The Economist no advirtió que la vacunación contra COVID-19 sería “mortal”, como afirman usuarios de X, antes Twitter. En realidad, una de las portadas de la revista fue manipulada para desinformar, ya que cambiaron la fecha de publicación e insertaron una ilustración de un cráneo.
La portada original, publicada por The Economist en X el 13 de mayo de 2021, incluye un artículo que habla sobre la vacunación contra el virus, enfatizando la importancia de una distribución equitativa para evitar contagios y muertes.
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“La vacunación fue mortal: The Economist propiedad de las élites occidentales (Rothschilds) advirtió en 2019. Y también sobre la guerra en Ucrania en 2022 y la guerra en Israel en 2023. Pero la mayoría de personas dormidas como siempre, no escuchó a nadie”, se lee en un post en X que comparte la portada manipulada y acumula más de 20 mil vistas.
Una búsqueda inversa en Google Lens con la imagen de la publicación que desinforma nos llevó a la portada original de The Economist en X y su sitio web. El artículo principal se titula “Diez millones de razones para vacunar al mundo” y se puede observar que no contiene la ilustración de un cráneo ni la fecha del 22 de diciembre de 2019. En realidad pertenece a la edición del 15 al 21 de mayo de 2021 y el gráfico tiene una gota.
Además, la publicación original de The Economist en la red social de X dirige a su sitio web al artículo “Diez millones de razones para vacunar al mundo”, mismo que no advierte sobre la supuesta mortalidad de la vacunación contra COVID-19.
El texto refiere el beneficio de la vacunación contra COVID-19: “las vacunas han creado la oportunidad de salvar millones de vidas. El mundo no debe desaprovecharla”, señala el artículo.
De igual manera, realizamos un rastreo en la página web de The Economist, pero ninguna de sus portadas de 2019 hacen referencia al rechazo de la vacunación.
De acuerdo con la cronología de respuesta de la Organización Mundial de la Salud (OMS) al COVID-19, en enero de 2020 el brote del nuevo coronavirus (denominado COVID-19 hasta febrero de 2020) fue declarado como una emergencia de salud pública de importancia internacional (ESPII) y en marzo del mismo año como una pandemia.
En febrero de 2020, la OMS convocó a un foro mundial para abordar el tema del desarrollo de las vacunas. Mientras que en diciembre de aquel año, una adulta mayor en Reino Unido se convirtió en la primera persona en recibir la vacuna de Pfizer fuera de los ensayos, según lo informado por la agencia de noticias Reuters.
Por otra parte, la portada original de The Economist tampoco menciona la guerra entre Ucrania y Rusia, iniciada en febrero de 2022. El conflicto que incluye en el gráfico es el palestino-israelí, del cual la revista publicó dos artículos en su edición de mayo de 2021.
El conflicto palestino-israelí se remonta desde comienzos del siglo XX, de acuerdo con la BBC. Y alcanzó una tensión tras la incursión armada de Hamás en Israel el 7 de octubre de 2023 y la posterior respuesta de las fuerzas de seguridad de ese país.
En conclusión: The Economist no advirtió en 2019 que supuestamente la vacunación contra COVID-19 sería “mortal”. Manipularon una de sus portadas para desinformar.
La obispa Mariann Edgar Budde hizo una petición al presidente Donald Trump por las minorías a las que afectarán sus nuevas políticas. El tono del sermón llamó la atención en EE.UU.
Sentado en primera fila, al lado de su esposa, Melania, el presidente Donald Trump escuchó este martes un sermón en la Catedral Nacional de Washington que llamó la atención de muchos en Estados Unidos.
La obispa Mariann Edgar Budde, la primera mujer en estar al frente de la Diócesis Episcopal de Washington DC, hizo un llamado de “clemencia” a Trump sobre minorías que estarán sujetas a las nuevas políticas que anunció al tomar posesión el lunes.
“Señor presidente: millones han puesto su confianza en usted. Y como usted dijo ayer, ha sentido la mano providencial de un Dios amoroso. En el nombre de Dios, le pido que tenga misericordia para gente en nuestro país que tiene miedo ahora”, dijo Budde.
“Hay niños gays, lesbianas y transexuales, y familias demócratas y republicanas e independientes, algunas de las cuales temen por sus vidas”, continuó.
Trump, que estaba con la mirada al frente en un inicio, comenzó a mover la cabeza hacia otros lados. El vicepresidente J.D. Vance fue más expresivo, al voltear la cara para mirar a su esposa.
La obispa continuó abogando por los migrantes: “Gente que recoge las cosechas, que limpia nuestras oficinas. Que trabajan en granjas y en empacadoras de carne. Que lavan la loza luego de que comemos en restaurantes. Y que trabajan en turnos nocturnos en hospitales”.
“Podrán no ser ciudadanos, o tener la documentación apropiada. Pero la vasta mayoría de los migrantes no son criminales. Ellos pagan impuestos, son nuestros vecinos, son fieles miembros de nuestras iglesias, mezquitas, sinagogas y templos”, dijo la obispa diocesana, quien está al frente de esta catedral de la Iglesia Episcopal estadounidense desde 2011.
“Le pido que tenga clemencia con aquellos en nuestras comunidades cuyos niños temen que sus padres sean llevados lejos. Y que ayude a los que huyen de zonas de guerra y persecución en sus propias tierras a encontrar compasión y acogida aquí”.
Las palabras de Budde fueron parte de un servicio religioso con motivo de la investidura de Trump como presidente de EE.UU. el día anterior.
A la Catedral Nacional de Washington asistieron el presidente, el vicepresidente y sus respectivas familias, así como decenas de invitados.
El sermón de Budde vino luego de que el lunes Trump firmara una serie de órdenes ejecutivas que afectan a minorías, como los migrantes o la comunidad LGBT.
El presidente decretó un estado de emergencia en la frontera con México entre cuyos efectos impide la llegada de nuevas solicitudes de asilo.
Asimismo, ha prometido una deportación masiva de migrantes indocumentados.
Y firmó una orden para eliminar el derecho automático de ciudadanía a los hijos de migrantes sin estancia legal.
También decretó la eliminación de las políticas inclusivas instauradas en el gobierno anterior. Trump dijo que el gobierno solo considerará dos géneros, masculino y femenino, e instituciones públicas y militares dejarán de procurar políticas para la comunidad transgénero.
Luego del servicio, el presidente Trump regresó a la Casa Blanca, donde expresó su opinión sobre el sermón y el servicio religioso en general.
“No fue muy emocionante. No me pareció un buen servicio… Pudieron haberlo hecho mucho mejor”, añadió al entrar a la residencia presidencial.
El sermón causó sorpresa y se convirtió en uno de los temas del día en Washington DC y en el resto del país, pues no es habitual que el presidente de EE.UU. enfrente un a declaración así.
Algunos elogiaron a Budde por haber planteado una petición de misericordia para las minorías de Estados Unidos.
Otros fueron críticos, como el representante republicano Mike Collins, que dijo que Budde debería ser “añadida a la lista de deportaciones”, pese a que la obispa es estadounidense.
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