporta Steve Rosenberg, corresponsal y editor de la BBC en Moscú.
El sitio web del periódico ruso Rossiyskaya Gazeta, controlado por el gobierno, afirma que Biden ha tomado una de las decisiones más provocativas e imprevisibles de su administración y que puede tener “consecuencias catastróficas”.
El diputado Leonid Slutsky, jefe del Partido Liberal-Demócrata de Rusia, simpatizante con el gobierno de Vladimir Putin, también asegura que la decisión provocaría a una gran escalada y graves consecuencias.
Por su parte, el senador ruso Vladimir Dzhabarov la calificó como “un paso sin precedentes hacia la Tercera Guerra Mundial“.
El presidente Vladimir Putin hasta ahora ha guardado silencio.
Para muchos analistas y líderes occidentales, es Rusia quien recientemente ha “echado leña al fuego” al enviar tropas norcoreanas a la zona de guerra para luchar junto a las fuerzas rusas contra Ucrania.
De acuerdo con las fuentes de los medios estadounidenses, el cambio de rumbo por parte del gobierno de Biden se debe a la participación de tropas de Corea del Norte en las filas del ejército ruso.
A finales de septiembre, Moscú anunció cambios a la doctrina nuclear rusa y a las condiciones previas bajo las cuales Rusia podría usar armas nucleares.
La medida fue interpretada en Occidente como un mensaje indirecto a Estados Unidos y Europa para que no autorizaran a Ucrania usar misiles estadounidenses de largo alcance en territorio ruso.
Ucrania lleva meses pidiendo permiso para utilizar ATACMS dentro de Rusia.
“Esta es una decisión muy importante para nosotros”, dijo a la BBC Serhii Kuzan, presidente del Centro de Cooperación y Seguridad de Ucrania, con sede en Kyiv.
“No es algo que vaya a cambiar el curso de la guerra, pero creo que hará que nuestras fuerzas sean más equitativas“.
Kuzan dijo que la decisión llegó justo a tiempo para contrarrestar el esperado inicio de un gran asalto por parte de tropas rusas y norcoreanas, diseñado para desalojar a las fuerzas ucranianas de la región rusa de Kursk.
Se estima que el asalto se producirá en los próximos días.
Análisis de Frank Gardner, corresponsal de seguridad de la BBC
Desde que el ejército ruso lanzó su guerra a gran escala contra Ucrania el 24 de febrero de 2022, la OTAN, Occidente y, específicamente, la Casa Blanca, se han visto atrapados frente a un gran desafío: ¿cómo brindarle a Ucrania suficiente apoyo militar sin entrar en una confrontación directa con Rusia?
Es un desafío que persiste actualmente.
Los comentaristas occidentales más radicales, incluidos exgenerales estadounidenses y británicos, argumentan que las reiteradas amenazas de represalias por parte de Putin nunca se cumplieron y que simplemente tenían la intención de asustar a la OTAN para que no enviara el tipo de armas que Ucrania necesitaba.
Se sabe que Jake Sullivan, el asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, es cauteloso con ese tema y hay reportes de que estaba molesto por la postura más agresiva de Londres y su envío de armas pesadas como grandes tanques de batalla y aviones de combate F-16.
En última instancia, Putin entiende que el viejo concepto de la Guerra Fría de Destrucción Mutua Asegurada (DMA) sigue vigente hoy en día.
Puede que Rusia tenga el arsenal de armas nucleares más grande del mundo, pero el Kremlin sabe que si alguna vez se utilizara un arma nuclear en alguna ciudad occidental, Moscú quedaría destruida en cuestión de minutos.
Sin embargo, hay muchas otras formas menos apocalípticas en las que Rusia podría responder al uso de misiles ATACMS en territorio ruso.
Estas incluyen sabotear cables submarinos o armar a los hutíes de Yemen con poderosos misiles antibuques.
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