Desde 2021, cuando se aprobaron y se hicieron públicas las vacunas contra la COVID, se publicaron también los documentos correspondientes de los efectos adversos observados en los estudios. La FDA publicó el 18 de mayo de 2021 la descripción de la vacuna Comirnaty, donde se especifican los efectos adversos observados y la frecuencia con la que se da o se podría dar cada uno.
Un tweet en X que ya cuenta con 1 millón de vistas, asegura que supuestamente Pfizer tenía intenciones de ocultar los documentos sobre los efectos adversos de su vacuna por 75 años. Se trata de desinformación, pues siempre han sido públicos y se han ido actualizando con el tiempo, la última actualización de Pfizer es del 11 de septiembre de 2023.
Para que una vacuna o tratamiento sea aprobado por una institución como la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) o la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), es obligatorio que monitoree y publique los efectos adversos, según explicó el doctor Carlos Sanders Velez, especialista en farmacología, a El Sabueso.
Además, es necesario que siga el monitoreo por cinco años y regularmente se actualicen los documentos para incluir los nuevos efectos adversos registrados. Aquí puedes consultar las diferentes versiones de los documentos de la FDA, y aquí las versiones de la EMA.
El doctor aclaró que todos los medicamentos y vacunas tienen efectos adversos.
“Si un día te da por buscar paracetamol, por decir, puedes encontrar el sumario con todos los efectos adversos, porque sí los tiene”.
Depende de la salud de la persona cómo puedan presentarse, sin embargo no es cuestión para alarmarse o decir que las vacunas son peligrosas, ya que los más graves suelen presentarse muy rara vez, o incluso existen algunos nombrados en los documentos que aún no se comprueba que están causados directamente por las vacunas COVID.
“Si la vacuna no fuera efectiva pues no la estaríamos aplicando”, declaró. “La gran mayoría de las personas a nivel mundial han recibido por lo menos una dosis de alguna de las vacunas si efectivamente los efectos adversos fueran tan serios, tan notorios, tan catastróficos, estaría reflejado en los hospitales y centros de salud”.
En conclusión, es falso que Pfizer haya intentado ocultar los efectos adversos de su vacuna contra el COVID-19. Todos los medicamentos y tratamientos tienen efectos adversos, y tienen que ser públicos para que pueda ser distribuido al público. Desde 2021, Pfizer publicó los resultados de los estudios, y han seguido monitoreando y actualizando los documentos.
Estas muestras de hielo podrían “revolucionar” nuestro conocimiento sobre el cambio climático.
Un núcleo de hielo que podría tener más de 1,5 millones de años llegó a Reino Unido, donde será fundido por científicos para revelar información vital sobre el clima de la Tierra.
La muestra cilíndrica es el hielo más antiguo del planeta y fue perforado desde las profundidades de la capa de hielo antártica.
En su interior se encuentran congelados miles de años de nueva información que, según los científicos, podría “revolucionar” nuestro conocimiento sobre el cambio climático.
La BBC entró en la cámara frigorífica de -23 °C de la British Antarctic Survey (BAS) en Cambridge, Inglaterra, para ver las valiosas cajas de hielo.
“Este es un período completamente desconocido de la historia de la Tierra”, afirma la doctora Liz Thomas, jefa de investigación de núcleos de hielo de la BAS.
Sobre la puerta parpadean luces rojas de advertencia y en el interior hay una compuerta de escape de emergencia hacia un túnel por si algo sale mal.
Las normas establecen que solo podíamos entrar durante 15 minutos seguidos, con overoles acolchados, botas, gorros y guantes.
El obturador electrónico de nuestra cámara se bloqueó y comenzó a crujir nuestro cabello al congelarse.
En un estante, junto a cajas de hielo apiladas, la doctora Thomas señala los núcleos más antiguos, que podrían tener 1,5 millones de años. Brillan y son tan claros que podemos ver nuestras manos a través de ellos.
Durante siete semanas, el equipo derretirá lentamente el hielo que obtuvieron con tanto esfuerzo, liberando polvo antiguo, ceniza volcánica e incluso diminutas algas marinas llamadas diatomeas, que quedaron atrapadas en su interior cuando el agua se convirtió en hielo.
Estos materiales pueden brindar información a los científicos sobre los patrones de viento, la temperatura y el nivel del mar de hace más de un millón de años.
Habrá tubos que alimentarán el líquido dentro de máquinas en un laboratorio contiguo, uno de los pocos lugares del mundo donde se puede realizar esta ciencia.
Extraer los núcleos de hielo en la Antártica fue un enorme esfuerzo multinacional, con un costo millonario.
El hielo se cortó en bloques de un metro y se transportó por barco y luego en un camión refrigerado a Cambridge.
El ingeniero James Veale ayudó a extraer el hielo cerca de la base Concordia, en la Antártica oriental.
“Sostenerlo en mis manos cuidadosamente enguantadas y tener mucho cuidado de no dejar caer las secciones… fue una sensación increíble”, afirma.
Dos instituciones en Alemania y Suiza también recibieron secciones transversales del núcleo de 2,8 km.
Los equipos podrían encontrar evidencia de un período de hace más de 800.000 años, cuando las concentraciones de dióxido de carbono podrían haber sido naturalmente tan altas o incluso superiores a las actuales, según la doctora Thomas.
Esto podría ayudarles a comprender qué ocurrirá en el futuro a medida que nuestro planeta responda a los gases de efecto invernadero atrapados en nuestra atmósfera.
“Nuestro sistema climático ha experimentado tantos cambios que realmente necesitamos retroceder en el tiempo para comprender estos diferentes procesos y puntos de inflexión”, afirma.
La diferencia entre la actualidad y épocas anteriores con altos niveles de gases de efecto invernadero radica en que ahora los humanos provocaron el rápido aumento de los gases de efecto invernadero en los últimos 150 años.
Esto nos lleva a territorio desconocido, pero los científicos esperan que el registro de la historia ambiental de nuestro planeta, encerrado en el hielo, pueda ofrecernos alguna orientación.
El equipo identificará isótopos químicos en el líquido que podrían indicarnos los patrones de viento, temperatura y precipitaciones durante un período de entre 800.000 y 1,5 millones de años, o posiblemente más.
Utilizarán un espectrómetro de masas con plasma acoplado inductivamente (ICP-MS) para medir más de 20 elementos y trazas metálicas.
Esto incluye tierras raras, sales marinas y elementos marinos, así como indicadores de erupciones volcánicas pasadas.
El trabajo ayudará a los científicos a comprender un misterioso cambio conocido como la Transición del Pleistoceno Medio, que tuvo lugar hace entre 800.000 y 1,2 millones de años, cuando los ciclos glaciales del planeta cambiaron repentinamente.
La transición de eras más cálidas a eras glaciares frías, cuando el hielo cubría una mayor parte de la Tierra, ocurría cada 41.000 años, pero repentinamente cambió a 100.000 años.
La causa de este cambio es “una de las preguntas sin resolver más apasionantes” de la ciencia del clima, según la doctora Thomas.
Los núcleos podrían contener evidencia de una época en la que los niveles del mar eran mucho más altos que ahora y en la que las vastas capas de hielo de la Antártica eran más pequeñas.
La presencia de polvo en el hielo ayudará a comprender cómo se redujeron las capas de hielo y contribuyeron al aumento del nivel del mar, algo que constituye una gran preocupación en este siglo.
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