Para entender mejor
Es falsa la afirmación de que la demolición de presas en España entre 2021 y 2022, durante el segundo mandato del presidente de España, Pedro Sánchez, causara las inundaciones recientes en Valencia.
Hay registro de que sí se demolieron barreras hídricas en aquellos años, aunque no represas. Y la demolición de barreras ocurrió desde el año 2000 con diferentes mandatarios, sin que haya elementos para sustentar que con ellas se hubieran evitado las inundaciones.
El posteo desinformante publicado en X (antes Twitter) tiene más de 40 mil reacciones y usa un video del 2023 publicado por el medio digital español, Toro TV, en el cual se indica que España derribó 108 barreras pluviales.
De acuerdo con el reporte “Dam Removal Progress 2021” de la organización Demolición de Presas de Europa, España sí derribó ese número de barreras; pero esto no significa que hayan sido presas, más bien fueron azudes, que tiene una función completamente diferente.
El reportaje informa que el gobierno español planeaba derribar dos presas, una de ellas llamada “Presa de Valdecaballeros” y la otra “Presa de los Toranes”, esta última ubicada cerca de Valencia.
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Sin embargo, Maldita.es reportó en febrero de 2024 que Valdecaballeros aún no se derriba y el Heraldo de España informó que el 4 de noviembre de 2024 se discutió el derrumbe de la presa de Toranes, por lo que aún sigue en pie.
Y si bien se tiene registro de que cerca de Valencia se derrumbaron estructuras hídricas, de acuerdo con el “Dam Removal Progress 2023” la destrucción de estos azudes reducía la posibilidad de que se produjeran riesgos catastróficos a las comunidades situadas aguas abajo.
“Las presas son estructuras hidráulicas de grandes dimensiones que permiten almacenar o retener agua para aprovecharla en actividades como el riego, el consumo humano o la generación de energía eléctrica”, esto de acuerdo al Centro Nacional de Prevención de Desastres de México.
El mismo centro detalla que también funcionan para controlar inundaciones, pues evitan que el agua de las montañas caiga hasta las comunidades que están debajo de ellas en terrenos planos o cerca de ríos.
Por otro lado, los azudes o también conocidos como vertederos, son pequeñas barreras las cuales permiten que el agua fluya por la parte superior de la estructura, a diferencia de las presas que la retienen.
Los azudes o vertederos se hacían para elevar el agua de un río o arroyo con el objetivo de desviar parte del caudal a zanjas cercanas para facilitar el riego de los campos, así lo explica el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de España.
Estas construcciones no tienen la capacidad de almacenar agua, afirmó Fernando Abadía, miembro del Comité Asesor del Comité Nacional Español de Grandes Presas, a Maldita.es, medio de verificación español.
Y aunque se tiene registro de que en la Cuenca Hidrográfica del Júcar -la cual se encuentra en la Comunidad de Valencia-, se han derrumbado 28 azudes de 2006 a 2021, ninguna funcionaba para retener agua.
Así mismo, el gobierno de España, en función de la agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), informó que las infraestructuras derribadas eran obsoletas y que su derribo favorecía a la estética de los paisajes y a la migración de los peces.
Como te lo contamos aquí, el pasado 29 de octubre de 2024 la comunidad de Valencia en España sufrió una de sus peores inundaciones en la historia, esto a causa de las lluvias torrenciales que provocó el fenómeno climático la DANA, el cual dejó hasta el día de hoy más de 200 fallecidos.
Sin embargo, a pesar de que el agua ha bajado, el principal problema es la salubridad. “E. coli, salmonella, virus intestinales son las enfermedades que pueden brotar a raíz del desastre que dejaron las inundaciones”, explica José Manuel Bautista, catedrático del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad Complutense de Madrid.
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Detalla que “si el lodo -elemento común que se ve en las imágenes de la inundación- procede de aguas fecales o aguas residuales que se han desbordado, podría contener bacterias patógenas que contaminan las manos y, al llegar a casa, los alimentos”.
Por esta razón, el presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, anunció que no descarta una posible epidemia. Por lo que se reportó que el lunes se inició una campaña de vacunación contra el tétanos, que en este momento se considera la enfermedad de mayor riesgo en las zonas afectadas.
En conclusión: En España no se han derrumbado presas, solo fueron pequeñas estructuras llamadas azudes o vertederos, los cuales no retienen agua y su eliminación no provocó las inundaciones en Valencia.
El hallazgo se realizó utilizando una tecnología que utiliza láser y que permite mapear las estructuras que están enterradas bajo la vegetación.
Una enorme ciudad maya ha sido descubierta siglos después de que desapareciera debajo de la selva en México.
Los arqueólogos encontraron pirámides, campos deportivos, caminos que conectan distritos y anfiteatros en el estado de Campeche, en el sureste del país.
El hallazgo del complejo oculto, al que llamaron Valeriana, se produjo utilizando Lidar, un tipo de estudio láser que mapea las estructuras enterradas bajo la vegetación.
Los expertos creen que el descubrimiento es el segundo en densidad después de Calakmul, considerado el sitio maya más grande de la américa precolombina.
