Un video en el que se observa a una multitud de personas en una calle en Filadelfia no corresponde a una protesta contra el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, como aseguran usuarios en publicaciones de redes sociales. La grabación en realidad muestra la celebración en enero pasado tras la victoria de los Philadelphia Eagles en un partido de la NFL.
Esta desinformación se comparte en el contexto de las protestas contra el gobierno de Trump que se llevaron a cabo el 5 de abril en diversas ciudades de Estados Unidos, entre ellas Filadelfia.
“Protestas masivas en Philadelphia: ciudadanos se levantan contra las políticas de Trump (sic)”, se lee en una publicación en Instagram que suma más de 21 mil “me gusta” y ha sido compartida más de 4 mil veces.
Sin embargo, una búsqueda inversa en Google Lens con los fotogramas del video nos llevó a la misma grabación publicada en X el 26 de enero de 2025 por el usuario Joe Pop, que señala la ubicación en Broad Street, Filadelfia, y coloca en el post: “Prepárate, Nueva Orleans”.
En comentarios, usuarios mencionan el Super Bowl, —que entonces se llevaría a cabo en Nueva Orleans—, y al equipo de los Philadelphia Eagles.
Además, identificamos en Google Street View la ubicación mencionada en la publicación del usuario Joe Pop y coincide con los elementos mostrados en el video como los edificios y las calles.
Una búsqueda en Google con palabras clave nos llevó a notas periodísticas del partido de la Liga Nacional de Futbol Americano (NFL, por sus siglas en inglés) entre los Philadelphia Eagles y los Washington Commanders, jugado el 26 de enero, en el que los Eagles resultaron ganadores y avanzaron al Super Bowl LIX.
Medios de comunicación publicaron videos, fotografías y reportes sobre los festejos de aficionados en Broad Street, en Filadelfia, luego de que Eagles vencieran a Commanders.
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El usuario Joe Pop señaló al equipo de Reuters Verificación que él grabó el video cuando los Philadelphia Eagles ganaron el juego, y que publicó el material ese mismo día.
Los Philadelphia Eagles derrotaron a los Kansas City Chiefs en el Super Bowl LIX, —impidiéndoles obtener un tercer título consecutivo—, disputado el 9 de febrero en el estadio Caesars Superdome, en Nueva Orleans.
El pasado 5 de abril se llevaron a cabo protestas en diversas ciudades de Estados Unidos para rechazar las medidas del gobierno del mandatario Trump. Medios de comunicación documentaron manifestaciones que se llevaron a cabo en Filadelfia.
De acuerdo con la BBC, los organizadores de la protesta “Manos fuera” convocaron mil 200 puntos de concentración en los 50 estados del país y los asistentes expresaron su desacuerdo con los aranceles, así como la reestructuración del gobierno.
En conclusión: un video en el que se observa a una multitud de personas en una calle en Filadelfia no corresponde a una protesta contra Trump. La grabación muestra la celebración en enero pasado tras el triunfo de los Philadelphia Eagles sobre los Washington Commanders en un partido de la NFL.
El acuerdo regula cómo ambas naciones deben repartirse el agua de los ríos Bravo y Colorado, que forman parte del límite territorial entre ambas.
Un tratado firmado en 1944 entre Estados Unidos y México está detrás, una vez más, de tensos intercambios entre ambos países.
El acuerdo regula cómo ambas naciones deben repartirse el agua de los ríos Bravo y Colorado, que forman parte del límite territorial entre ambas.
La implementación del tratado ha generado en el pasado fuertes protestas de agricultores mexicanos, según los cuales la extracción de agua para EE.U. en tiempos de sequía amenaza seriamente su medio de vida.
Ahora, en medio de la incertidumbre generada a nivel global por la política arancelaria del presidente Donald Trump, el mandatario estadounidense amenazó a México con aranceles e incluso sanciones por el tema del agua.
“México le DEBE a Texas 1,3 millones de acres-pies (1.603 millones de metros cúbicos) de agua según el Tratado de Aguas de 1944, pero lamentablemente México está incumpliendo su obligación. Esto …perjudica gravemente a los agricultores del sur de Texas”, afirmó Trump en su plataforma Truth Social.
