A un mes de las elecciones en Venezuela, se volvió a viralizar un video donde se afirma que Nicolás Maduro Guerra, hijo del presidente de Venezuela, conduce en Mónaco un Ferrari bañado en oro, pero esto es falso. En el mes que se grabó el video el hijo del presidente venezolano estaba en campaña electoral en su país.
El video muestra a dos hombres bajando las escaleras de la fachada del Hotel Paris, en Mónaco, para posteriormente abordar un Ferrari convertible bañado en oro, sin embargo, los rostros de las personas no se ven con claridad y no se puede afirmar que uno de ellos es el hijo del presidente de Venezuela.
El Sabueso localizó registros de que el video se ha utilizado para desinformar en diferentes ocasiones; en 2017 se usó para afirmar que el que conducía era el hijo de Lula da Silva, expresidente de Brasil; y en el mismo año se aseguró que era el hijo de Carlos Romero Deschamps, exsenador y ex líder del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, esto de acuerdo al medio español Maldita.
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El mismo medio español indicó que el video se grabó entre el 13 y 16 de julio de 2017, debido a un cartel que aparece en el edificio de enfrente en el segundo 43 y que promociona una exposición de relojes.
En esas fechas, se tiene registro que Nicolás Maduro Guerra se encontraba en Venezuela realizando eventos de campaña por las elecciones de la Asamblea Nacional Constituyente, que se celebraron el 30 de julio de 2017.
El próximo 28 de julio se celebran las elecciones presidenciales de Venezuela, en las que nuevamente Nicolás Maduro Moros busca la reelección. El actual presidente gobierna el país desde hace 11 años y como te lo contamos en esta nota, en las pasadas elecciones venezolanas varios partidos de oposición – como La Mesa de la Unidad Democrática- no participaron en los comicios ya que consideraron que no eran libres ni competitivos.
En conclusión, un video no muestra al hijo del presidente de Venezuela manejando en Mónaco un Ferrari bañado en oro. El video se grabó en julio de 2017 y en esas fechas Nicolás Maduro Guerra estaba en el país sudamericano realizando campaña.
El juez que lleva el caso aseguró que Bolsonaro incumplió las medidas cautelares que se le habían impuesto.
El Tribunal Supremo de Brasil ordenó este lunes el arresto domiciliario del expresidente de derecha Jair Bolsonaro.
El exmandatario está acusado de haber participado en una conspiración golpista tras perder las elecciones de 2022, un cargo que él niega.
El juez a cargo de la investigación de Bolsonaro, Alexandre de Moraes, afirmó que la decisión de arrestarlo se debe a que el expresidente no cumplió con las medidas cautelares que se le impusieron el mes pasado, entre ellas abstenerse de realizar publicaciones en redes sociales.
Moraes, que fue sancionado por el gobierno de EE.UU., dijo que Bolsonaro había utilizado las redes sociales de sus aliados, incluyendo las de sus hijos, para difundir mensajes incitando ataques contra el Tribunal Supremo y la intervención extranjera en el poder judicial brasileño.
El presidente de EE.UU., Donald Trump, ha calificado el juicio contra Bolsonaro de “cacería de brujas” e impuso el pasado jueves aranceles del 50% a algunos productos brasileños, a pesar de que su país tiene un superávit comercial con Brasil.
El hijo del expresidente y diputado federal (PL-SP), Eduardo Bolsonaro, publicó en inglés y portugués en la red social X protestando por el arresto de su padre.
El diputado, quien reside en EE.UU. y ha ejercido presión a políticos estadounidenses para que se impongan sanciones contra Alexandre de Moraes y el Supremo Tribunal Federal (STF), afirmó que el arresto se produjo “sin delito, sin pruebas, sin juicio”.
“Brasil ya no es una democracia. El mundo debe tomar nota”, escribió el congresista.
Eduardo Bolsonaro destacó que la decisión de Moraes se produjo el mismo día en que la organización Civilization Works publicó un expediente acusando al juez del Supremo Tribunal Federal (STF) de crear un grupo de trabajo para realizar publicaciones en redes sociales que justificaran los arrestos del 8 de enero.
Tanto él como su padre están siendo investigados por intentar obstruir el juicio en el que se acusa al expresidente de liderar un supuesto golpe de Estado para mantenerse en el poder.
Otro hijo del exmandatario, el senador Flávio Bolsonaro (PL-RJ), declaró en una entrevista con CNN Brasil que la detención de su padre demuestra que Brasil se encuentra ahora “oficialmente en una dictadura”.
