La jefa de gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, presumió una disminución de 30% en los asesinatos en la capital del país y que se tuvo el enero con menos homicidios dolosos desde 2022, pero los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) contradicen a la mandataria local.
Si se compara el periodo de octubre a diciembre de 2024 -primeros tres meses del gobierno de Brugada- con el mismo lapso de 2023, se observa un incremento del 5% en las víctimas de asesinatos. En el primer periodo fueron 225, y en el segundo la cifra subió a 237.
Y en cuanto a enero, Brugada refirió para ese mes la cifra de 56 homicidios, sin embargo, según un gráfico mostrado por la titular del Secretariado Ejecutivo en la conferencia mañanera de Claudia Sheinbaum, en enero reciente en la capital se contabilizaron 63 asesinatos. Eso es 10.5% más que los registrados en enero de 2024.
Hay un aumento de 6.3% al comparar los asesinatos del periodo de octubre de 2023 a enero de 2024, con el periodo de octubre de 2024 a enero de 2025, según los datos del Secretariado y lo mostrado en la conferencia matutina.
En cuanto a feminicidios, en el periodo de octubre a diciembre de 2023 se contabilizaron 14 crímenes de ese tipo en la capital del país, y en el mismo lapso de 2024 la cifra subió a 16. Un aumento del 14%.
“En el mes de septiembre, hubo 78 homicidios; en el mes de octubre 76; en el mes de noviembre 75; en el mes de diciembre 71 y en el mes de enero 56 homicidios… de septiembre a la fecha, tenemos una disminución del 30 por ciento de homicidios”, refirió la mandataria capitalina.
Pero al igual que el gobierno federal, Brugada utilizó una comparación engañosa para destacar una supuesta disminución del 30% en los homicidios, al contrastar datos de septiembre de 2024 y enero del 2025.
Como te contamos, expertos mencionan que lo más adecuado es comparar años completos o los mismos meses de años distintos. Por ejemplo, enero de 2025 frente a enero de 2024.
Además, los datos del Secretariado muestran para octubre de 2024 la cifra de 74 homicidios dolosos en la Ciudad de México, y para noviembre 86, con ello, no se cumple lo dicho por Brugada, de que los asesinatos disminuyeron “mes con mes”.
De los que mencionó, el único mes donde se registró una disminución fue en el de diciembre de 2024, cuando se contabilizaron 77 asesinatos, y en diciembre de 2023 fueron 83.
Los datos sobre homicidios mencionados por Brugada no coinciden con las estadísticas reportadas por el SESNSP, ni con los de la Fiscalía de la Ciudad de México. Por ejemplo, sobre septiembre del 2024 el SESNSP registró 79 homicidios, la fiscalía local abrió 73 carpetas de investigación, y Brugada mencionó 78 casos.
Ante una solicitud de El Sabueso de Animal Político, el gobierno de la Ciudad de México respondió que los datos que mencionó la jefa de Gobierno se refieren a carpetas de investigación, y no a la cantidad de víctimas, tanto de casos de homicidio doloso como feminicidio.
“Podría haber discrepancias mínimas entre los datos usados y los publicados por el SESNSP derivadas de los cortes y actualizaciones de la información, mismas que a su vez derivan primordialmente de la evolución de las mismas investigaciones”, apuntó el área de Comunicación del gobierno capitalino.
“La disminución del 30% a la que aludió la Jefa de Gobierno, se refiere al cambio porcentual entre el promedio diario de de carpetas por homicidio doloso de septiembre de 2024 vs el promedio diario de carpetas de enero 2025″.
De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo, en todo el 2024 se contabilizaron 918 asesinatos en la capital del país, mientras que un año antes se reportaron 873 homicidios. Con ello, el 2024 fue el segundo año con alza en las víctimas de homicidios dolosos.
Las declaraciones de la jefa de gobierno contrastan con los enfrentamientos reportados en los últimos días. El 10 de febrero, se reportó un ataque armado en la alcaldía Tláhuac con un saldo de cinco personas asesinadas y un herido, según la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC).
Un día después, autoridades capitalinas registraron un tiroteo en la colonia Narvarte, el cual dejó un saldo de dos heridos y una persona muerta. Y el 12 de febrero se registró un enfrentamiento entre policías y personas armadas en Coapa, alcaldía de Tlalpan.
Es la iniciativa que el gobierno de Xi Jinping lanzó en 2013 y desde entonces se han sumado más de un centenar de países, pero Panamá decidió ahora retirarse.
Panamá no renovará el acuerdo entendimiento que firmó con China en 2017 en el marco de la llamada Ruta de la Seda.
La medida fue anunciada el domingo por el presidente José Raúl Mulino horas después de reunirse con el secretario de Estado de EE.UU. Marco Rubio.