“El mes pasado detuve los envíos de agua a Tijuana hasta que México cumpla con el Tratado de Aguas de 1944… y seguiremos intensificando las consecuencias, incluyendo aranceles y, quizás, incluso sanciones, hasta que México cumpla con el tratado y le dé a Texas el agua que le corresponde”, agregó.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, respondió a Trump con un mensaje en su cuenta oficial de X.
“El día de ayer fue enviada al subsecretario del Departamento de Estado de Estados Unidos una propuesta integral para atender el envío de agua a Texas dentro del tratado de 1944, que incluye acciones de muy corto plazo. Han sido tres años de sequía y, en la medida de la disponibilidad de agua, México ha estado cumpliendo”.
“He instruido a los secretarios de Agricultura y Desarrollo Rural y Relaciones Exteriores, así como a la secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales que de inmediato hagan contacto con la Secretaría de Agricultura y el Departamento de Estado del gobierno de Estados Unidos. Estoy segura que, como en otros temas, se llegará a un acuerdo”, dijo la mandataria.
De alguna manera, se podría decir que el llamado Tratado de la Distribución de las Aguas Internacionales firmado por México y EE.UU. en 1944 tiene su origen en otro acuerdo alcanzado casi un siglo antes.
El Tratado de Paz, Amistad, Límites y Arreglo Definitivo (más conocido como Tratado de Guadalupe Hidalgo), firmado en 1848 al final de la guerra entre ambos países iniciada por la disputa de Texas, fue el que estableció que México cedería a EE.UU. más de la mitad de su territorio en aquel entonces.
Pero además, también fijó la frontera entre ambos países en el río Bravo -conocido como río Grande por los estadounidenses- y cuyas aguas han sido centro de conflicto en Chihuahua.
La ubicación estratégica del río hacía necesario un plan de distribución entre ambos actores. Tras años de negociación y varias propuestas fallidas, México y EE.UU. firmaron en Washington el tratado vigente en la actualidad.
Según el acuerdo, México se queda con dos tercios de la corriente principal del Bravo y cede a su vecino el resto, que no podrá ser menor de unos 432 millones de metros cúbicos (Mm3) anuales.
Como contraparte, EE.UU. cede a México cada año 1.850 Mm3 del río Colorado, que en su mayoría se encuentra en suelo estadounidense pero que también pasa por la frontera entre ambos países hasta desembocar en el golfo de California, entre los estados mexicanos de Baja California y Sonora.
El acuerdo también establece que la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), un organismo binacional, es el encargado de resolver las posibles diferencias en materia de límites.
El pacto estipula que EE.UU. cumplirá con su entrega de agua cada año, mientras que México podrá hacerlo en períodos de cinco años.
“Es de los mejores acuerdos que se han logrado en la historia con relación a EE.UU.”, afirmó en 2020 el expresidente Andrés Manuel López Obrador.
Reformar o actualizar las condiciones de un tratado que fue firmado hace 76 años podría ser una de las opciones para tratar de solucionar conflictos.
Pero algunos analistas consideran que tanto los litros de agua acordados como la posibilidad de entregar su parte cada cinco años en lugar de anualmente son ventajas que México no debería perder.
Para los agricultores del lado mexicano de la frontera, lo que está en juego en tiempos de sequía agravada por el cambio climático, es algo mucho más inmediato que los vaivenes diplomáticos entre ambos países.
Los enfrentamientos de 2020 entre agricultores y la Guardia Nacional en Chihuahua tuvieron lugar tras la decisión del gobierno de extraer agua de la presa de la Boquilla para cumplir el tratado con EE.UU.
En ese entonces, el vocero de los agricultores, Salvador Alcantar, presidente de la Asociación de Usuarios de Riego de Chihuahua (Aurech), señaló que estaba en riesgo el futuro de unas 20.000 familias que viven del campo en la región.
Alcantar compartió con BBC Mundo uno de sus mayores temores:
“En 1995 no se abrieron las presas para sembrar y hubo una migración masiva desde nuestros municipios. Los hombres en edad productiva se marcharon para dar sustento a la familia, fue una desintegración familiar fuerte que aún estamos sufriendo”, recuerda.
“Y ese es el problema social que podemos volver a ver si no sembramos el año próximo”.
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