“Una sola persona ordena la detención de un expresidente de la República, una persona honesta e íntegra”, declaró Flávio, afirmando que el caso contra su padre es un “juego amañado”.
“Eso era todo lo que Alexandre Moraes quería: vengarse del presidente Bolsonaro”.
El senador acusó a Moraes de haber “desequilibrado el proceso electoral” cuando presidía el Tribunal Superior Electoral (TSE) durante las elecciones de 2022, “inclinándolo a favor de nuestro competidor”, declaró Flávio.
El domingo, se celebraron manifestaciones a favor de Bolsonaro en varias ciudades brasileñas. El senador Flávio puso brevemente a su padre en el altavoz del teléfono ante la multitud en Río de Janeiro.
Según se informa, posteriormente publicó un video, que luego borró, de su padre al otro lado de la llamada enviando un mensaje a sus simpatizantes.
El diputado Nikolas Ferreira también se comunicó con el expresidente durante las manifestaciones en São Paulo.
Por eso, el juez Moraes señala que Bolsonaro incumplió con las restricciones que se le habían impuesto.
En su decisión de este lunes, Moraes también le prohibió al expresidente recibir visitas, excepto de abogados o personas autorizadas por el Tribunal Supremo, y usar el teléfono móvil directamente o a través de terceros.
Los visitantes autorizados tampoco podrán usar celular, tomar fotos ni grabar videos.
Ya se le había ordenado previamente llevar una tobillera, quedarse en su casa por las noches y no contactar a su hijo Eduardo Bolsonaro, quien ha acudido a funcionarios estadounidenses en su nombre.
Estas restricciones se le impusieron debido a acusaciones de que el expresidente estaba instigando a Donald Trump a interferir en el caso.
En mayo, la Procuraduría General de la República (PGR) señaló que Eduardo Bolsonaro, que actualmente vive en Estados Unidos, había hecho declaraciones públicas “con un tono intimidatorio” y publicaciones en redes sociales que buscaban que el gobierno de EE.UU. impusiera sanciones a funcionarios brasileños relacionados con el juicio.
La semana pasada, el gobierno estadounidense aplicó contra el juez Alexandre de Moraes la Ley Global Magnitsky —una de las más sanciones más severas que hay para castigar a extranjeros acusados de graves violaciones a los derechos humanos y corrupción.
Estados Unidos también condenó este mismo lunes la decisión del Tribunal Supremo de Brasil.
“El juez Moraes, ahora sancionado por Estados Unidos como violador de derechos humanos, continúa utilizando las instituciones brasileñas para silenciar a la oposición y amenazar la democracia”, declaró la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental en una publicación en X.
“Imponer más restricciones a la capacidad de Jair Bolsonaro para defenderse en público no es un servicio público. ¡Que Bolsonaro hable!”.
A petición del Supremo Tribunal Federal, la Policía Federal ejecutó, además, una orden de búsqueda y confiscación de teléfonos celulares.
“La participación encubierta de Jair Messias Bolsonaro, preparando material prefabricado para su difusión en manifestaciones y redes sociales, demostró claramente que continuó con su conducta ilícita de intentar coaccionar al Supremo Tribunal Federal y obstruir la justicia, en flagrante desacato a las medidas cautelares previamente impuestas”, escribió el juez Moraes en su orden.
Para Moraes, “las conductas de Jair Messias Bolsonaro, al desacatar deliberadamente las decisiones de este Tribunal Suprema, demuestran la necesidad y pertinencia de medidas más severas para evitar la continua reiteración delictiva del acusado.”
Ante la noticia de la detención de su padre, Eduardo Bolsonaro afirmó en redes sociales que la decisión se dio “sin crimen, sin pruebas, sin juicio”.
Y añadió: “Brasil ya no es una democracia. El mundo necesita darse cuenta de eso”.
Bolsonaro es el cuarto expresidente brasileño arrestado, de los ocho líderes que ha tenido el país desde el fin de la dictadura militar en 1985.
Además de Bolsonaro, fueron arrestados el actual presidente Lula y los expresidentes Michel Temer y Fernando Collor de Melo.
Los expresidentes José Sarney, Itamar Franco y Fernando Henrique Cardoso nunca fueron a prisión. Y la expresidenta Dilma Rousseff fue arrestada mucho antes de asumir la presidencia, por la dictadura militar.
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