El equipo encontró tres sitios en total, que son del tamaño de Edimburgo, la capital de Escocia, “por accidente” cuando un arqueólogo buscaba datos en Internet.
“Estaba en algo así como la página 16 de la búsqueda de Google y me topé con un estudio láser realizado por una organización mexicana para el monitoreo ambiental”, explicó Luke Auld-Thomas, un estudiante de doctorado en la Universidad de Tulane (Estados Unidos).
Fue un estudio Lidar, una técnica de detección remota que dispara miles de pulsos láser desde un avión y mapea los objetos que se encuentran debajo de la tierra utilizando el tiempo que tarda la señal en regresar.
Pero cuando Auld-Thomas procesó los datos con métodos utilizados por los arqueólogos, vio lo que otros habían pasado por alto: una enorme ciudad antigua que pudo haber albergado entre 30.000 y 50.000 personas en su apogeo entre el 750 y el 850 d. C.
Eso es más que la cantidad de personas que viven en la región hoy en día, apuntaron los investigadores.
Auld-Thomas y sus colegas bautizaron a la ciudad como Valeriana, en honor a una laguna cercana.
El hallazgo está sirviendo para cambiar la visión occidental de que los trópicos eran lugares donde “las civilizaciones iban a morir”, agregó el profesor Marcello Canuto, coautor de la investigación.
El experto recordó que esta parte del mundo fue el hogar de culturas ricas y complejas.
No hay certeza de las razones que llevaron a la desaparición y al abandono final de la ciudad, pero los arqueólogos consideran que el cambio climático fue un factor importante.
Valeriana tiene las “características de una ciudad capital” y ocupaba el segundo lugar en densidad de edificios, detrás del espectacular yacimiento de Calakmul, a unos 100 kilómetros de distancia.
Los arqueólogos indicaron que está “oculta a simple vista”, ya que se encuentra a sólo 15 minutos a pie de una carretera principal cerca de Xpujil, donde ahora viven principalmente descendientes de los mayas.
No hay fotografías conocidas de la ciudad perdida porque “nadie ha estado allí nunca”, admitieron los investigadores, aunque la gente local puede haber sospechado que había ruinas bajo los montículos de tierra.
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La ciudad, que tenía unos 16,6 kilómetros cuadrados, albergaba dos centros principales con grandes edificios a unos 2 kilómetros de distancia, unidos por densas casas y caminos.
También tenía dos plazas con templos en forma de pirámides, donde los mayas habrían rezado, escondido tesoros como máscaras de jade y enterrado a sus muertos.
Asimismo, tenía una cancha donde los habitantes de la urbe habrían jugado un antiguo juego de pelota.
Igualmente se encontraron pruebas de un reservorio, lo que indica que la gente utilizaba los recursos del entorno natural para mantener a una gran población.
Auld-Thomas y Canuto inspeccionaron tres sitios diferentes en la jungla y encontraron 6.764 edificios de varios tamaños.
La profesora Elizabeth Graham, del University College de Londres y quien no participó en la investigación, afirmó que el descubrimiento respalda las afirmaciones de que los mayas vivían en ciudades o pueblos complejos y no en aldeas aisladas.
“La cuestión es que el paisaje fue definitivamente colonizado -es decir, colonizado en el pasado- y no, como parece a simple vista, deshabitado o ‘salvaje'”, dijo.
La investigación sugiere que cuando las civilizaciones mayas colapsaron a partir del año 800 d. C., fue en parte porque estaban tan densamente pobladas que no pudieron sobrevivir a los problemas climáticos.
“Esto sugiere que la zona estaba completamente llena de gente al comienzo de la sequía y ello no le daba mucha flexibilidad. Y entonces tal vez todo el sistema básicamente se deshizo a medida que la gente se fue alejando”, agregó Auld-Thomas.
La guerra y la conquista de la región por parte de los colonizadores españoles en el siglo XVI también contribuyeron a la erradicación de las ciudades-estado mayas.
La tecnología Lidar ha revolucionado la forma en que los arqueólogos examinan las áreas cubiertas de vegetación, como los trópicos, abriendo un mundo de civilizaciones perdidas, explicó el profesor Canuto.
En los primeros años de su carrera, las inspecciones se hacían a pie y a mano, utilizando instrumentos sencillos para revisar el terreno centímetro a centímetro.
Pero en la década transcurrida desde que se utilizó Lidar en la región mesoamericana, dijo que se ha cartografiado alrededor de diez veces el área que los arqueólogos lograron en aproximadamente un siglo.
Auld-Thomas, por su parte, aseveró que su trabajo sugiere que todavía hay muchos sitios de los que los arqueólogos no tienen idea.
De hecho, se han encontrado tantos sitios que los investigadores no pueden excavarlos todos.
“Tengo que ir a Valeriana en algún momento. Está tan cerca de la carretera, ¿cómo no? Pero no puedo decir que haremos un proyecto allí”, dijo Auld-Thomas.
“Una de las desventajas de descubrir muchas ciudades mayas nuevas en la era del Lidar es que hay más de las que podemos esperar estudiar”, añadió.
El hallazgo se publicó en la revista académica Antiquity.
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