Rubio había exigido “cambios inmediatos” sobre el Canal de Panamá, ante lo que dijo era “la influencia y el control del Partido Comunista Chino”.
El Canal de Panamá es una ruta comercial vital que maneja el 6% de todo el tráfico marítimo mundial.
La visita de Rubio a Panamá se produce tras más de un mes de tensiones diplomáticas después de que el presidente Trump manifestara su intención de recuperar el control del Canal.
Tras su reunión con Rubio el presidente Mulino no hizo mención a su decisión de no renovar el acuerdo con China.
“Fue un encuentro muy tranquilo y respetuoso”, dijo, y agregó: “Queremos trabajar con Estados Unidos como siempre lo hemos hecho”.
El llamado memorándum de entendimiento de la Ruta de la Seda fue firmado entre Panamá y China en noviembre de 2017, bajo el gobierno del presidente Juan Carlos Varela (2014-2019).
Panamá se convirtió así en el primer país latinoamericano que se incorporaba a la iniciativa, que es emblema del gobierno de Xi Jinping, y que consiste en una ola de fondos chinos para grandes proyectos de infraestructura en todo el mundo.
Al igual que la antigua ruta comercial marítima, la Nueva Ruta de la Seda tiene como objetivo vincular a China con Europa, Medio Oriente, África y América Latina.
Xi lanzó la iniciativa en 2013, y desde entonces se han sumado más de un centenar de países.
Y el conocimiento y dinero chinos se han esparcido por el mundo, principalmente en la construcción de puentes, carreteras, puertos comerciales, centrales eléctricas y proyectos de telecomunicaciones.
Al comienzo, América Latina quedó fuera del mapa oficial de la iniciativa, pero tras el acuerdo alcanzado con Panamá varios países de la región se fueron sumando a la misma mediante memorandos de entendimiento.
Hasta ahora 21 países latinoamericanos se han unido a la Ruta de la Seda, incluidos incluidos Uruguay, Ecuador, Venezuela, Chile, Uruguay, Bolivia, Costa Rica, Cuba, Perú, Nicaragua y Argentina.
Los memorandos ya se tradujeron en proyectos e infraestructuras concretas en la región.
En Ecuador, la reconstrucción del aeropuerto internacional “Eloy Alfaro”, en la ciudad de Manta -que se vio afectado por el terremoto de magnitud 7,8 en abril de 2016- se llevó a cabo con capital chino.
Ecuador recibió un crédito por US$20,7 millones de un banco chino, y un aporte del Estado ecuatoriano de US$4,5 millones, según la agencia china Xinhua.
Un consorcio chino también construye dos puentes en las localidades de Canuto y Pimpiguasí, todas ellas en la provincia de Manabí, en el occidente del país.
En Perú el propio presidente Xi Jinping asistió a la inauguración del megapuerto de Chancay en 2024.
El complejo portuario, a unos 70 kilómetros al norte de Lima, se inauguró con grandes expectativas de los gobiernos peruano y chino y de los sectores económicos potencialmente beneficiados.
Se trata de un gigantesco proyecto liderado por Cosco Shipping Company, empresa estatal china dedicada al transporte marítimo, con una inversión total prevista de US$3.400 millones, para construir un complejo de 15 muelles, oficinas, servicios logísticos y un túnel de 2 kilómetros de largo para dar salida a la carga.
Cabe destacar, sin embargo, que aún sin la Ruta de la Seda, China lleva más de una década siendo un actor protagonista en las inversiones América Latina, donde sus bancos de desarrollo han prestado más de US$150.000 millones en los últimos 15 años.
El objetivo de China con su iniciativa es acelerar la llegada de sus productos a mercados más lejanos.
China ya ha financiado trenes, carreteras y puertos, y las empresas de construcción chinas han obtenido contratos lucrativos para conectar puertos y ciudades, financiados por préstamos de bancos chinos.
Se espera que la iniciativa implique un total de US$1 billón en inversiones.
Pero para los críticos, la Nueva Ruta de la Seda no solo representa un audaz aumento de la influencia geopolítica y estratégica de China, sino también el endeudamiento de los países receptores.
Desde 2023, el derroche sin precedentes de infraestructura de China ha inyectado dinero a casi 150 países de todo el mundo.
Los resultados no siempre han sido beneficiosos: muchos proyectos quedaron sin terminar y muchos países en desarrollo que se adhirieron a la generosidad de Beijing se encontraron agobiados por la deuda.
Ahora, igual que el resto del mundo, América Latina se prepara para cuatro años difíciles, y si Estados Unidos y China inician una guerra comercial de gran escala, la región corre el riesgo de quedar atrapada en el fuego cruzado.
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